La Amazonía de Perú está entre las cinco mas biodiversas del planeta. El Perú contiene el 7% de las plantas con flor del mundo. Un ejemplo de esta asombrosa diversidad es Yanamono, una localidad amazónica cerca de la ciudad de Iquitos donde se han contado 300 especies de árboles en una sola hectárea de terreno, un record mundial!. En cuanto a fauna, Perú contiene el 8% de los anfibios del mundo, el 19% de las aves, el 10% de los mamíferos, el 5% de los reptiles, el 21% de las mariposas y la gran mayoría de esta diversidad está en la Amazonía. Perú es el país con más especies de mariposas en el mundo y el segundo en especies de aves. En lo cultural Perú posee 42 etnias cada una con su lengua propia, de ellas 40 son amazónicas. Casi nada… Estas etnias son actualmente las mejores conservadoras del bosque y poseedoras de un gran conocimiento sobre su uso en cuanto a manejo de recursos, medicinas, etc.
Extraido de un texto de Mario Rosina Barragán (ver texto completo)
Exhibición fotográfica en el Instituto Cervantes, Sydney
Lunes – Jueves de 9:00 a 13:30 y de 14:30 a 20:00
Viernes y sábados de 9:00 a 14:00
A photographic exhibition by Peruvian Photographer Michael Tweddle Rayner
The Peruvian Amazon Rainforest is considered one of the five with the most biological diverse areas in the planet. Peru contains the 7% of the flowering plants of the world. An example of this amazing diversity is Yanamono, an Amazon locality near the city of Iquitos where 300 species of trees in a single hectare of land have counted themselves, a world record. As for fauna, Peru contains the 8% of the world amphibians, the 19% of birds, the 10% of mammals, the 5% of reptiles and the 21% of butterflies. The great majority of this diversity is in the Amazon Rainforest. Peru is the country with the highest diversity of butterflies’ species in the world
and the second in birds. In the cultural side Peru possesses 42 ethnic groups each one with their own language. 40 of them live in the Amazonia – ‘almost nothing’… These ethnic groups represent the best protectors of the rainforest and a great knowledge on its use in the management of natural resources, medicines, etc.
Extract from Mario Rosina Barragan text (see full text)
Photographic exhibition at the Instituto Cervantes, Sydney
Monday, 7th January 2013 – Wenesday, 6th March 2013
Monday – Thursday from 9:00am – 1:30pm, then 2:30pm – 8;00pm
Friday and Saturday from 9:00-2:00pm
Hoy quería contarte todas las cosas que me han pasado estos últimos días, pero no sé cómo empezar. Cuando escribo estas líneas veo que van rellenándose los espacios en blanco con unas letras. Me imagino que tienen un significado. Unas con otras formarán palabras, y éstas frases, y las frases una historia. Pero quería contarte algo y no me sale. ¿A ti te pasa? Siempre he admirado a artistas (porque son unos artistas) que de la nada crean algo. Me dirás que de la nada no sale nada. Bien, sí. Les debe llegar la inspiración de algún lugar. Pero y cuando la tienen, ¿cómo hacen para traducir eso en lo otro? El caso no es estar inspirado sino plasmarlo en un folio, en un lienzo, un video o en una melodía o en un plato. ¿Te he contado que hoy voy a ir por primera vez al ARTBAR del MCA (Museum of Contemporary Art Australia)? Me parece que han tenido una idea genial para desarrollar la creatividad. Resulta que cada mes dejan en manos de un artista para que comisarie una velada, que se celebra el último viernes del mes, en la que hay cine, música, charlas, etc. La sesión de hoy corre a cargo de mi admirado Shaun Gladwell, un vídeo artista australiano. Seguro que habrás visto obra suya en el MCA o en la Art Gallery of New South Wales o su galería Anna Schwartz. ¿Te acuerdas de aquel vídeo en el que desciende de su moto, allá perdido en el outback, y recoge un canguro atropellado? ¿O en el que aparece haciendo piruetas en el vagón de un metro, o al borde del mar, un día lluvioso, sobre un skateboard? Mira que habremos visto vídeos, pero los suyos tienen algo distinto. Parece que al pasarlos a una velocidad determinada se me han quedado grabados. No sé lo que habrá preparado para esta noche. Ya te contaré. Me gustaría ponerme en su lugar. O mejor dicho observarle cuando crea. Pero para eso habrá que meterse en su cabeza. Y por la cabeza de uno pasan muchas más cosas que el proceso creativo. ¿Y si fuera como Pessoa? Un hombre fascinante con sus heterónimos. Hoy, Ricardo Reis; mañana, Álvaro de Campos; y, pasado, Alberto Caeiro. O ahora mismo Alexander Search, que escribe en inglés el soneto que dice así:
Could I say what I think, could I express
My every hidden and too silent thought,
And bring my feelings, in perfection wrought,
To one unforced point of living stress;
Could I breathe forth my soul, could I confess
The inmost secrets to my nature brought,
I might be great; yet none to me has tought,
A language well to figure my distress.
Yet day and night to me new whispers bring,
And night and day from me old whispers lake…
Oh for a word, one phrase in which to fling
All that I think or feel and so to wake
The world, but I am dumb and cannot sing –
Dumb as you clouds before the thunders break.
Eso de ser otro es muy difícil. Y yo no soy ni un solo Pessoa ni todos los Pessoas suyos. Y contar las historias de otros también. El otro día en mi lugar favorito del Instituto Cervantes, ya sabes, la biblioteca, encontré una revista de La Fábrica Editorial. Sí, la misma que la que edita Matador. No la película de Almodóvar, la revista. Bueno, es otra revista que editan ellos: Ojo de Pez. Es también de fotografía y en edición bilingüe. Con muchas fotos en blanco y negro, y en color. El número que tengo lleva por título En mi propia casa / In my backyard. Me gusta la foto de la página 45, en la vieja Dacca (Bangladesh), de Munem Wasif. Aparece una pantalla de cine en blanco y la pantalla iluminala sala. Mañana ya sabes que tenemos a Daniel Burak, el director de cine argentino, que viene a presentar su película “Bar El Chino”. La pantalla de nuestra sala se llenará de colores, de gente que canta y baila tangos, que cuentan historias de amor y desarraigo. La inspiración no le vino de la nada, sino de la historia de Jorge “El Chino” García, el dueño del boliche de Buenos Aires. Una película fantástica. No te la pierdas. Nos volveremos a ver. Y eso me gusta. Un abrazo, JL
El otro día, leí en un tuit algo del archivo del fotógrafo Jeff Carter en la National Library of Australia. Yo creo que lo leí en un tuit, pero no estoy seguro, cada día leemos sin leer tantos titulares de prensa, encabezados de correos, entradas de Facebook o tuits que no sé ya. Bueno, el tema es que pinché en el enlace o lo busqué en Internet y me fijé en una foto casi atemporal. Es la de unos hombres pasando una tarde de sábado en un bar, el único bar de William Creek. ¿Tú sabes dónde está William Creek? Es un poblado de menos de 5 habitantes en Australia Meridional. La población más cercana está a unos 200 km de distancia. Lo que se dice, en medio de la nada. El caso es que el pueblo cuenta con un ‘hotel’, retratado en la foto. Yo digo que el pueblo es el bar, y el bar el pueblo. En la foto de 1972 aparecen más de 5 personas, y da la sensación de haber mucha animación. Dime tú, en medio de la nada, un mundo que ni tú ni yo conocemos, o sí. Te dejo a ti que la veas y la interpretes. La escena me hizo pensar en la película ‘Bar El Chino’ del argentino Daniel Burak, que forma parte del próximo ciclo de cine que ponemos en el Cervantes de Sídney, “Cine en construcción”. Y en un libro que leí hará ya más de 15 años y que me viene ahora a la memoria, Les faux-monnayeurs, de André Gide. Me he preguntado siempre cuántos libros o películas se habrán gestado en un bar. Te animo a que vayas un día a un bar, un poco antes de que se llene, cuando el jolgorio aún no se ha convertido en algo cacofónico. Fíjate la próxima vez, cuando vayas, en esas personas que parece que llevan tiempo sin moverse, mírales con discreción a esos a los que el café o la cerveza les dura. Sí, ya quedan menos de esos bares en los que no te quitan el vaso del café (yo soy de los de beber el café en vaso) o de cerveza dando el último sorbo. Obsérvalos, te digo. Quizás sean ellos los que te estén observando para luego convertirte a ti y a los otros, y al bar mismo, en una novela o en parte de una película. No te desvelo mucho de la película de Daniel Burak para que vengas a verla, y para que luego le preguntes lo que quieras al propio director que estará con nosotros, en Sídney el 1 de septiembre, y en Melbourne el 4. La historia arranca cuando una periodista, Martina, quiere hacer un reportaje y va un día a un bar, al Bar El Chino, un boliche de Buenos Aires, y le gusta tanto que luego quiere hacer un documental. Para ello necesitará de la ayuda de Jorge, que tiene unas imágenes de cuando vivía el propietario, que se llama también Jorge, Jorge Garcés, “El Chino”. Bueno, a partir de ahí se desencadena la trama. Y lo que pasa es que estás viendo una película, casi como un documental de la historia de un bar, pero que a la vez estás viendo la historia de unos que quieren filmar la historia del bar. No sabes si estás viendo la película, la historia del documental o la de la grabación. Es como una película dentro de una película. Tú cuándo la ves sabes obviamente lo que estás viendo, pero es luego cuando uno se interroga si lo que ha visto es lo que es o es ficción, o ninguna de las dos cosas. Y esa misma sensación tuve cuando leí la novela de Gide. Uno lee una novela en los diarios de un escritor que está escribiendo una novela que se llama igual que la novela que está leyendo uno. Te produce una sensación inquietante cuando te percatas que lo que estás leyendo lo estás leyendo porque te lo deja ver el autor. Los diarios de Édouard, el escritor en la ficción, se los ha robado Bernard, y cuando Bernard los lee te das cuenta que quien los lee eres tú con él, con la complicidad de Édouard, o de Gide. El título es también desconcertante, Les faux-monnayeurs, los falsificadores. Ahora me pregunto yo si no serían tan ciertas las historias que pudieses contar tú de las fotos de Jeff Carter como las que pudiese contar él mismo. En fin, te dejo aquí, pero nos vemos pronto. Y charlaremos, si quieres, de este tema y de aquellas otras cosas pendientes que no me acabaste de contar la última vez. Sí, en un bar. Te toca invitar a ti. Cuídate. Siempre, JL
Ya lo verías ayer en nuestra página de Facebook. Apareció una entrada. ¡No me digas que no la viste! Las fotos eras bonitas. Sí, sí, todas lo son. Pero estas más. ¿Cuáles? La de los jardines. Todo venía por una entrada del portal España es cultura. Es un portal de promoción de la cultura de España, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Te decía lo de la entrada. Pues proponían esto: “Un paseo veraniego por nuestros jardines históricos”. Lo veraniego, visto desde aquí pues como que no. Estamos ahora en invierno, y al verano le faltan unos meses y unos pocos más de grados. El caso es que quería llamar tu atención sobre las fotos. ¡Ay, qué fotos! Debe ser que con la distancia las agrando, las magnifico. Digo las emociones (de ver las fotos), no las fotos. ¡Ja, ja! Tú imagínate ahora, dándote un paseo por el Retiro de Madrid, o por La Granja de San Ildefonso, en Segovia, y por el Monasterio de Piedra, en Zaragoza, o por la Alhambra de Granada, y el Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba, o por el Pazo de Oca, en Pontevedra. Bien, que están a 40 grados allá, en España; bueno, quítale unos pocos. Y sin el vendaval de Sídney de hoy, que levanta mucha polvareda. Nada, imagínatelo. El jardín es la idea del paraíso, ¿no? El otro día leí, sí en esas noches de insomnio, que el primer emperador de la dinastía Mogol, Muhammad Zahir al-Din Babur (1526-1530), dejó escrito en sus memorias (Baburnama) que quería que le enterrasen en un jardín, en Kabul (en el ahora Afganistán). Él murió en Agra, pero luego, su hijo y sucesor, Nasir ud-din Muhammad Humayun, se encargó de que lo enterraran según los designios de su padre en lo que se conoce como Bagh-e Babur, los Jardines de Babur. Una belleza de sitio, camino de la otra vida. Fíjate tú lo importante del jardín. Esto lo leí en un libro. Y también leí que el emperador Humayun, el hijo de Babur, se murió como consecuencia de una caída que sufrió en su biblioteca. Un hombre culto, de cultura. Como su padre, que también le gustaba cultivarla. En fin, todo esto me hizo pensar también en los libros que me compré hace 3 años, en un viaje a Nueva York, en la St. Mark’s Bookshop, en el 31 de la 3ª Avenida, y que por casualidad estaban cerca de mi cama. El primero, de Robert Pogue Harrison, se titula Gardens, An Essay on the Human Condition. No te pierdas la dedicatoria: “Para Eva y sus hijas”. Hay un capítulo que me gusta mucho “On the Lost Art of Seeing”. El segundo libro es del argentino Alberto Manguel, y que lleva por título The Library At Night. En éste, hay un capítulo “Library As Mind” que habla del fresco del siglo XV de la Catedral Santa Cecilia, de Albi (sur de Francia), en el que se ve una escena del Juicio Final en que las almas desnudas caminan con libro abierto en sus manos, el Libro de la Vida. Como tú bien sabes, el Apocalipsis dice algo así como que “los muertos serán juzgados por aquello que fue escrito en los libros”. Y le daba vueltas yo al Baburnama, de Babur, del hecho del libro y que en ese libro viniese lo del jardín… Y yo ahora caminando por Segovia o Sevilla, viendo esas hileras de árboles y plantas, oyendo el chorro de las fuentes, y el silbido de los pájaros… Menudo paseo te estoy dando. Me voy por las ramas, nunca mejor dicho. ¡Lo que se me ocurrió viendo las fotos de los jardines! Si quieres un paseo auténtico vente a ver la exposición del Camino de Santiago, desde el miércoles de la semana que viene, que verás nuevas fotos. Y por nuestra biblioteca, que tiene muchos libros, también del Camino y de otros temas. Y así te dará para escribir lo que sientes, que me escribes poco, y menos de lo que sientes. Un abrazote, JL
Me acuerdo, ya hace mucho tiempo, de aquellos meses de junio cuando veíamos el final del curso. Decíamos que era el peor mes del año, pero en realidad era el mejor. No sé si te pasaba a ti, pero yo me sentía liberado de acabar el colegio o las clases de la Universidad dejando atrás lo que padecíamos preparando los exámenes, las noches en vela y demás. Siempre nos quedaban aquellos meses de verano por delante para olvidar, cansarse o no dormir por otras razones. Me ha venido un déjà-vu. Me dirás que ya me estoy haciendo mayor y que por eso estoy viendo cosas que ya vi tiempo atrás. O que la cabeza me traiciona con otros recuerdos. Sí, te confieso que me siento como antaño, como en las semanas previas a los exámenes. ¿Tú no te acuerdas? Ya…, se te habrá olvidado porque a ti no te tocó sufrir, seguro. Yo no es que fuera mal estudiante pero me costaba. Como a todos, pienso yo. Bueno, el sentimiento me viene porque cada vez que organizamos una actividad cultural parece que nos examinamos. Y está bien. Tiene que ser así. Hay mucho trabajo de preparación, ejecución y luego de evaluación. ¡Ja! ¡ja! Sí, somos críticos con nosotros mismos. Faltaría más. Este mes es el más intenso del calendario del 2012. ¿Has visto la agenda de actividades que tenemos para junio? Hoy acaba Eva Mejuto su gira por Australia con los «Cuentos hasta en la sopa» con el taller en Adelaida. Tenemos mañana, 9 de junio, la representación teatral de la figura del “dictador perpetuo” de Paraguay José Gaspar, con el actor Jorge Ramos. El sábado 16, viene el profesor de la Universidad de Leeds, Duncan Wheeler, para hablarnos sobre la violencia de género en el Siglo de Oro español. El 23, el Día E. El 27 empezamos el ciclo de 5 días seguidos de cine gay español con “Universos lésbicos”. El 28 nuestra sesión de matinés, con la película “14 kilómetros”, y el 30 nuestra participación en la 18ª Bienal de Sídney, con un coloquio con artistas de países de habla hispana en Cockatoo Island. ¡Ah! Y la exposición de Josh Wodak, que la tenemos en el centro hasta final de mes. Y me dirás que luego a descansar. No, no. Aquí los inviernos en Sídney son muy moviditos. Ya te contaré. Nos vemos mañana, que paso lista. Cuídate.
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