Las solapas de los libros sirven a menudo para presentar a los autores. Lo más habitual suele ser indicar dónde y cuando nacieron, qué estudiaron, qué obras han publicado, qué premios han recibido y una foto. Un mismo autor puede pasar por distintas solapas a lo largo de su carrera, puede ser una joven promesa para luego pasar a autor consolidado, o por el contrario puede ser siempre recordado por aquella primera novela.
De Manuel Vázquez Montalbán (Barcelona, 1939-Bangkok, 2003) las solapas lo destacan como «poeta, ensayista, novelista, periodista», señalando los múltiples premios que recibió y mencionándolo obligatoriamente como creador de Pepe Carvalho. Pero sin duda una de las solapas más originales (contracubierta en este caso), antes de que se uniformizase la información sobre él, es la de Cómo liquidaron al franquismo en dieciséis meses y un día (Planeta, 1977). La copiamos integra que vale la pena:
» Manuel Vázquez Montalbán fue abandonado en un portal en 1939. Los autores de esta crueldad fueron sus propios padres, y lo más curioso es que lo abandonaron en el portal de los padres de la criatura. La cuestión es que con el tiempo sería maestro de párvulos, cobrador del seguro de entierro, licenciado en Filosofía y Letras y en Periodismo. Ha colaborado en casi todas las publicaciones legibles de este país y ha cofundado o coparido Siglo 20, CAU, Por favor, la renovación de Triunfo en 1969, Arreu, en fin. Además es uno de los mejores quinientos poetas del mundo, otro de los trescientos mil mejores novelistas de la galaxia y quizá uno de los treinta ensayistas más rojos del Área Metropolitana de Barcelona. Ayuda a los ciegos a cruzar las calles, da limosna a los mancos (a veces incluso a los cojos) y se sabe la romanza del tenor de La Dolorosa: Pobre mujer, pobre Dolores, no sé que hacer para que no llores.»
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