El retablo del centenario
del estreno de «El retablo de maese Pedro» de Manuel de Falla (1923-2023)

Muñecos en busca de maese

[Fotografía] Figuras planas de Hermenegildo Lanz para El misterio de los reyes magos

Falla y yo vamos a hacer [un teatrito] en mi casa. Será un guiñol extraordinario y haremos una cosa de arte puro, del que tan necesitados estamos. Representaremos en Cristobicas un poema lleno de ternura y giros grotescos que he compuesto con música instrumentada por Falla para clarinete, viola y piano. El poema se llama La niña que riega la albahaca y el príncipe preguntón y tiene un gran sabor granadino. Además pondremos en escena, también por el mismo procedimiento de Cristobicas, el entremés de Cervantes Los habladorescon música de Stravinsky. Y para final representaremos, ya en teatro planista, el viejo auto de los Reyes Magos, con música del siglo XV y decoraciones copiadas del Códice de Alberto Magno de nuestra Universidad. […] Estamos todos contentísimos. Falla parece un chico diciendo: ¡Oh, va a ser una cosa única! Anoche se quedó hasta las tantas trabajando y copiando de los instrumentos con el mismo entusiasmo que un muchacho lo haría.

Extracto de la carta de Federico García Lorca a Melchor Fernández Almagro de finales de diciembre de 1922.

Unos meses antes del estreno de El retablo de maese Pedro, el 6 de enero de 1923, en casa de la familia García Lorca, en la Acera del Casino, tuvo lugar una función de guiñol organizada para Isabel García Lorca, que entonces tenía 12 años, y sus amigos. En la preparación de esta representación teatral colaboraron Manuel de Falla, Hermenegildo Lanz y Federico García Lorca y se interpretaron el entremés Los dos habladores, atribuido a Cervantes, La Niña que riega la albahaca y el Príncipe preguntón, adaptación de Lorca de un viejo cuento andaluz, y el Misterio de los Reyes Magos. Hermenegildo Lanz, que realizó las decoraciones y los muñecos, explicaría que esta representación «resultó ser un prolegómeno de lo que en el mismo año había de estrenarse en París con el nombre de ‘El retablo de maese Pedro’».

Falla fue el artífice musical de esta fiesta, para la que seleccionó el programa realizando arreglos de algunas partituras y participando en el espectáculo como intérprete. Preparó una cuidada selección de piezas musicales para ilustrar la representación: obras de Albéniz, Debussy, Ravel y Stravinsky además de música histórica española. Esta sorprendente mezcla de atmósferas antiguas y modernas, de evocación del pasado y de vanguardia, refleja claramente las preocupaciones del Falla de El retablo de maese Pedro, obra que acababa de componer y en la que también se observa una extraordinaria coexistencia de fuentes y técnicas musicales, desde los semitonados litúrgicos hasta los ostinatos stravinskianos. La experiencia teatral del día 6 de enero de 1923 también tendría gran repercusión en la futura obra dramática de Lorca.

Para saber más…

Nommick, Yvan. «ConciertoFalla : Día de Reyes en casa de los Lorca : Muñecos en busca de maese», La Opinión de Granada, 2005-01-02.

Nommick, Yvan. «La música incidental de Manuel de Falla para El Misterio de los Reyes Magos: estudio introductorio». Quodlibet : revista de especialización musical, Universidad de Alcalá de Henares, n.º 64 (enero-abril 2017), separata, p. 5-21.

Persia, Jorge de (coord.). Manuel de Falla. Diálogos con la cultura del s. XX. Granada, Archivo Manuel de Falla, 1991, p. 46-59.

Hermenegildo Lanz. Figura plana con la Cabalgata del Rey Gaspar para la representación del 6 de enero de 1923. Lanz se inspiró en las miniaturas del siglo XV que poseía el códice De Natura Rerum, propiedad de la Universidad de Granada y mencionado por Lorca. Archivo Lanz, Granada.