En su famosa novela, La mujer nueva, Carmen Laforet ofrece una profunda mirada sobre las desigualdad que soportaban las mujeres durante el régimen franquista. Las actitudes arraigadas en torno a roles muy tradicionales e inmovilistas, las condenaban a una inferior posición social. A través de la lucha de nuestra protagonista para forjarse una vida diferente y transcender los tradicionales roles de género, vemos cómo las mujeres se veían obligadas a dedicarse completamente a sus obligaciones como madres y esposas. En la sociedad franquista, el papel de las mujeres se ceñía principalmente en atender las necesidades del marido y fomentar la práctica de la fe católica dentro del hogar mediante su adherencia a los valores como la humildad, así como su obligación de enseñar a los niños sobre la importancia del catolicismo como parte de su identidad. En cuanto al contexto histórico, la lucha de la protagonista refleja el cambio de actitudes por parte de ciertas mujeres en torno a su posición social, siendo esta la consecuencia de su necesidad de asumir nuevos papeles fuera del hogar como trabajadores y ciudadanas con una mayor conciencia de la importancia de luchar por sus derechos.
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