Club de lectura. Miércoles, 16 de octubre, de 19 a 21 h.
La Revolución Francesa (1789) y la desaparición del Antiguo Régimen dan paso a la burguesía y a un nuevo orden en el que la pervivencia de la nación deja de radicar en la continuidad dinástica para depender del pueblo, guardián de una tradición secular enraizada en la lengua y en cierta plasmación literaria. A esta nueva concepción del mundo le correspondió una nueva forma de representación de la realidad: la novela histórica. Esta ficción de nuevo cuño aparece de la mano del romanticismo y responde a la necesidad de crear un sentimiento de pertenencia acorde con las nuevas realidades nacionales. Un pasado y una lengua compartida eran el fundamento de una convivencia que la literatura ayudó a establecer, difundir y legitimar.
Gran número de autores a partir del primer tercio del s. XIX escribieron novela histórica en Europa y América, empezando por el escocés Walter Scott, padre de una nueva corriente literaria que enriquecieron los franceses Victor Hugo o Dumas, el italiano Manzoni, el ruso Tolstói, o nuestros Larra y Espronceda.
La fórmula siguió dando frutos en el XX, como prueban obras de la calidad de Yo, Claudio, de Robert Graves, Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar, El siglo de las Luces de Alejo Carpertier, Bomarzo de Manuel Mujica Láinez o El nombre de la rosa de Umberto Eco.
En España, el género alcanzó su cumbre con los Episodios Nacionales de Galdós, publicados entre 1872 y 1912. Hubo luego que esperar a finales de siglo para asistir a la resurrección de la fórmula que hoy llena los escaparates de las librerías, en la que se inscriben Soldados de Salamina o Anatomía de un instante de Javier Cercas, las novelas de la serie El capitán Alatriste de Arturo Pérez Reverte o su El maestro de esgrima, de la que nos ocuparemos en la próxima sesión de nuestro club de lectura.
Más allá de las precisas condiciones en que el género nació, la novela histórica revela la conciencia o la autoconciencia que una sociedad tiene de sí, cómo se concibe, cómo se piensa o se repiensa. Es también una manera de mostrar su continuidad, dramatizar sus cambios o criticar el presente. De la visión del autor, de nuestra lectura, de nuestra valoración del texto hablaremos el miércoles 16 de octubre.
Precio de la sesión: 10 euros. Inscríbete por Internet a través del enlace Club de lectura o personalmente en en la secretaría de nuestro centro.
¡Feliz lectura!