“Alexis Ravelo tenía una extraña manera de cazar a sus víctimas. Antes siquiera de verlo, uno oía su vozarrón, con o sin carcajada, aunque en realidad –palabras y risas eran ambas una misma cosa– y lo siguiente era ya el ataque letal. No sabías muy bien de dónde había salido aquella bestia, pero lo tenías ahí, encima tuyo a punto de dar rienda suelta a su llave favorita: el abrazo Ravelo.”
(“El abrazo de Ravelo”, de Carlos Zanón, en el periódico La Vanguardia, 31 de enero de 2023)
Este escritor calvo a régimen de cervezas y bocadillos de chopped -así le gustaba definirse- nos obsequió con un legado literario que transita desde el microrrelato al cuento, de los libros infantiles y juveniles a la novela negra, desde la novela más canalla y gamberra – los Monroy que recomienda Silvia- a la más histórica y documentada, dejando siempre patente esa capacidad de buen narrador que tan bien sabía transmitir en todas las ágoras en las que participaba. Además de su faceta como novelista, Ravelo ha colaborado en radio, televisión, prensa y publicidad e incluso ha creado letras para canciones. Todo un torbellino de actividad, desde la periferia Canaria (de sus múltiples ocupaciones e iniciativas en las Islas ya os hablamos en una entrada anterior del blog) hasta aquel confín del mundo en el que su imagen seguirá viva en los espejos.
Pero es sin duda en la novela negra donde ha obtenido los mayores reconocimientos, especialmente tras ganar en 2014 el premio Dashiell Hammett en la Semana Negra de Gijón por La estrategia del pequinés. Este cuentista de la calle, que nació y se crio en el humilde barrio de Escaleritas en Las Palmas de Gran Canaria, fue aprendiendo el oficio de escritor con las voces que se entremezclaban tras la barra de un bar, mientras servía copas como camarero:
“- Josué, ¿conoces a Alexis Ravelo?
– No, personalmente, pero él nos conoce a todos, del Cuasquías [nombre del bar en el que trabajó mucho tiempo y que fue un local de referencia en Las Palmas]. Y además, nos saluda. Si coincides con él, seguro que entre ronsito y ronsito vas a aprender de literatura y de cine más que si hubieras hecho un doctorado”.
Pero su formación fue más allá de la calle: “ Aunque dejó inacabados los estudios de Filosofía que comenzó en la UNED, se considera a sí mismo un hombre autodidacta, que ha aprendido de la vida y de sus avatares, y ha asistido a talleres de narrativa impartidos por Mario Merlino, Augusto Monterroso y Alfredo Bryce Echenique; podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que Alexis Ravelo posee un bagaje cultural digno de admirar”(Raquel Ortiz, entrada “Alexis Ravelo” para la Academia Canaria de las Lengua). Dejamos que Alexis nos cuente un poco cómo fueron aquellos años de aprendizaje mundano:
Fueron tiempos rodeado de influencias antes de crear y de edificar su propia guarida: “cuando es interrogado acerca de quién o qué considera influyente en su obra, no duda en nombrar y analizar las obras de autores como Friedrich Dürrenmatt, Jean-Pierre Manchete, Leonardo Sciascia, Juan Madrid, Francisco González Ledesma, Jorge Reverte o Kurt Vonnegut; entre los autores canarios, destaca la influencia de Pedro García Cabrera, Dolores Campos-Herrero, Benito Pérez Galdós o Agustín Espinosa, entre otros.” (Raquel Ortíz, art. cit.).
Los abrazos de Ravelo
[obras referenciadas, principalmente, en el artículo de Raquel Ortiz, ya mencionado]
1. En el apartado Relato:
Trazos interrumpidos/El día del esclavo/Sombras chinescas (1997)
Segundas personas (2000)
Ceremonias de interior (2006)
Algunos textículos (2007)
“En sus relatos, textos de distinta extensión (pero siempre breves), Alexis Ravelo busca el extrañamiento ante lo cotidiano, el entretenimiento, el juego, la incomodidad, la reflexión. […] Sin duda, pequeños textos que, como ya esboza el propio Alexis Ravelo en su blog Ceremonias, son <<pequeñas píldoras para leer rápido y pensar despacio>>”.
Fragmento de Ceremonias de interior
“Manuscrito hallado en un elevador”
En memoria de Augusto Monterroso
Amo los ascensores porque son un país de lo indefinido en medio de la previsible jornada. Porque suponen la indescifrable posibilidad de encontrarte con tu peor amigo, tu mejor enemigo, con el amor de tu vida, con el hombre destinado a ser tu verdugo. […]
2. Sobre las Novelas:
Tres funerales para Eladio Monroy (2006)
La noche de piedra (La iniquidad I, 2007)
Sólo los muertos [Eladio Monroy 2](2008)
Los días de mercurio (La iniquidad II, 2010)
Los tipos duros no leen poesía [Eladio Monroy 3] (2011)
Morir despacio [Eladio Monroy 4] (2012)
La estrategia del pequinés (2013)
La última tumba (2013)
El viento y la sangre (2013)
Las flores no sangran (2015)
La otra vida de Ned Blackbird(2016)
Los milagros prohibidos, 2017.
El peor de los tiempos [Eladio Monroy 5], 2017.
La ceguera del cangrejo, 2019.
Un tío con una bolsa en la cabeza, 2020.
Si no hubiera mañana [Eladio Monroy 6], 2021.
Los nombres prestados, 2022.
“Sobre la novela negra, género en el que sin duda destaca, Ravelo tiene las ideas muy claras: como escritor, considera que puede y debe escribir sobre lo que ocurre en la realidad, en el día a día del ciudadano de a pie. […] Lo más trascendental, sin embargo, con respecto a esto – y por supuesto base de la novela negra –, es la violencia que se genera a partir de esta política y de esta sociedad capitalista, una violencia que, para Ravelo, se refleja totalmente en el ser humano y sus pasiones.”
Algunos de sus escritores de cabecera en el género eran Raymond Chandler, Horace McCoy, James M. Cain, David Goodis y “el gran Jim Thompson”.
Fragmento de Tres funerales para Eladio Monroy
“Los camiones de la basura, las cubas municipales, los vehículos de desinfección, los taxis vacíos van dando paso a los turismos, a las guaguas, a los camiones de reparto, a los taxis ocupados.
La luz se derrama sobre los barrios altos (que aquí son los barrios bajos); sobre las instalaciones portuarias; sobre los bloques de viviendas con paredes de cartón; sobre los riscos nimbados de pequeñas casas que se amontonan en multicolor cascada; sobre el empedrado y los muros de piedra de las calles del barrio colombino; sobre las céntricas avenidas; sobre las playas desoladas que acogen a bañistas prematuros; sobre oficinas bancarias y sedes oficiales; sobre cuarteles y hospitales; sobre colegios y cocheras; sobre plazas diáfanas y sombríos callejones sin salida.”
3. Su literatura para jóvenes y niños
La princesa cautiva (2008)
Historia del bufón Alegre Contador (2008)
Los perros de agosto (2009)
La fuga (2009)
Las fauces de Amial (2010)
Las pruebas de Maguncia (2013)
Dácil, princesa de Taoro (2013)
Las ratas de noviembre (2015)
La cabra fortunata y Tomasito el ilustrado (2015)
Rompiendo límites
Su novela negra ha recibido múltiples premios por aquello que tuvo de revolucionaria, encontrando una voz propia en un género tan poblado que muchas veces se nos hace difícil encontrar lo auténtico.: “Debo reconocer que Tres funerales para Eladio Monroy fue para mí una obra revolucionaria. […] lo cierto es que descubrí en las páginas de esta novela que me encontraba ante un narrador impresionante, un escritor que tenía muy claros los fundamentos mínimos para consolidar un estilo propio, una marca muy personal que habría de servirle para que, con el tiempo y la sucesión de obras, se convirtiera en una categoría literaria por sí mismo.” (Victoriano Santana Sanjurjo, “Alexis Ravelo. Ante todo, buena gente”, en el blog Soltadas).
Pero además cultivo otros géneros negros, aquellos que como Los milagros prohibidos reconstruyen la historia desde el interior, desde las personas que la habitan, convirtiéndose en un cronista de otro siglo, probablemente, como su paisano Galdós, de un XIX con aires del XXI, porque Ravelo también tenía sus episodios, aquellos que le permitían reflexionar de los espacios y de la memoria, de la iniquidad. Antonio Becerra Bolaños y Nayra Pérez Hernández en su artículo “Espacios y memoria del mal: en torno a La iniquidad de Alexis Ravelo” dedicado a las novelas La noche de piedra y Los días del mercurio nos confiesan que “Ravelo recupera el carácter social y la dimensión filosófica de este tipo de textos a través de un interesantísimo tratamiento del espacio y de la reconstrucción de la memoria histórica.”
La última vez que coincidimos venía de triunfar -nuevamente- con Los nombres prestados, las librerías se llenaban con la reedición de Los días del mercurio y nosotros caminábamos hacia el 4L/4C con la mochila llena de milagros prohibidos. Allí nos quedamos, como dice Zanón, en un abrazo de Ravelo.
Si no los habéis probado, no os preocupéis, abrid sus libros porque como bien afirma Carlos Zanón: «Alexis Ravelo (Las Palmas, 1971) escribía mejor que abrazaba. Mucho mejor. Imagínense.”
“Bien cierto era que en los primeros días hubo quien apoyó a los fugados, proporcionándoles provisiones, ropa y cobijo. Pero la gente de uniforme se había encargado enseguida de escarmentar a los proveedores. Dadas las circunstancias, para que Agustín estuviese bien, sano y salvo, habría hecho falta un milagro. Y los fascistas habían prohibido los milagros”
(Los milagros prohibidos, p. 90)
Si bien la novela construye su trama en los días posteriores a la Semana Roja y se concentra en las peripecias y vicisitudes que sufrieron sus principales personajes, sobre todo en la huida de Agustín Santos y las circunstancias que llevaron al movimiento de los Alzados, tal y como se refiere en este artículo:
“El relato se centra en la fuga del protagonista por montañas y barrancos, intentando llegar a un lugar desde el que salir de la isla para poder luego rescatar a su esposa. Su huida, que se prolonga varios meses, es tan desesperada, y la posibilidad de escapar tan remota, que solo un milagro podría salvarlo, lo que motiva el título de la obra” (Ines Alicia Espinosa Charry, “La presencia del viaje del héroe en la novela ‘Los milagros prohibidos’ de Alexis Ravelo”)…
… el desencadenante de estos acontecimientos está en otro alzamiento, el del general Franco, y en las consecuencias que tuvo en la isla de la Palma. Así nos lo cuenta el autor en esta presentación del libro:
Bien es cierto, como muchos críticos afirman, que Los milagros prohibidos es una novela de personajes -de doña Florita al Sargento Vidal pasando por Agustín Yanes, Juan el Malhablao o Fernando el Polaco, entre muchos otros perfectamente caracterizados-, en la que Ravelo es capaz de construir con múltiples matices la forma de vivir y de pensar de ese momento histórico, pero en la que destacan tres protagonistas por encima del resto: Agustín Santos, el maestro comunista, progresista, emigrante granadino en la isla, que se ve obligado a huir y a constituirse en un héroe a la fuerza; Emilia Mederos, su esposa, una mujer perteneciente a la próspera burguesía palmera, una familia santacrucera de ideología liberal; y Floro, el Hurón, pretendiente de Emilia, falangista, con poca cultura, que se ve rechazado por culpa de otro hombre, en última instancia un rojo.
Es precisamente la tensión amorosa entre estos protagonistas la que convierte el relato en una maravillosa novela de aventuras, un relato épico – “que se manifiesta […] en muchas características técnicas y estilísticas […] héroes, enemigos, sanguinarios, una guerra de fondo, persecuciones, combates…” (Alicia Espinosa Charry, artículo citado)- que transcurre en un lugar adecuado, una isla:
“Siempre me ha parecido que la narrativa con islas como escenarios son propicias para relatos que proyectan huidas, supervivencia, tratos sociales, política… cuya limitación geográfica ha deparado varias de las páginas más apasionantes de la historia de la literatura. Desde Robinson Crusoe, La isla del tesoro, El señor de las moscas u otras islas como el barco de Moby Dick, o El Batavia, que combina ambos escenarios, o la isla de Utopía de Tomás Moro, paradigma del buen gobierno.” (Aldo García Arias, de la Librería Antonio Machado, de Madrid, «Los milagros prohibidos, de Alexis Ravelo, la novela que regalaría la librería Antonio Machado de Madrid«)
… y con un trasfondo histórico que propicia que el lector se vea atrapado desde las primeras páginas del libro en un ritmo frenético que nos vapulea emocional y moralmente y que, sobre todo, cuando abandonamos sus últimas líneas nos obliga a posicionarnos no sólo ideológica sino también emocionalmente. “Los milagros prohibidos muestra la miseria, el hambre, el rencor, la ira, el dolor, la desesperanza, y sí, también el amor. A lo largo de la lectura haces tuyos cada uno de los personajes, poniéndote en su piel e inevitablemente reflexionando sobre el momento que nos ha tocado vivir a nosotros.” (Marta Marne, “Los milagros prohibidos, de Alexis Ravelo”, Marta Marne, 6 de marzo de 2017)
El viaje del héroe
Hay un personaje que se va a convertir en el héroe de la novela, Agustín Santos, que se ve impelido a una búsqueda, a lograr un objetivo, una hazaña que desde el comienzo se nos presenta como difícil e inalcanzable.
Como afirma Alicia Espinosa Charry en su maravilloso artículo -que no sólo recomendamos, sino del que somos ampliamente deudores en nuestra lectura- el héroe atraviesa un proceso de transformación personal en el que el lector logra identificarse al reconocerlo en su vida anterior como un hombre normal: su juventud de estudiante en Granada, su labor como maestro de pueblo en Puntallana, su idílica vida con Emilia:
“se persigue suscitar nuestra identificación con el protagonista, resaltando su faceta plenamente humana y, por así decirlo, pre-heroica: un hombre culto y a la vez comprometido con los más desfavorecidos, buena persona, honrado ciudadano…”
Quedémonos en esta entrada con este honrado ciudadano, que en 2017 ofrecía esta maravillosa entrevista en Radio Euskadi en la que desentraña aquello que se esconde en Los milagros prohibidos.
Y, como siempre, atentos a vuestras lecturas y opiniones, esperamos vuestros comentarios para el blog.
Alexis Ravelo era también, además de un reconocido escritor, un gran divulgador cultural de las Canarias, impartiendo talleres, creando espacios culturales o través de las entradas de su blog.
Fue coordinador, con Pedro Flores, de Biblioteca en Movimiento, plataforma de actividades de animación a la lectura en el Gabinete Literario de Las Palmas y profesor de talleres como La máquina del cuento, junto a Blas Laiz y Fernando Martínez ‘Montecruz’, coordinador del Laboratorio Creativo Anroart o profesor de los talleres de escritura creativa de Unibelia.
Destaca su trabajo en el taller de escritura creativa en torno al cuento contemporáneo Factoría de ficciones, que tenía lugar principalmente en la biblioteca Pública del Estado de Las Palmas de Gran Canaria, además de (en su versión intensiva y de forma puntual) en otros ámbitos, como la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria o el Centro Penitenciario de Salto del Negro (dentro del proyecto Leer es Libertad)
Fue cofundador y miembro del consejo de redacción de la revista literaria La Plazuela de las Letras que de 1996 a 2003 se dedicó a la difusión de autores canarios noveles, el mismo Alexis publicó 6 relatos en sus páginas, como el Historia con mosca verde (Julio 1995), o el precioso Calendrias (octubre 1995), además del artículo Estado de salud del cuento en Canarias (diciembre 2001).
Junto con Antonio Becerra Bolaños, fue creador y coordinador del espacio Matasombras, de la sala Cuasquías donde se celebraban jam sesión de microrelatos que a partir de 2007 se bautizaron como Memorial Dolores Campos-Herrero en honor a la periodista y narradora canaria fallecida ese año.
Fue guionista del documental Hasta el amanecer. Ginés Cedrés : 25 años sobre el escenario de Nico Alva, recorrido por los últimos 25 años de la historia del rock en Canarias, a través de uno de sus grandes protagonistas, Ginés Cedrés (Los Coquillos).
En 2019 reeditaba la novela Crimen de Agustín Espinosa en la colección Libros del tiempo de la editorial Siruela. Esta novela editada originalmente en 1934, cuyos ejemplares fueron destruidos y fue recuperada en 1974, constituye en palabras de Ravelo la primera novela surrealista publicada en España. Con motivo del Año Espinosa, Alexis impartió la conferencia Los crímenes de Agustín Espinosa recogida después en la revista Catharum, en ella se confesaba un lector enamorado de la obra de Agustín Espinosa, indicaba que se le debería incluir en la Generación del 27 y que Crimen debería estar disponible siempre, como el clásico que es. Quizás por todo ello la había incluido en Los milagros prohibidos, como el libro que Agustín Santos el protagonista lleva consigo en su huida.
Comisario y director de Aridane Criminal en Los Llanos de Aridane (desde la primera edición en 2021), planteaba el festival con la idea de organizar un encuentro de novela negra y policiaca en la periferia y que saliese al mundo y así lo hizo hasta su tercera edición en 2023.
Decía Alexis en su blog, al hacer balance del primer Aridane criminal: “Ya estamos trabajando en ello [nueva edición], ahí, a nuestro estilo, al golpito*. Y sí, volveremos y todo será igual de bueno. O será mejor.” Seguramente aplicaba esta filosofía en todo en lo que se implicaba.
* expresión canaria para referirse a la acción de hacer las cosas con calma.
“El 18 de julio de 1936, La Palma, una de las islas occidentales del archipiélago canario, se mantuvo fiel al Gobierno de la Segunda República durante un periodo de siete días que luego sería denominado la Semana Roja. Tras el desembarco de tropas del bando nacional y de voluntarios falangistas, los milicianos de izquierda huyeron a los montes para evitar una confrontación que habría involucrado a civiles. […]
La acción de esta novela transcurre en esa isla y en esos días en que a la miseria y el aislamiento se sumó la violencia. Y está dedicada a quienes se negaron a olvidar.”
(Los milagros prohibidos, p. 9)
Este es el momento en el que se ubica Los milagros prohibidos. Aunque el objetivo de Ravelo no es hacer una novela histórica, sí que los acontecimientos que tuvieron lugar no solo durante la Semana Roja sino en los meses posteriores, con el movimiento de Los Alzados, constituyen el origen y punto de partida de las peripecias y vicisitudes que tienen que vivir sus personajes.
¿Qué ocurrió en la isla de La Palma el 18 de julio de 1936, fecha en la que el General Franco se subleva al legítimo gobierno de La República?
Alexis Ravelo nos lo cuenta en la Tercera Parte del libro, con la conversación que se sumerge en los recuerdos cercanos entre Juan Padilla el Malahablao y Agustín Santos y que dará pie a una rememoración de los hechos desde el punto de vista de diferentes personajes de uno y otro bando. Todo comienza un 17 de julio en el que Floro el Hurón se despierta en la cama de Candela en Las Palmas con los aires del golpe en el ambiente justo en el mismo instante en el que Emilia y Agustín cierran su casa en Puntallana para trasladarse a Santa Cruz de La Palma ajenos a lo que estaba por pasar.
En esta conversación, Juan y Agustín reflexionan sobre su presente, sobre los asuntos a los que se dedicaba el gobierno republicano, “estaban ocupados construyendo un nuevo país, un nuevo mundo”, y las motivaciones de los golpistas, “les movía sobre todo el miedo. Miedo a perder privilegios inmemoriales, poderes que la oscuridad, travestida de tradición les había conferido durante generaciones”. Asimismo, describen con precisión el momento inaugural de la Semana Roja, la intercepción por parte de un jefe de telégrafos de Izquierda Republicana de “un telegrama de los traidores en la mañana del 18 de julio”, que llevó a Tomás Yanes, delegado del Gobierno, “que supo qué hacer”.
La ficción se corresponde con la realidad de los hechos tal y como se describen en este artículo de 19 de febrero de 2019 de El Digital Sur: “Al cuartel de la isla bonita llegó un telegrama de los golpistas para que se sublevara el Capitán, sin embargo, este fue interceptado por un telegrafista socialista que se lo envió al Gobernador Civil de Santa Cruz de Tenerife, Vázquez Moro cuya anticipación supuso que el Capitán del cuartel de La Palma no pudiera movilizar a los militares para apoyar el golpe de estado. De hecho, tan solo había 25 soldados porque el resto estaba de permiso. Por lo tanto, el destacamento no salió a las calles de Santa Cruz de La Palma para imponer el estado de guerra, tal como había ordenado Franco porque el número de militares era escaso para poder dominar a los simpatizantes y militantes de izquierdas que se estimaban en torno a unos 6.000 palmeros.”
“Y así permaneció La Palma desde el 18 de julio hasta el mismo día 25. Agustín y Juan no lo sabían en ese momento, mientras hablaban de él, pero a ese periodo ya habían empezado a llamarlo la Semana Roja. No por la sangre, porque esta no corrió. Fue una semana sin sangre. La sangre se derramaría más tarde, a lo largos de los meses de huida, y sería solo el preludio de una eternidad azul. Azul y profunda. Eso fue exactamente: una eternidad profunda y azul.”
(Los milagros prohibidos, pp. 163-164)
Nos cuentan los hechos en “Objetivo Canarias”, un programa de la Televisión Canaria de 7 de abril de 2021 (los acontecimientos de La Palma se narran desde el minuto 18 hasta el 21’30’’, aproximadamente):
La Semana Roja finaliza con la llegada del buque Canalejas, enviado por los golpistas para derrocar al gobierno legítimo: “Nada más llegar comenzó a bombardear los alrededores de la población e inició el desembarco de las militares. Los miembros de izquierdas, llamados alzados, pensando que el golpe de estado fracasaría en breve, decidieron adentrarse en los montes a la espera de que llegaran noticias para volver a retomar el orden.” (Los 13 de Fuencaliente, la Semana Roja de La Palma – El Digital Sur)
“El Canalejas era un cañonero de la clase Cánovas del Castillo, una máquina concebida para matar […] Cuando Silverio le dijo que el Canalejas iría a La Palma y que el Ejército solicitaba voluntarios falangistas para acompañarlos en la expedición, Floro no se lo pensó dos veces”.
(Los milagros prohibidos, p. 185)
Los Alzados: “los hombres hacen la historia. Las mujeres la sufren”
Agustín se ve obligado a abandonar La Palma y huir por los montes de la isla. Ravelo nos sitúa a hombros de su personaje para enseñarnos lo que vivieron aquellos hombres que durante meses fueron resistencia frente a los golpistas.
“Aunque en un sentido estricto de la palabra los Alzados no fueron “maquis”, si es cierto que fueron los primeros guerrilleros que huyeron al monte, aunque hubo quien escapó por mar hacia América. Otros tuvieron peor suerte y fueron apresados y juzgados.” (Los 13 de Fuencaliente, la Semana Roja de La Palma – El Digital Sur)
Desde otro lugar, desde el epicentro de la isla, donde los franquistas y falangistas intentan ejercer el poder, el escritor nos muestra la resistencia interior, la de Emilia y la de su familia frente a las embestidas de Flor el Hurón. También aparecen las represalias y las venganzas, el lado mezquino y miserable de los conflictos armados y que esta novela refleja al detalle y, como muestra, este magnífico pasaje contado desde el punto de vista de «un camarero calvo que escribe»: “ Ahí solo entré una vez, pero logré captar un fragmento de conversación: Yanes le decía a Luján que a ellos no les había pasado nada durante aquellos días, que si llegaba un cambio en la situación, ellos deberían hacer lo mismo: proteger a los otros. […] cuando Yanes ya se había ido, volví para reponer y escuché a Luján y a Rodríguez, que estaban de acuerdo en que <<al cabrón de Yanes, como a los otros, habría que darles café>>” (Los milagros prohibidos, p. 200).
[Para aclarar la expresión “dar café” es interesante leer este artículo de el periódico El Plural Andalucía, de 19 de febrero de 2021: CAFÉ: el lema falangista vinculado al asesinato de Lorca que luce en el Parlamento andaluz (elplural.com)]
Como todas las guerras, la española también dejó cicatrices que no porque haya pasado el tiempo y vivamos en un régimen democrático han logrado curarse. De hecho, sus consecuencias todavía están muy presentes y siguen causando muchísimo dolor. Para ilustrar estas consecuencias y los acontecimientos que las provocaron en la isla de La Palma os dejamos este documento en el que el cantautor Pedro Guerra hace un viaje con múltiples testimonios sobre el conflicto en las Canarias. Desde el minuto 43 aproximadamente están contados los hechos de La Palma:
Pero no son, a simple vista, solo huesos
Amoratados huesos
En el calcio del hueso hay una historia:
Acaudillada historia, desmemoriada historia
El horror no solventado
(Canción Huesos, de Pedro Guerra)
Si os apetece compartir vuestra lectura, animaos y participad en el blog.
«[…] primero fue el hambre. Primero fue la ignorancia. Primero fue la endogamia. Y la agonía de saber que entre el mar y los volcanes no había nada que no perteneciese en primer o último término a las contadas familias a quienes había pertenecido desde siempre todo aquello que sirviese para vivir o buscarse la vida. Primero fue la ignominia. Y el privilegio y el oprobio y la ira contenida en los ojos de hombres que no se atrevían a alzar la vista al paso de los lujanes, los sotomayores, los sotoseñores, los escrotomejores; los ojos de hombres cuyas manos labradas hubiesen podido romper cabezas y abrir gargantas, pero hubieron de tragar los sapos de la desigualdad en la tierra más fértil donde ya todo tenía dueño salvo la miseria. Y esta sí, la miseria, esta sí fue repartida a todos los que no llevaran galones o alzacuellos o cédulas con tres apellidos. Y, después de repartida la miseria, aún sobró. Siempre hubo miseria para repartir, porque la esperanza sí, pero la miseria nunca se acaba».
(Los milagros prohibidos, p. 159)
“Me lanzo esta vez con un comienzo de entrada, que no de novela, un poco largo, […]. Era todo o nada y he querido dejar entero testimonio de la maestría literaria y de la posición ante la vida, que comparto totalmente, de Alexis Ravelo.” (Rosa Berros Canuria, 25 de mayo de 2020: https://elblogdelafabula.blogspot.com/2020/05/los-milagros-prohibidos-alexis-ravelo.html)
Recordando esa actitud ante la vida leemos hoy Los milagros prohibidos de Alexis Ravelo, aunque “Dadas las circunstancias, para que […] estuviese bien, sano y salvo, habría hecho falta un milagro. Y los fascistas habían prohibido los milagros” (p. 90 de la edición de Siruela).
Una novela que, en palabras de su autor, es la historia de la caza de un hombre, Agustín Santos, el protagonista del triángulo amoroso que forma junto a Emilia Medeiros, su esposa, y Floro el Hurón, un falangista celoso. Pero el proyecto es ambicioso, busca la implicación del lector ampliando el punto de vista local. Ravelo confiesa: “he querido hacer algo parecido a lo que escribió Graham Greene en El poder y la gloria o Margarite de Yourcernar en El tiro de gracia, una historia que partiendo de lo más pequeño, sencillo y particular creciese hacia lo universal” (entrevista de Javier Vasco Oliaga para «Todoliteratura.com», 3 de marzo de 2017). El momento de la acción se sitúa en el inicio de la guerra civil española en la isla canaria de La Palma, entre el 18 y el 25 de julio de 1936, en lo que se conocería como la Semana Roja, pero mejor que todo esto nos lo cuente el propio escritor:
Después de esta presentación, ¿quién no querría leer esta novela?
“La novela de Ravelo es un maravilloso texto en el que se expresa, con una narración de ritmo frenético, todos los componentes, circunstancias e incurias del momento, pero también es una novela que reflexiona sobre el ser humano, sobre la envidia, los celos, la ira, la irracionalidad. Un maestro huye de un falangista que le persigue por el paisaje palmero, de escabrosas montañas, frondosos bosques tropicales, ríos entre precipicios rocosos, en una suerte que no deja a nadie indiferente. Una joya apasionante.”
Lectoras, amantes y seguidores de nuestro 4L/4C, disfrutad de un libro en el que vais a encontrar aventuras, amor, deseo, política, historia, amistad, odio, celos, violencia, todos los ingredientes de la épica contados desde la autenticidad de un escritor grande, humilde y honesto. Ojalá Ravelo seas.
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