Érase una vez un niño de trece años que tuvo un raro sueño. En ese sueño él estaba andando hacia el polideportivo cuando de repente él vio a través de la ventana a dos grupos de soldados peleando muy agresivamente en la cancha dentro del polideportivo. Los soldados llevaban unos palos largos y golpeaban enfuerecidos los cañones.
Él no sabía qué hacer y tenía mucho miedo, gritó fuerte y pidió ayuda pero nadie respondió. Todos sus amigos alentaban la pelea y él estaba confundido.
Él entró rapidamente y trató de parar la pelea y luchó contra los soldados con mucho miedo pero estaba convencido de que era correcto.
Pocos segundos después alguien gritó su nombre muchas veces y con fuerza lo empujó fuera de la cancha de hockey.
Esta persona estaba muy molesta y dijo que nunca más tenía que pisar esa cancha de hockey en el medio de un partido.
En ese momento él se dió cuenta de que todo era una gran confusion. Los jugadores de hockey eran los soldados que creyó ver.
De repente escuchó su nombre otra vez pero ahora estaba en la clase de latín y su professor lo miraba muy enfadado. Era solo un sueño durante la clase.
Y colorín, colorado este cuento se ha acabado.
Joseph H.
Dulwich College, London