La inesperada desaparición en Salamanca del historiador Manuel Fernández Álvarez, extraordinario divulgador del siglo XVI español y uno de los máximos especialistas mundiales en la España de los Austrias, nos duele en el alma. Era también gran amigo nuestro, del Instituto Cervantes y de sus bibliotecas.
A Bruselas acudía con cierta frecuencia para intervenir en congresos y actividades relacionadas con su principal especialidad: Carlos V, el Emperador nacido en Gante. Sabedor de que nuestra biblioteca en Bruselas alberga una sección especial sobre «España en Flandes», el profesor Fernández Álvarez nos remitía puntualmente por correo un ejemplar dedicado de cada nueva obra que publicaba, incluido el Corpus documental de Carlos V al completo. ¡Qué hipnótica caligrafía la suya, inmediatamente evocadora del mismísimo XVI!
Decimos adiós aquí al gran historiador cuyo amor por la literatura le llevó a transmitirnos la investigación más ardua como si se tratara de una novela apasionante. Y también al hombre, ameno, sumamente amable y atento a quien era una delicia tratar y escuchar. Seguirá por siempre acompañándonos y deleitándonos con sus libros.
Le preguntaron a Umberto Eco a finales de los años noventa qué pensaba sobre el futuro del libro, y si olía a muerto, y respondió: “El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor”. En conversación con Jean-Claude Carrière, ensayista, dramaturgo, cineasta, gran conocedor y amante de México, bibliófilos ambos, abunda en la idea, que queda recogida en ‘Nadie acabará con los libros’, recién publicado por Lumen en España. En la primavera de 2009, y en torno a este libro, Eco dijo en Madrid: “Desde luego, si tuviera que dejar un mensaje de futuro para la Humanidad, lo haría en un libro en papel y no en un disquete electrónico. Esta mañana he visitado la Biblioteca Nacional y he visto libros que tienen 500 años de antigüedad. Y si considero los manuscritos, he visto algunos ejemplares escritos hace 1.000 años. Ahora bien, no sabemos cuánto puede durar un disquete de ordenador. Los llamados discos flexibles han muerto antes de agotar su capacidad de almacenamiento de datos. En cualquier caso, hemos escrito un libro para argumentar la larga vida que aguarda al libro en papel”. Carrière alerta de que, en contra de la presunta revelación recibida, no es cierto que el CD Rom, ayer, y el DVD, hoy, sean tan duraderos como para pensar que siempre estarán ahí para cuando se desee leer texto o ver imágenes. De hecho, ya están superados por ‘blue rays’, tabletas de lectura de variado tipo, iPads y demás, que lo serán a su debido tiempo como las cintas de música y los vídeos lo fueron por los CDs y los DVDs. Tengo en casa libros y cintas, con la diferencia de que los libros están siempre disponibles y para las cintas (de audio y de vídeo) ya no hay lectores. Dicho con palabras de Carrière: “Mientras que ya no podemos usar un videocasete o un CD Rom de hace apenas unos años, podremos leer libros cuando toda la herencia audiovisual haya desaparecido”. Amén.
Firma: un lector de libros.
La cabeza me da vueltas: Más allá de Gutenberg. El escritor Enrique Vila-Matas reflexiona en esta ficción sobre el porvenir de los artefactos impresos, al tiempo que defiende un lugar entre el universo Gutenberg y el planeta Google.
Ya está en la biblioteca, y a disposición de los lectores, el libro:
París, ciudad de acogida: el exilio español durante los siglos XIX y XX. Fernando Martínez López, Jordi Canal y Encarnación Lemus (eds.) Marcial Pons, Ediciones de Historia. Madrid, 2010.
«A lo largo de los siglos XIX y XX España expulsó o forzó a salir del país a muchos de sus ciudadanos. Muchos hombres y mujeres se vieron abocados a abandonar su patria para establecerse, temporal o permanentemente, en otro país. Por encima de otros destinos, París fue la gran ciudad de acogida. La historia española ha sido rica en este género de experiencias. Afrancesados, liberales, realistas, carlistas, progresistas, demócratas, republicanos, internacionalistas, cantonalistas, anarquistas, nacionalistas, monárquicos, derechistas y vencidos de la guerra fraticida de 1936-1939: todos ellos, en un momento u otro, probaron los sinsabores del destierro. Este libro analiza las razones que llevaron al exilio a París a numerosos refugiados y personalidades relevantes de la política española, así como las formas de vida que desarrollaron los exiliados, sus estrategias de conspiración, los espacios urbanos y de sociabilidad que frecuentaron o las relaciones con la política de la sociedad de acogida.» (Tomado de la cubierta)
Este libro es fruto de un coloquio internacional que, bajo el título París ciudad de acogida. El exilio español durante los siglos XIX y XX, reunió a historiadores españoles y franceses en el Colegio de España de París entre el 18 y el 22 de abril de 2005. El encuentro fue organizado por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, el Instituto Cervantes y la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París.
Los libros electrónicos son un servicio. A diferencia de los libros y audiolibros que se consideran como un producto.
Así lo dicta el fisco de la UE para establecer que los libros electrónicos tributarán IVA al 16% y no al 4% de los libros de papel.Ver artículo en el diario El País
Aprovechando esta polémica le invitamos a leer el informe El Libro Electrónico del Grupo de Trabajo sobre El Libro Electrónico del Observatorio de la Lectura y el Libro del Ministerio de Cultura. Abril, 2010.
En el informe se abordan todos los puntos de vista de los actores implicados y se reconoce que: «La rapidez con que evolucionan los acontecimientos en el contexto de la edición digital, genera un panorama cambiante que hace necesaria la actualización contínua de cualquier análisis de la realidad editorial».
Ver: Publicaciones electrónicas del Ministerio de Cultura y Editores y estrategia digital
En Sotillo de la Ribera (Ribera de Duero burgalesa) la noche de Jueves Santo alumbran el paso de la procesión con grandes fogatas hechas con los sarmientos; es la temporada de poda de los viñedos. En las hogueras se queman, además, los enormes cestos de mimbre que se usaban en la vendimia. Ver fotos.
Valladolid, la ciudad de Miguel Delibes, recuerda al autor de El hereje con un campus universitario, , un centro cultural, una calle, y la Ruta del hereje que recorre por el centro de la ciudad hitos y lugares de la vida del protagonista, Cipriano Salcedo. La ruta concluye en la céntrica calle de Santiago con una placa de reconocimiento de la ciudad al escritor y a su obra.
Miércoles, Jueves y Viernes Santo son los días en los que salen las procesiones con las cofradías y los pasos más importantes. Desde Valladolid envío estas fotografías de la salida de la Virgen de las Angustias el Miércoles Santo y de las procesiones del Viernes Santo.