BARCELONE
Barcelona es la ciudad por excelencia de la novela negra española, hasta tal punto que se han creado diferentes rutas turísticas que unen los lugares en los que se desarrollan las tramas de las novelas. La más conocida, sin ninguna duda, es la Ruta de Pepe Carvalho, el detective protagonista de las novelas de Manuel Vázquez Montalbán. Esta ruta transcurre, entre otros sitios, alrededor de la fuente de Canaletas, el mercado de La Boquería o el barrio de El Raval.
La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafón, también tiene su propia ruta que nos lleva desde el Arco del Teatro, lugar en donde se encuentra el cementerio imaginario de los libros olvidados al cementerio del Poble Nou, pasando por monumentos tan emblemáticos como el Palacio Güell, la iglesia de Santa María del Mar o el Palau de la Música.
Barcelone est la ville par excellence du polar espagnol, à tel point que différentes routes touristiques ont été crées, reliant les lieux où se déroulent les intrigues. La plus connue est sans aucun doute, la route de Pepe Carvalho, le détective protagoniste des romans de Vázquez Montalbán. Cette route se développe autour de la fameuse Fontaine de Canaletas, le Marché de la Boquería ou le Quartier de El Raval.
La Sombra del Viento de Carlos Ruiz Zafón, possède aussi sa propre route, qui nous emmène de l’Arc du Théâtre lieu où se trouve le cimetière imaginaire des libres oubliés au cimetière de Poble Nou, en passant par des monuments aussi emblématiques que le Palau Güell, l’église de Santa María del Mar ou le Palau de la Música.
“Recogió su caja y se marchó por el pasillo central del figón, examinando los pies de los comensales como quien busca setas. Carvalho dejó el dinero de la cuenta en el platillo y salió a la calle. No recordó de momento donde había dejado el coche la noche anterior, pero intuyó que había sido por la parte alta de las Ramblas. Deambuló por el centro del paseo, deteniéndose en los quioscos de libros y revistas, sopesando sobres de semillas, reflexionando más arriba sobre la extraña condición de los pájaros y monitos encerrados en las jaulas de los vendedores. Pero ya la Rambla se llenaba del
bullicio comercial de la tarde y Carvalho se metió bajo el escudo colgante que daba paso a la entrada del Mercado de la Boquería”. Tatuaje, Manuel Vázquez Montalbán.
«Todavía recuerdo aquel amanecer en que mi padre me llevó por primera vez a visitar el Cementerio de los libros olvidados. Desgranaban los primeros días del verano de 1945 y caminábamos por las calles de una Barcelona atrapada bajo cielos de ceniza y un sol
de vaporque se derramaba sobre la Rambla de Santa Mónica enuna guirnalda de cobre líquido.
ie.-Daniel, lo que vas a ver hoy no se lo puedes contar a nadie –advirtió mi padre-. Ni a tu amigo Tomás. A nad
¿Ni siquiera a mamá?-inquirí yo a media voz.
Mi padre suspiró, amparado en aquella sonrisa triste que le perseguía como una sombra por la vida.
Claro que sí –respondió cabizbajo-. Con ella no tenemos secretos.
A ella puedes contárselo todo”. La sombra del viento, Carlos Ruiz Zafón