Alfonso Zapico (Blimea, Asturias, 1981) es historietista e ilustrador. Realizó estudios de Ilustración y Diseño en la Escuela de Arte de Oviedo. Colabora habitualmente con diversas publicaciones periódicas y editoriales. Sus primeros trabajos profesionales en el mundo del cómic fueron publicados en Francia:La guerre du professeur Bertenev (2006), ambientada en la guerra de Crimea, y el volumen colectivo Un jour de mai (2007). En 2008 publicó Café Budapest,que aborda el conflicto árabe-israelí. En 2009 participó en otro volumen colectivo: Un buen hombre, sobre la vida cotidiana de los oficiales de la SS. Para su obra más reciente, Dublinés (2011), una biografía de James Joyce, contó con una beca en La Maison des auteurs en Angoulême (Francia). Por esta misma obra recibió el Premio Nacional de Cómic en 2012.
Carmen Sanjulián: —Alfonso, eres dibujante de cómic, haces novelas gráficas… ¿Cómo te gusta que te llamen?
Alfonso Zapico: —Yo me considero ilustrador e historietista, así a secas. Hago los libros, hago mis cómics, hago mis historias que tienen una etiqueta u otra, dependiendo de cómo lo quieras llamar, pero que en el fondo son solo historias.
Carmen Sanjulián: —Dos años separan Café Budapest y Dublinés. ¿Qué ha pasado en ese tiempo?
Alfonso Zapico: —Buscaba otra historia que contar. No sabía muy bien por dónde tirar, y entonces apareció esta biografía de Joyce, que al principio era un reto, era algo nuevo, algo que no sabía cómo iba a acabar, algo en lo que el editor no terminaba de confiar. Al final, han sido dos años y pico de trabajo, de viajes, de cambios también, y como este libro es también un libro de viajes, ha sido una manera de evolucionar y de dibujar un poco todo eso.
Carmen Sanjulián: —¿Qué te fascinó de Joyce para pensar que querías hacer un libro sobre él?
Alfonso Zapico: —Cuando yo empecé a dibujar Dublinés, no sabía mucho sobre el autor. No soy experto en literatura. Pero no sé por qué Joyce tiene esa cosa que engancha un poco, que llama la atención, que provoca cierta curiosidad para hurgar en él. Eso es lo que me inspiró a mí para meterme con Dublinés. Al final, he retratado esta «superficie» del autor, con esta filosofía de vida tan optimista y tan amante de los pequeños detalles, a la vez que cuento la historia real de un tío que estaba lleno de claroscuros, claro.
Carmen Sanjulián: —¿Tú también te deslizas por las barandillas como Joyce cuando acababa sus clases?
Alfonso Zapico: —No, yo soy muy formalito, comparado con Joyce.
Carmen Sanjulián: —¿Tú crees que toda la historia, si fuese contada como tú cuentas esta biografía de Joyce, sería más interesante?
Alfonso Zapico: —Yo creo que sí. A priori, la historia de Joyce, o cuando hablamos de su literatura… todo suena como muy abstracto, muy lejano, muy complicado. Pero las viñetas permiten al lector empaparse de la historia rápidamente, generan cierta complicidad, porque el lector, cuando lee este álbum, también es compañero de viaje del protagonista y va viajando por las páginas, va pasando por las ciudades por las que pasa el personaje y es parte de su vida hasta llegar ya al final.
Carmen Sanjulián: —¿Qué viene primero, la historia o el dibujo?
Alfonso Zapico: —Primero la historia, para mí. El dibujo lo pongo luego al servicio de la historia. Para este Dublinés he dibujado con grises, dibujo realista, porque la historia lo pedía. En Café Budapest el dibujo era en blanco y negro, era más caricatura, porque también la historia lo era.
Carmen Sanjulián: —¿Qué cómics leías de pequeño?
Alfonso Zapico: —Los que leía todo el mundo: leía Tintín, leía Spirou y leía Asterix y Mortadelo y Filemón, y Zipi y Zape… o sea que yo fui un lector convencional de tebeos. Me los tragué todos, todos los que había en la biblioteca, y los que había por ahí.
Carmen Sanjulián: —¿Y ahora también lees cómics?
Alfonso Zapico: —Ahora leo, lo que pasa es que como el mundo del cómic ha cambiado tanto y hay tantas publicaciones nuevas, la novela gráfica, muchos autores extranjeros… La verdad es que no conozco mucho. Ahora estoy empezando a conocer más y a leer más cómic. Pero para ser un autor de cómic, paradójicamente, yo no conocía mucho cómic.
Carmen Sanjulián: —Confiésanos un secreto: ¿has encandilado a muchas chicas con tus dibujos?
Alfonso Zapico: —Pues no, la verdad, yo creo que no. No tengo yo ese aura de los pintores bohemios.
Carmen Sanjulián: —¿Tú haces fotos?
Alfonso Zapico: —No, hice fotografía solo cuando estudié arte en la escuela de arte y era un fotógrafo bastante malo.
Carmen Sanjulián: —Asturias, patria querida. ¿Qué nos cuentas de Asturias?
Alfonso Zapico: —Ahora vivo en Francia y hace mucho que no paso por Asturias y sí que lo echo mucho de menos. Pero por ejemplo, al venir a Dublín, me he quitado un poco esa espina porque esto es un poco como aquello, ¿sabes? Por el clima y porque hay muchos bares, y porque la gente habla muy fuerte. En Francia sí que se nota la diferencia.
Carmen Sanjulián: —¿Y hay alguna diferencia entre Asturias e Irlanda?
Alfonso Zapico: —Sí, hay diferencias. Esto no lo conozco. Asturias para mí es algo especial.
Carmen Sanjulián: —Mantienes un blog con ilustraciones. ¿Tú crees que el futuro del cómic, como otras tantas cosas, va a estar en Internet? ¿Le decimos adiós al papel, o no?
Alfonso Zapico: —Yo creo que el futuro del cómic va a estar en Internet, pero yo creo que no va a haber adiós al papel. Creo que pasará un poco como con la novela, con los libros. El cómic digital ya es una realidad y yo creo que funcionará bien. Pero yo creo que los tebeos de papel con tapa dura, con cartoné, van a seguir publicándose y van a seguir vendiéndose.
Alfonso Zapico: —Pues no, de momento no. Tengo que terminar todo lo que me queda pendiente después de este, que me ha llevado mucho tiempo. Todavía no he pensado lo que voy a hacer después.
Carmen Sanjulián: —Hoy es 16 de junio, Bloomsday, ¿qué supone para ti presentar tu libro Dublinés en un día tan especial como este? Y además en Irlanda, en Dublín.
Alfonso Zapico: —Es algo pintoresco. Si alguien me lo hubiera dicho cuando empecé a dibujar el álbum, me hubiera parecido una cosa increíble. Pero mira, he tenido la suerte de que se ha terminado el libro este año, hemos publicado en mayo y aquí estoy, el 16 de junio. El mismo día que Joyce salía con Nora por ahí de paseo, por la playa. Ha sido fantástico para cerrar.
Carmen Sanjulián: —¿Tú ves la vida en viñetas?
Alfonso Zapico: —Yo sí. Apunto cosas y me quedo con las caras y con los detalles, y de ahí saco petróleo luego para dibujar mis historias.