Malcolm Barral (Barcelona, 1973) es editor, columnista y escritor. Empezó su carrera de editor en pequeñas editoriales madrileñas y, posteriormente, en Ediciones del Bronce y Columna Edicions. Dentro del mismo grupo Planeta, dirigió la colección de ficción de ediciones Destino y, más tarde, la de ficción española de RBA libros. En 2008, abandonó RBA para crear junto con Joan Barril la editorial Barril y Barral. Es miembro de la Orden del Finnegans, que tiene como objeto la veneración del Ulises de James Joyce.
Sergio Angulo: —Malcolm, ¿habías estado alguna vez en el Instituto Cervantes de Dublín?
Malcolm Barral: —Sí, he estado varias veces. De hecho formo parte de una absurda orden literaria que cada año viene a Dublín para el Bloomsday, y un par de veces hemos hecho algún acto aquí, un acto lo bastante absurdo como para ser de nuestra orden.
Sergio Angulo: —Para contextualizar un poco esa orden, ¿qué es el Ulises de Joyce?, ¿cuál es su trascendencia en la literatura?
Malcolm Barral: —Nuestra orden tiene como objeto la veneración del Ulises de James Joyce, que es conocida como una de las obras maestras de la literatura del siglo XX, pero que además tiene elementos diferenciales con otras obras maestras. Hace poco, en una entrevista sobre el Ulises, alguien decía: «es un libro de libros, es un libro que tiene diferentes lecturas». Pero eso se puede decir de casi todas las buenas obras de la literatura.
Yo creo que Ulises tiene elementos propios, diferenciales. Uno es que el autor está jugando o retando al lector todo el rato, y luego, que es lo que en inglés uno llamaría un phonetic fanatic. Joyce es un fanático de los juegos de palabras, con lo cual estás todo el rato intentando descubrir qué juego hay. Es un libro que requiere un esfuerzo especial y que tiene una recompensa única, que a veces es hilarante, a veces es inteligente. Obviamente, es un libro, como decía antes, con muchas lecturas y que es muy reconfortante desde el punto de vista literario. Pero particularmente a nosotros nos gusta esa parte jocosa. Por eso creamos una orden un tanto jocosa en torno a este libro.
Sergio Angulo: —El Bloomsday es el día en el que transcurre la historia del libro, que es el 16 de junio, que se celebra aquí en Dublín, donde la gente se involucra, se disfraza de los personajes… y vosotros hacéis una especie de peregrinación a Dublín cada año.
Malcolm Barral: —Cada año, sí. Ulises es la historia de Leopold Bloom. Es un viaje de un día, un 16 de junio. Entonces, cada año, ese dia Dublín se viste de eduardiano y celebra esta obra de James Joyce con algunos actos conmemorativos. Nosotros lo hacemos todo al revés. Es decir, el Ulises empieza en la Torre Martello de Dalkey, donde nosotros acabamos, y empezamos siempre en el James Joyce Centre. Luego hay una especie de acto público, donde lee cada uno de un país, o diferentes actores leen fragmentos del Ulises, Pero nosotros, únicamente, al unísono, cada año, venimos y decimos la última frase del capítulo sexto que reza: «Gracias. ¡Qué grandes estamos esta mañana!»
Sergio Angulo: —¿Qué hace falta para ser caballero de esa orden?
Malcolm Barral: —Ser un poco idiota, eso es fundamental. Y nada, lo que hace falta realmente… Es una orden literaria de amigos. Es un poco como la Orden de Toledo de Buñuel. Es un poco una parodia misma de las órdenes. Entonces, lo que hace falta es que te guste, que te puedas comprometer a venir cada año a Dublín para cada Bloomsday, sintonizar con el humor que hacemos y ser capaz de reírte de ti mismo un poquito.
Sergio Angulo: —Tengo entendido que también tenéis un cierto ritual, una práctica siniestra, que vais al cementerio de Dublín.
Malcolm Barral: —Sí. Como nos inventamos la orden, nos inventamos también los ritos. Entonces un año fuimos, porque aparecía en el Ulises de Joyce, al cementerio. Y descubrimos ahí el Gravediggers’ Pub, que es el pub de los enterradores, y descubrimos que en vez de ser un sitio tétrico y sombrío, tiene unas camareras estupendas, llenas de felicidad. Entonces, por ese contraste entre el pub de los enterradores y lo que realmente es, se ha convertido en un punto imprescindible en nuestro viaje de cada año, en nuestra odisea del Bloomsday.
Sergio Angulo: —¿Cuántos miembros sois actualmente?
Malcolm Barral: —Ahora somos siete. En principio añadimos uno cada año, pero este año creemos que vamos a estar en huelga y no vamos a nombrar a nadie, porque nos gusta la contradicción y queremos contradecirnos a nosotros mismos todo el rato.
Sergio Angulo: —¿Sois todos escritores, o estáis todos relacionados de alguna manera?
Malcolm Barral: —Bueno, menos la última incorporación. Fue una irlandesa vestida de eduardiana que encontramos en el parque. Nos pusimos de rodillas los seis y le preguntamos si quería formar parte de la orden. Dijo que sí. Es irlandesa y es una señora que se disfraza de eduardiana el día de Bloomsday. Es profesora.
Sergio Angulo: —¿Pero mantenéis relación?
Malcolm Barral: —Epistolar, ligeramente epistolar. Los otros, más que escritores… Sí, son escritores, gente de la cultura, pero el vínculo es la amistad. Todos nos conocíamos.
Sergio Angulo: —¿Tenéis algún tipo de ambición evangelizadora? ¿Queréis transmitir la doctrina del Ulises?
Malcolm Barral: —La verdad es que no. La verdad es que no tiene más trascendencia que lo que parece. Esto parece que es un grupo de anormales que se van cada año a Dublín a venerar un libro de seiscientas páginas y exactamente eso es lo que somos. Nos encantaría que todo el mundo leyera el Ulises, porque eso supondría que el nivel medio de comprensión de lectura de los españoles sería muy alto. Eso no va a suceder, y con tal de que no desaparezca la industria del libro nos conformamos.
Sergio Angulo: —En 2009 hubo un periodista del Irish Times que quiso hacer un pequeño estudio de campo de cuánta gente que participaba en el Bloomsday había leído el libro de cabo a rabo y descubrió que, de todas las personas que había entrevistado, solo una había leído el Ulises desde el principio hasta el final.
Malcolm Barral: —En nuestra orden es condición sine qua non haberlo leído entero. Pero somos gente de cultura. No tenemos mérito. Todos nosotros hemos leído el Ulises. Algunos incluso lo hemos leído en dos lenguas. Y en eso no hay duda. Pero bueno, también en España si tú preguntas cuánta gente ha leído realmente El Quijote… Es una historia conocida, todo el mundo conoce los detalles, pero ¿cuánta gente ha leído realmente todo El Quijote?
Sergio Angulo: —¿Crees que el Ulises, y la obra de Joyce en general, es algo inaccesible al público?
Malcolm Barral: —Sí. Digamos que tiene cierto hermetismo. Primero porque tiene mucha broma culta y eso dificulta la lectura en general. Tiene juegos de palabras. Sobre todo en español… Hay dos traducciones, ninguna es perfecta, porque algunas veces respetan mejor que otras los juegos de palabras, y realmente es un libro difícil. Joyce era difícil. De hecho Joyce hizo Finnegans Wake, que es un libro que todavía no está traducido al inglés. No se entiende en ninguna lengua. Es incomprensible. Pero esa provocación de Joyce aquí, en Ulises, no es tan extrema. Sin embargo, ya empiezan a existir pequeñas bromas internas y referencias oscuras. Para sacarle partido a un libro como Ulises se necesita mucho tiempo, mucha concentración. En fin, no sé cuántos libros de Joyce se han vendido en España, supongo que muchos porque está recomendado, pero entiendo que es un libro difícil.
Sergio Angulo: —¿Tú lo has leído en los dos idiomas, en inglés y en español?
Malcolm Barral: —Sí.
Sergio Angulo: —Para un español que sabe inglés, ¿cuál le recomiendas?
Malcolm Barral: —Yo lo leí en inglés habiéndolo leído en español y habiendo ya jugueteado con algunos juegos, con lo cual es más fácil. Hay dos traducciones. Una creo que es de Valverde y la otra de Subirats. Esta, la edición de Rueda, es la mejor. La de Valverde a mí me parece que pierde musicalidad y entonces, si no tiene esa cosa que llamaba antes «fonética», si no tiene esa musicalidad y pureza fonética, entonces pierde. Es más literal y quizás sea más perfecta, pero pierde la gracia.
Sergio Angulo: —¿Hacéis algún tipo de actividad como miembros de la Orden? Me consta que habéis escrito un libro de relatos.
Malcolm Barral: —Ahora estamos escribiendo otro libro de relatos. Se publicará el año que viene. Pero no, nada aparte de eso. De hecho nos vemos durante el año, pero casi nunca juntos. Eduardo Lago, que es uno de los fundadores, vive en Nueva York. Enrique Vila-Matas vive en Barcelona. Yo también vivo en Barcelona. Antonio Soler y Garriga Vela viven en Málaga. Marcos Giralt vive en Madrid. Es decir, todos nos vemos, somos todos amigos, nos vemos con cierta frecuencia, pero todos juntos es casi imposible.
Sergio Angulo: —¿Y esos relatos que escribís tienen relación con el Ulises?
Malcolm Barral: —Depende, bueno, este último libro sí tenía relación, más o menos. En el relato que yo escribí, el personaje se llamaba Leopoldo, un experto en Joyce que viajaba a Irlanda y quería ligarse a la chica que iba con él en el avión. Era un chico desastroso que se parecía un poco a mí. Pero no es una redacción de colegio en la que te dan el tema. El título era este y el título nos marcó a todos un poco la pauta. De hecho hay quien lo hizo más relato y quien lo hizo más no-ficción.
Ahora estamos escribiendo uno sobre la infancia y me cuesta más vincular la infancia con Joyce. No sé exactamente si llegaremos a buen puerto o no. Siempre se puede vincular, claro, con una novela en la que pasan tantas cosas. Hay alcoholismo, el asunto judío, infidelidad… En fin, hay tantos temas que puedes contar una historia que tenga un punto en común.
Sergio Angulo: —Una obra de Joyce, la que consideres más accesible para empezar con él. ¿Dublineses?
Malcolm Barral: —Sí, Dublineses, porque son relatos, yo creo que sería el más fácil, como, digamos, el libro de iniciación en Joyce. Lo que no se puede intentar es Finnegans Wake, porque realmente eso ya es… De hecho no se sabe bien si fue una broma para dejarnos durante decenas de años pensando qué quería decir.
Sergio Angulo: —El día 16 de junio que viene, que es sábado, es el día del Bloomsday, ¿vendréis?
Malcolm Barral: —Sí, claro.
Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), licenciado en Filología Hispánica e Italiana, reside en Barcelona desde 1982. Escribe novelas y cuentos, asi como guiones cinematográficos, articulos de prensa y critica literaria. Sus novelas han sido traducidas a una docena de idiomas. Entre ellas, cabe destacarLa ternura del dragón (1984), Carreteras secundarias (1996), Enterrar a los muertos (2005), Dientes de leche (2008), y El día de mañana (2011), novela con la que obtuvo el Premio de la Crítica de narrativa castellana 2011 y el Premio Ciutat de Barcelona 2012. En 2011 recibió, asimismo, el Premio de las Letras Aragonesas.
Carmen Sanjulián: —Ignacio, vamos a empezar recordando la figura de Félix. ¿Cómo era como persona, como escritor?
Ignacio Martínez de Pisón: —Cuando yo lo conocí él era un niño. Un niño gigantesco, un niño que lo sabía todo y que lo había leído todo. Él tenía unos diecisiete años, creo yo. Ya entonces él colaboraba en los periódicos de Zaragoza, en revistas, y hacía reseñas. A mí me sorprendía que un chaval tan joven hubiera leído tantos libros, y por tanto desconfiaba. Yo pensaba: «es que no puede ser que este chico se haya leído todo». Pero poco a poco iba descubriendo que sí, lo había leído todo, todo lo que decía y mucho más, muchos más libros de los que no hablaba y que yo descubría después que había leído. Con el tiempo yo llegué a pensar que tenía alguna enfermedad mental, que un tío no podía tener una cabeza que diera para tanto, para leer tanto, para saber tanto, para dominar tantos ámbitos del saber. Y era así. Realmente, a mí me parece que era, como decía Valle-Inclán, «un cráneo privilegiado».
Carmen Sanjulián: —¿Qué es lo que más echas de menos en su ausencia?
Ignacio Martínez de Pisón: —Echo de menos a la persona. Félix era muy invasivo en el mejor sentido del término. Era alguien que entraba en tu vida, en tu obra, que te cambiaba. Te cambiaba para mejor. Intervenía en las vidas de los demás para hacernos ser tan buenos como fuéramos capaces de ser. Y luego era un gran amigo. Era uno de esos tipos en los que siempre podías confiar. Realmente, el vacío que deja alguien se nota. El dolor que causó la muerte de Félix fue tremendo. Hay muchísima gente, muchos escritores, muchos amigos, muchos intelectuales que notaron su muerte, porque era como un referente, la persona a la que siempre podías acudir cuando tenías dudas sobre un título, sobre algún tema, sobre alguna lectura o alguna película. Ahí Félix siempre tenía respuestas para todo. Tenía siempre las ideas muy claras. Frente a las incertidumbres habituales de los demás, ahí estaba Félix, que siempre tenía una respuesta clara que te ayudaba a aclarar tu cabeza.
Carmen Sanjulián: —Félix era una de las personas a las que tú les dabas tus manuscritos. Y tú has confesado que en El día de mañana él cambió el final o te ayudó a cambiar el final.
Ignacio Martínez de Pisón: —Él influyó en los libros de muchos amigos y desde luego en libros míos. En Enterrar a los muertos, él era uno de mis consejeros habituales, de los que me daban bibliografía y me aportaban ideas, puntos de vista. En Dientes de leche, aproveché una historia suya, que es una historia de su padre al que, siendo policía municipal en Zaragoza, lo obligaron a hacer de extra en una película que se rodó allí en 1965. El alcalde mandó a todos los policías a hacer de extras en esa película. Félix me contó una historia muy bonita sobre cómo, muchos años después, él fue con su novia de entonces, Cristina Grande, y con sus padres a la filmoteca a ver esa película, en la que Zaragoza parecía como una ciudad del norte de Europa. Y como estaban solos en la filmoteca, los padres comentaban en voz alta cosas sobre la película: «Mira, este ya se ha muerto», «el pobre ese ha quedado fatal», «este…, no sabemos de él», «este echó mano a la caja»… Como Félix no la iba a aprovechar para ningún libro suyo, de esa anécdota saqué yo una pequeña historia.
Por otro lado, El día de mañana es una novela que yo le pasé para leer antes de entregársela a mi editor y él me dijo «está muy bien, pero el final sobra. Esas páginas finales explicativas no sirven de mucho». Y efectivamente, las reduje a una mínima impresión. Quité como ocho o diez folios por lo que él me dijo.
Carmen Sanjulián: —Cuando uno empieza a leer sobre Ignacio Martínez de Pisón, una de las primeras cosas que lee es: «Ignacio Martínez de Pisón, escritor zaragozano, perteneciente a la nueva narrativa…» ¿Tú te sientes cómodo con esa etiqueta?
Ignacio Martínez de Pisón: —La nueva narrativa es un fenómeno creado en los años ochenta como una especie de hecho histórico. Es decir, hacía falta una literatura distinta de la que se escribía durante el franquismo, la democracia tenía que producir nombres nuevos, títulos nuevos y estéticas nuevas. Entonces se acuñó el término y ese término nos acogió a muchos escritores que teníamos muy poco en común. Pero la verdad es que sirvió para darnos a conocer.
Yo tuve la suerte de que era un momento en que se esperaba que apareciera una generación nueva, y cuando yo llegué con unos cuentos a una editorial, a Anagrama, inmediatamente me dijeron que sí, porque había esa necesidad de escritores nuevos, de escritores surgidos tras la muerte de Franco. Pero fue una de esa etiquetas efímeras, que sirven en un momento para dar a conocer a una serie de escritores y luego la etiqueta desaparece. Muchos de esos escritores han permanecido activos. En esa misma etiqueta estaban englobados, junto a mí mismo, Soledad Puértolas, Julio Llamazares, Enrique Vila-Matas… Una serie de escritores que siguen ahí. Otros quedaron por el camino, como ocurre muchas veces en el mundo de la literatura.
Carmen Sanjulián: —La familia es uno de los temas constantes en tus libros y tú hablas de la familia, pero con conflictos. ¿Hay familias sin conflictos?
Ignacio Martínez de Pisón: —Dudo que tal cosa exista. Ni siquiera el concepto me parece imaginable. Me da la sensación de que la familia es el ámbito donde los conflictos se multiplican o se amplifican y, por tanto, un ámbito ideal para un escritor, porque un escritor lo que busca es contar los conflictos.
Carmen Sanjulián: —O sea que eso de las familias felices…
Ignacio Martínez de Pisón: —No, eso ya lo dijo Tolstoi.
Carmen Sanjulián: —Llevas más de veinticinco años escribiendo y publicando. Los temas son inagotables.
Ignacio Martínez de Pisón: —Llevo un montón. Llevo desde el 84, que saqué mi primer libro. Ya voy para los veintiocho años de carrera de escritor. Es verdad que, aunque uno nunca sabe cuál va a ser su próximo libro, las ideas acuden a ti. Hay muchas cosas que deben ser contadas, que esperan ser contadas, y lo único que tienes que hacer es estar atento, a ver en qué momento esa idea se cruza en tu vida y se te ofrece. Ahora mismo no sé cuál será mi siguiente novela, la siguiente a la que estoy escribiendo, ni cómo va a ser, ni sobre qué idea va a ir, sin embargo, estoy seguro de que cuando acabe la que estoy escribiendo, inmediatamente alguna idea me vendrá.
Carmen Sanjulián: —¿En qué has evolucionado desde que empezaste hasta ahora?
Ignacio Martínez de Pisón: —Cuando yo empecé a escribir, hablar de realismo era hablar de una literatura caduca, una literatura del pasado, una literatura casposa, y ningún escritor surgido en los años ochenta quería ser un escritor realista. Con el tiempo, me fui dando cuenta de que yo sí era un escritor realista. Tengo tendencia a escribir historias bien ancladas en la realidad, cercanas a mi vida, cercanas a los lugares en los que yo vivo o he vivido, y poco a poco mis libros se han ido pareciendo más a mí mismo y a mi propia vida. El mayor cambio en mi biografía de escritor ha sido que mi literatura ha acabado acercándose bastante a la tradición realista.
Carmen Sanjulián: —¿También se ha producido la misma evolución como lector?
Ignacio Martínez de Pisón: —Como lector soy bastante más abierto. Hay muchos tipos de libros que me gustan pero que jamás sería capaz de escribir. Las estéticas de muchos escritores que no se parecen a la mía me interesan también, como algo ajeno, pero algo interesante. A pesar de todo, es verdad que uno siempre busca alimentarse, nutrirse de las voces más cercanas, y quizá por eso en los últimos diez, quince años, la literatura que más he leído es la norteamericana, que es probablemente la que tiene la tradición realista más poderosa.
Carmen Sanjulián: —¿Qué significa Zaragoza para ti?
Ignacio Martínez de Pisón: —Zaragoza es la ciudad en la que nací, en la que pasé los años de mi formación como persona, y por tanto es la ciudad más importante de mi vida, aunque no necesariamente la ciudad en la que más tiempo he pasado. De hecho, llevo muchos más años en Barcelona. Pero es inevitable que mis personajes vuelvan a Zaragoza. Es como un retorno mío constante a Zaragoza, a través de mis libros y de mis personajes.
Carmen Sanjulián: —Hay escritores que dicen renegar de los premios. ¿Es solamente una pose, o a todo mundo le gusta recibir reconocimientos en forma de premios?
Ignacio Martínez de Pisón: —Bueno, siempre te gusta. Siempre te gusta que te digan que a alguien le ha gustado un libro tuyo, cuando son premios a los que no te presentas, sino que un día te llaman y te dicen «mira, te hemos dado este premio… Nos hemos reunido y hemos decidido que tu libro es el que más nos ha gustado de los últimos meses, o del último año». Es de esos reconocimientos que te ayudan a seguir. Un motivo más para seguir escribiendo.
Carmen Sanjulián: —Javier Barreiro estuvo aquí hace unos meses y decía que Aragón es una tierra especialmente dura con sus hijos. Pero ese no es tu caso.
Ignacio Martínez de Pisón: —No. Yo no creo que sea así. Yo creo que Aragón ha tratado bastante bien a sus creadores. Que algunos de ellos hayan tenido que irse para desarrollar su carrera fuera de Aragón, forma parte de la lógica. Es decir, que los mejores cineastas aragoneses hayan hecho su carrera fuera de Aragón es lógico, porque en Aragón no hay una industria cinematográfica. Pero creo que hay muy buenos escritores aragoneses que viven en Zaragoza o viven en Aragón y al mismo tiempo hay muy buenos escritores que viven fuera, y yo no creo que haya motivo para pensar que Aragón está tan mal. No. Al revés. Desde luego, mi caso es el de alguien que se siente muy bien tratado y me siento muy querido en Aragón, muy recompensado por los premios que me han dado allá.
Sobre Félix Romeo
El Instituto Cervantes quiere acercarte la figura del escritor Félix Romeo (1968-2011). Para ello vamos a llevar a cabo, a modo de homenaje, una mesa redonda con cinco invitados que nos hablarán en primera persona de su relación con el prolífico escritor. La cita es hoy martes a las seis de la tarde en el Café Literario.
Nacido en Zaragoza, Félix Romeo fue novelista, columnista, crítico literario y traductor. Es una figura clave en el mundo literario español y destacó por su labor en la difusión y promoción de la cultura. Colaboró en distintos periódicos y suplementos culturales y fue director del programa cultural La Mandrágora. Como escritor destacan sus obras Dibujos Animados, Amarillo y Discothèque.
Miguel Aguilar (Madrid) es director literario de la editorial Debate y traductor.
Luis Alegre (Lechago, Teruel, 1962) polifacético escritor, periodista, cineasta, y presentador de televisión, ha recibido múltiples reconocimientos como personalidad imprescindible del cine español.
Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), escritor de novela y narración corta y guionista. Sus obras han sido galardonadas con los premios Rodolfo Walsh y Dulce Chacón y ha sido aclamado por la crítica de varios países europeos.
Malcolm Otero Barrall (Barcelona, 1973) es editor, columnista y escritor. Ha sido profesor de literatura en diversos centros universitarios y es conferenciante habitual. Es miembro de la Orden del Finnegans, orden que tiene como objeto la veneración del Ulysses de James Joyce cada 16 de junio (Bloomsday).
David Trueba (Madrid, 1969) es uno de los jóvenes talentos del cine español que ha trabajado también como actor, guionista, escritor y periodista.
Instituto Cervantes wishes to bring you closer to the figure of writer Félix Romeo (1968-2011). We invite you to this round table, as a tribute to Félix Romeo, where five guests will discuss their relationship with this prolific author. The event is today at 6pm at Café Literario.
Félix Romeo, born in Zaragoza, was a novelist, columnist, literary critic and translator. He is a key figure in the world of Spanish literature and he stood out for his work in the promotion of culture. He published work in various newspapers and cultural supplements and was director of the Spanish cultural television programme La Mandrágora. As a writer, it is worth mentioning his work Dibujos Animados, Amarillo and Discothèque.
Miguel Aguilar is director of Debate Publishing House and translator.
Luis Alegre (Lechago, Teruel, 1962) is a versatile writer, journalist, film maker and television presenter. He has received various awards in recognition of his invaluable contribution to Spanish cinema.
Ignacio Martínez de Pisón (Zaragoza, 1960), his work as a writer has achieved recognition with the awards Rodolfo Walsh and Dulce Chacón and received outstanding critic’s reviews from various European countries.
Malcolm Otero Barrall (Barcelona, 1973) is an editor, journalist and writer. He has taught literature in various universities and is often invited as a guest speaker at conferences. He is a member of the The Order of Finnegans, an association that commemorates James Joyce Ulysses on Bloomsday (16th June).
David Trueba (Madrid, 1969) is one of the young talents of Spanish cinema. He has also worked as an actor, script writer, writer and journalist.
Ana Cristina Herreros (Ana Griott es su nombre de batalla cuando se sube a un escenario a contar cuentos) nació en León y realizó su tesis doctoral en Madrid sobre la literatura de los que ni escriben ni leen. Así, investigando en la tradición oral, se topó con los cuentos y empezó a contar. Después comenzó a escribir: Cuentos populares del Mediterráneo, Libro de monstruos españoles, Libro de brujas españolas, La asombrosa y verdadera historia de un ratón llamado Pérez o Geografía mágica son algunos de sus libros publicados por Siruela. En 2011 publicó, también en esta editorial, Cuentos populares de la Madre Muerte.
Sergio Angulo: —Ana, ¿qué diferencia hay entre un cuento y un relato?
Ana Cristina Herreros: —Normalmente los relatos tienen una estructura un poco difusa. Los cuentos tienen todos la misma estructura. Hay un planteamiento de personajes y situaciones, un conflicto, un personaje que se pone en camino, alguien que ayuda, el «donante» que diría Vladimir Propp, y el conflicto se resuelve. Y cuando el personaje que se ha puesto en camino consigue resolver el conflicto, alcanza la dignidad de rey, que quiere decir que se convierte en soberano de su propia vida. En los relatos no necesariamente existe esta estructura. Puede existir una estructura un poco distinta.
Sergio Angulo: —Segunda diferencia: ¿qué diferencia hay entre un monstruo y un villano?
Ana Cristina Herreros: —Es importante atender a la etimología, que es el origen de nuestras palabras. La palabra «monstruo» viene de monstrare, del latín, que significa «enseñar», y de ahí viene la palabra «maestro» también.
El monstruo es lo que se pone delante de ti, agranda una cualidad casi siempre negativa que tú tienes dentro, y te muestra que tú también a veces eres así. Eso es un monstruo. Y un villano es, como su propio nombre indica, alguien que comete maldades, villanías, en una villa, en una ciudad.
Sergio Angulo: —Hablando de la etimología de las palabras. Cuando hablamos de «contar», ¿tiene algo que ver con contar números?
Ana Cristina Herreros: —Sí, porque cuando uno cuenta establece una prioridad en el relato que va a contar y hace como una enumeración de sucesos que va desgranando, como si lo que se cuenta fueran las cuentas del rosario, una cuenta detrás de otra, o un suceso detrás de otro.
Sergio Angulo: —Otra diferencia, ¿qué diferencia hay entre un cuentacuentos y un actor?
Ana Cristina Herreros: —Hay muchas diferencias. Hay una muy importante y es que el actor cuenta o hace su espectáculo de narración o de teatro con una cosa que en el lenguaje técnico teatral se llama «la cuarta pared», y es que el público es una pared, el público no interactúa. El narrador mira a los ojos de la gente que está escuchando y tiene en cuenta lo que sucede en el espectáculo. Cuando tú haces teatro miras al infinito, porque el espectador no existe. Pero cuando tú cuentas, tú miras a los ojos de cada una de las personas que hay en el teatro, aunque haya cuatrocientas personas.
Sergio Angulo: —¿Se interactúa?
Ana Cristina Herreros: —Claro, porque eso es la oralidad, y en la oralidad, frente a lo escrito, lo que hay es un presente, el presente del momento, del instante en el que yo cuento. Entonces, si yo vengo aquí a contar «El bosque animado» y de pronto llegan niños muy pequeños, pues tengo que incorporar cuentos que los tengan en cuenta, porque, si no, no se va a producir el acto comunicativo que yo pretendo. Esa es una de las diferencias. Otra es que los actores tienen un texto que permanece invariable y el narrador no tiene un texto. El narrador tiene una cadena de sucesos, unas imágenes, que va contando, que va desgranando a medida que avanza su relato. Y de hecho, en la interacción con el público pueden suceder cosas como que, de pronto, algo que suceda en el público lo incorpore el narrador a su relato. En el espectáculo teatral no. El texto es el que es. Nada que suceda se puede incorporar. Actor y narrador son dos figuras completamente diferentes.
Sergio Angulo: —La última diferencia: ¿Qué diferencia hay entre Ana Cristina Herreros y Ana Griott?
Ana Cristina Herreros: —Son la misma y son dos. Esto es como lo de Don Quijote, que cada vez que salía tenía un nombre distinto. Con todos mis respetos a Don Quijote y sin pretender ser Don Quijote tampoco.
Normalmente firmo con mi nombre, Ana Cristina Herreros. Como editora soy Cristina Herreros y como narradora soy Ana Griott, porque cuando empecé a contar, yo estaba haciendo una tesis doctoral y mi tesis se titulaba Neopopulismo en la lírica culta del siglo XX. Son estos títulos rimbombantes que le tiene que poner uno a la tesis para que parezca una investigación de algo serio. Y como mi tesis era sobre oralidad, me fui a escuchar a los narradores que participaban en el Festival de Otoño de Teatro en el año 92, porque en la letra pequeña del programa ponía «Espectáculo de narración oral escénica». Y me quedé absolutamente perpleja, porque había dos narradores contando con adultos, no contaban con niños, en un teatro, y la gente les aplaudía y lo que allí sucedía era una comunicación impresionante. Y yo decidí que quería hacer eso, pero mi formación era universitaria, libresca, y no tenía ninguna experiencia escénica. Entonces empecé a hacer cosas de expresión corporal, de voz, de clown también. Y todo eso me ayudó para ser la narradora en la que me convertí. Ana Cristina Herreros se había convertido en Ana Griott.
Luego empecé a contar. Por entonces gestionábamos un local de copas donde se contaba todos los martes, el Café de la Palma, en la Calle de la Palma, en Madrid. Estuvimos contando todos los martes durante once años. Como contábamos todas las semanas y el público es muy fiel, no se podía contar los mismos cuentos, pero tampoco daba tiempo a preparar cuentos nuevos de una semana a otra, de modo que nos agrupamos varios narradores y nuestro grupo se llamaba Griott. Entonces la gente empezó a decir «Ana la de Griott» y con Ana Griott me quedé. El nombre me lo pusieron. No lo elegí yo. Por cierto, que los griotts son los narradores del centro-este de África. Es el nombre genérico con el que se los designa.
Sergio Angulo: —Ahora que hablas de África: Cuando se estudian las culturas, y sobre todo culturas primigenias, se estudia lo que narran, y se suele relacionar a veces con rituales. Se cuentan historias alrededor del fuego, o por la noche para dormir a un niño. ¿Qué conexión hay entre narración y ritual?
Ana Cristina Herreros: —Hay mucha conexión. Los griots acompañan a los niños que van a morir. Acompañan, en general, a la gente que va a morir, también a los niños. Tocan un instrumento que solamente tocan en esa ocasión, que se llamapluricuerda. Y lo que le cantan a los niños es «Tranquilo, niño, que tu madre está aquí, tranquilo, niño, que tu madre está allá». El objetivo del griot es que el niño muera en paz, que muera tranquilo.
Es gente, como te decía, que acompaña la vida y la muerte, porque los cuentos son para vivir. De hecho, hay un estudio en África que cuenta que en las comunidades donde las madres van a trabajar y los niños se quedan con las abuelas, los niños tienen una esperanza de vida mayor. Y eso que las abuelas no dan de comer, porque no tienen leche en sus pechos. Pero sí que dan un alimento, que es el alimento de la confianza, de la esperanza, que son los cuentos. Los niños que escuchan cuentos de sus abuelas tienen más oportunidades de sobrevivir.
Sergio Angulo: —¿Todos los cuentos tienen que tener moraleja?
Ana Cristina Herreros: —No. Lo de la moraleja es un invento del racionalismo francés y del siglo XVIII. Los cuentos tienen mensaje, no tienen moraleja, que es muy distinto. La moraleja se hace explícita, el mensaje no. El mensaje está ahí y cada cual lo interpreta según le parece. Porque el cuento es un texto literario también, aunque no tenga letra, aunque sea oral. Y como todo texto literario, es ambiguo: del mismo cuento uno puede entender una cosa y otro otra. Los cuentos no tienen moraleja, pero sí tienen mensaje, un mensaje muy profundo, y prueba de ello es que se han transmitido de generación en generación, porque entroncan con lo profundamente humano.
Si te fijas, los cuentos populares de todos los lugares son esencialmente los mismos. Los motivos folclóricos son universales, lo que cambian son los detalles. El elemento mágico en el Mediterráneo es la almendra o la naranja. En Siberia no, porque no hay. Pero los cuentos son los mismos, y es así porque los cuentos hunden sus raíces, según Vladimir Propp y el formalismo ruso, en tiempos muy antiguos, en el Neolítico, en el momento en el que hombres y mujeres comenzaron a cultivar la tierra y se convirtieron de nómadas en sedentarios. En ese momento se gestan todos los cuentos populares. Esto sucede en la zona del Cáucaso. Con las migraciones, después de la última glaciación, los cuentos se expanden por todo el mundo. Por eso los cuentos son iguales.
Sergio Angulo: —Vladimir Propp decía que no sólo los temas son universales, sino su estructura también.
Ana Cristina Herreros: —Así es, la estructura de la que hablaba antes, cuando comentaba la diferencia entre cuento y relato, es de Propp. Sí, la estructura coincide, porque los cuentos tradicionales son perfectos. No les sobra ni les falta nada. Por eso se transmiten de generación en generación.
Sergio Angulo: —Después de Vladimir Propp, Joseph Campbell, en su estudio de los mitos, también establece una universalidad total en las religiones, en sus mitos.
Ana Cristina Herreros: —Mircea Eliade también tiene unos ensayos sobre mitos universales. Estas cosas que se transmiten tienen que ver con lo profundamente humano, y en eso somos todos iguales. No hay diferencia entre norte, sur, ni siquiera entre este y oeste. Mi último libro es sobre la muerte, y aunque pueda parecer que la muerte en Occidente y en Oriente es distinta, en los cuentos populares es exactamente la misma. En Japón hay reminiscencias de cuentos populares, de fábulas, de mitos, que tienen que ver con las griegas. La cultura parece distinta, pero no lo es.
Sergio Angulo: —Sobre el mensaje en los cuentos, hay una cosa que me interesa. ¿Cómo se puede utilizar en el sistema educativo actual el contar cuentos para transmitir un mensaje?
Ana Cristina Herreros: —Está sucediendo. Los cuentos son lectura obligatoria en la escuela, pero sobre todo son cuentos de autor. De hecho, los cuentos populares en el sistema escolar no tienen buena prensa porque hubo quien se empeñó en decir que transmitían valores machistas y que había que quitarlos de la escuela. Eso es no tener mucha profundidad en el conocimiento de los cuentos populares, porque los cuentos populares son perfectamente coeducativos y enseñan cosas como la convivencia.
Hay un cuento precioso que es «La niña de los tres maridos». Yo cuento una versión de Murcia, pero hay versiones por todas partes. Es una niña que se acaba casando con tres chicos, fíjate. Eso, en el cuento es supernormal, cuando la normalidad en las sociedades donde existen matrimonios múltiples es que sean poligámicas, no poliándricas. O sea, que existan diferentes mujeres y no diferentes hombres. Eso en los cuentos populares se contempla con una normalidad impresionante.
Yo cuento también el cuento de «La ratita». La rata, en la tradición oral, nunca fue presumida. Nos la volvieron presumida porque en el siglo XIX se generalizó la enseñanza, con la ley Moyano, y vinieron las órdenes religiosas, francesas sobre todo, a enseñar a las señoritas españolas. En ese momento, una «señorita» que se preciara debía ser recatada. Para inculcar que no había que ser presumidas, le dieron la vuelta al cuento y volvieron a la rata presumida. Por eso se compra un lazo. En la tradición que yo conozco, y es la versión que yo manejo, la rata se compra un repollo, bien grande, excava con los dientes y se hace un balcón. A la rata se la comen por lo que se nos comen a todas: porque elige fatal y se casa con un gato.
Sergio Angulo: —Se casa con el novio equivocado.
Ana Cristina Herreros: —Claro.
Sergio Angulo: —Para terminar, me gustaría que nos dieras un consejo. Ya hemos hablado de dónde vienen los cuentos, pero a la hora de contarlos, a la hora de narrar, cómo podemos hacerlo mejor.
Ana Cristina Herreros: —Yo creo que es importante no contar los cuentos con una finalidad, no contar los cuentos porque queremos enseñar algo, sino contar el cuento que a nosotros nos conmueva. Porque desde ahí es desde donde uno puede transmitir la pasión.
La pasión se transmite si tú la sientes, la ternura se transmite si tú la sientes, el miedo se transmite si tú lo sientes. Yo creo que es muy importante elegir aquellos cuentos que nos toquen profundamente y contar esos cuentos, porque esos son los que mejor van a llegar, los que van a ser transmitidos con la mayor eficacia. Si uno cuenta desde su propia pasión, desde su propia entraña, desde su propia emoción, es muy difícil no emocionar al que esté enfrente.
Ana Cristina Herreros (Ana Griott is her stage name when telling stories) was born in León. She completed a thesis on folk literature in Madrid.. It was there, while researching the oral tradition of storytelling, that she discovered the many folk tales, which she started to speak and write about: Cuentos populares del Mediterráneo, Libro de monstruos españoles, Libro de brujas españolas, La asombrosa y verdadera historia de un ratón llamado Pérez, and Geografía Mágica are some of her books published by Siruela. Her most recent book, Cuentos populares de la Madre Muerte, was published in 2011.
Sergio Angulo: —Ana, what’s the difference between a story and a tale?
Ana Cristina Herreros: —Usually a story has a different structure, whereas a tale always follows the same pattern. There’s a formula for characters and situations. There´s always a conflict and a character who embarks on a journey, and somebody who helps them, the “donor”, as Vladimir Propp would call it. In the end the conflict is always resolved. And when the protagonist manages to resolve the conflict, he earns the dignity of king, which means he is the master of his own life. Stories don’t necessarily have this structure. Their structure can be a little different.
Sergio Angulo: —What’s the difference between a monster and a villain?
Ana Cristina Herreros: —It’s important to pay attention to etymology, which is the origin of our words. The word “monster” comes from the Latin word “monstare”, which means “to show”. The word “master” also comes from this.
The monster you are faced with almost always embodies a negative quality that you have within yourself, and shows you that’s the way you are sometimes. That’s a monster. A villain, as the name suggests, is someone who does evil things, villainies, in a town or a city.
Sergio Angulo: —Speaking of the etymology of words. When we say “contra” (to tell/ to count), does this have anything to do with “counting” numbers?
Ana Cristina Herreros: —Yes, because when you are recounting something, you establish a central theme in the story and figure out a sequence of events, as if they are rosary beads that you’re counting, one after the other.
Sergio Angulo: —What’s the difference between a storyteller and an actor?
Ana Cristina Herreros: —There are many differences. A very important one is that an actor gives a performance with using a technique called “the fourth wall” in technical theatre language. The audience doesn’t interact and so they represent a wall. A narrator looks into the eyes of his audience and takes the reaction to his performance into account. In theatre, you look into space, because the spectator doesn’t exist. When you are storytelling, you look into the eyes of each and every person in the room, even if there are four hundred people.
Sergio Angulo: —Is there any interaction?
Ana Cristina Herreros: —Of course, because that is the oral tradition. As opposed to the written, you have the present, that present moment, the instant when I´m telling a story. If I came here to tell the story “The Living Forest” and there were young children, well I would have to include stories that took them into account, because otherwise there wouldn’t be the interaction I’m aiming for. That’s one of the differences. Another one is that actors have set lines, whereas a narrator doesn´t have any. The narrator has a chain of events and images he describes, as his tale advances. In fact, through the interaction with the audience things can change. If something suddenly happens in the audience, you can incorporate it into your tale. This doesn’t happen in a theatre. The lines are what they are. Nothing that happens can be included. The actor and the narrator are two completely different figures.
Sergio Angulo: —Lastly, what’s the difference between Cristina Herreros and Ana Griott?
Ana Cristina Herreros: —They are one and the same, like Don Quixote, who had a different name every time he went out. But with all due respect to Don Quixote and without pretending to be him either.
I usually sign my name Ana Cristina Herreros. As an editor I’m Cristina Herreros but as a narrator I’m Ana Griott, because when I started telling stories I was writing my doctoral thesis and the title was Neopopulismo en la lírica culta del siglo XX (Neopopulism in the Sophisicated Poetry of the 20th Century) . These are the kind of high-flown titles you have to give your thesis, so your research appears to be about something serious. As my thesis was about the oral tradition, I went to the Autumn Theatre Festival in ´92, because I noticed in the small print of the program, it read “Spectacle of Storytelling”. I was absolutely amazed, because there were two narrators in a theatre, telling stories to adults, not children, and peopled were applauding them. It was an amazing interactive experience and I decided I wanted to do that, but my background was academic and I had no experience on stage. So I started learning things about bodily expression and voice, and about being a clown as well. All of that helped me to be the narrator that I became. Ana Cristina Herreros became Ana Griott.
Soon I started telling stories. We managed a local bar called El Café de la Palma in Madrid, where there was storytelling every Tuesday. So every Tuesday, for eleven years, we told stories to the same audience, and we couldn´t tell the same stories twice. As there was no time to prepare new stories from one week to the next, we formed a group called Griott. Then people started saying “Ana from the Griott” and so I involuntarily adopted the name Ana Griott. By the way, the “Griots” are narrators from Central-East Africa. It’s the generic name that they´ve been given.
Sergio Angulo: —When studying cultures, and especially primeval cultures, you always look at what is narrated, and sometimes it’s related to rituals. Stories are told around the fire, or at night, to put a child to sleep. What’s the connection between narration and rituals?
Ana Cristina Herreros: —There is a big connection. The Griots accompany dying children. They accompany people who are dying in general, but also children. They play a stringed instrument that is only played on such an occasion. And what they sing to the children is “be calm child, your mother is here, be calm child, your mother is there”. The Griot’s goal is for the child to die in peace, to die calmly.
They are people, as I was telling you, who accompany life and death, because stories are for living. In fact, there is a study in Africa that states that in communities where the mothers work and the children stay at home with their grandmothers, children have a higher life expectancy. This is because although grandmothers don’t feed them, as they don’t have breast milk, they can still give them nourishment – the nourishment of trust, of hope, which are in these stories. The children who listen to their grandmother´s stories have a greater chance of survival.
Sergio Angulo: —Do all stories need to have a moral ending?
Ana Cristina Herreros: —No, moral endings are an invention of French Rationalism in the 18th Century. Stories have a message, not a moral, which is very different. The moral ending becomes explicit, the message doesn’t. The message is there and everyone can interpret it whichever way they want. Because the story is also a literary text, even if it’s not written down, it’s ambiguous. From the same story, one person can understand one thing and another something else. They don’t have a moral but they do have a message. They have a very profound message and proof of that is that they have been passed on from generation to generation, because they have a profoundly human connection.
If you take a look, folk tales from different places are essentially the same. Folklore motifs are universal, what changes are the details. The magical element in the Mediterranean is the almond or the orange, but in Siberia there is none. Yet the stories are essentially the same, because stories have their roots, according to Vladimir Propp and Russian formalism, in ancient times, in the Neolithic period, the moment where men and women started to cultivate the land and changed from nomads to sedentary people. All folk tales have their origin in this era, in the Caucasus zone. After the last glacial period, stories spread throughout the world with the migration of people. That’s why all stories are the same.
Sergio Angulo: —Vladimir Propp also said the structure is universal, not only the themes.
Ana Cristina Herreros: —Yes, the structure I described earlier, when differntiating between a story and a tale, is Propp’s structure. The structure stays the same because it´s perfect. There’s nothing either superfluous or lacking. That’s why they it´s passed on from generation to generation.
Sergio Angulo: —After Vladimir Propp, Joseph Campbell also established a total universality with regard to religions and myths, in his study on the topic.
Ana Cristina Herreros: —Mircea Eliade has also written essays on universal myths. The ideas that are passed on are profoundly human, which we can all relate to. There’s no difference between North and South, East and West. My last book is about death, and even though it may seem that death in the West and East is different, in folk tales it’s exactly the same. In Japan there are accounts of folk tales, of fables and myths, that are related to the Greek. The cultures may seem different, but they´re not.
Sergio Angulo: —There’s one thing that really interests me about the message in stories. How could storytelling be used in the current educational system to pass on a message?
Ana Cristina Herreros: —It’s happening, but mostly with stories that are created specifically with that in mind. In fact, folk tales don’t have good press in the school system because some people argued that folk tales transmit sexist values, and they´ve been banned from schools. This comes from not having a deep knowledge about folk tales, because folk tales are perfectly co-educational, as they teach things like coexistence.
There’s a lovely tale, I have a version from Murcia, but there are versions everywhere – the one about the girl with the three husbands. It’s a girl who ends up marrying three boys. In the story it’s completely normal, even though what’s normal in societies with multiple marriages is polygamy, not polyandry. That is to say, there are multiple wives and not multiple husbands. In folk tales that is remarkably treated as normal.
I also tell a story about the little rat. The rat was never vain in the oral version. They made her vain because in the 19th Century, education spread with the Moyano law and the religious orders came here, mostly French, to teach young Spanish ladies. At the time, being a lady meant being modest. They had to be modest. To teach them not be vain, they turned the story around and made the rat vain, so she buys a ribbon. In the tradition I know, and that’s the version I tell, the rat buys a huge cabbage and digs in with her teeth, making a ridge. In the end, the rat gets eaten for the same reason we all get eaten – she makes a terrible choice and marries a cat.
Sergio Angulo: —She marries the wrong person.
Ana Cristina Herreros: —Exactly.
Sergio Angulo: —Just to finish, I’d like to ask you for advice. We have already talked about where stories come from but, when it comes to telling them, how can we do it better?
Ana Cristina Herreros: —I think it’s important not to tell stories with a purpose, not to tell stories because we want to teach something, but to tell them because they move us. Because that’s how you can pass on the passion.
Passion and warmth is passed on if you feel it, but also fear. So I think it’s very important to choose stories that move us profoundly and to tell those stories. Because those are the ones that will reach others more effectively, that will be shared. If you speak from your own passion, from inside yourself, with your own emotion, it’s very difficult not to affect those around you.
Jesús Ruiz Mantilla (Santander, 1965) nos visitó el pasado mes de noviembre y nos concedió esta entrevista que ahora os ofrecemos en video.
Jesús Ruiz Mantilla es periodista y escritor. Desde 1992 trabaja en El País. Escribe sobre música, cine y libros, temas por los que dice sentir verdadera pasión.
Ha publicado hasta ahora un libro de ensayo, Placer contra Placer (2008), y cinco novelas: Los ojos no ven (1997), con el universo de Dalí de fondo; Preludio (2004), en la que aborda la capacidad del artista para la autodestrucción; Gordo (2005), donde reivindica la obesidad sin complejos.; Yo, Farinelli, el capón (2007), en la que cuenta la biografía del más famoso “castrato” de todos los tiempos y Ahogada en llamas, publicada en marzo de 2012, novela que reúne varios géneros en uno, pero donde el aspecto histórico tiene un peso innegable.
Ahogada en llamas estará a vuestra disposición en la biblioteca a finales de este mes.
Jesus Ruiz Mantilla (Santander, 1965) visited us last November and answered to our questions in this interview.
He is journalist and writer. Since 1992, he works in EL PAIS writing about music, movies and books.
He has published an essay: Placer contra placer (2008) and five novels: Los ojos no ven (1997), with the universe of Dalí in the background, Preludio (2004), which addresses the artist’s ability to self-destruction; Gordo (2005), where he claims an obesity without complex; Yo, Farinelli, el capón (2007), which tells the biography of the most famous “castrato” of all time and Ahogada en llamas, published in March 2012, a novel that brings together various genres in one, but where the historical aspect has an undeniable weight.
Ahogada en llamas will be available in our library later this month.
Descárgate ahora El ritual de las doncellas, el audiolibro que te proponemos para esta semana.
En esta novela, un peculiar detective del siglo XVII llamado Capablanca, junto con su inseparable ayudante Fray Hortensio, se verá envuelto en un misterio, justo cuando está a punto de embarcar rumbo hacia las Indias. Se han producido una serie de asesinatos, sus víctimas siempre son mujeres y las muertes parecen obedecer a una especie de ritual sangriento. Capablanca descubrirá que el Madrid barroco de los bajos fondos y las altas esferas del poder no están tan alejados como cabría pensar.
Su autor, José Calvo Poyato, es Catedrático de Historia y doctor por la Universidad de Granada en Historia Moderna. El final de la Casa de Austria y la llegada de los Borbones a España han constituido la parte fundamental de sus investigaciones, aunque ha transitado, con obras de divulgación, por otros momentos de nuestra Historia.
En 1995 publicó su primera novela: El hechizo del rey a la que siguieron Conjura en Madrid y La Biblia Negra. Varias de sus obras han sido traducidas a diferentes idiomas.
Como novelista le han interesado las épocas que constituyen su especialidad histórica y también las mujeres que por su personalidad llamaron la atención de sus contemporáneos, como es el caso de Caterina Sforza, protagonista de La dama del dragón e Hipatia de Alejandría, firgura principal de El Sueño de Hipatia.
Download Now El ritual de las doncellas, the audiobook that we suggest for this week.
In this novel, a quirky detective in the seventeenth century called Capablanca, along with his trusty assistant Fray Hortensio, will be wrapped in a mystery, just as he is about to embark route to America. There have been a series of murders, the victims are always women and deaths seem to obey a kind of bloody ritual.
The author, José Calvo Poyato, is Professor of History and Phd. in Modern History. The end of the Habsburg Dinasty and the arrival of the House of Bourbon in Spain have been the fundamental part of his research.
In 1995, José Calvo Poyato published his first novel El hechizo del rey which was followed by Conjura en Madrid and La Biblia negra. Several of his works have been translated into different languages.
Bill Richardson, director of the Department of Spanish at the National University of Ireland in Galway, has published several essays on Spain and Latin America, with special interest in the work of Argentinian writer Jorge Luis Borges. He is the author of Spanish Studies: An Introduction (2001), and co-author (with Chris Ross and Begoña Bleeder-Vegas) of Contemporary Spain (3rd ed. 2008). His other publications deal with issues such as spatiality and deictic references in language, literature, and Spanish translation. His latest essay is Borges and Space (Peter Lang, 2012).
Sergio Angulo: —Bill, when did you start learning Spanish?
Bill Richardson: —Well, in this country there are few people studying Spanish and there have always been few people, but I did study Spanish in secondary school. I started when I was twelve or thirteen. Then, at the age of fifteen, I spent six weeks in Oviedo with a warm Spanish family and I was hooked. They treated me very well, but they didn’t speak English at all. I had to get by in Spanish.
Sergio Angulo: —At your university, in your department, what level of Spanish have first-year students?
Bill Richardson: —We are a bit like the other universities in Ireland. The vast majority of students are beginners. They have never studied any Spanish. 80%, or even more, of our students start from scratch. We also have a separate group for those that have studied Spanish in secondary school and have achieved a Leaving Cert level. But we have to provide this 80% with a very intensive course, to enable them to reach an appropriate level to study or even read literature, of course, and to study for a year in Spain or Latin America, as in our third year, students go abroad to study.
Sergio Angulo: —What is the demand for Spanish?
Bill Richardson: —Very good indeed. It grows every year. Every year there are more students who want to study Spanish. In the last five years, the number of students studying in our first year has risen from 100 to about 250. So there is much demand for Spanish. But most students are beginners. French has always been strong here as a foreign language, but now the number of students studying Spanish grows more and more, even at school. However, at the moment, that is not comparable to the number of students who speak French.
Sergio Angulo: —You have written articles and books on translation and literature with a special interest in Borges, who was also a great translator. But he said he liked to make the original better in order to create a new work. That’s not very common now.
Bill Richardson: —That’s not fashionable anymore. Now, the original text, the original culture, is much more valued, even if it creates difficulties for the reader in understanding these cultural references. Lawrence Venuti, for example, asserts that we shouldn’t homogenise, we shouldn’t change much in the text to suit the target reader, we have to respect the original text. It’s a way of recognizing the importance of the original culture and the original text. But that was not the way Borges translated. He took the liberty of creating a new literary work. If he thought he was improving it with a light touch here and there, he always did this.
Sergio Angulo: —Why Borges?
Bill Richardson: —I have always been interested. In college, when I was 18, I studied Borges´s literary works and I was fascinated. Borges is a writer who writes many things – prose, poetry and essays. But even the short stories he writes are like poetry, in the sense that one can always return to the story and find out more meanings, more wealth, more depth. You can return to them again and again, and yet, it is impossible to understand all the references and nuances of meaning. A Borgesian tale is very dense, there is so much in each paragraph.
Sergio Angulo: —Also symbolism.
Bill Richardson: —Sure. The labyrinth, for example. It is typical of Borges. The labyrinth symbolises, in some way, the lack of knowledge that characterises us as human beings, imperfect, in the sense that we don’t understand the meaning of life around us. He always felt, more than anything, that he was a bewildered man, that life is full of mysteries that are very difficult to understand.
There are also other symbols. Mirrors, for example. There are many mirrors in Borges. The mirror is very interesting, especially from my point of view, as I study the space issue. A mirror is in space, but somehow, it shows us something that seems to be in a space but is not really there. We are looking at ourselves in a place where we are not. This is a way of altering our perception of life. He is always subversive in this context.
In his short stories, which are like detective stories, there is always a hint that indicates something else is going on, a metaphysical twist. In his great short story “Death and the Compass”, for example, every crime scene seems to suggest something else. And then there’s the irony. Borges seems to be a very serious man. He knew philosophy very well, but he is actually very ironic. He plays with the reader and has a great sense of humour.
Sergio Angulo: —He wrote short stories, essays and poetry, but never a novel. Would a novel by Borges have been impossible to deal with, because of its complexity?
Bill Richardson: —I think there is some of that. He said he preferred to imagine that the novel was already there and he had to summarise it. Why waste two or three hundred pages saying something, if it can be summarised and analysed in half a dozen pages? This is what draws attention to Borges in the modern world, this way of self-reflecting on what a story is, and our existence.
Sergio Angulo: —After all the books that have been written about Borges in dozens of languages, what is new in your book, Borges and Space?
Bill Richardson: —The theme I focus on is space, which affects us in many ways. There is physical space, where you find something in one place, the physical location. In Borges, you can see this in that short story I mentioned, “Death and the Compass”. He plays with physical geographical locations within the city of Buenos Aires, although he doesn’t say that it is Buenos Aires. On the other hand, there is speculation about space and the shape of the universe. Borges also wants us to reflect on our place in the universe and ask, “Is this universe infinite or not?”
In any case, it’s wonderful. To think that the universe continues to infinity is unimaginable. On the other hand, if it ends somewhere, what’s next? In “The Library of Babel”, Borges makes us speculate on such topics. He invents the infinite library, or almost infinite, we don´t know. It´s a library that holds every book that exists and somehow, it´s also a symbol of the universe.
In several chapters of my book, I have tried to focus on some of the most important issues related to space. These are some of them, but there are others, for example, the issue of power.
Power is related to the domain or establishment of a space. There is also the issue of finding something in space. In “The Library of Babel”, the story speaks about people who are “seekers”. They are looking for books that can show us the meaning of life. This is very seductive, the idea that you can find something somewhere that is so special, it can explain the meaning of life. This longing for meaning and significance is very human. Sometimes, people say that Borges is very inhumane, very intellectual, very cold. But in fact, behind a seemingly cold surface, all these issues are human, very human.
About Jorge Luis Borges
Bill Richardson, director del Departamento de Español en la Universidad Nacional de Irlanda en Galway, ha publicado varios ensayos sobre España y América Latina, con un especial interés por la obra del autor argentino Jorge Luis Borges. Es autor de Spanish Studies: An Introduction (2001), y coautor (con Chris Ross y Begoña Sangrador-Vegas) de Contemporary Spain (3ª ed., 2008). Otras publicaciones suyas incluyen el tema de la espacialidad y las referencias deícticas en la lengua , la literatura y la traducción españolas. Su último ensayo es Borges and Space (Peter Lang, 2012).
Sergio Angulo: —Bill, ¿cuándo empezó a estudiar español?
Bill Richardson: —Bueno, en este país hay poca gente que estudia español y siempre ha habido poca gente, pero yo en cambio sí estudié el español en la escuela secundaria. Empecé a los doce o trece años. Después, a los quince años pasé seis semanas en Oviedo y me entusiasmé. Con una familia española muy acogedora, que me trató muy bien, pero que no sabía hablar inglés para nada. Entonces tuve que defenderme en español.
Sergio Angulo: —En su universidad, en su departamento ¿qué nivel de español tienen los estudiantes que llegan?
Bill Richardson: —Nosotros somos un poco como las demás universidades en Irlanda. La gran mayoría de nuestros estudiantes son principiantes. Nunca han estudiado español. El ochenta por ciento, o incluso más, empiezan desde cero. También tenemos un grupo para aquellos que han estudiado español en el colegio y han llegado a un nivel de bachillerato, lo que nosotros llamamos el Leaving cert. Pero a ese ochenta por ciento tenemos que darle un curso muy intensivo para que alcance un nivel adecuado para estudiar o incluso leer literatura, por supuesto, y para estudiar en el extranjero un año, en España o en Latinoamérica. Porque durante nuestro tercer año, los estudiantes van fuera a estudiar en España o en Latinoamérica.
Sergio Angulo: —¿Cómo es la demanda de español?
Bill Richardson: —Muy buena, de hecho. Crece cada año. Cada año hay más estudiantes que quieren estudiar español. En los últimos cinco años, el número de estudiantes que estudian en nuestro primer curso ha subido desde cien a unos doscientos cincuenta ahora. O sea que hay mucha demanda de español. Pero la mayoría son estudiantes principiantes. El francés siempre ha sido el idioma más fuerte aquí como lengua extranjera, pero ahora crece cada vez más el número de estudiantes que estudia español incluso en la escuela. Sin embargo, de momento no es comparable al número de estudiantes que habla francés.
Sergio Angulo: —Ha escrito usted artículos y libros sobre traducción y sobre literatura con un especial interés en Borges, que también fue un gran traductor. Pero él decía que a él le gustaba mejorar el original para crear otra obra. Eso no es muy común ahora.
Bill Richardson: —No está de moda ahora. Ahora se valora muchísimo el texto original, la cultura original, aún si eso crea dificultades para el lector a la hora de entender estas referencias culturales.
Lawrence Venuti, por ejemplo, asevera que no hay que homogeneizar, no hay que cambiar mucho el texto para adecuarlo al lector-meta, sino que hay que respetar el texto original. Es una forma de reconocer la importancia de la cultura original y del texto original. Pero esa no era la manera de traducir de un Borges. Él se tomaba la libertad de crear una nueva obra literaria. Si él pensaba que se mejoraba con un ligero toque aquí y allá, lo hacía siempre.
Sergio Angulo: —¿Por qué Borges?
Bill Richardson: —A mí siempre me ha interesado. En la facultad estudié la obra de Borges y me fascinó a los dieciocho años. Borges es un escritor que escribe muchas cosas: prosa, poesía y ensayos. Pero incluso los cuentos que escribe son como poesías, en el sentido de que uno siempre puede volver al cuento y encontrar más. Más significados, más riqueza, más profundidad. En ese sentido, son una fuente de riqueza y se puede volver a ellos una y otra vez. Y aún así, es imposible entender todas las referencias y los matices de significado. Un cuento borgiano es muy denso, hay muchísimo en cada párrafo.
Sergio Angulo: —Simbología también.
Bill Richardson: —Claro, por ejemplo el laberinto. Es típico de Borges. El laberinto simboliza de alguna forma la falta de conocimiento, lo que somos los humanos, imperfectos en el sentido de que no entendemos lo que es la vida que nos rodea. Él siempre consideraba, más que nada, que era un hombre perplejo, que la vida está llena de misterios muy difíciles de entender.
También hay otros símbolos. Los espejos, por ejemplo. Hay muchos espejos en Borges. El espejo es muy interesante, sobre todo desde mi punto de vista, que estudio el tema espacial. Un espejo está en el espacio, pero de alguna forma nos indica algo que parece estar en un espacio y no está ahí. Estamos mirándonos a nosotros mismos allí donde no estamos.
Es esa manera de romper la concepción de la vida que tenemos. Él es siempre subversivo en ese sentido. En los cuentos, que son como cuentos de detectives, siempre hay un toque que indica algo más, un toque metafísico. En el gran cuento de «La muerte y la brújula», por ejemplo, cada lugar del crimen que se encuentra en ese cuento parece sugerirnos algo más. Y luego está la ironía, porque Borges, aunque da la impresión de ser un hombre muy serio, y conocía muy bien toda la filosofía, de hecho es muy irónico. Juega con el lector y tiene un gran sentido del humor.
Sergio Angulo: —Escribió cuentos, ensayos y poesía, pero no escribió novela. ¿Habría sido una novela de Borges imposible de digerir, con tanto significado?
Bill Richardson: —A mí me parece que hay algo de eso. Él dijo que prefería imaginar que la novela existía y resumirla. ¿Por qué gastar doscientas o trescientas páginas diciendo algo, si de hecho se puede resumir en media docena de páginas y comentarlo? Esto es lo que llama la atención sobre Borges en el mundo moderno, esa manera de autoreflexionar sobre lo que es un cuento y sobre nuestra existencia.
Sergio Angulo: —Con todo lo que se ha escrito sobre Borges en todos los idiomas, ¿qué tiene de nuevo su libro,Borges and space?
Bill Richardson: —Lo mío es el tema del espacio. Y como dices, eso nos toca de muchas formas. Está el espacio físico, lo que es encontrar una cosa en un lugar, la ubicación física. En Borges eso se nota incluso en ese cuento que he mencionado, «La muerte y la brújula». Él juega con las ubicaciones geográficas físicas dentro de una ciudad que es Buenos Aires, aunque él no nos dice que es Buenos Aires. Luego, por otra parte, está la especulación sobre el espacio y el universo, el espacio como forma del universo. Borges también nos invita a reflexionar sobre nuestro lugar en este universo y preguntarnos: ¿este universo es infinito o no?
En cualquier caso, es maravilloso. Pensar que el universo sigue hasta el infinito es inimaginable. Por otra parte, si termina en algún lugar, ¿qué hay después? En un cuento como «La biblioteca de Babel» nos invita a especular sobre ese tipo de temas. Borges inventa esa biblioteca infinita, o casi infinita, no sabemos. Es una biblioteca que capta todos los libros que puede haber y, de alguna forma, es un símbolo otra vez del universo.
En varios capítulos de este libro he intentado ver algunos de los temas más importantes relacionados con el espacio. Estos que he mencionado son algunos de ellos. Pero también hay otros temas, por ejemplo el tema del poder.
El poder está relacionado con el dominio o la producción de un espacio. Y también está el tema de encontrar algo en el espacio. Incluso en «La biblioteca de Babel», ese cuento que he mencionado, habla de personas que son «buscadores», que van en busca de libros que pueden dar con el sentido de la vida. Eso de que en algún lugar podemos encontrar algo que sea tan especial que nos explique lo que es nuestra vida es también algo muy tentador. Y es muy humana esa añoranza de sentido, de significado. A veces la gente dice que Borges es muy inhumano, muy intelectual, muy frío. Pero de hecho, detrás de esa superficie que quizás sea fría, o da la impresión de ser fría, están todos estos temas humanos, muy humanos.
El 17 de mayo es el Día de Internet el Día contra la homofobia y la transfobia el Día Mundial del Reciclaje y, por si fuera poco, el Día das Letras Galegas, el más veterano de todos, que hoy celebra su 50 aniversario. Este año está dedicado a Valentín Paz Andrade. Felicidades a todos los gallegos, y a los que reciclan, y a los que están contra la homofobia y la transfobia, y cómo no, a todos los internautas.
“Si nos explicaran el sentido de la vida, seguramente no lo entenderíamos”, Jorge Luis Borges, Conversaciones, p. 241 (Borges on Life and Death).
Hoy a las 6 pm os ofrecemos en el Café Literario, una conferencia sobre el escritor argentino Jorge Luis Borges. La conferencia será impartida por Bill Richardson, director del Departamento de Español en la Universidad Nacional de Irlanda en Galway y especialista en la obra de Jorge Luis Borges y otros escritores latinoamericanos. Bill Richardson profundizará en la obra del autor argentino y en su visión sobre la vida.
Visto a veces como buscador de lo divino, otras veces como reaccionario, y otras tantas como un radical subversivo, la trayectoria literaria de Borges abarca desde la vanguardia hasta la producción de poemas y cuentos clásicos. Aquí veremos cómo su búsqueda de la verdad se articula en su obra, tocando temas como héroes y villanos, Dios y lo sobrenatural, la naturaleza del pensamiento, lengua y literatura, sexo y género, y tiempo y espacio.
Le seguirá la presentación del libro “Borges and Space” por la Embajadora de Argentina en Irlanda, Excma. Sra. María Esther Bondanza.
Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899 – Ginebra, 1986) fue uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX. Publicó ensayos breves, cuentos y poemas. Su obra, fundamental en la literatura y en el pensamiento humano, ha sido objeto de minuciosos análisis y de múltiples interpretaciones.
“If life’s meaning were explained to us, we probably wouldn’t understand it”, Jorge Luis Borges, Conversations, p. 240 (Borges on Life and Death).
Today we offer you a lecture about the Argentinian writer Jorge Luis Borges. The conference will take place at 6pm at our Café Literario.
Bill Richardson is Head of Spanish Department at NUI Galway and an authority on the work of Jorge Luis Borges and other Latin American authors. As he reviews the Argentinean author’s work and his vision of life we will discover a writer who searches for the divine, a political reactionary or a radical subversive. His literary work went from 1920s avant-garde to the production of poems and classical stories.
Followed by the book launch “Borges and Space”, with H.E.Ms. María Esther Bondanza.
Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899 – Geneva, 1986) was an Argentinean writer and one of the most renowned authors of the literature of the 20th Century. He published short essays, stories and poems. His work is essential in literature and human thinking and has been subject to in depth analysis and multiple interpretations.
Descúbrelo, recuérdalo, disfrútalo.
BBC.co.uk: Mexican Author Carlos Fuentes dead at 83
Guardian.co.uk: Mexico’s most celebrated novelist
Publishersweekly.com: A conversation with Carlos Fuentes
TheParisReview.org: The art of fiction
ABC.es: El intelectual que cuestionó México
ElMundo.es: Fallece el escritor Carlos Fuentes
ElPais.com: Carlos Fuentes
ElUniversal.com.mx: Carlos Fuentes 1928-2012
El ciclo de cine “Un libro, una película” llega a su fin este miércoles a las seis de la tarde con la película “El perro del hortelano”.
Os ofrecemos la adaptación de una comedia palatina de Lope de Vega (1562-1635). Su título hace alusión al refrán El perro del hortelano no come ni deja comer.
Cuenta la historia de Diana, condesa de Belflor, una joven perspicaz, impulsiva e inteligente. Está enamorada de Teodoro, su secretario, pero comprueba que éste ya está comprometido con la dama Marcela. Movida por los celos y la envidia, todo su afán se centra en separar a los dos enamorados.
El autor de la obra de teatro en la que se basa la película es Lope de Vega (Madrid, 1562). Poeta, novelista y el más grande dramaturgo español. Cultivó todo tipo de géneros vigentes en su tiempo, dando además forma a la comedia. Escribió unas 1.500 obras teatrales entre las que se encuentran auténticas joyas de la literatura universal de las que se conservan 426.
Pilar Miró (Madrid, 1940) es una reconocida directora de cine española. En 1982 ocupó el cargo de Directora General de Cinematografía y entre 1986 y 1989 dirigió la Radio y Televisión Pública Española. Su actividad posterior se diversificó entre la dirección de teatro y de ópera y su carrera cinematográfica, siendo su última producción El perro del hortelano (1996).
A la proyección le seguirá un debate dirigido a todo tipo de público.
The film series “One film, one Book” ends this Wednesday at 6pm with the screening of the film “El perro del hortelano”.
Based on a comedy by Lope de Vega (1562-1635). The title refers to a Spanish saying equivalent to ‘People often grudge others what they cannot enjoy themselves’.
The story is about Diana, the Countess of Belflor, is an intelligent, impulsive woman in love with her secretary, Teodoro. He is engaged to Marcela, one of the countess’s ladies in waiting. When the countess finds out about the engagement, driven by jealousy, she does everything possible to separate the lovers.
Lope de Vega (Madrid, 1562) is the most prominent Spanish playwright. He also wrote poems and novels, exploring all literary genres of his times. Furthermore, he was one of the forerunners of the comedy. He wrote about 1500 plays, from which only 426 have been kept, representing a treasury of world literature.
Pilar Miró (Madrid, 1940) is a renowned Spanish filmmaker. In 1982 she became General Director for Filmmaking and from 1986 to 1989 she headed the Spanish Public Broadcasting. Her subsequent career diversified between theatre and opera direction and filmmaking. The dog in the Manger (1996) is her last film.
The screeening will be followed by an open discussion.
El pasado 7 de octubre fallecía Félix Romeo. En las numerosas reacciones a su prematura y repentina muerte, con solo cuarenta y tres años, se repiten con frecuencia los encendidos elogios a su categoría humana y literaria.
Carismático, generoso y brillante, su obra derrocha fuerza y energía, no exenta de tintes fatalistas, como se refleja en Amarillo (2008), basado en el impacto que le produjo el suicidio de un amigo íntimo años antes.
Su personalidad polifacética combinaba sin esfuerzo su trabajo como poeta, escritor, articulista, traductor, ensayista y presentador del prestigioso programa cultural La mandrágora. Participó hasta como actor ocasional; su salida de la cárcel tras casi un año, después de ser condenado por un delito de insumisión, se reflejó en un corto de Fernando Trueba, parte del largometraje Lumière et compagnie. El director quiso plasmar su visión de la magia del nacimiento del cine a través del expresivo rostro de Romeo.
En sus otras novelas se mezclan igualmente ironía, humor y tristeza. En Dibujos animados (1994) realiza una novela fragmentaria, inspirada en Perec, que retrata su infancia en el barrio zaragozano de Las Fuentes.
Discothèque (2001) es una comedia negra y coral que mezcla la experiencia en la cárcel del autor con alusiones literarias y humor, donde caben tanto el imaginario del cine y la literatura norteamericana, como el iluminado Miguel de Molinos y el futbolista del Real Zaragoza, Nayim.
Poco antes de morir había terminado un nuevo libro, Noche de los enamorados (2012), reflexión sobre el crimen, la justicia y la libertad donde investigaba el caso de un compañero de celda en la prisión de Torrero.
En el año 2009, tuvimos el placer de acogerle con motivo de la Semana de las Letras organizada en el Instituto Cervantes de Dublín. Este mes recordamos su obra en nuestra biblioteca y a través de una mesa redonda que se celebrará el próximo 29 de mayo a las 6 de la tarde en el Café Literario.
Félix Romeo died on October 7th. There were numerous reactions and praise about his excellence as a writer and human being after his early and sudden death at the age of 43.
Charismatic, generous and outstanding; his work radiates strength and energy and also a fatalistic overtone, as it was reflected in Amarillo (2008), based on how the suicide of a close friend had an impact on him.
His versatile personality combined different sides as poet, writer, columnist, translator, essayist and TV presenter of the prestigious programme La mandrágora. He even participated as an actor, after spending a year in prison due to his refusal to serve military service. He was filmed on his way out of prison in a Fernando Trueba´s short-film which is part of the film Lumière et compagnie. The director wanted to capture the magic of the birth of cinema through Romeo´s expressive face.
Irony, humour and sadness mix in his other novels as well. Dibujos animados (1994) is a fragmentary novel, inspired by Perec. It portrays his childhood in a neighbourhood in Zaragoza.
Discothèque (2001) is an ensemble and dark comedy that mixes his experiences in prison and literary and humoristic references: there is place for cinema images, North American literature, the enlightened Miguel de Molinos or the Real Zaragoza football player, Nayim.
Just a little bit before his death, he finished a new book, Noche de los enamorados (2012) , a reflection about crime, justice and freedom while he researches the case of a cell mate at Torrero prison.
We had the pleasure of having him as a guest in the Semana de las Letras organized by Instituto Cervantes Dublin in 2009. We remember his work this month at our library and also with a round-table on May 29th at 6pm in Café Literario.
La protagonista de esta novela recuerda los pasos que, de la nada y a través del crimen, la llevaron a triunfar en una sociedad, en la que ser “de baja ralea y escasos posibles” no es un impedimento para hacer fortuna. A partir del reconocimiento de esta”‘verdad” indiscutible, nace, tras años y años de existencia gris y rutinaria, una heroína poco convencional.
Su autora, Lola Beccaria, es doctora en Filología Hispánica por la Universidad Complutense. Desde el año 1987 trabaja en la Real Academia Española, donde ha realizado diversos trabajos como lexicógrafa y lingüista.
Además de diversos relatos, artículos de prensa y de investigación, ha publicado seis novelas: La debutante (1996), La luna en Jorge (finalista del Premio Nadal 2001), Una mujer desnuda (Anagrama, 2004), Mariposas en la nieve (Anagrama, 2006), El arte de perder (Planeta. Premio Azorín 2009) yZero (Planeta, 2011).
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The protagonist of this novel recalls the steps she took to succeed in a society where being “of low birth” is not an impediment to making a fortune. Upon recognition of this “truth” without question, our unconventional heroine was born, after years of gray and routine.
The author, Lola Beccaria, a PhD in Hispanic Philology from the Complutense University, works since 1987 in the Royal Spanish Academy of Language, where she has held various jobs as a lexicographer and linguist.
In addition to various reports, press articles and research, she has published six novels: La debutante (1996), La luna en Jorge (Nadal Prize finalist 2001), Una mujer desnuda (Anagrama, 2004), Mariposas en la nieve (Anagrama , 2006), El arte de perder (Planeta. Azorin Award 2009) and Zero (Planeta, 2011).
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