¿Qué es la felicidad? Aristóteles y su concepción filosófica del buen vivir
Para Aristóteles, no sólo es natural que el hombre quiera ser feliz, sino que el logro del bien supremo ha de ser la principal meta de nuestra vida. Ahora bien, ¿qué entiende Aristóteles por felicidad? En su tratado Ética a Nicómaco, el filósofo griego desarrolla una concepción particular de la felicidad, conocida como eudemonismo: feliz es aquel que está poseído por un buen genio (o, en griego, por un eu-daimon, un buen demonio). A lo largo de su escrito, Aristóteles se pregunta cómo debemos vivir con el fin de alcanzar ese estado de dicha o eudemonía.
En nuestra charla, seguiremos de cerca el razonamiento de Aristóteles, deteniéndonos especialmente en tres aspectos fundamentales: (1) en su teoría ética del «justo medio»; (2) en su concepción de la virtudes (o, mejor, aretés) como excelencias o competencias intrínsecamente humanas (en el sentido amplio, que incluye las competencias morales, pero también las extramorales, como las facultades intelectuales, relacionales, etc.); y (3) en el papel que le asigna al placer en el logro de la felicidad. Al final, discutiremos la conclusión a la que arriba el pensador heleno: el hombre feliz es a su vez el hombre virtuoso, y viceversa, ya que en ambos casos se supone que el ser humano ha ejercitado sus excelencias morales y extramorales a lo largo de su vida.
[Texto: Marcos Breuer]
Datos prácticos
Miércoles, 20 de enero, de 19.00 a 20.30
Biblioteca Instituto Cervantes de Atenas
Actividad en español y gratuita
Participantes: máximo 30 personas; nativos y no nativos a partir de nivel B2
Coordinador: Marcos Breuer
Inscripción previa obligatoria (hasta el lunes 18 de enero): bibate@cervantes.es, tel. 210 363 4117, ext. 6032. El personal de la biblioteca le enviará un correo de confirmación.
En la concepción aristotélica de la felicidad, el tenia una identificacion de clase social pues los que podían ser felices eran los ciudadanos miembros de la Polis y por lo tanto excluía a los que vivian fuera de la misma. También el ciudadano gozaba de privilegios politicos y sociales, así el derecho a la educación. Aunque el buen gobernante tenía la responsabilidad de ejercer el poder político buscando la felicidad de los miembros de la Polis, esta no era para todas las personas.
Gracias, Carlos, por tu aportación a la charla que tendremos esta noche en la Biblioteca.
Un saludo
Ana Roca