2nd prize Category 12-19 y. o.
Algunas veces la vida nos pide que nos convirtamos en quijotes, para salvarnos. Nos da capacidades que los demás, que tienen una vida desahogada y superficial, no pueden tener. Nos da lo que sirve para vivir sin dejar de esperar: una imaginación sin fin. Y así nos hacemos quijotes.
Lo que hace Giulio tan diferente a los otros niños de su edad, es que Giulio vive en un hospital y para seguir viviendo tiene que tomar medicinas y sobre todo tiene que ser un quijote.
Su imaginación lo ayuda en eso, cambiando totalmente la visión del mundo con sus ojos grandes y azules.
Nunca ocurrió que Giulio se despertara llorando o quejandose como los otros ninos del hospital.Siempre se despertó sonriendo, desde que naciò. Se despierta, se levanta y empieza corriendo por el “castillo”. Hace una referencia a las enfermeras, reta a duelos a los ancianos, echandoles a su espada de plástico, que su mama le ha comprado para darle el gusto.
Mientras las enfermeras lo lavan en la palangana de plástico, el cree que es un cuarto de baño del siglo ocho, donde sus criadas se ocupan de el ¡con la misma cautela con que se ocupan de un guerrero, obviamente! Después el vuelve a su habitacion, donde sus criadas le traen los antidotos para resistir a los ataques de los enemigos del mundo exterior. Esos antidotos le hacen sentir mal por un rato a veces, y Giulio tiene que estar en su cama.
Pero en fin, antes o despues, los antidotos surten su efecto, y Giulio se siente como protegido con una armadura invisible. Con esa armadura el va a la habitación del Mago Jurman. El mago Jurman es en la realidad un medico, que tiene mucho cariño a Giulio, y le da gusto en todo lo que desea. Por lo tanto desde que Giulio tenía tres años, el mago Juman le cuenta las historias de otros guerreros, que lucharon en Grecia, Noruega, Italia, España ¡y en todas partes!
Y Giulio es siempre más curioso de saber como es la vida de estos otros guerreros en el mundo.
Pasan sus mananas hablando de Aquiles, Cesar, y de como Davide matò Golia, hasta que el Mago tiene que irse, y Giulio sigue hurgando sobre estas cosas, hasta que las enfermeras van a darle otros antidotos para luchar contra su enemigo mas grande.
Giulio sabe que su vida es una batalla, sabe que tiene que luchar, y que el hospital es su castillo pero al mismo tiempo su prision. Y asì ha transformado una pesadilla en un cuento, sus medicinas en sus armas, reta a su enfermedad cada dia como si fuera su antagonista y resiste como un guerrero verdadero. Cuando esta cansado, piensa que un guerrero nunca tiene que parar y lucha por la vida hasta que su enemigo muere.
¿Dónde encuentra la fuerza? Es un quijote.
Sara A.
Barton Court Grammar School, Canterbury