Inés, la protagonista de nuestra historia, es una mexicana que viaja a Madrid para cursar el año académico 1993-1994. Es una poeta precoz y en ese momento escribe su tesis doctoral sobre la Edad de Plata, el periodo del primer tercio del siglo XX español en el que coincidieron la generación del 98, la del 14 y la del 27:
“Los autores pertenecientes a La Edad de Plata son aquellos que tradicionalmente han formado parte de la generación del 98, del 14 y del 27. Sin olvidar que existen muchos otros a los que se clasifica en los márgenes del canon. Asimismo, la nómina se ha enriquecido y diversificado gracias a la visibilidad de las mujeres escritoras.”
Wikipedia ha elaborado una entrada muy detallada de lo que supuso la Edad de Plata en España y que nos permite conocer qué investigaba Inés cuando es acogida en la Residencia de Estudiantes (entrada completa: Edad de Plata en España – Wikipedia, la enciclopedia libre).
Es esclarecedor en este artículo la mención a la Edad de Plata en el exilio: todos aquellos intelectuales, creadores y literatos que tuvieron que emigrar a América por motivos ideológicos: Rosa Chacel, Francisco Ayala, Max Aub, María Teresa León, … Sin embargo, no serían solo estos intelectuales los que inocularían la cultura española en los países de acogida, sino todo aquel regimiento de anónimos ciudadanos y profesionales que se vieron forzados a emigrar a causa de la guerra y del golpe de estado del franquismo:
“El virus de Lorca, como lo llamaba, se lo inoculó doña Pura, una maestra hija de exiliados españoles que le dio clases en la escuela de Cholula. Los maestros son las herramientas secretas que atornillan las primeras ideas en el cerebro de los niños, y a ella le metieron una peculiar mirada hacia esa España, rica en creadores, pero desolada por el odio cainita.”
Este es el germen que llevará a Inés a estudiar esa etapa concreta en la cultura en España y a hablar con emoción no solo de Lorca sino de otras mujeres creadoras como Concha Méndez -un “personaje cautivador”- y que representó el “lado femenino de la generación del 27, que tantas veces los críticos olvidaban mencionar», y que fue amiga de la madre de Doña Pura.
“Más de 22.000 republicanos españoles de toda índole y condición social encontraron en México una segunda patria al abandonar España tras la Guerra Civil y el inicio de la dictadura de Francisco Franco.
El 13 de junio de 1939 arribó al Puerto de Veracruz, desde Francia, el buque Sinaia, al que siguieron el Mexique, Ipanema y tantos otros.
Gracias a la determinación del Presidente Lázaro Cárdenas y a la solidaridad del pueblo mexicano, muchos españoles consiguieron salvaguardar sus vidas y contribuyeron con sus aportaciones al crecimiento de México, donde reconstruyeron sus vidas y afectos.”
Esta palabras describen un acontecimiento que fue conmemorado 80 años después por el Ministerio de Justicia de España. En las imágenes que os mostramos en el siguiente vídeo podemos imaginar cómo sería el trauma de los padres de doña Pura –“que lo perdieron todo”, y el sentimiento de los hijos de los exiliados, tal y como es expresado en Amigo: “crecen con una mezcla densa de emociones, la nostalgia de las cosas buenas que dejaron sin querer las familias exiliadas y siempre evocan en la distancia, y el hondo rechazo a lo que llena ese espacio de su ausencia.”
Inés se sumergirá en esa tesis, como ella dice, quizá por lealtad a doña Pura, a pesar de que sus amigos sigan repitiendo que tiene “más sangre de la Malinche que de los gachupines”, aunque en el fondo de su alma acabe conviviendo -al igual que en la de los exiliados- esa dualidad que constituye a todos los que se ven obligados -de una manera u otra- a abandonar su país.
Precisamente, en una entrevista que concedió Ana Merino a la sección “La tinta entre tus dedos” de Leonoticias Margarita Cuetos y Nuria Sánchez Villadangos le formulan la siguiente pregunta:
“- En Amigo, el lector puede trazar el particular recorrido de la dualidad, de las mitades escindidas que se necesitan pero que, a la vez, se alejan. En 1997, publicaste el poemario Los días gemelos y, en 2009, la novela El hombre de los dos corazones. ¿Por qué es tan importante el motivo del doble en tu escritura?”
Ana Merino responde: “Es un tema que me ha apasionado siempre. Llevo más de veinticinco años viviendo dos vidas, la de Estados Unidos y la de España, hablando en dos idiomas y comunicándome con dos culturas muy diferentes. Me siento como dos personas en una, con diferentes atributos, que debe adaptarse a cada espacio. […] Como digo, mi vida es una dualidad de paisajes e idiomas y esa experiencia macera en mi universo creativo.” (Quien tiene un Amigo… | leonoticias).
Sin duda, en Amigo la problemática del exilio y del doble tiene una trascendencia narrativa insoslayable que esperamos descubráis y os animéis a compartir con la comunidad 4L/4C.
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