Querida amiga:
¡Cuánto tiempo desde la última vez! Mira que intentamos mantener el contacto pero, aunque tanto tú como yo nos lo prometemos de verdad, siempre surge algún contratiempo que nos obliga a posponer nuestra cita y siempre con la promesa de que la próxima vez no habrá excusa que valga. Pero…
Esta vez creía que sí lo íbamos a conseguir, que este viernes iba a verte ¡por fin! y que, antes del Taller de formación, tendríamos tiempo de tomarnos un café hablando de todo y de nada, como a ti y a mí nos gusta, que podría escucharte, que podrías escucharme, que podríamos escucharnos.
¡Qué lástima que no pudieras venir! Estoy segura de que, además de nuestro café, te hubiera encantado el taller. Inmaculada Uceda, Macu para los amigos, nos dio una charla amena y bien estructurada sobre las destrezas orales y sobre todo, como comentaron varios de los compañeros, pudimos intercambiar y compartir experiencias y opiniones.
Ojalá puedas venir al próximo taller el 15 de junio ¡Tengo tantas ganas de que me expliques cómo te van las cosas y de contarte cómo me va a mí!
Hasta entonces, un abrazo muy muy fuerte.
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