Mi compañera de académica, Gregoria, hablaba el otro día de la diversidad lingüística de nuestro idioma. Efectivamente, pensé yo, que tuve que ir a buscar al diccionario la palabra cachimba. ¿Tú sabes lo que es cachimba? Parece ser que viene de cazimba, en bantú, es decir, de África. Del bantú pasó al portugués, pero como cacimba. Según la RAE, cacimba en Argentina y Uruguay significa “hoyo para buscar agua”. Claro, pero quizás es porque se escribe de una manera diferente. Vuelvo a la palabra en cuestión, cachimba, y resulta que en El Salvador no tiene nada que ver con el agua ni hoyos, sino con “un semblante adusto”. Me dirás que las palabras pueden sonar iguales, y con eso del deje local se escriben diferente. Ya, pero es que tú no sabes que en el mismo país, El Salvador, cachimba también quiere decir “calabaza de forma alargada”. ¡Qué lío! Espera, que en México tiene otra acepción: “cabo o resto de puro”. Mira por dónde, esto ya se acerca más al significado más extendido, “pipa de fumar”. Me quedo con esta para no complicar más las cosas. No te quiero confundir como en el cuadro de Magritte que estás viendo una pipa y debajo de la pipa viene escrito “Esto no es una pipa”. En fin, me ratifico en lo que decía mi compañera. Nuestro idioma es muy variopinto. Ay, me salió la palabra así casi por nada. Bueno, por algo me vino a la cabeza. Yo te venía a hablar hoy de cine, de la película que proyectamos el jueves “Cachimba” del director chileno Silvio Caiozzi. Sí, va de pintura, del patrimonio de una nación… No te cuento más. Bueno, te tengo que decir que la película está basada en una novela breve del autor chileno José Donoso “Naturaleza muerta con cachimba”. Caiozzi ya versionó otras obras de Donoso. No las he visto, te confieso. Pero esta vez me he visto la película “Cachimba” y me he leído la novela. Ya, ya, me vas a preguntar que qué es mejor la película o la novela. Para mí, te diría, son dos obras que narran una misma historia pero de forma diferente. Cada uno de nosotros no hace más que reinterpretar constantemente. Seguro que Donoso se inspiró en algo que vio, vivió u oyó. Te podría decir que el caso de Marcos se refiere a… Es que no te puedo contar esto y lo otro ahora. Prefiero que veas la película del jueves y hablemos tras la proyección. Cada uno tiene su propia imaginación y ve cosas distintas. Seguro que tú tienes tu propia interpretación sobre quién es ese misterioso pintor, Larco, en la película y en la novela. Y lo del color azul. Lo puedes expresar como quieras. Lo hablamos. Bueno, ahora te dejo a ti con la imaginación y con las palabras del último Premio Cervantes, el también chileno, Nicanor Parra: “El hombre imaginario/vive en una mansión imaginaria/rodeada de árboles imaginarios/a la orilla de un río imaginario…”. Nos vemos este jueves, recuerda, a las 11h. Sí, de la mañana.
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