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Descubriendo México. ¿Y tú también cantinfleas?

Por Neri Arjona De Santiago, profesora

No pocas veces la literatura ha prestado sus personajes para incorporarlos al lenguaje cotidiano. Claros ejemplos son las expresiones ser un quijote, persona idealista que lucha en favor de las causas nobles de una forma desinteresada. Ser un don Juan, para hacer alusión a un hombre seductor y conquistador.

En el mundo del cine también encontramos esta situación, ¿qué chico no sueña con ser un Bond o qué chica no querría tener a uno en casa?

En esta columna quiero tratar precisamente sobre el legado que un actor cómico del cine mexicano, Mario Moreno “Cantinflas” ha dado al idioma español.

Antes de llegar a su aportación, me gustaría ofrecer una breve biografía de este personaje.

Nació el 12 de agosto de 1911. Su nombre completo era Fortino Mario Alfonso Moreno Reyes. Fue uno de los doce hijos de un ama de casa y un cartero.

De niño era muy inquieto y simpático, según cuentan sus compañeros de escuela.

A los 16 años ingresó de forma voluntaria en el ejército diciendo que tenía 21. Pronto su papá pidió la baja dando a conocer su verdadera edad.

Después intentó ganar dinero y fama en el boxeo profesional. En esto tampoco tuvo suerte, porque en el primer asalto de su primera pelea fue noqueado.

Al poco tiempo apareció en una carpa actuando en un espectáculo que se presentaba en diferentes pueblos y ciudades. Poco a poco empezó a destacar también en el teatro y el cine.

En 1934 conoció a la actriz de origen ruso Valentina Ivanova, con quien se casó y vivió hasta la muerte de ella.

En 1940 fundó la productora Posa Film junto a Jacques Gelman y Santiago Riachi. Su primer película No te engañes corazón la rodó en 1936, aunque fue cuatro años después cuando alcanzó la fama con la película Ahí esta el detalle.

Fue miembro del Sindicato de Actores y fundó la Casa del Actor en México.

Charles Chaplin manifestó su admiración por el trabajo de Cantinflas e incluso intentó rodar una película con él, proyecto que nunca pudo realizarse. En una ocasión comentó que «Cantinflas era el mejor cómico del mundo».

Mario Moreno hizo poco más de 50 películas y participó como escritor en seis de ellas. Entre sus títulos más destacados se encuentran El bolero de Raquel (1956), El padrecito (1965), Sube y baja (1958), El profe (1971), El Barrendero (1981).

Su personaje, también conocido como El mimo o El cómico de la gabardina, se caracterizaba por un bigote ralo, sus pantalones a media cadera, y, más que por cualquier otra cosa, por su manera de hablar.

Murió el 20 de abril de 1993.

Según “Cantinflas”, la primera obligación del hombre es ser feliz y la segunda hacer feliz a los demás. Y esta frase fue la que rigió su vida siempre.

Fue tan célebre su estilo de expresarse que la Real Academia Española incorporó en su diccionario el verbo cantinflear, el sustantivo cantinflada y los adjetivos cantinflesco y cantinflérico.

Cantinflear es el término que significa hablar mucho, pero no decir nada. Hablar con rodeos. Esta práctica se popularizó con las películas de Mario Moreno “Cantinflas” en las que de manera graciosa hablaba mucho y no decía nada coherente.

Respecto al origen del apodo de “Cantinflas” hay algunas teorías. Una de ellas es que es un nombre sin significado alguno, que fue inventado a fin de evitar que sus padres se enteraran de que trabajaba en el negocio del espectáculo, al que consideraban una ocupación vergonzosa. Otra es la que presenta el ensayista mexicano Carlos Monsiváis. Según ésta, en una de sus actuaciones iniciales, Mario Moreno, presa de los nervios, olvidó su guion y empezó a inventar sobre la marcha y a hablar sin decir nada. Alguien del público, muy molesto, le gritó «Cuánto inflas» o «en la cantina inflas», y de ahí surgió el apelativo que lo llevaría a la fama.

Sea cual sea el origen de su mote, su fama y su talento transcendió fronteras y fue homenajeado con una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.

Ahora te sugiero que tomes un curso rápido de lenguaje cantinflesco. Para ello te ofrezco un fragmento del guion y un enlace para que puedas seguir el monólogo en Youtube. Si puedes entender todo lo que dice… “felicidades”, ya eres todo un experto en el arte de cantinflear.

El bolero de Raquel (1956)

Cantinflas y la historia de México…

«¿Usted saber qué querer decir palabra Chapultepec? ¿A poco usted no sabe? No. No, ¿pos qué va usted a saber? Si nomás vienen aquí a ver cómo está el dólar y a ver si compran sopladores, curios, mexican curios, habían de viajar, de instruyirse, no que su educación es muy indeficiente, les falta agricultura, aquí cualquier chamaco que empieza a hablar luego, luego les dice las cosas, hombre. ¿Y usted saber en qué año ser construido este bonito castilo? Este casti.., no se dice castilo, se dice castillo, castillo. Jue en el año… Porque cuando la batalla del chapulín… Que agarramos en el cerro de… No, jue después del plan de Agua Sucia… Jue en el año… No, jue antes. ¿Antes de qué? Antes del año ese que le iba a decir, porque ya ve usté que en cuestión de fechas hay muchas contraversias». ¿Y usted saber cuánto vivir aquí Maximiliam y su esposa Carlota? Como no, joven, también se lo puedo decir, nomás que para eso hay que documentarse. Según datos que he podido recopilar en mis horas de insomio en la Enciclopedia Británica, mire usté, ellos vivieron aquí desde que llegaron hasta como quien dice que, que don Maxi entregó el equipo por culpa de doña Carlota…

Soy un prófugo (1946)

Un erudito en ciencias…

¿Ya vio esto? ¿Qué cosa? ¿Pueden los átomos destruir el mundo? Si viera que sí, aunque usté no lo crea. ¿Y cuáles son los átomos? ¿Que cuáles son los átomos? Los átomos son una cosa que usté naturalmente no comprende, porque son cosas que no se ven. Pues si no los conozco. Son partículas, señor, que vienen siendo… Agarrando una juerza que al frote, o sea, más bien ¿usted conoce las chinampinas?. Ah, ¿son chinampinas? Mucho más peligrosos, señor. ¿Como la dinamita? Como la dinamita… ¿Cómo compara usted la dinamita con el átomo? Si el átomo son partículas indiferentes, verdad, que al rozarse vienen haciendo una juerza que pudiéramos llamar más bien, porque mire usté, son cositas pequeñísimas que una vez conjuntas… es, la palabra, la palabra lo dice, la opotiología de la palabra, por ejemplo, dinamita: tiene usted la dinésima parte de la la mitad de la partícula… ¡Del átomo!»…

Pues ahora que ya sabes lo que es cantinflear, me atrevo a asegurar que todos lo hemos hecho en algún momento de nuestra vida, unos más que otros. Como tú sabes, las razones pueden ser diversas: cansancio, estrés, nervios, falta de conocimientos, emoción, asombro, etc. Incluso los hablantes nativos no nos expresamos todos los días, ni en cada momento en nuestro propio idioma en un nivel C2, algunas veces más bien cantinfleamos en un A2.

 

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