En el marco del reciente convenio de colaboración entre el Instituto Cervantes y la Fundación Francisco Umbral tuvo lugar esta tarde en el anfiteatro del Instituto Cervantes de París la mesa redonda: Francisco Umbral: protagonista y narrador de la transición española .
Estuvieron presentes la presidenta de la Fundación Francisco Umbral, María España, viuda de Francisco Umbral, y la directora, Leticia Espinosa de los Monteros. Participaron, Jean Pierre Castellani profesor emérito de la Universidad de Tours y el escritor y periodista de El Mundo Manuel Hidalgo, presentados y moderados por la hispanista Anne-Marie Jolivet de la École Polytechnique.
La figura de Umbral se interpretó desde sus tres aspectos principales: escritor, cronista y personaje.
Como escritor se destacó el lirismo como el ingrediente más importante en toda su obra. Amaba las palabras sobre las ideas hasta el punto de declarar: una frase bién construida vale más que una idea. Y todos estuvieron de acuerdo en alabar Mortal y rosa ( 1998) como el mejor libro de Umbral, así como el más poético.
Como cronista, Umbral escribió para la agencia Colpisa y los diarios El Norte de Castilla, La Vanguardia, El País, en el que permaneció durante doce años, Diario16 … y colaboró además en los semanarios Interviú, Destino, Triunfo, Por favor y Hermano Lobo, referentes de la izquierda periodística.
En sus crónicas destacan su ironía, su arma literaria más convincente, sus neologismos y sus negritas que consagraron, en sus columnas a los personajes de una época, la de la transición española.
En cierta ocasión su paisano y admirador Jorge Guillén le reprochó sus juegos de palabras en la prensa diciéndole: No se puede jugar y juzgar al mismo tiempo. A lo que Umbral contestó: Maestro, usted con esa aliteración juzgar/jugar está cayendo en lo mismo que me denuncia.
Como personaje, se puso el énfasis en sus paradojas: a Umbral le gustaban los salones y los personajes de la clase alta, con los que se mezcla a la vez que los satiriza. Pero sus simpatías estaban con los héroes desasistidos de la calle. Conecta con la transición a través del cheli y así nos devuelve el vocabulario de su admirado Valle-Inclán a través de su amigo el rockero Ramoncín. Y en sus contradicciones, que hacen que sus crónicas sean un material histórico imprescindible a la vez que no es fiable.
Y desde todos los puntos de vista se resaltó su papel de cronista de la transición en el ambiente que tan acertadamente describe Javier Cercas: Los últimos tiempos del franquismo y los primeros de la transición habían propiciado una singular simbiosis entre periodismo y política, un compadreo entre políticos y periodistas que permitió a estos últimos sentirse protagonistas de primer orden en el cambio de la dictadura a la democracia (Javier Cercas: Anatomía de un Instante. Barcelona: Mondadori, 2009)
Le invitamos a descubrir la obra de Francisco Umbral en nuestra biblioteca.
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