Era el 18 de agosto de 1927 y apenas habían transcurrido 24 horas desde el asesinato de la joven Elza Niego por un pretendiente musulmán cuando, y contra todo pronóstico, la comunidad sefardí en pleno convirtió el funeral de esta en una multitudinaria manifestación: se gritaron consignas contra la clase corrupta turca y exigió justicia, paralizando en el proceso las principales arterias del norte de Estambul.
Alarmado, el gobierno turco detuvo a diez manifestantes y prohibió la libre circulación de los judíos, bajando el tono de la represión cuando la comunidad se comprometió a realizar una donación patriótica (construir una estatua de Ataturk en Ankara) y los banqueros europeos pusieron presión sobre el Estado.
Lejos de la antigua Estambul y de la ciudad genovesa de Galata, Ortakoy era una pequeña aldea costera junto al Bósforo mientras que Sisli no era más que un espacio de caza y recreo para la aristocracia del sultanato. Como muchos otros hombres influyentes, es posible que Yosef Nasi y su esposa Reyna edificaran a mediados de siglo XVI su palacio de Belvedere en aquellas costas. En 1623 se contabilizaron 637 núcleos familiares judíos en Ortakoy, tanto romaniotes como sefardíes; los incendios de 1660, 1718 y 1740 en Estambul, supondrían un incremento de la población judía en la zona.
En 1870 el barrio de Sisli comenzó a urbanizarse, en gran parte por miembros de las comunidades judía, griega y armenia, mientras Ortakoy se convertía en un popular destino veraniego. La creación de Israel en 1948 y los pogromos en 1955 supusieron el desplazamiento de muchas familias de Ortakoy y Galata al barrio de Sisli.
Este se convirtió en el más poblado de la comunidad en la segunda mitad del siglo XX y es donde a día de hoy podemos encontrar las redacciones de los principales periódicos sefardíes de Estambul (Shalom o el Amaneser), así como las congregaciones más activas.
Fue construida en la década de 1920 en lo que había sido una fábrica de hilado por parte de la comunidad religiosa de Neve Shalom ante el incremento de la población sefardí en el vecino barrio de Sisli. Debido a la persecución nazi de los años 30 y 40, muchos judíos se instalaron en el vecindario, haciéndose necesaria una ampliación de la sinagoga.
En 1951 los arquitectos Aram Deregobyan y Jak Pardo fueron los responsables de la nueva transformación, cuya estructura guarda ciertas similitudes con las de las iglesias cristianas. Deregobyan, aun siendo armenio, aprendió el alfabeto hebreo para realizar las inscripciones pues no confiaba en las sugerencias de algunos rabinos. Las primeras celebraciones religiosas se llevaron a cabo en 1952.
El 15 de noviembre de 2003 Al Qaeda atentó contra la sinagoga, el mismo día del ataque a Neve Shalom, costándole la vida a 24 personas. Al año siguiente el edificio fue reabierto y para 2011 se restauraron las capillas midrash («capillas») anexas. A día de hoy es una de las sinagogas más frecuentadas de la ciudad.
Dirección: Calle Efe Sokak No. 4, Şişli
Horario: Consultar con la oficina del Gran Rabino.
A su llegada a Estambul, los sefardíes se adaptaron a una estructura político-administrativa pactada entre el sultán y los líderes de las comunidades judías romaniotas que sería conocido como el Millet: según este y a cambio del pago de impuestos, el soberano otomano toleraba la existencia del judaísmo y de un sistema de poder interno. Para consensuar la política comunitaria frente al sultán, organizaban un Beth Din (consejo religioso) formado por cinco rabinos cuyo líder era el Haham Bashi (significa Gran Rabino) que recibía el apoyo de un consejo ejecutivo laico de 14 miembros para asuntos mundanos.
Imitando la estructuración romaniota en kaal (cuyo centro era la sinagoga) los sefardíes aceptaron las primeras décadas la preeminencia de estos judíos griegos, sin embargo, su estatus libre de kendi gelen les daba una mayor autonomía frente al poder otomano, de ahí que en el siglo XVI comenzaran a disputarles el liderazgo. Miembros de la Corte del sultán como Yosef Nasi o Salomón ibn Yaes (1520-1603) fueron instrumentales en ese cambio; luego para finales del siglo XVII los sefardíes ya dominaban demográficamente la ciudad de Estambul.
El asunto del pseudo-profeta Zevi en 1666 dividió a la comunidad sefardí, así como levantó suspicacias hacia ellos en el entorno del sultán, por lo que el poder del Millet se inclinó nuevamente hacia los rabinos conservadores. La familia Carmona, banqueros de los jenízaros a comienzos del siglo XIX, y los Camondo, prestamistas del sultán después, devolvieron una cierta influencia a la comunidad judía.
La desconfianza otomana hacia griegos y armenios facilitó la entrada de judíos en el funcionariado otomano, en su mayoría desligados del mundo religioso, lo que con la voluntad de limitar las atribuciones del Millet en 1856 conllevó un cambio en la misma organización interna de las comunidades. En vísperas de la Primera Guerra Mundial, un sefardí comentaría ante la nueva luna de miel entre el poder turco y el judío: «La clase dirigente de Turquía recuerda a un hombre voraz (…) empezó por devorar a los armenios, luego les tocó a los griegos, y después, uno de estos días, nos tocará a nosotros».
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