Como Don Quijote, el «Quijote» en mi vida, mi mejor amiga Clarissa, subió la escalera y la admiré el pelo rubio, ondulado y largo y los ojos azul brillante. Ella es muy excéntrica y le encanta fingir que ella y las cosas alrededor de ella no son lo que parecen ser. Por ejemplo actualmente ella dice que ella sube una montaña escarpada.
Como niños jóvenes nosotros fingíamos que éramos princesas en vestidos largo y nos turnábamos ser la Reina del país.nos maquillábamos, hacíamos el pelo y entonces practicábamos bajar la escalera seriamente. Por último, cuando era la hora del té, nosotros retocábamos el pelo, que peinábamos normalmente arriba encima de nuestra cabeza en un mono. Entonces pasábamos por la escalera con nuestra música y tomábamos el té y cómo pensamos que las Reinas lo hacen. Tomábamos bocados diminutos y mascábamos muy lentamente.
Otro juego que jugábamos fue peluqueras. Como mi hermana menor tenía un tocador de Barbie que fingíamos que formaba parte de nuestro salón. Utilizábamos mi dormitorio como una sala de espera entonces escogíamos un personaje basado en su mayor parte en nuestros personajes predilectos de libros recién leídos (y todavía somos lectores apasionadas cuando habíamos decidido nuestros personajes, nosotros entrábamos en el salón y teníamos el pelo arreglado. Después de que dejáramos el salón, y bajábamos al parque o al cine o Clarissa a su casa.
Amy D.
Wycombe Abbey School, Oxfordshire