El Instituto Cervantes utiliza cookies propias y de terceros para facilitar, mejorar y optimizar la experiencia del usuario, por motivos de seguridad, y para conocer sus hábitos de navegación. Recuerde que, al utilizar sus servicios, acepta su aviso legal y su política de cookies.

   

Blog del Instituto Cervantes de Estambul

Biblioteca Álvaro Mutis

La trilogía de los varones

El 10 de diciembre de 2024 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios

En general escribo a partir de las cosas que me dan curiosidad, […] El universo de los varones y cómo funciona siempre me dio mucha curiosidadToda mi infancia estuvo más ligada a ellos, y así y todo, había un montón de cosas que no termino de entender al día de hoy […]  De estas novelas podemos decir que son universos masculinos, pero no pretenden ser un ensayo, ni siquiera una indagación.

Selva Almada

Cuando el mundo literario cada vez parece dirigir con más frecuencia su mirada al universo femenino y los hombres se descubren en un proceso de deconstrucción que se abrió bajo la problemática denominación de nueva masculinidad, llega Selva Almada y sitúa su cámara literaria en el interior de sus vidas, de sus mundos, los coloca delante de un espejo, se detiene a escucharlos. Sí, es una escucha sin filtros, sin límites y que, por lo tanto, no oculta sus contradicciones. Sin abandonar ese rol protagonista que las mujeres han ido adquiriendo poco a poco en las sociedades occidentales y en la forma de hacer literatura en nuestra contemporaneidad, Almada con No es un río cierra una trilogía -no planificada, no buscada- que la crítica (y probablemente el hacer imaginativo de las editoriales) ha llamado de los varones:

 “Una ruta calurosa, un pueblo callado a la hora de la siesta, un río y su orilla barrosa. Un padre viajando -incómodamente- con su hija durante horas, un mecánico que se hace cargo de un nene sin saber si es realmente su hijo, dos pibes siendo amigos en medio de un conflicto entre sus familias, dos amigos llevando al hijo de un tercero a pescar. Los libros de Selva Almada tienen dos características principales: son extremadamente sensitivos y están protagonizados por varones particulares y contradictorios.” (Muta Magazine, 14 de junio de 2022).

Estos son solo algunos de los hilos que se tejen en sus tres novelas: El viento que arrasa (2012), la primera manifestación de este mundo masculino y por la que recibió el First Book Award en 2020. Ladrilleros (2013), y la que nos ocupa en nuestro 4L/4C, No es un río (2020), finalista en el Premio Internacional Booker 2024. Sin duda, es un compendio de temas centrados en lo masculino, pero también son la manifestación de un lenguaje, el de la naturaleza que, como el universo femenino, ha sufrido a lo largo de los años las agresiones de lo que para la escritora argentina son las consecuencias del capitalismo:

El viento que arrasa

En la primera de ellas, un pastor evangélico, acompañado de su hija, llega a un pueblo de la provincia del Chaco donde se encuentra con el dueño del taller mecánico que debe arreglar su coche, el gringo Brauer, quien vive y trabaja con un joven, Tapioca, que apareció en su vida de manera sorprendente. “Esta trama sencilla de superficie, sin embargo, avanza acompasadamente con momentos de intensidad y hasta de tensión y junta sus hilos con los de una urdimbre narrativa que le aumenta más el alma a sus criaturas, al paisaje, al hábitat del detenimiento.” (“La textura poética de El viento que arrasa, de Selva Almada”, Alfredo Jorge Maxit, 22 de julio de 2012, para Letralia).

La novela fue llevada al cine por Paula Hernández en 2023 (sin la intervención en el guion de Selva Almada, pero con su beneplácito y la aprobación de la adaptación realizada):

Ladrilleros

Desde las primeras páginas de la novela nos vemos sorprendidos y entregados a una escena que es el desenlace de la vida de los dos principales protagonistas, Pajarito Tamai y Marciano Miranda, quienes se nos muestran en una pelea trágica como herederos de una rivalidad paterna, la de Óscar Tamai y Elvio Miranda, ambos patriarcas del ladrillo. Almada nos narra una tragedia skahespereana en un mundo rural, pero con dos hombres como pareja.

 La novela va a reconstruir la historia de estos cuatro personaje quienes en sus encuentros llenos de tensión y siempre al borde de la violencia nos recordarán al gringo Brauer y al reverendo Pearson, a la relación entre Leni, la hija del reverendo y Tapioca, el protegido de Brauer  en El viento que arrasa. Frente al desarrollo lineal de esta, Ladrilleros nos irá mostrando cada uno de los episodios del pasado que han conducido a los personajes hasta esa escena inicial.

La idea salió de una anécdota que me habían contado. En un pueblo de Chaco, en un parque de diversiones, dos familias que se tenían bronca se habían agarrado en el parque, había habido un tiroteo, algunos habían salido heridos y muertos otros. Cuando me contaron esa historia, me había interesado la tragedia en un parque de diversiones. Que ese haya sido el escenario de una pelea tan cruenta me parecía muy potente narrativamente. […] Entonces se me apareció la historia de Romeo y Julieta, pero en clave gay., declaraciones de Selva Almada a Silvina Friera en Página 12, 1 de julio de 2018.

Si a algunos lectores les cuesta imaginarse el mundo en el que habitan estos personajes de Almada, os dejamos este documental que da cuenta del trabajo de los ladrilleros:

No es un río

Esta novela cierra la trilogía de los varones. El argumento ya lo conocéis: dos hombres salen a pescar raya de agua dulce con Tilo, el hijo de su amigo Eusebio, quien murió años antes. Quizás la presencia un tanto fantasmal de este personaje nos recuerde al Pedro Páramo de Rulfo, sin embargo quizás esté más cercana en cuanto a influencia al escritor uruguayo Horacio Quiroga en el sentido de que ambos escritores, Almada y Quiroga, buscan narrar el lado extraño y angustioso de la naturaleza. A la historia de estos hombres se sumarán las de las hijas perdidas de Siomara, Lucy y Mariela. La unión de ambas historias es una especie de punto de fuga de la realidad en el que los personajes acaban fusionándose con el paisaje, el del río. En el centro del argumento se encuentra el del río, aunque el mismo título intente negarlo.

Os dejamos estas recomendaciones de lectura de Selva Almada en la que nos ofrece algunas de las claves que acompañan su escritura:

¿Cómo estáis viviendo el viaje por este río?

Poesía del litoral Almada

El 7 de diciembre de 2024 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios

La definición de la Real Academia Española dice de la casuarina que “sus ramas producen con el viento un sonido algo musical.” Los versos de Arnaldo Calveyra son el umbral a través del que nos sumergimos en No es un río y esa musicalidad de la planta de ribera es la que nos impulsa en nuestra primera navegación, es la que nos hace descubrir esa “poesía del litoral de fondo” que es el edificio sonoro que la escritora de Entre Ríos nos ofrece en su novela:

“Calveyra está al comienzo, sí… […] pero en 2020 volví a pasar tiempo en la naturaleza y a un entorno al que no volvía hacía treinta años […]. Terminé la novela acá, rodeada de árboles. Pero además el año pasado murió un querido amigo que me introdujo al mundo de Calveyra. Gracias a él lo conocí personalmente. Además de ser un poeta exquisito, me quedó el recuerdo de una persona muy conectada con los demás, angélica, como de otro mundo. Y me volvió al escribir, sobretodo el Diario del fumigador de guardia, un poemario que me gusta mucho. Mi novela tiene esta cosa fantasmal y recurre a figuras clásicas de la literatura -el río de los muertos, o la isla como un lugar espectral- cuestiones que también estaban en los poemas de Calveyra.”, entrevista a Selva Almada en «Eterna Cadencia».

Si las palabras del poeta le sirven a la escritora para concentrar las tensiones de su proceso creativo: el fin de la novela, el regreso, el revivir el contacto con la naturaleza, los vínculos personales, lo fantasmal en la literatura, …, a nosotros nos proporcionan una nueva luz en el camino que iniciamos en 2024 en la búsqueda de los vínculos entre literatura y naturaleza.

En el origen de la novela confiesa Almada estaba el situar la acción en una isla del río Paraná y aprovechar el misterio del ahogado, contar esa historia en la que nos hacemos responsables de lo más parecido a un fantasma -tal y como lo asumen los protagonistas de No es un río. En ese río encuentra Almada la historia de la dama misteriosa de un chamamé y se plantea que podría darle sentido a su relato, un sentido que fuera más allá de la historia y que le sirviera también para la exploración e investigación en el lenguaje que ya se había ido anticipando en obras precedentes:

De alguna manera y poco a poco van tomando protagonismo los desaparecidos, los que como el ahogado se proyectan desde el fuera de campo, desde su no estar y nos convocan a ese diálogo que fluye en la tesis de la novela entre los que siguen viviendo y, sin embargo, no pueden dejar de hacerse preguntas y cuestionarse sobre todo aquello que ha quedado pendiente, en una conversación diferida. Sí, es Eusebio, pero también la raya, que es matada impunemente y luego devuelta al río.

Lo natural, lo terrenal, lo humano y lo sobrenatural se van entrelanzando en la novela con gran fuerza narrativa: la raya es tratada en ocasiones como una mujer (con su “vestido lleno de tules”),  el río se hace cuerpo y el monte como esa fuerza que provoca el temor y se hace respetar, lugar de origen de los personajes, donde nacieron y fueron creciendo. Sin duda, hay un río del relato y un río que está fuera, que se muestra sin decirse:

El río es como los versos de un poema, va dejando en las orillas, extrayendo del lecho, depositando en los lugares por los que pasa las huellas de lo que es, de lo más esencial que, como en la poesía, reduce la expresión a su palabra más precisa:

“Bueno, las resonancias poéticas en el texto -Calveyra, Zelarayán o Juanele- estaban ahí. Mientras escribía, me decía que los poetas litoraleños y entrerrianos eran como un enjambre de avispas zumbando, todo el tiempo. No escribo poesía, pero me gusta mucho leerla y en esta novela, mi pretensión era tomar lo que más admiro de la poesía, la síntesis, y poder llevarla a lo narrativo.” (entrevista a Selva Almada en «Eterna Cadencia«)

Ecos de Calveyra que fluyen en el río Almada:

“¿Y dónde quedó el paisaje
que la mañana vuelve sin tan siquiera un árbol?”

Arnaldo Calveyra, fragmento de Canción del fumigador de guardia.

Porque no es un río

El 1 de diciembre de 2024 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios

«Si alarga la vista, donde la calle baja, llega a ver el río. Un resplandor que humedece los ojos. Y otra vez: no es un río, es este río. Ha pasado más tiempo con él que con nadie.

Entonces.

¡Quién les dio permiso!

No era una raya. Era esa raya. Una bicha hermosa desplegada en el barro del fondo, habrá brillado blanca como una novia en la profundidad sin luz.»

(No es un río)

Un mundo se abre en esta novela, un lugar que se convierte en el centro que irradia el sentido. El sentido lo vamos construyendo, nos hacemos cargo a través del enfrentamiento entre naturaleza y cultura: “Cuando en una comunidad cualquiera un elemento es su centro vital indiscutible, las costumbres, pensamientos y acciones de sus habitantes giran a su alrededor sin ni siquiera darse cuenta. Puede tratarse de un factor natural (el clima que determina las cosechas, la montaña que defiende y cobija, el mar,,,) o artificial (una fábrica o una mina generadoras de riqueza y tragedia a partes iguales)” (En el blog Un libro al día, 28 de julio de 2021).

Es muy curioso, en este sentido, cómo presenta la novela el Booker Internacional de 2024 cuando la elige (Not a River, en su traducción al inglés) como una de las seis finalistas del año: “Tres hombres salen a pescar y regresan a su lugar favorito en el río a pesar de los recuerdos de un terrible accidente ocurrido allí años antes. A medida que pasa un día largo y bochornoso, beben, cocinan, hablan, bailan y tratan de superar los fantasmas de su pasado. Pero son forasteros, y este momento íntimo y peculiar también los enfrenta con los habitantes de este universo acuático, y humano. El bosque se cierra y la violencia parece inevitable, pero ¿se puede evitar otra tragedia?”. Pareciera como si ese lugar único en el universo creado por Almada exudara todos los fundamentos para que la lucha primigenia entre humano y naturaleza se diera cita en ese ecosistema concreto, en esa ribera en la confluyen extranjeros y locales, agua, bosque y fauna. Y, precisamente, ahí se dejara que lo inesperado, lo terrible tuviera lugar.

Como la autora confiesa en esta entrevista, el gusto por narrar, por dar cabida a lo masculino, por escuchar las voces de estos hombres machistas, a ratos borrachos, con oficios en los que lo físico y la dureza, y también la precariedad e incluso la pobreza que los rodea van conformando su carácter es el clima propicio para que aparezca la violencia, sobre todo cuando la historia comienza a desmadejarse, cuando los personajes pierden pie en su acción. Pero es esta preponderancia de lo patriarcal es la que hace que las mujeres vayan apareciendo como foco receptor de esa autoridad injusta y maltratadora que las denigra mientras ellas escudriñan entre los sueños un conato de vida normalizada: “entre los hombres y las mujeres, la rusticidad es violentización: las muchachas crecen en el maltrato. Todas las tensiones devienen de un paradigma patriarcal que va articulando sesgos androcéntricos que vertebran las lógicas del dominio, la posesión, las decisiones funcionales de la vida cotidiana.” («El fuego, el agua y la furia» sobre No es un río, de Selva Almada, de Sergio G. Colautti miércoles 6 de octubre de 2021).

“Ella estaba durmiendo la siesta, así que no entendió nada. Hacía calor, en bombachas y corpiño la agarró, ni tiempo a taparse con la sábana, los hebillazos le daban directo en la carne descubierta. Mientras le pegaba decía: te voy a enseñar a vos, arrastrada.”

(No es un río)

Y en ese hábitat el río es el protagonista involuntario, esa agua imparable que como en el adagio de Heráclito no nos va a permitir sumergirnos dos veces en ella, porque ya no será la misma aquella que acogió a los forasteros de la que los vio partir con la raya.

Seguro que estáis asistiendo admirados a esa “confabulación de las palabras” que es la escritura de Almada y que será sin duda esta lectura siempre compartida que es la comunidad del 4L4C. Como con No es un río, hay que estar a la escucha.  

El murmullo de un río

El 27 de noviembre de 2024 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios
El paso de la laguna Estigia, Joachim Patinir. Museo del Prado

«Enero Rey, parado firme sobre el bote, las piernas entreabiertas, el cuerpo macizo, lampiño, el vientre hinchado, mira fijo la superficie del río, espera empuñando el revólver. Tilo, el muchachito, arriba del mismo bote, se dobla hacia atrás, la punta de la caña apoyada en la cadera, girando la manivela del reel, tironeando la tanza: un hilo de brillo contra el sol que se va debilitando. El Negro, cincuentón como Enero, abajo del bote, metido en el río, con el agua hasta las pelotas, también doblándose hacia atrás, la cara colorada por el sol y el esfuerzo, la caña arqueada, desenrollando y enrollando la tanza. La ruedita del reel que gira y la respiración como de asmático. El río planchado.

Muévanla, muévanla. Zaranden, zaranden. Que se despegue, que se despegue.

Después de dos, tres horas, cansado, medio harto ya, Enero repite las órdenes en un murmullo, como si rezara.»

No es un río

Esta primera escena nos introduce in media res en lo que acontece en la historia a la vez que nos sumerge en el universo literario de la autora: Enero Rey, Tilo y el Negro están pescando en el río. Cada uno desde su punto de partida se erige como centro de fuerzas y de resistencia: los cuerpos subsisten a duras penas a la inestabilidad del barco, que se ve zarandeado por el contrapunto que ejerce su poder desde el fondo del río, la raya. Sólo en el desenlace los sujetos reciben alivio y beben. Es un arranque en el que la novela nos sitúa a estos tres forasteros que habitan en un pueblo cercano desde donde acuden para pescar y, sin apenas darse cuenta, se ven atrapados en las playas de una isla que posee leyes propias, de un lugar misterioso en el que se da cabida a lo inefable, a lo que habla y ya no está.

Así lo cuenta Selva Almada:

Así que esta lectura viene a completar nuestra aventura en el propósito de este año en nuestro 4L4C: reflexionar sobre los vínculos entre naturaleza y literatura, ese concepto que nos prestó Gabi Martínez y que tan nuestro hemos hecho: liternatura. Las palabras de Almada nos provocan esa profunda reflexión a la que nos vemos arrojados en nuestro mundo contemporáneo, ese dilema de cuál debe ser nuestro papel y nuestro vínculo con la naturaleza. En su reseña del libro para Página 12, María Elvira Woinilowicz, nos sitúa en el papel y la acción precisas que, en este sentido, ejercen la escritura de esta autora: «Con No es un río, termina por instaurar una mirada sobre las cosas para hacer literatura. Como si lograra la lejanía exacta para la descripción que deja al descubierto las violencias naturalizadas, incluso con la tierra que se habita, al tiempo que se acerca para extraer de lo que quiere contar lo que hace a la esencia» («No es un río, la nueva novela de Selva Almada«, 11/10/2020).

Este breve viaje de dos viejos amigos con el joven ahijado de uno de ellos se va convirtiendo en un largo camino a las profundidades de sus vidas, en un principio las de Enero, la del Negro, pero también la de Eusebio. Vidas cómplices y alegres, no exentas de secretos y adornadas con alguna que otra desavenencia. Sin embargo, este descenso y entrada en los recovecos del alma de estos tres personajes nos va a ir empujando -como iréis comprobando- a otros hechos, otras historias, otros protagonistas que van fluyendo al compás de la trama hasta convertirse en eso, en hilos de un tejido narrativo que avanza y retrocede en el tiempo sin dejar abandonado al lector y componiendo una historia bella manejada por Selva Almada con la sutileza y maestría de la poesía. “La forma detallada y precisa pero bella en la que la historia se narra atrapa al lector desde el inicio. El estilo de Almada no es barroco, por el contrario, la riqueza de la narración se halla en la naturalidad, espontaneidad y autenticidad de los personajes y de los diálogos.” («Entre hombres y fiestas. “No es un río, de Selva Almada», por Mary Jacqueline Restrepo Díez, 9 de junio de 2021, en Contrapunto).

Para animaros a la lectura y al debate os dejamos el booktrailer:

No es un río, de Selva Almada

El 21 de noviembre de 2024 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios

Os invitamos a participar en el último club de lectura 4 Lecturas, 4 Continentes de este año, dedicado a la unión entre literatura y naturaleza, con la escritora Selva Almada (Argentina, 1973), considerada como una de las escritoras contemporáneas más destacadas de Argentina y de América Latina.

No es un río (Random House, 2020) es su tercera novela, con la que la finaliza la denominada trilogía de varones junto a El viento que arrasa y Ladrilleros. Al igual que en las novelas anteriores, Almada vuelve a tratar los vínculos emocionales y la violencia entre hombres, así como la naturaleza, o más específicamente el río en la novela, casi como un personaje más. La trama sigue a Enero Rey y al Negro, quienes deciden llevar al hijo de su amigo muerto, Tilo, a pescar al mismo río en el que el padre de este se ahogó quince años atrás.

En palabras de la autora, el disparador de la novela fue una anécdota de unos amigos que contaban la pesca reciente de una raya gigante en el río Paraná. A partir de esa escena de pesca, la autora, empezó a indagar acerca de quienes eran y qué unía a esos futuros personajes, los pescadores, hasta que fueron apareciendo todos los protagonistas del libro bien definidos: los isleños, que no tenían tanto protagonismo al principio pero que después fueron armándose, mostrando unas relaciones varoniles basadas en la violencia, unos pactos de masculinidad entre isleros que desafiaban al forastero, y que sin embargo muestran una entrega y nobleza impresionantes hacia los otros personajes de la novela: el monte y el río.

Durante tres semanas iremos proponiendo y comentando en este blog diferentes aspectos de esta novela y de su contexto y de la trayectoria literaria de la escritora a quien encontraremos en línea el sábado 14 de diciembre.

  • Twitter
  • Facebook
  • RSS

Biblioteca Álvaro Mutis / Álvaro Mutis Kütüphanesi

Logotipo del Instituto Cervantes

Dirección / Adres:
Tarlabaşı Bulvarı, Zambak Sok 25
34435 Taksim/İstanbul

Horario
Martes-miércoles-jueves, de 11.30 a 14.00 y de 15.00 a 19.15;
Viernes, de 11.30 a 14.00 y de 15.00 a 17.00 Sábados, de 11.30 a 13.00 y de 13.30 a 17.00
Domingos y lunes, cerrado

Çalışma Saatleri
Salı, Çarşamba, Perşembe ve Cuma: 11:30-14:00 ve 15:00-19:15.
Cumartesi: iki haftada bir Cumartesi gün hizmete açıktır: 11:30-13:00 ve 13:30-17:30.

Persona de contacto / İrtibat Kişisi
Francisca Segura.

https://estambul.cervantes.es

bibest@cervantes.es

Red de bibliotecas del IC en la web social

  • Blogs de la Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes
  • Facebook de la Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes
  • Twitter
  • Instagram de la Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes
  • Canal YouTube de la Red de Bibliotecas del Instituto Cervantes
  • Página de Pinterest de la RBIC

Calendario / Takvim

junio 2025
L M X J V S D
 1
2345678
9101112131415
16171819202122
23242526272829
30  
© Instituto Cervantes 1997-2025. Reservados todos los derechos.