La ciencia es sin disputa el mejor, el más brillante adorno del hombre.
Son palabras de Gaspar Melchor Jovellanos (1714-1811), del que hoy 28 de noviembre se conmemora el bicentenario de su muerte. Jurista, político, intelectual y literato, Jovellanos fue una figura ideológica clave del siglo XVIII español.
En su trayectoria política, Jovellanos fue el paradigma de la Ilustración española. Proveniente de una familia de la pequeña nobleza asturiana, estudió derecho canónico y se inclinó hacia la magistratura. Ahí comenzó su andadura por diversas instituciones de la corte de los Borbones y empezó a codearse con otras mentes ilustradas como Campomanes. De esta forma hicieron mella en él los nuevos valores de la Ilustración, que no está de más recordar: el predominio de la razón, la ciencia, el reparto de las riquezas, la secularización de la vida pública, la liberalización del suelo… En definitiva, el germen del estado liberal moderno. Sin embargo, la Ilustración española fue de tinte más moderado, más teórica que práctica, y sus representantes, con Jovellanos a la cabeza, abogaban más por una reforma que por una verdadera revolución.
Tras el estallido de la Revolución Francesa, la carrera política de Jovellanos sufre poco a poco el azote antiilustrado, hasta acabar incluso entre rejas. A pesar de ello, mantuvo una frenética actividad política de la que cabe destacar su propuesta de reforma de la Inquisición, la reforma de la enseñanza y su Informe sobre la Ley Agraria.
Pero si su reconocimiento ha llegado hasta nuestros días, se debe sin duda a su faceta de literato. Además de sus ensayos sobre diferentes disciplinas, cultivó la poesía, el teatro y el género autobiográfico. Asimismo, Jovellanos fue un eslabón fundamental en las relaciones ideológicas entre España y otros países europeos como las Islas Británicas, de las que formaba parte entonces Irlanda. Prueba de ello son su profusa correspondencia con Lord Holland y la primera traducción al español de El paraíso perdido de John Milton.
En resumen, un perfil muy completo y jugoso que merece la pena explorar en un periodo también de convulsión ideológica como son los albores del siglo XXI.
Science is no doubt the best and most brilliant ornament of mankind.
These are the words of Gaspar Melchor Jovellanos (1714-1811), a jurist, a statesman, a philosopher, a writer, and a key ideological figure of the Spanish 18th century. Today, 28th November, we commemorate the bicentenary of his death.
In his political career he was the paradigm of the Spanish Age of Enlightenment. His family belonged to the small Asturian nobility. He studied canonical law and became a judge. He subsequently held key political positions in several institutions of The Borbón’s Court, where he got in contact with other prominent representatives of the Enlightenment such as Campomanes. That’s how he was deeply influenced by the new ideals of the Enlightenment, which are worth remembering: power of reason, science, distribution of wealth, secularisation, liberalisation of land… In short, the roots of the modern liberal state. However, the Enlightenment inSpain was more moderate, rather a theoretical than a practical movement, and its representatives, headed by Jovellanos, pleaded for a reform of the social, economic and political structures instead of a real revolution.
Following the outbreak of the French Revolution, Jovellanos’ political career gradually suffered the persecution against the Enlightenment defenders and he even ended up in jail. Nevertheless he was actively involved in the political scene with a special focus on the reform of the Spanish Inquisition, the reform of the education system and his report on the reform of the agriculture law.
However, his recognition has survived until today thanks to his literary career. Besides his many essays on different topics he also wrote poetry, drama and his memories. Furthermore, Jovellanos represented an essential link of the ideological relations between Spainand other European countries such as the Britain Isles, which included Ireland at that time. Proof of that is the large correspondence he exchanged with Lord Holland and the first translation into Spanish of Paradise Lost by John Milton.
In summary, Jovellanos represents a complete and intriguing figure that is worth exploring at a moment of ideological upheaval as it is the dawn of this 21st century.