Erase un vez Pedro se despertó a encontrarse recostado al lado de su buen amigo Jack al centro de una calle bullían de gente. La noche pasado había estado leyendo un libro que recientemente compró. Eran historias de héroes luchando monstruos, terribles y intimidantes. Recordó que fue un héroe salvando las damiselas desoladas.
No tuvo idea como llegó a la calle y estuvo muy confundió pero se levantó y anduvo a la cafetería más cerca. Cuando llegó, descubrió que el café fue como una cabaña que su libro describió que leyó la noche pasada. Entro en y Jack siguió, Jack también apareció muy confuso. El sol comenzó a establecer y Pedro notó que había una luna llena, en ese momento torció su mirada al el camarero que tenía los ojos rojos amenazantes y sus dientes extendido a colmillos.
Jack miró a través de Pedro y tuvo miedo, vio y le pidió que pasara. Pedro torció a él en asombro preguntando cómo es posible que el no veo el hombre lobo – ¿Quizás no existió? Pedro torció y miró al barman que ya había subido en la barra y estaba mirando como si él iba a saltar sobre él. Sus pantalones se habían levantado la pierna y pelos largos parecieron.
Pedro se preguntó cómo podía protegerse a sí mismo, en caso de que pasar a la ofensiva o debe esperar a ser atacados primero, ¿y Qué hay de Jack? Decidió que su mejor oportunidad fue para tratar de sorprender la bestia, así que tomó el taburete de bar, Pero La bestia fue más rápido que él. Evadió el taburete y le miró. Entonces Jack agarró el brazo de Pedro y le sacudió, Pedro de repente vio un destello de luz y todo volvió a la normalidad. ¿Qué estaba pasando?
La música sonaba en el fondo y todas las personas lo miraban como si estuviera loco. Se fue rápidamente de la barra y se fue a mi casa. Colorín, colorado, este cuento se he acabado.
Robert L.
Dulwich College, London