“(…) fuimos a embestir con todas tres naos a una playa de arena bien chica, cercada de grandísimos peñascos de una parte y de otra, cosa jamás vista, porque en espacio de una hora se hicieron todas tres naves pedazos, de las cuales no se escaparon trescientos hombres y se ahogaron más de mil…”. Aunque el capitán no sabía nadar, consiguió dar con uno de los maderos que flotaban en la bahía irlandesa de Streedagh y que en su día formó parte de la Lavia, un navío de entre los 130 que pertenecieron a la llamada ‘Armada Invencible’. Tras sobrevivir a la ofensiva inglesa y al despiadado océano, el capitán Cuéllar narra con precisión su aventura por Irlanda.
Todo comienza con el deseo de Felipe II de vengar la muerte de su mujer, María Estuardo; que sumado a la rivalidad que entonces existía entre España e Inglaterra, principalmente por un motivo religioso, empuja al monarca, en 1588, a crear la ‘Grande y Felicísima Armada’, capaz de acabar con la imponente flota inglesa.
La estrategia de la armada española era zarpar hasta el Canal de la Mancha, donde el apoyo terrestre, desde los Tercios de Flandes, permitirían desembarcar en Inglaterra. Con la ventaja que tenían sobre ésta, el ejército español se proclamaba victorioso antes incluso de comenzar la batalla. Lo que no podían adivinar era que los ingleses no serían su único enemigo, sino que el embravecido océano jugaría en su contra. Tras algunas derrotas importantes, como la de la Batalla de Gravelines, la flota se debilitó, lo que añadido a las turbulentas condiciones meteorológicas, resultó en un total de 24 naufragios contra las rocosas costas irlandesas.
Pocos hombres sobrevivieron a estos naufragios, el capitán Cuéllar fue uno de ellos. A través de su carta al rey, ‘Carta de uno que fue en la Armada de Inglaterra y cuenta su jornada’ , conocemos todas las peripecias que finalmente le llevaron hasta Flandes. En ella, no solo cuenta el naufragio contra las costas irlandesas, sino que proporciona un auténtico cuadro de Irlanda en el siglo XVI.
Los acontecimientos que describe en su carta, son intrépidas anécdotas donde destacan la valía, el coraje y la amabilidad del pueblo irlandés, quienes hicieron posible que el capitán recorriese toda Irlanda, hasta llegar a Escocia, donde un barco enviado por el gobernador de Flandes, los traería de vuelta. En memoria de su viaje se ha creado un itinerario llamado ‘Camino de Cuéllar’ , que marca los lugares de Irlanda que el capitán recorrió.
Poco a poco los restos de la Armada española están siendo desenterrados de las profundidades marinas, los últimos hallazgo en las costas de Sligo están centrando el interés de la comunidad de historiadores. Sin embargo, hoy por hoy, los recuerdos de lo que fue uno de los imperios más poderosos, descansan bajo las costas de la ‘Isla Esmeralda’.
Texto y traducción: Cristina Rascón
Revisión de la traducción: Miriam Abuin
“(…) we charged along with other three vessels at a strand, enclosed within a line of huge rocks, what an extraordinary place, because in one hour other three vessels were destroyed. From which no more than three hundred men survived and more than one thousand drowned…” Even though the captain couldn’t swim, he managed to grab one of the pieces of the vessel that were still floating on Streedagh bay, once part of the Lavia, a vessel of the 130 that belonged to the Spanish Army. After surviving to British offensive and the ruthless ocean, the Captain Cuellar relates his adventures in Ireland.
The motor of the incident was King Philip II’s desire of revenge after Elisabeth I had ordered the murder of his wife, Mary Stuart; fueled by a religious reason. Finally in 1599, the Spanish monarch formed the Spanish Armada in order to defeat the English fleet.
The strategy was to navigate to the English Channel, where the Infantry of Flanders would give them the support to disembark in England. The advantages the Spanish army saw even before the battle; nevertheless they could not imagine that they had not a favorable wind. The English army was not their only enemy, since the rough ocean was the greatest handicap. After some important defeats, such as Gravelines Battle, the Spanish Armada was weakening, which made easier for the sea to destroy 24 vessels against the Irish rocky coastline.
There were not many survivors, one of them was the Captain Cuellar. Through its letter to the king, “Carta de uno que fue en la Armada de Inglaterra y cuenta su jornada”, we know all the adventures he lived until he arrived to Flanders. In this letter he narrated the wreck of the fleet and provided an image of Ireland in the 16th century.
The events that he described are anecdotes where he pointed the courage and kindness of the Irish people, who made possible for the Captain Cuellar to go across Ireland to Scotland, where he took a boat to Flander. In memory to his trip it was created an itinerary “The Cuellar’s Trail”, recreating the real rout of this adventurer.
Nowadays, the rests of the Spanish Army is being dig up from the seabed, the last discoveries were found in the Sligo’s coast which is being a focus of interest for many historians. Nevertheless, by the moment, the memories of what was one of the most powerful empires of the world is resting under the coastline of the “Emerald Island”.
Text and translation to English: Cristina Rascón
English text revision: Miriam Abuin