Lo primero que hizo al levantarse fue quedarse boquiabierto, la playa de Argelès-sur-Mer era mucho más grande de lo que había calculado y había cuerpos tirados y personas deambulando hasta donde alcanzaba la vista. […] La población de la playa era un muestrario de las fuerzas de la república, había soldados, carabineros, guardias de asalto, artilleros, mossos d’esquadra, escoltas presidenciales, marinos, aviadores, cerca de cien mil personas que nos habíamos quedado, de un día para otro, sin país, dice Arcadi en las cintas de La Portuguesa. (Los rojos de ultramar)
Jordi Soler se introduce en la cabeza de su abuelo Francesc (Arcadi, en la novela) para describir con detalle los acontecimientos que éste le fue relatando y la descripción fidedigna de aquello que ocurrió en el campo de concentración de Argèles-sur-Mer: “Para los refugiados españoles en Francia había dos tipos de campos: centros de alojamiento para la población civil y campos de internamiento para los militares y personas “peligrosas”. Los centros de alojamiento tenían un aspecto más humano (aunque las condiciones de vida allí tampoco eran buenas) comparado con las condiciones en que tuvieron que vivir los milicianos en los campos de concentración.” (KORHONEN, Ella, La Guerra Civil y el Franquismo en la novela española actual. Curso de literatura española contemporánea, blog, 26 de noviembre de 2017).
En la novela de Jordi Soler, Los rojos de ultramar, el protagonista, Arcadi, también acaba en un campo de concentración. El narrador une ficción y realidad para describir con verosimilitud las peripecias de Arcadi y de otros personajes, en el marco de una historia verdadera, la contenida en las 120 páginas de las memorias que Francesc entregó a su nieto.
Arcadi lucha con el bando republicano en Barcelona, pero en febrero de 1939 la amenaza de las tropas de Franco le obliga huir a Francia con el fin de buscar posteriormente refugio en México. Confiando en que las autoridades francesas están a su lado, él deja que le trasladen a Argelès-sur-Mer donde descubre la horrorosa realidad de los campos de concentración.
“El primer campo creado para los milicianos republicanos españoles fue Argelès-sur-Mer en 1 de febrero 1939, en que también acabó Arcadi. Ya un mes después de la apertura del campo de concentración de Argelès, su población constaba de 77 000 internados. Las condiciones en que tenían que vivir eran inhumanos. No tenían nada, solo guardias y alambradas para vigilar a ellos, para evitar que se escapasen.” (Korhonen)
Arcadi pasaría más de un año en esa playa de Argelès antes de que Luis Rodríguez, el embajador mexicano en Francia, logrará sacarlo de allí al igual que a otros republicanos españoles que recibieron el apoyo expreso del presidente de México, Lázaro Cárdenas.
El siguiente reportaje es una ilustración gráfica de lo que nuestra imaginación está viviendo en esa terrible playa francesa que nos dibuja Soler en Los rojos de ultramar. Está en catalán (se pueden encontrar versiones con subtítulos en español), pero las imágenes reflejan tan bien el eco de la historia de Arcadi que se traspasan todas las fronteras idiomáticas:
“Desde que trabajaba en la recolección de datos sobre su vida en Argèles-sur-Mer, comencé a pensar que su idea de que la guerra la había peleado otro, que otro había sido el republicano y el artillero, era un asunto serio” (Los rojos de ultramar).
¿Qué guerra pensáis, lectores, que había peleado Arcadi?
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