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Blog del Instituto Cervantes de Berlín

Sobre el español y sus culturas

„Wir alle sind Widerlinge“ («Los asquerosos»), Santiago Lorenzo

El 20 de mayo de 2022 en Biblioteca, Frankfurt 2022, Traducciones por | Comentarios desactivados en „Wir alle sind Widerlinge“ («Los asquerosos»), Santiago Lorenzo
Wir alle sind Widerlinge, Santiago Lorenzo

Originaltitel: Los asquerosos (Blackie Books, 2018).
Penguin Random House, 2022.  
Übersetzt von: Karolin Viseneber, Daniel Müller
ISBN 978-3-453-27328-3.

Buch auf Spanisch in unserer Bibliothek verfügbar.

Inhalt

Aus Notwehr verletzt Manuel einen Polizisten und taucht in einem verlassenen Dorf in der Nähe von Madrid unter. Dort lebt er zurückgezogen und gibt sich mit dem Wenigsten zufrieden. Handwerklich begabt und voller Ideen richtet er sich in seinem Zufluchtsort ein. Genügsamkeit und Zeit sind sein Kapital, Einsamkeit und Kargheit werden seine Gefährten. Manuel findet das Glück. Bis Menschen aus der Stadt das Haus nebenan beziehen. Die Ruhe ist dahin. Es wird gelärmt und gefeiert, und Manuel beschließt, seine Freiheit zu verteidigen. Sprachlich elegant, ausdrucksstark und genau – ein kurzweiliger Roman, der nachdenklich stimmt und lange nachhallt. [Information des Verlags]

Santiago Lorenzo wurde 1964 im Baskenland geboren. Er führte Regie bei mehreren Kurz- und Kultfilmen und gewann einen Goya (das spanische Pendant des Oscars). Doch dann hatte er genug von der oberflächlichen Welt des Films und dem hektischen Großstadtleben und ließ sich in einem Dorf mit nur sieben Einwohnern nieder. Dort ereilte ihn nicht nur die Erkenntnis, dass er immer weniger braucht, je weniger er hat, sondern auch, dass er seine Geschichten erzählen will. Trotz des großen Erfolgs hat »Wir alle sind Widerlinge« sein Leben nicht verändert. Santiago Lorenzo sammelt weiter Feuerholz, baut weiter Modelle und Möbel und macht sich seinen Kaffee immer noch mit einer klapprigen italienischen Maschine. Doch hauptsächlich schreibt er – kurz gesagt: Er tut, was er will. [Information des Verlags]

Los asquerosos, Santiago Lorenzo

Título en alemán: Wir alle sind Widerlinge
Penguin Random House, 2022.  
Traducción de Karolin Viseneber, Daniel Müller
ISBN 978-3-453-27328-3.

Libro disponible en nuestra biblioteca

Sinopsis

Manuel acuchilla a un policía antidisturbios que quería pegarle. Huye. Se esconde en una aldea abandonada. Sobrevive de libros Austral, vegetales de los alrededores, una pequeña compra en el Lidl que le envía su tío. Y se da cuenta de que cuanto menos tiene, menos necesita. Un thriller estático, una versión de Robinson Crusoe ambientada en la España vacía, una redefinición del concepto «austeridad». Una historia que nos hace plantearnos si los únicos sanos son los que saben que esta sociedad está enferma. Santiago Lorenzo ha escrito su novela más rabiosamente política, lírica y hermosa. [Información de la editorial Anagrama]

Se llama Santiago Lorenzo. Los astros se alinearon para que naciera un buen día de 1964 en Portugalete, Vizcaya, España, Europa, la Tierra. el Universo. Primero miró, luego observó, después filmó y ahora escribe. En todas esas etapas vivió y en ninguna hizo lo que hacen los actores: actuar. Denle una goma de borrar Milan y unas tijeras y les creará un mundo. Aunque hace tiempo que con un teclado hace lo mismo y mejor. Este artista pretecnológico de pulsaciones lentas (quizás por su corazón grande) vive a caballo (o a autobús de varios caballos) entre Madrid y un taller que ha elegido en una aldea de Segovia que podría servir para ejemplificar la recurrente expresión «alejado del mundanal ruido». No siempre fue así. Estudió imagen y guión en la Universidad Complutense y dirección escénica en la RESAD de la capital del reino. Siempre tuvo claro que ante problemas reales, sólo sirven las soluciones imaginarias, así que en ese año constelación que fue 1992 creó la productora El Lápiz de la Factoría, con la que dirigió cortometrajes como BruEs asunto mío o el aplaudido Manualidades. Porque además de eso, al artista artesano Lorenzo siempre le gustó construir maquetas imposibles trabajadas con las manos: una cómoda con cajones que se abren por los dos lados, puertas por donde sólo podría pasar el Hombre más Delgado del Mundo y teatritos donde los Madelman son los protagonistas. Si no gozara del don de la escritura, podría haberse empleado en cualquier oficio antiguo: sereno, porque tranquilo lo es un rato, o jefe de estación ferroviaria, porque los trenes portátiles le gustan más que a un hombre alegre una pandereta. En 1995, produjo Caracol, col, col, que le valió pisar con calma la alfombra roja de los Premios Goya, que ganó en la categoría a Mejor Corto de Animación. Cuatro años después se empeñó en estrenar Mamá es boba, la historia palentina de un niño algo alelado, pero a la vez muy lúcido, acosado en el colegio  (la película fue una de las primeras en abordar el tema del bullying) y con unos padres que, a su pesar, le provocan una vergüenza tremenda. La película pasará a la historia como uno de los filmes de culto de la comedia agridulce y podría servir como mito fundacional del post-humor que busca la risa helada e incómoda. Con ella fue nominado, para su sorpresa, al Premio FIPRESCI en el Festival de Cine de Londres. En 2001 abrió, junto a Mer García Navas, Lana S.A., un taller dedicado al diseño de escenografía y decorados con el que hicieron tanto muñequitos de plastilina para el anuncio del euro como la catedral que aparece en una de las entregas de Torrente. En 2007 estrenó Un buen día lo tiene cualquiera, donde volvía a elevar una historia de una persona para explicar un problema colectivo: la incapacidad, afectiva e inmobiliaria, para encontrar un sitio en el mundo (o un piso en la ciudad, para el caso). Harto de los tejemanejes del mundo del cine, decidió cederle sus ideas a esto de la literatura, por lo que en 2010 publicó la novela Los millones (Mondo Brutto), uno de los libros del año con un gancho cómico y un golpe más bien trágico: a uno del GRAPO le toca la lotería primitiva; no puede cobrar el premio porque carece de DNI. Desde entonces, ha escrito Los Huerfanitos, se ha deleitado con ábsides de catedrales y ha continuado atacando los vicios de la sociedad de la única forma posible: con la risa, el recurso de los hombres que gozan de una inteligencia libre de presunción. También ha seguido hablando con voz grave, lanzando chanzas coheteras y fumando un pitillo a cada hora en punto con tiros cortos. Ha hecho, en definitiva, muchas cosas, pero su mayor temor continúa siendo caerse a la ría desde lo alto del puente colgante de Portugalete, patrimonio de la Humanidad desde 2006. [Información de la editorial Blackie Books]

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