Aprovecha la tranquilidad y el recogimiento del invierno para iniciarte en el español y programar tus próximas vacaciones a España o América Latina con un doble aliciente. A partir del 7 de noviembre comienzan nuevos cursos para principiantes en el Instituto Cervantes, adaptados a todos los estilos de vida: de 10 semanas, intensivos de 5 semanas, nocturnos, de fines de semana… Consulta el calendario completo aquí.
Take advantage of the quiet and cosy wintertime to start studying Spanish and plan your next holidays to Spain or South America with a double motivation. From November 7th Instituto Cervantes opens new courses for beginners, catering to all lifestyles: 10 week courses, 5 week intensive, evenings, weekends… Click here for the full schedule.
Del dinosaurio deprimido al cerdito en bancarrota: Instrucciones para pasar el invierno
Antología de textos del Curso de escritura creativa y literatura en el Instituto Cervantes de Dublín. (Octubre a febrero 2011)
En esta antología se hayan recogidos textos de los alumnos del Curso de escritura creativa y literatura, realizado en el Instituto Cervantes de Dublín este invierno de 2010. Si hay frases con un tinte algo exótico es porque las editoras, Carmen San Julián y Patricia García, hemos decidido modificar lo mínimo posible los textos originales, y así mantener el estilo de cada autor.
Hoy, última entrega de la serie, presentamos el último cuento
Esperamos que hayáis disfrutado de la serie. Os esperamos en nuestro próximo curso de escritura creativa.
Enlaces relacionados:
Del dinosaurio deprimido al cerdito en bancarrota: Instrucciones para pasar el invierno
Antología de textos del Curso de escritura creativa y literatura en el Instituto Cervantes de Dublín. (Octubre a febrero 2011)
En esta antología se hayan recogidos textos de los alumnos del Curso de escritura creativa y literatura, realizado en el Instituto Cervantes de Dublín este invierno de 2010. Si hay frases con un tinte algo exótico es porque las editoras, Carmen San Julián y Patricia García, hemos decidido modificar lo mínimo posible los textos originales, y así mantener el estilo de cada autor.
Hoy presentamos:
Enlaces relacionados:
Del dinosaurio deprimido al cerdito en bancarrota: Instrucciones para pasar el invierno
Antología de textos del Curso de escritura creativa y literatura en el Instituto Cervantes de Dublín. (Octubre a febrero 2011)
En esta antología se hayan recogidos textos de los alumnos del Curso de escritura creativa y literatura, realizado en el Instituto Cervantes de Dublín este invierno de 2010. Si hay frases con un tinte algo exótico es porque las editoras, Carmen San Julián y Patricia García, hemos decidido modificar lo mínimo posible los textos originales, y así mantener el estilo de cada autor.
Hoy presentamos:
Enlaces relacionados:
Del dinosaurio deprimido al cerdito en bancarrota: Instrucciones para pasar el invierno
Antología de textos del Curso de escritura creativa y literatura en el Instituto Cervantes de Dublín. (Octubre a febrero 2011)
En esta antología se hallan recogidos textos de los alumnos del Curso de escritura creativa y literatura, realizado en el Instituto Cervantes de Dublín este invierno de 2010. Si hay frases con un tinte algo exótico es porque las editoras, Carmen San Julián y Patricia García, hemos decidido modificar lo mínimo posible los textos originales, y así mantener el estilo de cada autor.
Todos los relatos surgen de ejercicios planteados en clase: reformulaciones de cuentos de hadas, objetos cotidianos que deberían existir y objetos que ojalá no existieran, poemas y felicitaciones navideñas, así como interpretaciones de la palabra “libertad”. Muchos de ellos se gestaron a partir de cuentos famosos, como El avión de la Bella Durmiente (Gabriel García Márquez), Instrucciones para llorar (Julio Cortázar), o “La Libertad” (fragmento de Primavera con una esquina rota, Mario Benedetti).
Hay para todos los gustos: desde dinosaurios deprimidos (texto que abre la antología, cuya primera parte fue el resultado de un ejercicio de escritura colectiva), hasta cerditos en bancarrota por la crisis, pasando por instrucciones para acabar relaciones cortas, inventos como la cama motorizada, del que seguro las Bellas Durmientes se beneficiarán, manuales para vivir sin luz o móvil, así como un maravilloso proyecto para el futuro: extinguir el Dublin Bus.
Además ofrecemos historias para niños que quieran ser Dios, trucos para escritores en crisis creativa y un poema para disfrutar de la nieve que nos ha perseguido.
En resumen, con esta selección hemos querido compartir algunas claves para pasar un buen invierno. Esperamos que os divierta.
Patricia García (profesora del curso)
Aquí va nuestra primera entrega:
Instrucciones para dejar a un/a novio/a
Feliz Navidad a la Bella Durmiente
Enlaces relacionados
Había una vez, hace mucho mucho tiempo, en una tierra muy muy lejana, una ciudad muy bonita llena de riqueza que se llamaba “La ciudad de las Burbujas”.
Vivían en esa ciudad, tres cerditos que eran muy amigos. Los cerditos se conocían desde que eran niños. Ahora los tres trabajaban en la misma fábrica multinacional en las afueras de la ciudad de las burbujas. No faltaba de nada allí y tenían muy buena vida. Ganaban suficiente para disfrutar de toda la diversión y ocio que se ofrecía en la ciudad de las burbujas. Cada fin de semana gastaban lo que ganaban para salir de fiesta, beber cócteles y encontrar cerditas.
Todo iba muy bien, salvo una cosa. Los tres cerditos todavía vivían con sus padres y cada vez más deseaban independencia y sus propias casas. Surgía un dilema: ¿cómo los cerditos podrían continuar viviendo bien y también comprar unas casas?
El primer cerdito era el más listo de todos. Decidió ahorrar más y salir menos. Hizo horas extras en la fábrica y después de un año tenía una fianza suficiente para comprar una casa pequeña bonita con una hipoteca manejable.
El segundo cerdito también ahorró pero tampoco quería dejar su vida tan divertida. Él tenía gustos más ambiciosos que el primer cerdito y compró una casa el doble de grande que la casa de su amigo. Estaba muy contento, aunque tenía una hipoteca bastante grande y no quedaba nada de sus ahorros.
El tercer cerdito era el más arrogante de todos. Cuando vio las casas de sus amigos se puso muy celoso. No tenía paciencia para ahorrar ni para esperar que la casa de sus sueños bajara de precio. Pero tenía un plan. El banco de la ciudad de las burbujas ofrecía hipotecas de un 100% y con eso podría continuar viviendo bien y conseguir una casa gigante, ¡unas tres veces más grande que la del primer cerdito!
Así vivían los tres cerditos, contentos en sus tres casas. El tercer cerdito hacía las mejores fiestas donde se conocía a las cerditas más guapas y nunca faltaba ni para comer ni para beber. Vivían bien, hasta que un día cambió todo…para siempre. La fábrica donde trabajaban los cerditos se cerró y se mudó a otra tierra.
La fábrica donde trabajaban los cerditos se cerró y se mudó a otra tierra. Los tres cerditos estaban sin trabajo. Pero aún peor, el Banco de la Ciudad de las Burbujas era insolvente y fue comprado por el Banco de los Lobos, que era mucho más agresivo, y no tenía pena por sus préstamos. Los cerditos estaban en crisis.
El primer cerdito, afortunadamente tenía ahorros y con su finiquito de la fábrica, podía sobrevivir hasta que encontrara otro trabajo.
El segundo cerdito no tenía esperanzas con su hipoteca. Dejó las llaves de su casa en la puerta y huyó a otra tierra en el hemisferio opuesto con su finiquito, para empezar de nuevo allí.
El tercer cerdito estaba aún más destruido y el Banco de los Lobos le perseguía. Por desgracia, como el mercado de las casas se desplomó, la casa del tercer cerdito valía solo el 50% de su precio original…no había solución.
Un día vino un representante del Banco de los Lobos – era el día que temía el tercer cerdito.
“Déjame entrar”, gritó el banquero malvado. “Sé que estas dentro y tengo una orden de la Corte de Justicia”. Pero no le dejó entrar. El banquero continuaba visitando al cerdito cada día e intentaba encontrarle en persona para mandarle a juicio.
Mientras tanto el cerdito volvió a vivir con sus padres en un dormitorio pequeñito y alquiló su casa gigante para intentar pagar la hipoteca y sus deudas. Eso hizo, y sobrevivió con un poco de ayuda de su mejor amigo, el primer cerdito. Escapó del banquero del Banco de los Lobos, por el momento.
Siobhan McNamara
Eran las siete de la tarde. Maximilian se sentó en el Bachelor Inn Bar cerca del río Liffey. Terminó de beber su decimotercera copa de Jameson y como siempre en viernes esperó a su mejor amigo. Kieran siempre llegaba tarde. Era casi ocho años menor que Max y para su explicación siempre usaba su edad.
– Que la fuerza esté contigo – era la primera frase que usaban para saludarse. Los dos eran admiradores de La Guerra de las Galaxias.
– Y contigo, amigo – respondió Max. – Llegas tarde, otra vez.
Kieran sonrió y dijo sin sorpresa: “Sabes cómo somos, a nosotros los jóvenes, no nos importa el tiempo, vamos a nuestros problemas”. Era típico. Kieran era un hombre de treinta años pero parecía más joven. Era muy atractivo y siempre encontraba el tiempo para los amores. No era el típico poeta. En sus cuadernos de poesía era muy serio y dramático, en la vida muy optimista y amable.
Max era su contrario. Siempre serio, deprimido, nada en su vida le consolaba. En treinta y ocho años, se había divorciado dos veces, no mantenía contacto con su familia y solo tenía un amigo: el poeta. Empezó su carrera de autor de novela negra muy pronto cuando tenía veintitrés años. Con sus historias negras con humor cínico encontraba a muchos admiradores en su patria.
Cinco de sus libros eran bestsellers y otros cinco habían vendido muchas copias también. Sin embargo, desde hace dos años Max batallaba con una gran depresión y con deficiencia de ideas perfectas para su nuevo libro.
– Necesitas relajarte Max. Haz yoga o meditación. Eres demasiado pesimista, no es bueno para inventar las historias.
Esta conversación la escuchó el Desconocido sentado en la mesa de al lado. El hombre tenía barba de cuatro días y ojos alarmantes. Terminó de beber la segunda pinta de Guinness, quiso pedir otra pero paró escuchando atentamente la conversación de los dos artistas.
– Perdónenme señores… pero oí su conversación… sin intención… perdón, no quiero interrumpir y mezclarme pero yo puedo tener la solución para ti, Max… ¿No te importa que te llame Max, no? – preguntó el Desconocido con voz ronca.
Kieran quiso deshacerse del tipo chanchullero inmediatamente pero no consiguió abrir la boca cuando su amigo respondió desesperadamente: “Ningún problema. ¿Cómo puedes ayudarme?” El Desconocido sonrió mostrando sus dientes podridos.
– Vale… vale… ¿Buscas ideas perfectas, no? Las mejores ideas son las más austeras. ¿Por qué no usas tu vida como inspiración? Empieza tu novela escribiendo de la visita de un autor en… un bar y… un encuentro con un amigo… después este autor podría pensar en lo que podría ocurrirle y su amigo y lo escribe.
La idea es… si las historias en el manuscrito del autor son optimistas él tendría situaciones maravillosas en la vida, si las historias son negras… sabes… ¡horror! El hombre se rió histéricamente.
– Es buena idea, muy inspiradora. Gracias amigo, ¿qué puedo hacer por ti? – exclamó el autor.
– Nada, nada, ¡que te aproveche!… Puedes comprarme otra copa de Guinness y todos seremos felices, ja ja ja.
– ¡Por supuesto! – Max no recordaba cuándo se había sentido tan feliz. Quería empezar a escribir inmediatamente, compró Guinness para el Desconocido, se despidió de su sorprendido amigo y corrió a su apartamento en Dublín 2.
Escribió todos los días y noches. No tenía tiempo para su amigo, ni para periódicos ni tele. Era especialista en novela negra, entonces su mente siempre buscaba situaciones negras, duras; la vida en sus historias era de mala fortuna.
Empezó su novela con la visita de un autor en un bar y un encuentro con un amigo después este autor pensó en lo que podría ocurrirle a su amigo y lo escribió. El protagonista perdió a la familia en circunstancias muy graves. Los padres murieron en la autopista chocando con un camión con gasolina. Su hermana única, su marido y dos niños y otras cincuenta personas se hundieron con el barco.
El agua del Mar Irlandés era muy fría y el equipo de socorro no lo consiguió a tiempo. El amigo del autor inventado murió en el Dart apuñalado por una banda de jóvenes. Su historia casi estaba terminada solo necesitaba el fin adecuado, fuerte, de sangre como sus otros cuentos. Decidió ir al Bachelor Inn. Era viernes, entonces esperaba que Kieran estuviera allí.
El bar estaba desierto. En el rincón estaba sentado solo un borracho delirante con una botella casi vacía. Era octubre y el tiempo se empeoró, hacía mucho viento, la gente prefería estar en casa, las calles estaban sin vida.
Max se sentó en su asiento favorito y esperó a Kieran. Tenía muchas cosas para decirle. Todas estas ideas, casi terminado el libro de calidad fantástica. Era ya muy tarde y Kieran no vino. Intentó llamarle por teléfono pero el poeta no contestó. Decidió beber la última copa de Jameson y regresar a casa.
Max estaba muy contento, quería agradecer al Desconocido por abrir la puerta de su imaginación con tan simple idea, idea perfecta.
Era la una cuando la puerta del bar se abrió y Max vio al Desconocido, hombre al que debía tanto. Él se acercó a Max. Mostró sus dientes podridos con una sonrisa radiante.
– ¡Hola hombre! ¿Qué tal? ¿Qué tal va tu libro? – preguntó.
Max con mucha pasión empezó a contarle los meses de su trabajo, agradeciendo al Desconocido muchas veces. El hombre escuchó con mucha paciencia todos los detalles de la historia que había sugerido él. Oyó todo sobre la vida del protagonista, de la muerte de su familia y amigo. El autor apuntó que solo necesitaba escribir el fin de la historia.
– ¿Y cuál es el fin? – preguntó Desconocido.
– ¡Hombre! No sé si puedo confesar eso… es muy especial… – dudó Max.
– ¿Por qué, hombre? Yo te ayudé tanto. Me debes…
– Vale… el protagonista… el autor será matado…
– ¿Y cómo? – preguntó el hombre de sonrisa podrida.
– Pues… el autor está en un bar… y… es matado con la pistola de alguien que no conoce y el barman encuentra su cuerpo.
Era las dos y cuarto. El barman volvió del baño. Echó un vistazo a la mesa donde estaba sentado el autor. La cabeza de Max yacía en la mesa en un charco de sangre. El bar estaba vacío.
Julia Janiszewska
Me despierto por la mañana,
Miro por la ventana
Un paisaje nevado
En esta estación dormida.
Copos de nieve
Caen revoloteando,
Silenciosamente danzando
En el paisaje nevado.
En la distancia
Las colinas nevadas
Nos hacen señas,
¡Venid a uniros!
El petirrojo hambriento
Protegiendo su territorio,
Busca el gusano
En la tierra helada.
Contra el horizonte
Los árboles pelados,
Están parados.
Majestuosas estatuas.
Temperatura bajo cero
Carámbanos por la muralla,
Al lado el hielo y la helada
Compila el paisaje nevado.
M. Crowley
La Bella durmió casi cien años. El Príncipe apareció y encontró la cama fría, sin vida, con la mujer más bella del mundo. Sabía qué debía hacer. La besó.
Era el primer beso para ella. Se despertó, abrió los ojos y la vio. No era como se lo imaginaba en sueños. Era bajito, con el pelo rojo, los ojos pequeños y cansados. Después de muchas horas de viaje, su olor era mezcla de sudor y caballo sucio. No le gustó nada.
Ella vio su vida futura con el hombre que no quería. El dolor de esta visión era insoportable. Toda la corte y el pueblo esperaba su “sí”. Pero ella se quedó callada.
– ¿Quiere la Princesa ser mi esposa? – el Príncipe repitió la pregunta arrodillando.
– No – respondió ella.
Toda la gente se quedó sin aliento. El Rey estaba muy enfadado. Se levantó de repente y la abofeteó. Ella intentó protegerse pero , después de tantos años en letargo, era muy débil. Su padre la empujó furiosamente frente a todo el pueblo. Con ojos llenos de lágrimas, la Princesa no se fijó en la piedra grande y se tropezó y chocó la cabeza con otra piedra. El golpe fue fatal. En el charco de sangre la Bella empezó a dormir de nuevo, para siempre…
Julia Janiszewska