Por Isabel Lorda, directora del Instituto Cervantes de Utrecht
“Ninguna raza es pura (la misma idea de raza no tiene mucho sentido biológico), pero la latinoamericana –de existir– sería la más impura de las razas, la más mezclada, la más mestiza, la más multicultural, y en este sentido, tal vez, la más futurista: un anuncio del mundo de mañana”.
Esta es una de las ideas que el escritor colombiano Héctor Abad Faciolince expuso el pasado jueves 29 de octubre en la VIII Conferencia Spinoza, impartida anualmente por una personalidad destacada de las letras hispanas y organizada por la Consejería cultural de la Embajada de España, la Universidad de Ámsterdam y el Instituto Cervantes de Utrecht.
El autor y periodista, muy reconocido en su país, ganó fama internacional a partir de la publicación en 2006 de su emotivo libro El olvido que seremos, que revive la historia de su padre, el doctor Héctor Abad Gómez, y las circunstancias de su asesinato. Recientemente ha salido a la luz su última novela que ha cosechado magníficas críticas: La Oculta.
Lengua y literatura del trópico: del castellano imperial al español internacional, bajo este título, Héctor Abad articuló una bella reflexión sobre la historia y el presente del idioma español como lingua franca o vehículo de comprensión entre países y culturas muy distintas y sobre la compleja relación entre Latino América y Europa. “La lingua franca puede ser algo amado (un espacio cosmopolita en el que las nacionalidades se mezclan y se respetan) y también algo odiado (un espacio de imposición y opresión inevitables)”. Las lenguas las suelen imponer los poderosos, como demuestra con frecuencia la Historia, “pero ninguna lengua, en sí misma, tiene la culpa”.
Por eso el autor apuesta por el amor a la lengua común, pues considera que el español es hoy una gran lengua de comunicación internacional que une a personas y culturas muy distintas. “La actual belleza del español está en sus variedades y en sus diferencias, en la riqueza que aportan al río del idioma las plantas, los animales, los accidentes del trópico o de la zona templada”. Y Abad concluye: “…a mí me parece que los latinoamericanos no podemos renunciar a la gran ventaja que nos dejó de herencia un tatarabuelo poderoso y altivo: la lengua del dominio nos da hoy la fuerza para hablar con más resonancia sobre la libertad; nos da los instrumentos expresivos para decir, en una lengua extensa y de prestigio, nuestra exaltante experiencia americana.”
El texto completo de la conferencia será publicado en breve en castellano y neerlandés en el Centro Virtual Cervantes.