Itinerario por la isla Burgaz (Duración estimada, de 4 a 10 horas*)
Autora: Serpil Bozkurt
Segundo Premio del Concurso Itinerarios por Estambul 2017
¿Está usted listo para pasar un día inolvidable en Estambul e ir a una excursión extraordinaria? Para eso tiene que seguir mis recomendaciones y seguir el itinerario que preparé yo especialmente para usted: Quiero llevarle a Burgazada, es decir a la isla Burgaz.
¿Por qué Burgazada y no otra isla en el Mar de Mármara? Como sabe usted, Burgazada es una de las nueve Islas del Príncipe, pero no la más popular ni la más turística. Precisamente por esta razón prefiero esta isla; está situada en el mismo mar, tiene el mismo panorama y la misma vegetación, pero es más tranquila, menos poblada y no es preferida por los turistas. Al contrario del estado en Büyükada y Heybeliada, no están sus calles demasiado llenas de gente, de ciclistas, faetones, ni coches eléctricos, ni siquiera en verano. Además su clima es mejor que en las demás, porque la pequeña isla vecina, llamada “Kaşık”, la protege de los vientos del noreste.
Sobre todo, si quiere, puede pasear por toda la isla a pie en medio día, aunque es la tercera isla más grande. Si se siente cansado, existe siempre la oportunidad de llamar a un faetón.
Creo que la mejor estación para ir allí es la primavera. Le recomiendo elegir un día de mayo, entre semana, preferentemente el miércoles (va a comprender al final, por qué) cuando hace buen tiempo, pero parcialmente nublado. Tiene que llevar zapatillas deportivas y muy cómodas.
Hay motoras de pasajeros que parten de Bostancı con frecuencia, pero yo le recomendaría tomar el barco clásico y nostálgico que sale de Eminönü, atraca también en los muelles de Kadıköy y de otras islas. El viaje tarda más de una hora, pero es más agradable y divertido.
Elija un asiento afuera al lado derecho del barco, tome un té turco, que sirven, como es costumbre, en vasos pequeños de cristal con forma de ocho, pero no coma ‘simit’ (también una costumbre) que pueda quitarle el apetito, que no quiero, porque tengo otra sorpresa para usted al desembarcar en Burgazada.
Creo que ahora, cuando el barco avanza lentamente en las aguas del Mármara, usted quiere echar un vistazo a algunas de mis notas sobre la isla Burgaz:
“Tengo que decir que cada vez que voy allí me encanta. Pero es difícil de creer que esta isla llena de lujosas casitas de verano era hace muchos años, especialmente durante el periodo bizantino, un lugar de exilio para los sacerdotes, patriarcas, príncipes y otros miembros de la realeza. Después de la conquista de Estambul por los otomanos, los griegos de origen bizantino siguieron viviendo en Burgazada o como ellos llamaban su isla “Antigoni”. Este nombre proviene de Antigonos, el hijo del comandante griego Dimitrios, que había venido aquí en el año 311 a.C. de Macedonia para conquistar los Dardanelos y el Bósforo, mientras el nombre Burgaz proviene de ‘pyrgos’, que significa ‘torre’ en griego y hace referencia a una torre devigilancia que había existido antes en el punto más alto de la isla.
Hasta la década de 1950, vivían en Burgaz casi exclusivamente griegos, entre ellos había solo 15 o 20 turcos. Hoy en día, en su mayoría turcos y judíos viven en la isla, que tiene 1500 habitantes, pero en verano aumenta la población hasta 15000. Como un lugar donde muchas religiones conviven. Hay iglesias, una mezquita, una sinagoga y también un templo aleví en Burgazada.”
Su barco se acerca a la isla. Ya puede ver las dos características de Burgaz: la cúpula grande de la iglesia de San Juan de Baptista y el edificio viejo y blanco con tres pisos y una arquitectura típica griega, que estaba a principios del siglo pasado, es un hotel famoso: ‘Hotel Antigoni Palas’. Puede continuar leyendo los partes diferentes de mis notas durante su visita a los lugares o edificios citados.
Tan pronto como usted baja del barco en Burgazada se encuentra en la Plaza del Muelle donde le da la bienvenida la estatua de Sait Faik Abasıyanık, escritor conocido especialmente por sus cuentos sobre Burgazada.
Está en el centro del asentamiento histórico, ahora lleno de muchos restaurantes, cafeterías y heladerías. Las casitas y las villas quedan en el fondo alineadas en la ladera. Camine hacia la pastelería de en frente que se llama “Ergün”, siéntese y pida un té turco como en el barco y un hojaldre con cerezas o fresas. Esta es mi sorpresa, por esta razón no le he permitido comer ‘simit’ en el barco. ¿Le gustó, ¿verdad?
Veo que usted está ahora lleno de energía y puede empezar a marchar. El primer lugar para visitar es la iglesia de San Juan de Baptista (o como los griegos dicen: Hagios Ioannis o Vaptistis). Se encuentra muy cerca de la pastelería. Si camina a la derecha, gira a la derecha en la primera calle y después de nuevo a la derecha, verá la iglesia a la izquierda. La iglesia fue construida la primera vez por la emperatriz Teodora en el año 867 d. de J.C., después fue destruida muchas veces en los terremotos y reconstruida de nuevo. Se cuenta que fue construida sobre el calabozo, donde el patriarca San Metodius pasó siete años, porque era iconódulo, al contrario de Teófilo, el emperador anterior, que era iconoclasta.
La segunda parada de esta excursión está enfrente de la fachada posterior de la iglesia. ¿Ve usted esa casa blanca de tres pisos? Es un museo ahora, pero en la primera mitad del siglo pasado la casa pertenecía a la familia de Sait Faik. De joven, gracias a él, yo empecé a querer la literatura y a leer mucho; además con sus protagonistas amistosos, sencillos y cariñosos y descripciones de Burgaz descubrí en esta isla un mundo nuevo aunque nunca había estado allí.
Cuando la restauración del museo terminó hace unos años vine a visitarlo. ¿Quiere saber que fue lo que más me sorprendió allí? Un libro en un escaparate, con el título ‘Los últimos pájaros’. Yo sabía que algunas de sus libros se habían traducido en inglés y alemán, pero no sabía que también al español.
El por qué estaba tan contenta está relacionado con un artículo de Sait Faik, que había leído hace años. El artículo tenía el título ‘Dos críticos’ y trataba de un crítico que había calumniado a todos los escritores turcos y entronizado a un escritor español de quien había leído solo un cuento. En su artículo, Sait Faik decía con enfado: “Este hombre no sabe una sola palabra en español, debe haber leído la traducción francesa”. Ahora nadie sabe el nombre del crítico en Turquía, pero algunos españoles conocen a Sait Faik en España.
Cuando estuve la última vez en Burgazada unos alumnos visitaban el museo. También estaba Ricardo Moyano, el guitarrista argentino que vive desde hace años en Estambul. Fue un placer observarlos. Mientras los alumnos dibujaban unas escenas literarias del escritor, él los acompañaba con su guitarra. Estaban haciendo un documental para la TV.
Cuando salga del museo camine hacia la iglesia de San Juan de nuevo, antes de continuar el paseo; entre en el jardín de la iglesia, huela las rosas maravillosas y de colores diferentes y saque sus fotografías. Ahora puede seguir por la calle detrás de la iglesia, Cami Sokak, en la dirección norte. Al final de Cami Sokak puede ver la pequeña mezquita de la isla a la derecha. Después se une esta calle con otra y se continúa como Gönüllü caddesi que gira después de unos cien metros al oeste. Al cabo de cinco minutos usted llega a la casa de los profesores que está a la izquierda. No importa si no es profesor, ellos le dan bienvenida pero debe pagar un poco más que los profesores. Le recomiendo tomarse un respiro en su baranda, desde donde va a tener una buena vista al mar y puede beber una taza de café turco. No le aconsejo el té de la casa.
Continúe caminando en la misma dirección. Poco después va a ver a la derecha la iglesia y el monasterio de San Jorge que tienen casi trescientos años. En esos tiempos se alojaban los trabajadores del patriarcado de Estambul en el monasterio para pasar el verano. Después de unos cien metros la calle se divide en dos, la calle a la derecha se va a Kalpazankaya, la de la izquierda a la colina de la bandera (Bayrak Tepesi) o la colina Hristos. Siga la calle izquierda. El paisaje cambia gradualmente: Los edificios disminuyen, en lugar de las villas comienzan a aparecer pocas casitas de aldea y cabañas. Ya no más rosas ni geranios, hay solo flores silvestres de colores amarillo, morado, roja, azul… Por eso me encanta pasear por la isla en mayo.
Si usted tiene suerte, puede encontrarse con unos caballos que corren en los campos libremente. Siguiendo los caballos, poco después va a estar en el punto más alto y más tranquilo de Burgaz mirando una gran vista: La islas ‘Heybeli’, ‘Kaşık’, el muelle de Burgaz, barcos amarrados al muelle, veleros que competen, las cúpulas de las iglesias y de la mezquita, las casas y villas blancas, todos van a estar debajo de sus pies. Allí en la cima silenciosa, entre las flores coloridas de los campos usted va a sentir la libertad (como los caballos), la eternidad, la tranquilidad y la paz.
Cuando esté listo para dejar el panorama maravilloso, vuelva a la bifurcación del camino y elija esta vez la calle a la derecha, Kalpazankaya caddesi.
Más adelante debajo del camino a su derecha va a ver una de las playas más bellas de la isla. Los isleños la llaman ‘la bahía de Madam Marta’ y cuentan su historia triste: Madam Marta era una mujer armenia muy guapa y atractiva. Nadaba noche y día desnuda en esta bahía. Cuando empezaron los rumores en la isla ella se sintió tan triste que se suicidó. Hoy algunas personas llaman la bahía ’Martı’ (gaviota en turco) por equivocación; esto enfada a los viejos de la isla.
Al final de Kalpazankaya caddesi va a encontrar un restaurante que es asimismo el final del paseo por Burgazada. Puede creer al principio que es un lugar muy ordinario y sin personalidad, pero va a cambiar sus opiniones cuando los ‘mezes’ y otros platos lleguen.
Le recomiendo pedir como plato principal ‘tandır kebap’ que es la especialidad de la casa pero lo preparan solo los fines de semana y los miércoles. ¿Recuerda que le había aconsejado venir aquí el miércoles? Este lugar mira al oeste que es generalmente raro en las islas, porque los asentamientos y los muelles miran al norte a Estambul. El sol va a ponerse dentro de poco. Ahora descanse sobre su espalda, respire profundamente y mire al horizonte. Mire los colores del cielo al anochecer, rojo, naranja y amarillo, entre las nubes en varios tonos de grises. Y disfrute de su comida y su ‘rakı’. Cuando las voces también desaparecen gradualmente, escuche los últimos sonidos de las gaviotas, de las olas, de los faetones, que se entrometen en las melodías de la guitarra de Ricardo Moyano.
(* Duración estimada: como mínimo 4 horas y media. Como máximo 10 horas, si vuelve después de una buena cena y una hermosa puesta de sol con el último barco de las nueve menos diez, que llega a las diez de la noche a Eminönü).
Texto y fotografías: Serpil Bokurt
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