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Blog del Instituto Cervantes de Estambul

Biblioteca Álvaro Mutis

Sefardíes ilustres

A lo largo de los 500 de historia del pueblo sefardí en Estambul sobresalieron hombres y mujeres, políticos y comerciantes, que, en mayor o menor medida, contribuyeron al desarrollo de la sociedad otomana. Tras su traumática expulsión de la península ibérica, los recién llegados se convirtieron en fieles súbditos del sultán, algo que no siempre les favoreció.

Una primera etapa de la historia sefardí iría desde el año 1492 al 1826: en este tiempo se consolidaron linajes de médicos personales del sultán, habiendo casos como el de Gabriel Buonaventura (s.XVI) que también triunfaron en el terreno diplomático, u otros como Daniel Fonseca (1668-1740) que fueron además aplaudidos por sus obras filosóficas; también hubo mujeres como Esther Handali o Esperanza Malchi quienes, despuntaron en el mundo político y empresarial del siglo XVI.

El alzamiento mesiánico de Sabatabei Zevi en 1666 trastocó el orden interno de la comunidad sefardí, sin embargo, fueron los procesos modernizadores del sultán Mahmud II (r.1808-1839) los que abrieron una nueva etapa para dicha comunidad cuando, en 1826, destruyó el obsoleto ejército jenízaro y a sus banqueros de la familia Carmona.


Sabatabei Zevi no solo agitó a los judíos de Estambul en 1666 sino a los de todo el mundo.

La segunda etapa, que extiendo hasta los disturbios xenófobos de 1955, supuso un relativo auge para la comunidad sefardí: los Carmona habían sido golpeados, pero en su lugar vinieron los Toledo, los Cuenca y sobretodo los Camondo, que modernizarían la banca otomana. También se harían sentir los cambios en el terreno empresarial donde, ante la rebelión de una parte de la comunidad griega frente al poder otomano, los sefardíes se mantuvieron fieles.

Asimismo, mientras la Corte del sultán se llenaba de judíos (Baruh Cogen como intendente de palacio o Yusuf Franco Pasha como ministro de telégrafo en 1918), la necesidad otomana de contar con un interlocutor único del pueblo judío favoreció la consolidación de un Gran Rabino en Estambul desde mediados del siglo XIX. La proclamación de la República en 1923 no supondría un trauma para dicha comunidad que, no solo acató los principios laicos de la misma, sino que aportó a grandes partidarios del mismo.

Los abusivos impuestos del gobierno durante la Segunda Guerra Mundial, la creación del Estado de Israel (1948) y los episodios violentos de 1955 contra las minorías de Turquía llevaron a que una parte sustancial de la comunidad, por temor a nuevas arbitrariedades y con la esperanza puesta en otros países, abandonaran la que había sido su patria durante casi 500 años.

Además de ministro, Yusuf Franco Pasha
era un conocido caricaturista.

El vestido

En buena parte de las sociedades del Antiguo Régimen, la vestimenta y los adornos estaban estrictamente legislados para que se conociera el estatus de cada individuo a primera vista; por ello, ni en España ni en Turquía se vieron los sefardíes libres de elementos identificadores. Por ejemplo, los zapatos de color amarillo estaban vetados a todos los miembros de la comunidad judía con la excepción de los dragomanes.

Vestían una camisa interior (que llamaban también kamiza) y cubrían el resto del cuerpo con prendas de color violeta y capa negra, ambos colores distintivos de los judíos otomanos. A los hombres no se les permitía llevar el tullbent (una banda de muselina blanca que cubría la nuca y acompañaba al turbante) pero si un kalpak, que era una suerte de turbante que se prolongaba para tapar las orejas. Las mujeres llevaban un gabán hasta los pies y un gran pañuelo de muselina liado a la cabeza, pero que dejaba la cara al descubierto.

Es sabido que en el siglo XVI había un judío al frente del vestuario de la Corte y que mujeres como Esther Handali amasaron una fortuna vendiendo ropa y joyas al harén, transmitiéndose ese gusto por lo caro al conjunto de la comunidad sefardí. Indignado por la opulencia judía, el sultán Murad III (r.1574-1595) quiso tomar medidas drásticas, pero fue apaciguado por su médico Solomón Askenazi que, a cambio, forzó a las judías a dejar de llevar joyas por la calle.

Una de las vestimentas características de
los judíos otomanos.

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