“¿Quién es realmente ese hombre que mira con fijeza a Inés? La mejicana le ha quitado la máscara invisible, pero su gesto tenso fabrica otra máscara sobre su rostro. Que ella le ha descubierto es insignificante. Solo tiene que seguir siendo el personaje que ha inventado e ignorarla.” (Amigo).
En lo que podemos considerar tercera trama de la novela, la del repentino cambio de carácter de Agapito Lusoz Pescader al trasladarse a Milwaukee, por mediación de Inés, para ejercer como profesor de literatura en la universidad, Ana Merino muestra tal vez su lado más fantástico, más novelesco, en un ejercicio arriesgado que, como señala Santos Sanz Villanueva, en su crítica para El Cultural, “supone un cambio temático absoluto. […] La amistad queda en un telón de fondo sobre el que surgen dos motivos de larga tradición literaria que la desplazan. Ahora lo que Ana Merino aborda es el asunto del doble y el de la identidad. En consonancia con ese quiebro, el relato se encamina por la vereda de lo paranormal y de la fantaficción.”.
Quizás la senda por la que busca transitar esta parte de la novela tenga más relación con lo que nos cuenta el escritor argentino Julio Cortázar en este fragmento de la entrevista de Joaquín Soler Serrano para el programa A fondo, de RTVE:
Lo fantástico, enlazado con una estructura de suspense, busca atrapar al lector quien en el último tramo de la novela camina de la mano de Inés en busca de la verdad. Esta última fase actúa casi como catarsis o camino de desvelamiento y sanación personal por parte de la protagonista y en palabras de Carlos Zanón en su crítica de la novela para El País “opta por rematar el libro con una solución novelesca que resta mucho de la verdad literaria de Amigo.”.
Quizás esa verdad ya la había conseguido Merino al describir el perfil de Agapito y su comportamiento de abusador pasivo-agresivo cuando nos traslada a la vida en la universidad americana. Como bien dice Zanón: “No es nada sencillo encontrar el tono, el trazo y el pulso justo para dibujar heridas y desencantos, el desamparo dentro de una amistad que nunca es declarada rota por el mal amigo.”.
Sin duda, la unión y engarce de las tres tramas se hace complejo, pero como afirma Santos Villanueva al final prevalece “la celebración de la amistad y una proclama vitalista con un nítido y reconfortante mensaje a favor de afrontar y superar las adversidades de la vida.”
El doble y la identidad
Suponemos que ya os estáis acercando al final de la novela, así que sin desvelar nada sí que podemos hablar con un poco más de detalle de la idea del doble. Este concepto surge cuando dos apariciones del mismo personaje coexisten en un mismo espacio o mundo ficcional. Esta confluencia o confrontación provoca un conflicto de identidad, en el que se produce una interrogación acerca de la unidad del individuo.
Parece que la idea del doble en literatura aparece con el Romanticismo, a finales del siglo XVIII. Es un momento de cuestionamiento de las tradiciones y en el que surge una revelación del poder del deseo que se enfrenta a los límites que se imponen al ser humano. Se produce un interés por la figura mítica del doble, conocido con el nombre del Doppelgänger, es decir, “el que camina a nuestro lado”, “el doble caminante”, en sentido literal.
Aunque a nivel literario se da sobre todo en el género fantástico, a lo largo de la historia ha adoptado manifestaciones muy diferentes con diferentes planteamientos y significados. Autores como Otto Rank (El Doble y Don Juan) o Freud -quien habla del doble como uno de los grandes ejemplos de lo siniestro en la vida cotidiana-, entre otros autores, han elaborado diferentes teorías acerca de este fenómeno.
Para ilustrar sus manifestaciones tanto en la literatura como en el cine os dejamos este vídeo del programa La otra Aventura
Un escritor y sus dobles
“La duplicidad de la vida, en su vertiente más real, es la que se instaura en la prosecución de ella misma a través de la unión de los componentes humanos.” Estas palabras son de Guido Negretti en su crítica del documental “Vilas y sus dobles” realizado por Germán Roda, en 2022, y con el que os queremos dejar reflexionar sobre esta idea.
Esta película intenta pensar a través de la vida del escritor Manuel Vilas y con los actores José Sacristán y Pepe Viyuela, entre otros, los momentos más importantes de nuestras vidas. “La literatura, las películas, nuestros padres, la muerte, el arte y el amor. Un viaje por la memoria en lucha constante contra el olvido.” (https://distributionwithglasses.com/vilas-y-sus-dobles/).
“ Los dobles de Vilas, escritor español contemporáneo, no son solo los actores y las actrices que prestan sus voces a la lectura de algunos pasos de su producción literaria. Son, también, los personajes que forman parte de su familia, de su historia personal, los cuales no se limitan a los padres, sino también a los objetos y a los lugares que han ido creciendo (o, a la vez, mutando) con él a lo largo del proceso de rememoración típico de los que, ante el lento andar del presente, se preguntan qué fue de lo que antes era y hoy ya no es.”, dice Negretti.
Y desde este observatorio leer Amigo es también un proceso de recuerdo, en el que el pasado se nos aparece, un pasado sin resolver -el de Lorca, el de Amigo, el de Rosales, … y también el de Inés, o el de Sabino, o el de Agapito-, para iluminar nuestro presente en un ejercicio de diálogo donde la síntesis -o la cura- quizás se halle en un hospital o, con seguridad, en el próximo libro.
Ya solo nos queda prepararnos bien para el sábado y recibir a Ana Merino con nuestras libretas llenas de preguntas. No olvidéis inscribiros a la sesión. Os esperamos.
“Las rosas de Lorca.
Las espinas de Rosales.
Las lágrimas de Rosario:
<<Ay, Luisico, Luisico>>.” (Amigo)
En el trasfondo del relato de Ana Merino está muy presente un hecho histórico que todavía hoy en día mantiene una buena parte de misterio y de ofensa: la muerte del poeta Federico García Lorca. Miles de documentos, de películas, de estudios, de novelas, han intentado aclarar los hechos acaecidos pero, sin duda, lo que resulta más inexplicable es que en el año 2022 todavía no se hayan recuperado los restos del poeta -como los de tantos otros miles de ciudadanos españoles que fallecieron durante la guerra civil -como los del propio Amigo- y que siguen enterrados en cunetas o fosas comunes.
Merino cita en la novela unas palabras de Federico sobre el paisaje rural y la envidia fratricida, recogidas en su libro Impresiones y paisajes, de 1918, libro dedicado a Joaquín, y que años más tarde resultarían premonitorias para ambos: “Por todas partes hay angustia, aridez, pobreza y fuerza… y pasar campos y campos, todos rojos, todos amasados con una sangre que tiene de Abel y Caín…”
Durante muchos años se construyó el relato de la culpabilidad de Luis Rosales en el apresamiento de García Lorca en la casa familiar a la que había acudido a refugiarse el poeta de Fuentevaqueros pensando que el vínculo de la familia Rosales con el falangismo le resultaría protector ante el ruido de sables y balas que retumbaban en España tras el alzamiento del general Franco.
Sin embargo, parece que “los papeles prestados” que tomó Rosales del archivo custodiado por Rosario, la mujer de Amigo, desmienten, de alguna manera, la tesis de la traición: “Inés veía claro que Luis Rosales quería reivindicar a Lorca, y lo tenía siempre presente porque no pudo impedir que apresaran a su amigo en la propia casa familiar” (Amigo).
Como se nos cuenta en el libro, por la casa de Rosario pasaron muchos investigadores intentando documentar la vida de Lorca aprovechando el vínculo profundo que había entre Joaquín y Federico. Entre todos los que se nombran, además del propio Rosales, están el periodista, investigador y escritor irlandés Ian Gibson, autor de una biografía y varios libros sobre Lorca (y sobre Dali, Buñuel, Machado, etc.) y el poeta y ensayista Félix Grande.
Un debate
Es, sin duda, un documento único el programa que dedicó el espacio televisivo de debate “La Clave” de TVE (televisión española) a analizar la muerte de Lorca. Fue emitido el 21 de junio de 1980. Entre los invitados encontramos al hispanista Ian Gibson; al ex Gobernador Civil de Granada, César Torres Martínez; al escritor José Luis Vila San Juan, al poeta Luis Rosales, al pintor José Caballero y a Santiago Ontañón, escenógrafo que trabajó con Lorca. El debate fue ilustrado con la película/documental «Federico García Lorca: Asesinato en Granada» (1976), dirigida por Humberto López y Guerra, y fue moderado con sello de autenticidad por José Luis Balbín, conductor de La Clave.
En primer lugar, os dejamos el enlace a la película para entrar bien informados al debate:
Y aquí está el programa íntegro para que recordéis esa época en la que en las televisiones se hablaba -mucho. El programa duró más de 3 horas-, se debatía -con argumentos-, se fumaba -en exceso- y donde las mujeres no existían:
Como quizás para las espectadores actuales la inmersión antropológica en la televisión española de los 80 del siglo pasado sea excesiva, os proponemos este fragmento del programa donde Rosales y Gibson, principalmente, intentan recrear los hechos que sucedieron en agosto de 1936:
La investigación de una pérdida
En 1949, Luis Rosales publicaría los poemas y los dos dibujos inéditos de Federico García Lorca y que Rosario le había prestado en los Cuadernos Hispanoamericanos, la revista de crítica literaria que se había fundado en el 48. Entre los poemas que Rosales publica hay un manuscrito del 7 de mayo de 1918, titulado “La oración de las rosas”. Así suena el poema recitado por Rosa Castells:
Inés sigue la pista del archivo Amigo y de los investigadores que pasaron por allí: Gibson y Grande. Las investigaciones de Gibson se recogieron en un volumen en el que se incluía el periodo que va desde su nacimiento hasta el viaje a Nueva York en 1929, Federico García Lorca. 1. De Fuentevaqueros a Nueva York, 1828-1929:
En un primer momento, el libro de Félix Grande, La calumnia, un ensayo sobre la amistad entre Lorca y Rosales, no está entre los documentos que maneja Inés, aunque el lector ya va adivinando que este personaje puede ser importante en la investigación de la trama académica.
El poeta, ensayista y flamencólogo Félix Grande -y su mujer, la también poeta Francisca Aguirre- aparecen un poco más adelante. Inés encuentra el libro de Grande en su querida Cuesta de Moyano, ese enclave con tanto encanto a espaldas del Jardín Botánico madrileño. La calumnia es “un libro dedicado a la exculpación de Rosales en la muerte de su amigo Lorca”, pero en donde también aparece Joaquín Amigo.
Félix fue a ver a Rosario acompañado de su mujer Paca el 17 de septiembre de 1986. Inés encuentra en el libro de Grande un relato que desmonta la falsa traición de Rosales: “Federico en casa de los Rosales; su arresto; la protesta de Luis Rosales en el Gobierno Civil por la detención de su amigo; la intervención de Manuel de Falla acompañado de Enrique Gómez Arboleya para tratar de salvarlo; escenas dolorosas y tensas que desembocan en la Fuente de las Lágrimas [lugar de su asesinato]; su fusilamiento y la desaparición de su cuerpo enterrado en alguna de las fosas comunes que se abrieron por toda España.” (Amigo).
Inés parece respirar tranquila con los argumentos de Grande, quien defiende a ultranza a Rosales, su comportamiento durante el franquismo y denuncia las vejaciones e insultos que tuvo que sufrir por lo que ahora llamaríamos una fake news. Lo único que Inés no perdona a Rosales es que no devolviera los papeles y dibujos que se llevó de su casa para publicarlos, probablemente con el afán de rendir homenaje tanto a Joaquín como a Federico: «Ay, Luisico, Luisico».
Curiosamente, tanto Luis Rosales como después Félix Grande coincidirían en los Cuadernos Hispanoamericanos, siendo ambos directores de la publicación en épocas diferentes.
¿Os está gustando esta inmersión en la luctuosa historia de la literatura española de la guerra civil?
“En la mañana del jueves 7 de noviembre, Inés se encuentra el correo electrónico en el que le confirman una pequeña beca de investigación que había pedido. Con ese dinero podrá alargar su estancia en Madrid y en la Residencia, y visitar el archivo familiar de Joaquín Amigo, uno de los intelectuales de la generación del 27” (Amigo).
Es el hermano de Inés, que conoce muy bien a Santiago, uno de los nietos de Joaquín Amigo, quien le pondrá sobre la pista del archivo que guarda María, la nieta que vive en Madrid. Pero, ¿quién es este tal Joaquín Amigo?
Fue escritor y catedrático de Literatura de la Generación del 27. Fue uno de los redactores de la revista gallo, que dirigía Federico García Lorca. Fue amigo de García Lorca, quien le dedicó el poema “Dos marinos en la orilla”, del libro Canciones (1921-1924):
DOS MARINOS EN LA ORILLA – CANCIONES PARA TERMINAR (Canciones 1921-1924)
(A Joaquín Amigo)
I
Se trajo en el corazón
un pez del Mar de la China.
A veces se ve cruzar
diminuto por sus ojos.
Olvida siendo marino
los bares y las naranjas.
Mira al agua.
II
Tenía la lengua de jabón.
Lavó sus palabras y se calló.
Mundo plano, mar rizado,
cien estrellas y su barco.
Vio los balcones del Papa
y los pechos dorados de las cubanas.
Mira al agua.
En la Granada de los años 20 del siglo pasado, Joaquín Amigo se relacionaba con muchos poetas: Enrique Gómez Arboleya o Luis Rosales, a través del cual conoció a Federico.
Amigo era católico, de ideología conservadora, aunque fue también discípulo y coetáneo de las vanguardias y del filósofo José Ortega y Gasset.
Tras la sublevación militar del general Franco, es arrestado por el bando republicano el veinticuatro de agosto de 1936 en Ronda, donde estaba destinado como catedrático de instituto. Tres días después, de madrugada, tan solo una semana después de la muerte de su amigo García Lorca fue arrojado al Tajo del pueblo malagueño por los partidarios del Frente Popular.
Ana Merino nos cuenta cómo sucedieron estos hechos y la relación que mantenían los dos amigos: «Joaquín era el amigo filósofo del 27, el social-cristiano, el que aportaba una ética de la escucha y de la espiritualidad y el que más se había interesado por Freud»[…]»Era cristiano. Iba a misa. Pero era parte del mismo momento de ruptura que los demás. Lorca y Amigo representaban la armonía, convivían como amigos. Entendían la diversidad de opiniones y de creencias. Lo que ocurrió fue que grupos de reacción rápida, de partidarios de la República salieron a buscar figuras que les parecieran del otro lado para responder a la represión de los rebeldes. Joaquín se encontró con ellos y fue su víctima perfecta. Aquellos verdugos, unos y otros, eran los mismos cainitas». («Joaquín Amigo, el íntimo de Lorca asesinado nueve días después por ‘los otros'»: Joaquín Amigo, el íntimo de Lorca asesinado nueve días después por ‘los otros’ | Literatura (elmundo.es), El Mundo 22/2/2022)
Sus colaboraciones en la revista gallo no fueron muy numerosas, aunque estuvo en el banquete de presentación y habló después de la intervención inaugural de Lorca y de otros participantes, con un discurso de crítica al siglo XIX. En el número 2 de la revista -publicado en abril de 1928- su nombre aparece junto a un Manifiesto Antiartístico firmado por Salvador Dalí, Sebastià Gasch y Lluís Montanyà. El texto era una traducción del Manifest Groc, aparecido previamente en catalán y que defendía los presupuestos estéticos del “antiarte”, la poética de la modernidad, el maquinismo, etc.
Amigo asistió también a la lectura de Yerma en la Huerta de San Vicente el verano de 1934.
Sería difícil describir y mostrar el ambiente en el que convivieron Rosales, Arboleya, Amigo y Lorca, pero quizás hacer un viaje literario por la Granada actual recorriendo todos esos espacios, estancias y paisajes que iluminaron a estos creadores inigualables sea una buena manera de sentirnos tal y como lo haría Inés consultando el archivo de la familia de Joaquín:
“Inés siente mucha curiosidad por lo que puedan contener los papeles de la familia de Joaquín Amigo. Ha intercambiado varios correos electrónicos con su nieta María, que le ha mencionado cartas personales de primeras figuras de la época, cuadernos manuscritos de poetas, apuntes de filosofía y documentos relacionados con la revista granadina gallo.”
La inmersión en el archivo familiar produce en Inés un efecto catártico, haciéndole olvidarse de sus problemas en Estados Unidos y del conflicto con el que era su amigo, Agapito: “la traición de un amigo y sus siniestras aristas no puede seguir colapsando su pensamiento, el mundo de Joaquín Amigo, de un Amigo con mayúscula, está allí observándola desde el trazo de todas sus cartas y anotaciones, acompañándola junto a su nieta.” (Amigo).
En realidad Inés recrea el camino que la propia escritora de la novela, Ana Merino, transitara dos años y medio antes de la publicación de este libro, cuando “como en un milagro”, siendo profesora de la Universidad de Iowa, recibe una invitación para inventariar los archivos de Amigo que guardaba su nieta en Madrid. Las circunstancias que vivió la autora a partir de este “accidente académico” “encendieron en Merino una novela que, al estilo de Cide Hamete Benengeli, es una caja dentro de otra caja.” («Joaquín Amigo, el íntimo de Lorca asesinado nueve días después por ‘los otros'»: Joaquín Amigo, el íntimo de Lorca asesinado nueve días después por ‘los otros’ | Literatura (elmundo.es), El Mundo 22/2/2022)
Merino va a narrar la historia de Inés, una investigadora universitaria, que se sumerge en los archivos de Amigo para enfrentar la soledad y sus propios fracasos: «La realidad supera a la ficción y a mí me ha dado el mejor título posible con el apellido de Joaquín».
La historia de esta amistad nos permitirá descubrir uno de los episodios más polémicos y luctuosos de la literatura española del siglo XX: la vida y muerte del poeta granadino Federico García Lorca.
¿Cómo estáis viviendo la novela? ¿Conocíais a Lorca y todo lo que supuso en la historia reciente de España? ¿Tenéis algún caso parecido en vuestros países? Ojalá os apetezca compartirlo.
Os dejamos con el espíritu lorquiano y las canciones antiguas recopiladas por el escritor granaíno y cantadas de forma magistral por Carmen Linares, premio Princesa de Asturias de las Artes 2022:
Inés, la protagonista de nuestra historia, es una mexicana que viaja a Madrid para cursar el año académico 1993-1994. Es una poeta precoz y en ese momento escribe su tesis doctoral sobre la Edad de Plata, el periodo del primer tercio del siglo XX español en el que coincidieron la generación del 98, la del 14 y la del 27:
“Los autores pertenecientes a La Edad de Plata son aquellos que tradicionalmente han formado parte de la generación del 98, del 14 y del 27. Sin olvidar que existen muchos otros a los que se clasifica en los márgenes del canon. Asimismo, la nómina se ha enriquecido y diversificado gracias a la visibilidad de las mujeres escritoras.”
Wikipedia ha elaborado una entrada muy detallada de lo que supuso la Edad de Plata en España y que nos permite conocer qué investigaba Inés cuando es acogida en la Residencia de Estudiantes (entrada completa: Edad de Plata en España – Wikipedia, la enciclopedia libre).
Es esclarecedor en este artículo la mención a la Edad de Plata en el exilio: todos aquellos intelectuales, creadores y literatos que tuvieron que emigrar a América por motivos ideológicos: Rosa Chacel, Francisco Ayala, Max Aub, María Teresa León, … Sin embargo, no serían solo estos intelectuales los que inocularían la cultura española en los países de acogida, sino todo aquel regimiento de anónimos ciudadanos y profesionales que se vieron forzados a emigrar a causa de la guerra y del golpe de estado del franquismo:
“El virus de Lorca, como lo llamaba, se lo inoculó doña Pura, una maestra hija de exiliados españoles que le dio clases en la escuela de Cholula. Los maestros son las herramientas secretas que atornillan las primeras ideas en el cerebro de los niños, y a ella le metieron una peculiar mirada hacia esa España, rica en creadores, pero desolada por el odio cainita.”
Este es el germen que llevará a Inés a estudiar esa etapa concreta en la cultura en España y a hablar con emoción no solo de Lorca sino de otras mujeres creadoras como Concha Méndez -un “personaje cautivador”- y que representó el “lado femenino de la generación del 27, que tantas veces los críticos olvidaban mencionar», y que fue amiga de la madre de Doña Pura.
“Más de 22.000 republicanos españoles de toda índole y condición social encontraron en México una segunda patria al abandonar España tras la Guerra Civil y el inicio de la dictadura de Francisco Franco.
El 13 de junio de 1939 arribó al Puerto de Veracruz, desde Francia, el buque Sinaia, al que siguieron el Mexique, Ipanema y tantos otros.
Gracias a la determinación del Presidente Lázaro Cárdenas y a la solidaridad del pueblo mexicano, muchos españoles consiguieron salvaguardar sus vidas y contribuyeron con sus aportaciones al crecimiento de México, donde reconstruyeron sus vidas y afectos.”
Esta palabras describen un acontecimiento que fue conmemorado 80 años después por el Ministerio de Justicia de España. En las imágenes que os mostramos en el siguiente vídeo podemos imaginar cómo sería el trauma de los padres de doña Pura –“que lo perdieron todo”, y el sentimiento de los hijos de los exiliados, tal y como es expresado en Amigo: “crecen con una mezcla densa de emociones, la nostalgia de las cosas buenas que dejaron sin querer las familias exiliadas y siempre evocan en la distancia, y el hondo rechazo a lo que llena ese espacio de su ausencia.”
Inés se sumergirá en esa tesis, como ella dice, quizá por lealtad a doña Pura, a pesar de que sus amigos sigan repitiendo que tiene “más sangre de la Malinche que de los gachupines”, aunque en el fondo de su alma acabe conviviendo -al igual que en la de los exiliados- esa dualidad que constituye a todos los que se ven obligados -de una manera u otra- a abandonar su país.
Precisamente, en una entrevista que concedió Ana Merino a la sección “La tinta entre tus dedos” de Leonoticias Margarita Cuetos y Nuria Sánchez Villadangos le formulan la siguiente pregunta:
“- En Amigo, el lector puede trazar el particular recorrido de la dualidad, de las mitades escindidas que se necesitan pero que, a la vez, se alejan. En 1997, publicaste el poemario Los días gemelos y, en 2009, la novela El hombre de los dos corazones. ¿Por qué es tan importante el motivo del doble en tu escritura?”
Ana Merino responde: “Es un tema que me ha apasionado siempre. Llevo más de veinticinco años viviendo dos vidas, la de Estados Unidos y la de España, hablando en dos idiomas y comunicándome con dos culturas muy diferentes. Me siento como dos personas en una, con diferentes atributos, que debe adaptarse a cada espacio. […] Como digo, mi vida es una dualidad de paisajes e idiomas y esa experiencia macera en mi universo creativo.” (Quien tiene un Amigo… | leonoticias).
Sin duda, en Amigo la problemática del exilio y del doble tiene una trascendencia narrativa insoslayable que esperamos descubráis y os animéis a compartir con la comunidad 4L/4C.
“Inés Sánchez Cruz pestañea y retrocede veintiséis años. El parpadeo de los ojos la lleva al hogar de los buenos recuerdos, con su rastro de migas luminosas. Como en los cuentos de niños perdidos o abandonados en los bosques, que sin embargo sobreviven con el ingenio gracias a que van dejando sus huellas. Las migas de este pasado no se las han comido los pájaros, la amistad que se forjó hace más de dos décadas y media sigue intacta en ese tiempo recordado, aunque en el presente solo hay un triste abismo y una gran decepción. Ella sí sabe diferenciar el tiempo de entonces del de ahora. Por aquella época, Lusoz era su amigo y aún no se había desprendido de su nombre de pila, que es Agapito. Sí, Agapito Lusoz Pescader, la joven promesa que tenía publicado un libro de relatos y coincidía con ella como becario del curso 1993-1994 en la Residencia de Estudiantes.”
El pestañeo de los ojos de Inés Sánchez Cruz, la protagonista de Amigo, el libro de Ana Merino, le hacen rememorar los momentos que vivió como becaria en la Residencia de Estudiantes durante el curso 1993-1994. El libro se abre sobre ese espacio desde el que Inés va a irradiar el relato, desde el que se desplegarán las tres tramas de la novela y que proporcionará al lector el hogar en el que sentarse a disfrutar de esta investigación literaria.
Inés se asoma a ese pasado desde el mismo lugar cuando regresa en 2019, cuando la becaria se ha convertido en profesora universitaria en Milwaukee y acude a Madrid en calidad de poeta invitada: “Se aloja en la Residencia de Estudiantes y, casualmente, la han puesto en la misma habitación que ocupó aquel lejano año que estuvo de becaria y terminó de escribir su tesis española”.
Así que lo mejor es abrir la puerta a la lectura de Amigo desde este edificio, uno de los inmuebles emblemáticos de la cultura del país y por el que pasaron -y siguen pasando- algunas de las principales figuras del mundo artístico y creativo: “el sitio mágico en el que vivieron Lorca, Buñuel y Dalí de jóvenes cuando eran amigos”.
La Residencia de Estudiantes
Fue el primer centro cultural de España desde su fundación en 1910. Surge como resultado de las ideas renovadoras procedentes de la Institución Libre de Enseñanza, organismo fundado en 1876 por Francisco Giner de los Ríos y que desarrolló un proyecto pedagógico de más de medio siglo (1876-1939) y en el que participaron intelectuales como José Ortega y Gasset, Leopoldo Alas (Clarín), Antonio Machado o Gregorio Marañón, entre otros.
La Residencia de Estudiantes fue una de las experiencias más vivas y fructíferas de creación e intercambio científico y artístico de la Europa de entreguerras. Su propuesta era complementar la enseñanza universitaria mediante la creación de un ambiente intelectual y de convivencia adecuado para los estudiantes. Entre sus objetivos principales estaba el crear un diálogo permanente entre las ciencias y las artes, así como constituirse en uno de los centros de recepción de las vanguardias internacionales. Por la tanto, se convirtió en un centro de difusión de la modernidad en el país, ya que, como ya hemos adelantado, fueron residentes algunas de las figuras más destacadas de la cultura española del siglo XX: el poeta Federico García Lorca, el pintor Salvador Dalí, el cineasta Luis Buñuel o el científico Severo Ochoa. Sus habitaciones acogieron en su sede madrileña en la Colina de los Chopos (calle Pinar) a creadores como Miguel de Unamuno, Alfonso Reyes, Manuel de Falla, Juan Ramón Jiménez, Pedro Salinas o Rafael Alberti, entre muchos otros. La Residencia fue foro de debate y difusión de la vida intelectual de la Europa de entreguerras. Entre los personajes que acudieron a disertar sobre su saber figuran Albert Einstein, Paul Valéry, Marie Curie, Igor Stravinsky, Alexander Calder, Walter Gropius, Henri Bergson o Le Corbusier.
En este enlace podéis ver un vídeo resumen de lo que han sido todos estos años de actividad de esta institución: www.edaddeplata.org/mp4/diaporama.mp4
“Inés regresa a su querida Residencia de Estudiantes un domingo 3 de noviembre de 2019.”
¿Cómo es la Residencia que la acoge de nuevo?
Hoy sigue siendo uno de los centros más originales del panorama cultural español. Allí se organizan numerosos actos públicos, en los que los intervinientes son algunas de las principales figuras de las artes y las ciencias de las últimas décadas: Pierre Boulez, Mario Vargas Llosa, Jacques Derrida, Blanca Varela o Massimo Cacciari, entre otros. Entre los actos y actividades que se organizan podemos asistir a: conferencias, mesas redondas, conciertos, lecturas de poemas, encuentros o exposiciones. Este dinamismo ha hecho de la Residencia un espacio abierto al debate, la reflexión crítica y la creación en torno a las últimas tendencias de la época.
(Buena parte de la información sobre la Residencia procede de su propia página: http://www.residencia.csic.es/)
Allí llega Inés para dar un taller de poesía de una semana. “Han pasado muchos años, y esa mañana, mientras pestañea mirando hacia el jardín de las adelfas que un siglo atrás mandó plantar el poeta Juan Ramón Jiménez, Inés…” rememora su pasado y las personas que allí conoció y que tanta influencia tendrían en su vida; recuerda a Agapito Lusoz Pescader y a Sabino Viñuela. Para completar la información sobre la Residencia de Estudiantes os dejamos este enlace donde podéis ver al completo el documental del periodista, historiador y novelista Jorge Martínez Reverte, que realizó con motivo del centenario de su creación: http://www.edaddeplata.org/mp4/centenariox264/cien_documental.mp4
Jorge Martínez Reverte fue amigo de la Residencia de Estudiantes donde en 2019, dos años antes de fallecer, presentó su libro “Libre te quiero”. En aquella tarde el cantautor Amancio Prada le dedicó dos canciones; una de las letras era: «¿Será posible que vengan / Los amigos y que «era» digan / «Un hombre, y te quiso mucho» / Y «mucho» llorando digas? ». Inés Sánchez encontrará a otro Amigo, pero sus amores y llantos son asunto de otra presentación.
Contadnos las primeras impresiones del libro, ¿qué os está pareciendo? ¿Existen en vuestros países instituciones con la misma filosofía que la Residencia de Estudiantes? Enviadnos vuestros comentarios.
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