¿Somos individuos sin el colectivo?
Estructuras, organizaciones, masa: eso es una sociedad. Somos pequeñas partes de un todo que a menudo olvida nuestras particularidades para funcionar. Esta es la historia que cuentan las pinturas de Daniel Rodríguez Castro que podéis ver en el instituto Cervantes : empleados del mes, modelos corporativos con rostros desdibujados, parkings repletos de coches, «fotos» de grupo al lienzo (doctores, equipos deportivos, bandas de música…), vistas aéreas de parques llenos de gente, el mar con bañistas, una calle a rebosar de viandantes…
Reconocerse y reconocernos.
La colección de cuarenta obras, producidas entre 2004 y 2006, se compone en su mayoría de retratos frontales e imágenes aéreas, por las que el artista empezó a interesarse al volar por primera vez. Dice Daniel que fue en su primer vuelo, de Barcelona a Londres, cuando comenzó a fijarse en los pequeños detalles del mundo visto desde lo alto.
Clases, carreteras, edificios, aparcamientos, parques: somos muchos, somos uno.
El tema de Común, según el artista, es la identidad y el comportamiento de individuo en grupo. En efecto, a pesar de retratar multitudes consigue analizar particularidades, pequeños detalles: el modo de aparcar de un coche en un aparcamiento, la mirada más distraída de uno de los empleados del mes, la pose poder relajada de un modelo corporativo, etc.
En una pequeña visita guiada a la exposición en la que Daniel nos explicó su obra el 23 de abril, día del libro, nos comentaba, hablando de su técnica, que él trata de desvincularse cuanto puede de sus creaciones, que estas son rápidas y que disfruta más del proceso de búsqueda, de la foto perfecta que va a convertirse después en pintura (porque todas sus pinturas de grupo toman como modelo fotos originales).
En sus colecciones más recientes: Modelos corporativos y El concurso, de 2014, apreciamos rostros aún más desdibujados que en el resto de los cuadros: más que caras, nos enfrentamos a máscaras, figurantes, actores en busca de una «felicidad fotográfica».
Sin llegar a lo distópico, quizá por el empleo de colores vivos, joviales, esta exposición nos retrata como sociedad y como pequeños colectivos, llamando la atención sobre el poder de la masa, la influencia del grupo y la normalidad de actuar en conjunto, dejándonos llevar e influenciándonos mutuamente.
La pequeña reflexión que saco de esta original exposición es que el colectivo también nos hace grandes, y que es en sociedad donde nuestras voces cobran importancia. En cambio, también creo que deberíamos saber ser colectivo en todas las situaciones. Si sonreímos en fotos de familia, de equipo, en orlas; si somos un teatro lleno de espectadores y una cola gigante en la montaña rusa de un parque de atracciones; si llenamos las tiendas rastreando gangas en rebajas; si somos la ola en un partido de fútbol, también deberíamos ser esa patera con 700 inmigrantes que naufragó apenas hace una semana en las costas de Libia. Eso también era un grupo, pero sin colores, ni sonrisas, ni poder, ni esperanza; un colectivo que luchaba por encontrar una vida digna; un colectivo de individuos sin voz, apenas rostro, sin derechos.
Si queréis sacar vuestras propias reflexiones no podéis perderos Común, de Daniel Rodríguez Castro, en la sala de exposiciones de Instituto Cervantes.
Texto: Ángela Arambarri Ateca
Traducción al inglés: Enca González Cambil
Are we individuals without the collective?
Sturctures, organisations, mass: that is society. We are small parts of a whole that often forgets our individualities. This is the story told by Daniel Rodríguez Castro´s paintings at Instituto Cervantes: employees of the month, corporate models with blurred faces, car parks packed with cars, group photos (doctors, sports teams, music bands…), aerial views of parks full of people, the sea with swimmers, a street bursting with pedestrians…
Recognise oneself and recognise ourselves.
This collection is made up of 20 pieces produced between 2004 and 2006. Most of them are portraits and aerial views that the artist became interested in when he flew for the first time. It was during his first flight from Barcelona to London when he noticed the little details of the world as seen from above.
Classes, roads, buildings and car parks, parks: we are many, we are one.
The theme of ‘Common’, according to the artist, is identity and the individual’s behaviour within a group.
During his exhibition tour on the 23rd April, World Book Day, Daniel explained that he tries to distance himself from his creations. They are completed within a short timeframe but he enjoys the research process most, the perfect photo that will become a painting, since all his group paintings are modelled on original photos.
In his most recent collections: ‘Corporate models’ and ‘The Contest’ (2014), we can see faces that are more blurred than in the rest of his paintings: rather than faces we see masks, figurines, actors in search of ‘photographic bliss’.
This exhibition does not present a dystopian society, perhaps due to the use of vibrant and joyful colours. It portrays us as a society and as small collectives, drawing attention to mass power, group influence, the normality of acting as a group, letting us be led and mutually influencing each other.
My reflection of this original exhibition is that collectiveness also makes us big and that it is within a society that our voices become important. However, I also believe that we should know how to become a collective in all situations. If we smile in group, team or college photos, if we are a theatre full of spectators and a huge queue on the roller coaster, if we fill up shops searching for sales, if we are a wave at a soccer match, we should also become that boat with 700 migrants that sunk just over a week ago on the Libyan coast. This was a group as well, but a group without colours, without smiles, without power, without hope, a collective who fought for a decent life, a collective without voice, almost without a face, without rights.
If you wish to draw your own conclusions, don´t miss ‘Common´by Daniel Rodríguez Castro at Instituto Cervantes Dublin Exhibition room.
Text by: Ángela Arambarri Ateca
Translated by: Enca González Cambil