La oligarquía sefardí siempre tuvo claro que el control de la educación les favorecía: Joseph Nasi (1524-1579) fundó en Haskoy la Gvira Yeshiva, y en 1854 Albert Cohn con la familia Camondo fundaron la Escola, con profesores y métodos franceses que les valieron la repulsa de los sectores más conservadores de la comunidad.
No sería hasta 1865, en una clara demostración de poder blando de los judíos franceses, que se fundó en Estambul la primera escuela de la Alliance. Gratuita y bajo un control relativo del gobierno otomano, el ladino seria dejado de lado en favor del francés (y un poco del hebreo). En 1899 se edificó el edificio principal de la Alliance en Haskoy.
Para 1905 este sistema de escuelas había demostrado ser un éxito, con 7 escuelas para chicos y 6 para chicas, formando a un 30,21% de la comunidad sefardí, a menudo pertenecientes a los estratos más elevados de la misma. En 1955 el edificio central de la Alliance fue convertido en un edificio administrativo del Gran Rabino y, en la actualidad, sirve como residencia de ancianos.
Dirección: Calle KiracI Odalari No.9, Haskoy
Horario: Por determinar
Los judíos habían vivido un periodo cultural de gran esplendor durante la etapa de Al-Ándalus que, incluso con el trauma de la Expulsión de 1492 se negó a desaparecer. Una forma de mantener vivo el legado de los antiguos sabios peninsulares fue con el uso de la imprenta: los hermanos David y Samuel ibn Nahmias montaron un taller en Estambul ya en 1494; y en 1547, otra familia sefardí, los Sonsino, realizaron nuevas aportaciones técnicas e imprimieron la primera Torá poliglota.
Durante años, el hebreo se mantuvo como el idioma de culto, empleado por rabinos e intelectuales, mientras el ladino era usado en las conversaciones corrientes (del mismo modo que el latín en la Europa cristiana). Tesalónica (en la actual Grecia) se convirtió en un centro de estudios prestigioso para la comunidad sefardí, compitiendo solo con Estambul: centro de publicación hebrea y por ser el sitio de la Gvira Yeshiva, la famosa institución educativa de Yosef Nasi.
El trauma comunitario del pseudo-profeta Zevi en 1666 conllevó un declive de la intelectualidad sefardí que, poco a poco, dejaron de comprender el ancestral idioma hebreo; afortunadamente, y sin renunciar a dicho alfabeto, una nueva generación comenzó a publicar en ladino, dándole un prestigio a la lengua que antes no tenía. Filósofos como Daniel Fonseca obtuvieron el respeto de figuras internacionales como Voltaire.
En el siglo XIX, periodo de declive del Imperio otomano, Francia le ganó a España la partida en la lucha por influir en la comunidad sefardí, e incluso en la fundación de centros educativos de origen local como La Escola de Abraham Camondo, el francés se convirtió en el nuevo idioma de culto. Sin embargo, la comunidad seguía leyendo un ladino escrito con caracteres hebraicos: el primer periódico fue el Or Israel (1853), siguiéndole otros como El Tiempo (1872-1930), La Boz de Turkiye (1949-1950) o La Luz (1950-1953).
Ya a comienzos del siglo XX, y fieles a las políticas promovidas por el gobierno republicano, las principales redacciones en el barrio del Galata de El Telégrafo y El Tiempo ya publicaban con letras latinas. La presión cultural turca y el cambio de generación llevó a que en 1983 el Shalom, el principal periódico comunitario, dejara de escribir en turco; afortunadamente, en 2003 Gad Nassi y otros sefardíes interesados por conservar el ladino, iniciaron la publicación de El Amaneser.
Comentarios recientes / Son yapılan yorumlar