Por Neri Arjona De Santiago, profesora
Fotos: cortesía de Ricardo Holtkamp Arjona.
Ya desde agosto empiezan a engalanarse los comercios, los restaurantes y otros lugares públicos con los colores de México: verde, blanco y rojo.
Los comercios que ofrecen servicios decoran sus escaparates con los colores y los personajes históricos alusivos a México. Las tiendas, dependiendo del género que venden, ofrecen mercancías para la casa y adornos para las personas. En los restaurantes el menú está lleno de los platillos mexicanos por excelencia: el mole poblano, el pozole y los chiles en nogada.
Septiembre es considerado el mes de la patria por los acontecimientos importantes que a lo largo de la historia en él han tenido lugar. Para ilustrar esto mencionaré algunos de esos eventos:
Día de los Niños Héroes, 13 de septiembre de 1847. Durante la invasión estadounidense (1846-1848), tropas de este país atacaron el Colegio Militar, ubicado en el Castillo de Chapultepec, en el Distrito Federal. A los cadetes que estudiaban ahí se les ordenó abandonar la escuela y volver con sus familias. Sin embargo, un grupo de ellos: Juan de la Barrera, Juan Escutia, Agustín Melgar, Fernando Montes de Oca, Vicente Suárez, y Francisco Márquez, jóvenes de entre 13 y 17 años, se negaron a dejar su querido colegio en manos de los invasores. En un acto de extrema valentía, Juan Escutia, quien defendía el torreón donde se encontraba ondeando la bandera mexicana, la tomó, se envolvió en ella y se lanzó al vacío; para evitar así que cayera en manos enemigas. A estos chicos se les conoce como los Niños Héroes.
Día de inicio de la Guerra de Independencia, 16 de septiembre de 1810. En la madrugada de este día, en el atrio de la Parroquia de Dolores, en Guanajuato, Miguel Hidalgo y Costilla, cura de la población exhortó a sus feligreses a levantarse en armas contra el gobierno español, del que había sido colonia por 300 años, y así obtener la independencia. Las insignias enarboladas en esta guerra fueron la bandera mexicana y el estandarte de la Virgen de Guadalupe. A esto se le conoce como el Grito de Dolores y marca el comienzo de la Guerra de Independencia.
Este suceso se conmemora en todos los zócalos, desde el del D.F. donde es el Presidente de la República el que hace los honores, hasta en los más pequeños pueblos donde a veces no hay ni siquiera un alcalde. La gente se congrega en este lugar el día 15, entre las 11 y las 12 de la noche. Emulando a Hidalgo, también llamado Padre de la Patria, la autoridad máxima grita vivas a todos los próceres de la Independencia. Los mexicanos emocionados y al unísono los devuelven. Es todo un espectáculo que hace que la piel se te erice. Después de los vivas, todos los mexicanos presentes cantan, a una sola voz, el himno nacional.
Al día siguiente, el 16, siguen los festejos, con desfiles cívicos y militares. En las escuelas son días en los que se reflexiona sobre este hecho histórico de diversas maneras, con bailes y poesías alusivos a la gesta, con proyectos para recordar la historia y hablar sobre la identidad nacional.
Día de término de la Guerra de Independencia, 27 de septiembre de 1821. Con la entrada al D.F del Ejército Trigarante o de las tres garantías: el catolicismo como religión, la unión entre los españoles y los mexicanos y la independencia política, culmina esta guerra que duró 11 años.
Muchos son los problemas económicos, sociales y políticos que México y su gente han enfrentado, tanto antes como después de su conformación como un país independiente. Sin embargo, siempre ha habido un elemento presente y que es el que ha mantenido la cohesión de los mexicanos: la identidad y el orgullo de sentirse y saberse eso, mexicanos.
Para nosotros, los símbolos patrios: la bandera, el escudo y el himno nacional son prácticamente sagrados. Ya hablaré de esto en otra de mis columnas.
¡Que viva México!