En su libro autobiográfico El pez en el agua, Vargas Llosa dedica varias páginas a su estadía en Cochabamba, plácido valle donde la buena comida y la mejor bebida se brindan a sus habitantes. Como se sabe Mario paso allí los primeros diez años de su existencia, periodo que marcó el resto de su vida, por la férrea disciplina, para vencer los obstaculos de orden familiar y emocional.
Creo que como él dice fue un periodo sereno para su atribulada infancia, porque estuvo lejos de su padre, personaje siniestro y cerca de los seres a quienes mas quería: su madre y sus abuelos.
La escuela primaria es un micro-cosmos de lo que será la sociedad de los adultos más tarde: allí están representados los valores mas sublimes y las taras mas abyectas.
El Colegio La Salle, donde compartimos pupitre con Mario, no era excepción. Entre los niños hubo futuros poetas, bandoleros en ciernes, delatores potenciales y tambien generosos amigos y hasta un futuro Premio Nobel de Literatura.
Los sobrevivientes de la clase de 1945, saludamos este laurel que más que merecidamente gana Mario y festejamos con algarabía su contundente victoria…
por Carlos Antonio Carrasco. Embajador de Bolivia en París (1993-1997)
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