Alquimista, una agencia de viajes, 600 años de tradición
Descubra las magníficas excursiones de Hobbiton
Visite los lugares más interesantes de la legendaria Sparta
Sorpréndase de la magia de la ciudad más oscura del mundo: Gotham
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Tesoros de Shire
Comenzaremos nuestra excursión con un breve trayecto panorámico empezando desde la parte más pintoresca de la aldea, pasando por el puente de Gandalf. Durante el recorrido veremos las pequeñas casas de los Hobbits, con maravillosos jardines. Fuera de la ciudad antigua, admiraremos los magníficos mosaicos de las colinas verdes. Veremos la famosa ruta usada por Gandalf cuando visita la aldea. Nos relajaremos en el clima cálido tomando una deliciosa copa de miel y pan de lembas.
* Incluye snack, cena y espectáculo folklórico con canciones típicas de Hobbits.
Recuerdos de Sparta – donde gobernó el orgulloso y valiente Leónidas
Empezaremos nuestro viaje con la visita de Termopiles, que fue uno de los sitios más importantes de la historia de Esparta y Grecia. Continuaremos alrededor del desfiladero poderoso. Buscaremos los cuerpos de los soldados persas. Visitaremos el templo donde una profetisa predicó el fin de Esparta. Visitaremos el famoso pozo donde Leónidas despidió al mensajero de Persia y sus compañeros. Para los turistas más obscenos, tendremos la oferta de visita de una de las casas de placer de Xerxes, el Rey de Persia (opcional).
* No incluye snack ni cena porque “¡¡¡Esto es Esparta!!!”
Sensaciones de Gotham – la ciudad oscura con los más grandes mafiosos del mundo
Nuestra primera parada será en la famosa posesión de la familia Wayne. Tras nuestra llegada a la ciudad disfrutaremos con la demostración de los inventos científicos creados por la Empresa Wayne. Durante el tiempo libre cada persona podrá encontrar el tipo de invento que le guste más. A la hora indicada por el guía nos reuniremos de nuevo para disfrutar de una excursión en un tren fundado por la compañía Wayne. Al finalizar regresaremos al autocar y admiraremos las maravillas de las calles más peligrosas de Gotham.
* Incluye snack y cena, pero bajo su propio riesgo, algunos productos pueden incluir veneno añadido por Joker.
Julia Janiszewska
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Un fin de semana
Sentada frente a mi escritorio, el teléfono empieza a sonar. El número de una amiga aparece, me decido a descolgarlo. Desde que los cursos se han terminado hace varios meses, nuestras reuniones son menos frecuentes, yo vuelvo a París y ella a la comarca de Montpellier. Lo primero que me llama la atención es el regreso de su acento sureño, cantando, silbando y quebradizo. Al contrario, mi voz, y en particular su ritmo parece pálido, le falta este tipo de energía. Nuestra conversación desemboca en una acción simple, impulsiva y loca: me tengo que ir a comprar un billete de tren y bajar este fin de semana a Montpellier. Escapo del calor sofocante del verano parisino para el mediterráneo. Más tarde, reservado el billete, me vuelvo al día siguiente a la estación de Lyon en París, que conecta con todo el sureste de Francia, no solo con las ciudades de Lyon o Ginebra, también con Marsella y por supuesto, Montpellier.
Tres horas y quince minutos después, mi tren entra en la estación de Montpellier. Tengo que salir de la estación para ir a encontrarme con mi amiga. Lo primero que me sorprende son los colores naranja y ocre de las casas de los alrededores de esta estación sin alma. Encantada de ver una cara familiar, salto en la pequeña AX y la beso cuatro veces como hacen los habitantes del Sur. Primera etapa: la famosa Plaza de la Comedia. Sin embargo, pasamos por las casas en ruinas, cansada de arrojar algo de mi alegría. Al llegar, entiendo mejor el orgullo de los habitantes de esta ciudad, no solo como centro administrativo romano sino como una región vitícola. Una segunda desilusión: una cosa que echo de menos enormemente, el mar mediterráneo, se ubica a más de diez kilómetros de la ciudad. En resumen, de nuevo vamos a coger el coche para llegar al objeto de mi deseo veraneante: el mar.
Siento que el objetivo secreto de este viaje era buscar el mar, sin duda un mar casi cerrado pero con un milenio de historia. Más de una docena de kilómetros para llegar a Palavas les Flots, la playa de Montpellier. Aunque el viaje me parece durar una eternidad, la presencia de mi amiga me tranquiliza, atenúo la ansiedad. Aquí estamos, ahora veo la línea azul en el horizonte. El mar, el mar, el mar. Como una niña, quiero nadar y envolverme en su agua caliente. De repente, mi primera experiencia con el mar mediterráneo me recuerda el océano atlántico, su fuerza, su frialdad y su espíritu rebelde. ¿Qué está pasando? No es posible que mi primer encuentro con este mar precioso y cosmopolita me revele su falta de energía y fuerza.
Sea lo que sea, como cada persona de nuestro planeta, todos los elementos geográficos tienen características que se aproximan al ser humano. Únicamente, hay que encontrar lo más adecuado a nuestra forma de ser.
Agnès Girod
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A veces
A veces
Alguien te echa un vistazo furtivo en los semáforos
Alguien te abre la puerta
Alguien te consuela cuando ponen el cepo a tu coche
Alguien comparte un paraguas durante un aguacero
Alguien te hace reír con sus chistes
A veces
Recibes una postal en el correo y te sorprendes
Asistes a una boda y brindas por los novios
Estás en el extranjero y echas de menos tu país
Rompes relaciones con tu novio y no le das mayor importancia
Llevas un sombrero a las carreras y tonteas con los solteros cotizados
A veces
Una mariposa revolotea y deseas acompañarla
Una pequeña intenta alcanzar un rayo de luna y quisieras que sus sueños se hicieran realidad
Una foto en ‘facebook’ te recuerda a antaño y te pones sentimental
Un músico empieza a tocar y tú quieres bailar
Un pájaro trina y te recuerda a tu primer amor
A veces
Al encontrarte con un amigo de colegio piensas en una noche memorable
Divulgan en las noticias un terremoto y de repente mandas mensajes de texto a los tuyos
Hablan en clase del tercer mundo y quisieras tener el poder de mejorar el planeta
Falla el ordenador y te sientes sin recursos
Asistes a un partido de fútbol y estás distraído con una chica
A veces
Viendo el primer oficial en uniforme se te pone el corazón a palpitar y finges que no te importa
Desfilan por la pasarela y sueñas despierto con tu hija de solo tres años
Vas a un viaje pintoresco y escribes un poema ‘La belleza del mundo me hace triste’
Suplican por la calle y maldices la desigualdad en la vida
Sueñas tus sueños y A Veces quisieras parar el mundo para bajar
A veces
Sólo a veces, gran amor.
Mary Crowley
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La crisis económica no mejoró, empeoró. Los tiempos eran duros, y se hacían cada vez más duros. Sucesivos gobiernos habían intentado en vano hacer el truco de reducir gastos mientras al mismo tiempo fomentaban la tasa de crecimiento. Hacía ahora más de cuatro años de la formación de un gobierno nacional de emergencia para manejar la crisis. Sin embargo, los ingresos de la mayoría de la gente seguían disminuyendo, mientras los precios seguían aumentando. Se tenía que hacer algo, todos lo decían.
Mi rutina cotidiana, como la de muchos de mis conciudadanos, se había convertido en una lucha. Tomaba un escaso desayuno antes de correr a la estación para coger el tren al trabajo. Como funcionario del Estado, estaba sujeto a una reducción salarial si llegaba tarde al trabajo, y el servicio de trenes empeoraba continuamente debido a recortes. Durante el viaje me quejaba con mis compañeros de viaje del precio de los boletos, que casi había llegado a tal extremo que me costaba más viajar al trabajo de lo que me pagaban.
Después de fichar en el trabajo intentaba encontrar un escritorio desocupado en el despacho de planta abierta, ahora un rasgo obligatorio en muchas oficinas. A la hora del almuerzo salía corriendo para comprar un bocadillo que consumía sentado en mi escritorio, mientras trataba de contestar al torrente interminable de correos electrónicos. A raíz de despidos colectivos, los que tenían trabajo tenían que a llevar a cabo los deberes de tres o cuatro personas.
Algunos periodistas, sin duda expresando las inquietudes de los que tenían que pagar impuestos que crecían constantemente, habían empezado a sugerir que a los funcionarios del Estado se les debería obligar a pagar por el privilegio de tener trabajo, por la seguridad, prestigio, y por la iluminación y calefacción subvencionada que iban con el puesto. Fue tal vez por un indicio de su desesperación que el gobierno pareció tomarse esta sugerencia en serio, y la usó como base de su política de “Pagar para trabajar”, que esperaban iba a estabilizar la sociedad, y a salvaguardar el statu quo.
Según esta política, en vez de recibir sueldo, cada trabajador, tanto en el sector privado como en el sector público, debía hacer un pago trimestral a sus empleadores, acorde con el estatus de su puesto. También, los que proveían artículos y servicios, en vez de recibir pago, debían pagar a clientes y empleados, y eran reembolsados por el gobierno, de los fondos contribuidos por funcionarios del Estado.
Esto causó gran asombro a todos, y la política ha sido un gran éxito. El empleo ha aumentado, ya que los empleadores tratan de maximizar los pagos de empleados. Además, un repentino aumento de la demanda ha reactivado la economía.
Mi rutina cotidiana ha cambiado. Ahora el día empieza con un desayuno generoso, y estoy contento porque cuantos más cereales consumo, tantos más me pagará el supermercado. También, la abolición de recortes de empleados ha ocasionado una mejora en el servicio de tren, y por eso no tengo que salir corriendo más a la estación cada mañana. Además, como ahora la ausencia del trabajo por huelgas cuesta a los empleadores directamente, los empleados tienen más poder de negociaciones, y por consiguiente las condiciones de trabajo han mejorado de manera espectacular. No más escritorios temporales, (hotdesks) “no más hacer el trabajo de colegas despedidos.
Gracias a la política “Pagar para trabajar”, este país está otra vez alegre y próspero. Sin embargo, todos nosotros nos sentimos bastante inquietos, un poco inseguros. Porque en lo más profundo de nuestros corazones, comprendemos que todo esto es imposible.
Stephen McFadden
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Aureliano y el hielo
Recuerdo siempre las clases de mi padre. En el cuartito apartado en nuestra casa, nos enseño a leer, escribir y a sacar cuentas. Pero lo mejor era que hablaba de las maravillas del mundo, forzando a extremos increíbles los límites de su imaginación. Cuando tienes cinco años, todo lo que dice tu papá es verdad. Creía firmemente que mi papá se atrevía a caminar sobre el agua.
Cada día, en el cuartito, compartía revelaciones nuevas. Para respaldar las clases, las paredes estaban llenas de mapas inverosímiles y gráficos fabulosos.
Todavía recuerdo vívidamente la tarde de marzo cuando llegaron los gitanos nuevos. Su llegada se había anunciado con los sonidos de los pífanos y tambores en la distancia. Venían a la aldea “pregonando el último y asombroso descubrimiento de los sabios de Memphis”. Todos los habitantes estaban muy alegres de verlos, ya que los sacudían de la rutina cotidiana. Con la sabiduría que da la experiencia, puedo decir que mi papá estaba más entusiasmado que nosotros los niños. Interrumpió la lección de física inmediatamente y los esperó con ansiedad.
Con mi mano en la de mi papá, entramos en “la tienda del rey Salomón”. Papá tuvo que pagar la entrada hasta el centro de la carpa. Mi hermano José Arcadio y yo, apenas lo podíamos creer.
Había un gigante enorme que vigilaba un cofre de pirata. Al ser destapado, el cofre despidió un aliento glacial. Miramos dentro. Podíamos ver un enorme bloque transparente; dentro todos los colores del arco iris. Yo pregunté a mi papá: “¿Qué es?” Mi papá respondió: “Es el diamante más grande del mundo”. “No, es hielo”, rebatió el gitano. Para probarlo, el gitano le invitó a tocarlo. Mi papá extendió la mano sobre el hielo. Sabía que estaba emocionado. Tenía los ojos clavados en el hielo. Quería que nosotros lo tocáramos pero mi hermano José Arcadio tenía miedo de acercarse. Yo, me moría de ganas de poner la mano. Pero, la retiré de inmediato. Me ardían los dedos. De regreso a casa, mi padre estaba fascinado con el hielo. Repitió una y otra vez “este es el gran invento de nuestro tiempo”.
Jamás logramos llegar a la casa. Papá, José Arcadio y yo, nos encontramos al fondo del arco iris. Hacía frío pero nos movíamos rápidamente. Primero sobre la tierra. Después sobre el agua, una gran extensión de agua. Era excitante. Mi papá parecía disfrutar la experiencia. Pero mi hermano se puso a llorar. Papá le dijo: “¡Cálmate!” “Disfruta del entorno. Vamos a recibir los beneficios de la ciencia” “¿A dónde vamos?”, preguntó mi hermano. “A ver el mundo” respondió papá. De repente miramos la tierra. Entonces vi un dinosaurio. Grité a mi papá: “¡Papá, mira el dinosaurio!”. Mi hermano estaba igual de emocionado. El dinosaurio avanzó hacia nosotros. Era enorme pero dócil. Bajó la cabeza de una manera agradable. Estábamos atónitos cuando con una voz profunda preguntó: “¿A dónde vais?” Como si fuera lo más normal del mundo, mi hermano respondió: “A Macondo”. De repente estábamos aferrados al dinosaurio. “¿En qué dirección?” preguntó el dinosaurio. Papá alargó la mano para agarrar su brújula, “Hacia arriba”, dijo. Nos pusimos en marcha.
Cruzamos montañas, ríos y desiertos. Pronto alcanzamos el mar de Macondo. Era excitante. Me sentía en las nubes. Justo cuando llegábamos a Macondo, me desperté. Abrí los ojos. Mamá estaba al lado de mi cama. “Es la hora de desayuno, Aureliano” dijo.
Mary Crowley
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A veces
(Con disculpas a Goytisolo)
A veces
Alguien te roba tu lugar para aparcar con una sonrisita
Alguien te hace un saludo con el dedo
Alguien te engaña con una sonrisa
Alguien habla pestes de ti para divertirse
Alguien se ríe a carcajadas al oír tu nombre.
A veces
Te encuentras con personas que se comportan como si fueran de una especie diferente, y
Te imaginas abriendo un túnel al otro lado del globo, y
Te sientes que has ascendido al cielo, y
Te encuentras antiguo y sereno, y
Te quedas indiferente a los regalos del mundo.
A veces
Una mujer se oculta dentro de una muñeca pintada
Una muchacha canta y te olvidas
Un par de zapatos nuevos te hace rozadura en los pies
Un poema te pone de los nervios
Un resto carbonizado en tu casa te recuerda que compres una pila para el detector de humo.
A veces
Dan un documental en televisión y te acuerdas de un hombre que en la vida era ridículo
Te hablan con urgencia, y sueñas con relojes de pie
Encienden las luces y te descubres leyendo un periódico en la oscuridad
Te disparan en la espalda y caes al suelo riéndote
Han cumplido tus órdenes al pie de la letra.
A veces
Te quedas atascado en un ascensor por la noche con dos policías gordos
Hablan en las lenguas del hombre y quisieras aullar como un perro
Mientras alguien te espera en un bar, arruga una servilleta y termina su copa
Repican las campanas entonces y levantas la vista y ves al jorobado que te guiña el ojo
Miras el mundo a los ojos, y es como si todos los relojes de pie del planeta sonaran al mismo tiempo.
A veces
Sólo a veces, todo tiene sentido.
Stephen McFadden
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Tres amigas fueron detenidas por propagar palabras que habían provocado muchas manifestaciones.
Libertad, Igualdad y Fraternidad estaban encerradas en la misma jaula.
Fraternidad obtuvo la absolución por colaborar con la policía.
Igualdad sobornó a la guardia y le dieron la mejor jaula solo para ella.
Sin apoyo, Libertad fue condenada a cadena perpetua.
Julia Janiszewska
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Un año más, el 23 de abril se celabra la fiesta del libro en todo el mundo, aunque en Irlanda y en Reino Unido se suele celebrar el primer martes de marzo.
Con la celebración de este día, la UNESCO pretende fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual por medio del derecho de autor.
La Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes se suma a esta iniciativa con distintas actividades que se celebran en los diferentes centros: lecturas, concursos fotográficos y literarios, exposiciones bibliográficas, instalaciones…
También estaremos celebrando este día en el Instituto Cervantes de Dublín, con nuestros alumnos y con la poeta Ada Salas.
Consulta todas nuestras propuestas y ¡participa con nosotros!
Once again this year we celebrate World Book Day on the 23rd of April, although in Ireland and the United Kingdom, this celebrations is usually held the first Tuesday of March.
With the celebration of this day, UNESCO seeks to promote reading, publishing and the protection of intellectual property through copyright.
The Instituto Cervantes Library Network is joining this initiative with various activities held in different countries: reading, photography and literary competitions, exhibitions, literature, performances, etc…
We will also be celebrating this day at the Instituto Cervantes in Dublin, with our students, the poet Ada Salas, with poetry and, of course, with you.
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