Jazz en New York ofrece una mirada introspectiva e intimista hacia la comunidad de músicos de jazz en la ciudad de Nueva York. A diferencia de la mayor parte de la fotografía existente sobre el género, Lourdes Delgado se introduce en el entorno más íntimo de estos individuos, para retratarlos en sus barrios, sus casas y rodeados de sus objetos cotidianos.
Realizado entre 2000 y 2007, el proyecto recoge 450 retratos de músicos de todas las edades, nacionalidades, culturas y tendencias musicales del jazz actual, y se convierte en un estudio social, económico y cultural que rompe con los estereotipos iconográficos heredados de los años cincuenta.
La elección de los protagonistas de estas imágenes no se basa en el criterio subjetivo de la artista, sino que fueron los propios músicos quienes sugirieron los nombres de quiénes se debían retratar.
Asimismo, para que los retratos fueran más reveladores, cada uno de los músicos eligió cómo y dónde quería ser retratado, y tan sólo se tomó una fotografía por persona, de modo que el proyecto entero goza también de la filosofía de riesgo continuo propia del jazz.
Proyecto Amster Yard: Espacio Abierto. Programa monográfico
La línea define un espacio entre dos puntos
La línea es abstracta y virtual; ordena el espacio, representa límites entre materiales y conforma objetos. Trazando líneas se simula un espacio real que permanece digital hasta que se materializa; a la vez sugiere geografías, paisajes ingravidos, campos magnéticos o estructuras indeterminadas. Las líneas forman redes de tensión que responden a sistemas de códigos invisibles, son filamentos que nos encadenan o nos liberan.
En Linescapes, la artista y arquitecta Inés Esnal traslada la línea desde la esfera virtual a la física combinando técnicas digitales de diseño y de fabricación con las tradicionales del grabado. Utilizando programas de 3d y algoritmos para definir espacios que de otra manera serian inconcebibles, Esnal juega con planchas de plexiglás como si fueran piezas de una maqueta, buscando tensiones entre las formas, descomponiendo elementos y superponiendo texturas.
Una instalación coloniza parte del jardín del Cervantes y supone la materialización final de la línea en el espacio. A través de cuerdas de colores que envuelven la estructura existente en el jardín, la telaraña es la versión tridimensional de sus dibujos. El filtro tejido redefine la entrada del edificio del Amster Yard invitando al visitante a redescubrir su propia experiencia espacial.
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