La diáspora sefardí, de al menos 80.000 personas en los primeros años después de 1492, recaló en varios puertos del Mediterráneo antes de atracar en la capital otomana. De la península ibérica acudieron comunidades de todos los puntos geográficos, desde Mallorca hasta Granada, si bien fueron las comunidades castellanas las que acabaron predominando en Estambul. Sefardíes de Soria, Toledo o Salamanca, gracias a su mayor numero, no solo aglutinaron al resto de refugiados hispánicos sino a aquellos judíos que ya residían en la zona.
Balat, en la orilla meridional del Cuerno de Oro, fue el primer emplazamiento elegido por las autoridades otomanas para alojar a los refugiados sefardíes, sumando en el siglo XVI el 20% de la población judía de Estambul. La necesidad de contar con grupos de apoyo frente a los nativos griegos llevó al sultanato a no poner impedimentos a los recién llegados, sobretodo en un momento de relativa mayoría musulmana en la ciudad.
El crecimiento de la comunidad sefardí y la llegada de nuevas oleadas de refugiados desde Italia o los Balcanes llevaron a la ampliación del barrio a la otra orilla del Cuerno de Oro, Haskoy; a menudo las familias más pudientes fueron las que trasladaron sus residencias. Favorecidos por su proximidad al Estado y su dinamismo cultural, a finales del siglo XVII se consideraba que el 60% de toda la población judía estambulí era sefardí.
Aunque algunos sefardíes portugueses llevaban viviendo en Gálata desde el siglo XVI, fue a partir del siglo XIX que se convirtió en uno de los principales núcleos comunitarios sefardíes: por un lado, desastrosos incendios como el de 1740 desplazaron a residentes de los demás barrios, y por el otro la apertura de consulados y sedes comerciales europeas incentivaron los cambios.
Lejos de ser sus únicos lugares de residencia, a lo largo de la Edad Moderna se establecieron comunidades en los barrios asiáticos de Haydarpasha y Kuzungucuk; y ya en pleno siglo XX, muchos se desplazaron a Ortakoy y Sisli, al norte de Gálata.
El 13 de abril de 1873 el barrio de Balat amaneció en un clima de inusitada violencia, los griegos del vecino barrio de Fener acudieron a la céntrica calle de Vodina y la tomaron contra los sefardíes locales, acusándolos de haber cometido un crimen ritual en la sagrada festividad cristiana de Pascua. Cierto o no, aquella zona que había sido conocida por el multicultural nombre de Poli Hadash («ciudad de Esther» en greco-hebreo) padecería los estragos del motín hasta que la intervención de las autoridades otomanas le pusieron fin.
Cuando los refugiados sefardíes fueron asentados en la sexta colina de Estambul, a un lado y otro de las murallas de la ciudad, lo que hoy es Balat había sido recientemente expropiado a los autóctonos griegos. Los sefardíes, siguiendo la estructura social de los judíos locales, formalizaron congregaciones a partir de su origen geográfico o familiar, desarrollando asimismo una extensa red de servicios públicos: desde baños públicos, a carnicerías y cementerios, e incluso una cárcel. En 1623 se calculaba que había unos 1,547 hogares judíos en Balat.
El 24 de julio de 1660 se produjo un incendio tan destructivo en el centro de Estambul que produjo la evacuación de los judíos locales y convirtió Balat en el barrio judío más densamente poblado. No sería la última vez que se produciría un desastre similar: el 6 de julio de 1756 otro fuego destruyó 8,000 casas; siendo esto posible porque prácticamente todas estaban hechas de madera.
Aunque en 1728 los vecinos musulmanes desplazaron a cientos de judíos que habitaban cerca de la mezquita, durante siglos Balat se convirtió en el principal centro de acogida de refugiados judíos de Europa (tanto de askenazíes del centro de Europa como de Rusia). Aquellos sefardíes más opulentos, disgustados por la degradación de las calles, emigrarían al otro lado del Cuerno de Oro. La fundación del Estado de Israel y una agresiva política fiscal turca motivaron a muchos locales menos pudientes a dejar el barrio (el rumor que las autoridades habían convertido antiguos hornos de pan en crematorios es muestra del temor que sentían) conllevó un cierto abandono del mismo hasta que, con el auge del turismo en el siglo XXI, Balat se convirtió en un referente hípster.
Eran los primeros días de 1923, en los últimos compases de la Guerra de Independencia Turca (1919-1923), cuando el acorazado Jaime I se posicionó frente a la costa de Estambul con el objetivo de cuidar los intereses de España en el país. Los barqueros de Haskoy, tras acercarse a la tripulación del Jaime I para charlar y hacer negocios, al retornar a tierra comentarían que había arribado a la capital «un barco de judíos sefardíes».
Durante años, y debido a la gran cantidad de población sefardí, el barrio de Haskoy sería también conocido como Yahud Hani («casas judías» en turco); sin embargo, en los primeros 100 años de existencia apenas había en la zona 515 hogares judíos, 1/3 que Balat, en la otra orilla del Cuerno de Oro. Entonces pertenecía a la minoría sefardí ilustrada, teniendo allí residencia el medico del sultán Moshe Hamon y estando la sede de la primera imprenta de Estambul.
El terrible incendio de 1660, que redujo a cenizas 280.000 hogares de Estambul en poco más de dos días, supuso un notable engrandecimiento de la comunidad judía de Haskoy, alcanzando un total de 20.000 habitantes. Así el panorama social del barrio se transformó, acogiendo personas de las clases baja y media; también supuso la creación en 1715 de un sindicato de barqueros. Cami Alti se convirtió en el centro de la vida judía (compartida con los karaitas) y de áreas como «el mahallem de los borones» se decía que uno podía recorrerlo pasando por los tejados judíos.
En Haskoy se produjeron los primeros conflictos sefardíes entre los representantes de la modernidad laica y los defensores del orden religioso tradicional con la excusa de la fundación de la Escuela Judía (1854), requiriendo la intervención del sultán para que el conflicto no fuera a mayores. A comienzos del siglo XX se convirtió en el barrio judío más poblado de Estambul, encendiéndose por ello una rivalidad con sus vecinos de la otra orilla, y popularizándose dichas como «Haskoylu mansevo, Balalti pasika» («el de Haskoy es joven, y el de Balat viejo»). Actualmente y siguiendo la pista de las clases bien estantes, buena parte de la comunidad sefardí se trasladaría a los barrios del norte de Galata.
En 1582 la creciente comunidad sefardí pidió permiso al sultán Murad III para construir un nuevo cementerio, accediendo este que se llevara a cabo en la periferia de Haskoy. No tardaron los sefardíes, así como algunos judíos karaitas, en comenzar a darle uso al nuevo espacio, registrando en 1583 la lápida más antigua.
Con el surgimiento de una burguesía sefardí con contactos en el extranjero se pidió la apertura de un nuevo lugar de entierro en 1865 en Sisli; sin embargo, uno de los banqueros más exitosos, Abraham Camondo, ordenó la construcción de un mausoleo neo-gótico en la sección occidental del cementerio, siendo su cuerpo trasladado allí desde Paris en 1873.
La construcción de una carretera y del puente del Cuerno de Oro en 1972 arruinó el aspecto del cementerio y perdió popularidad entre la comunidad sefardí, afortunadamente las reformas emprendidas en 2005 en algunas lapidas e inscripciones centrales lo están revalorizando. Se calcula que hay unas 22,000 tumbas en el cementerio.
Dirección: Calle HalIcIoğlu OkmeydanI No.5, Beyoğlu
Horario: Consultar con la oficina del Gran Rabino
La familia Camondo, otrora conocidos como «los Rotschild del Este», tuvo a mediados del siglo XIX el principal banco del Imperio Otomano y por lo tanto una posición de privilegio sobre el resto de la comunidad sefardí. Los sectores más conservadores de Estambul criticaron los proyectos de modernización dirigidos a la comunidad, pero ante la protección del sultán poco pudieron hacer.
Para ejemplificar su posición sobre el vecindario, el patriarca Abraham Camondo (1781-1873) encargó al arquitecto Sarkis Balyan la construcción de una mansión junto a la riba del Cuerno de Oro. Los trabajos se iniciaron en 1865 y no terminaron hasta cuatro años más tarde cuando, a raíz del traslado de buena parte de la familia a Paris, quedó el palacio prácticamente sin estrenar.
En las últimas décadas del Imperio Otomano y con la familia Camondo definitivamente asentada en el corazón de Europa, el palacio fue convertido en el cuartel general del Ministerio de la Marina; una función de orden militar que a día de hoy se mantiene al ser la base del Comando para el área del mar del norte de la armada turca.
Dirección: Calle Kadı Mehmet, Melek No:1, 34440 Beyoğlu/İstanbul
Horario: Instalación de uso militar
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