El pasado día 20 de noviembre la biblioteca se convirtió en una antigua cueva en la que un montón de niños descubrieron los secretos de la Prehistoria.
Todos salieron de allí sabiendo fabricar cuchillos con piedras, conociendo el misterio del fuego y retando a los mismísimos artistas de las cuevas de Altamira con unos dibujos hechos con pigmentos e instrumentos iguales que los de nuestros antepasados.
Al final, todos dejaron su huella con la mano para que dentro de muchos años se sepa que en esta biblioteca no hubo mamuts pero sí unos cuantos pequeños cavernícolas…