El escritor extremeño Eugenio Fuentes se ha convertido en uno de los más destacados representantes de la novela negra española. Nacido en Montehermoso (Cáceres), en 1958, su carrera literaria oscila entre la novela, el relato corto y el género ensayístico. Licenciado en Filología Hispánica, la serie de su detective Ricardo Cupido le sitúa como un escritor imprescindible en la renovación del género negro en el panorama literario español sin abandonar los cánones que definen a este tipo de narrativa: “las obras de Eugenio Fuentes pueden ser adscritas a la novela negra por su utilización de una serie de recursos formales, temáticos y pragmáticos basados, simplemente, en la presencia de un acto delictivo -generalmente, un crimen-, en el mantenimiento de una intriga que genera la interacción lúdica del lector y en la aparición de un personaje que lleva a cabo la investigación.” (“Eugenio Fuentes y la (re)creación del género policiaco”, Javier Sánchez Zapatero, EPOS, XXVIII, P. 217).
Mientras esperamos -con grandes expectativas- la publicación de Perros mirando al cielo, la próxima entrega del detective Cupido, que aparecerá muy prontito en Tusquets, los lectores de 4L/4C estamos devorando la hasta ahora última entrega de la serie, Piedras negras, una novela en la que Cupido sale de ese universo imaginario de Breda para hacernos viajar junto a sus reflexiones de Toulouse a Ciempozuelos, pasar por Basilea y el Grand Ballon con su medio de transporte favorito, la bicicleta, y dejarnos perdidos, en busca del criminal, en las calles de la ciudad de Toledo. Pero antes de meternos de lleno en la trama, preguntémonos quién es Ricardo Cupido.
Ricardo Cupido
Según nos cuentan en el blog detectivesdelibro.blogspot.com (Mis detectives favorit@s: Ricardo Cupido – Eugenio Fuentes (detectivesdelibro.blogspot.com) )“Ricardo Cupido Lasso nació en Breda, una pequeña ciudad ficticia 20.000 habitantes situada al norte de Extremadura. Hizo la mili en León y Madrid. Estudió Ciencias de la Información, rama de imagen, pero le faltan dos asignaturas para terminar la carrera. Se dedicaba al contrabando de tabaco por la frontera, oculto en colmenas, cuando fue detenido. Pasó 20 meses en la cárcel, no delató a sus compañeros.”
Eugenio Fuentes hace aparecer a este personaje en El nacimiento de Cupido. Tanto en esta novela como en Contrarreloj nos da a conocer su experiencia carcelaria por el delito de tráfico ilegal de tabaco rubio. En El interior del bosque, cinco años después de su “alumbramiento”, aparece ya instalado en Breda donde trabaja como detective privado. En realidad, tenemos muy pocos datos, aunque sí sabemos que siendo niño falleció su hermano y que tiene que cuidar a su anciana y enferma madre. Un dato importante para conocer a nuestro protagonistas y su comportamiento en el relato es su afición al ciclismo -experiencia que comparte con el propio Fuentes. Según nos recuerda Javier Sánchez Zapatero “El papel del ciclismo en la serie Cupido adquiere gran trascendencia, pues, además de convertirse en el marco ambiental de una de sus entregas, condiciona el discurso narrativo, ya que la descripción detallada del esfuerzo en la carretera del personaje permite dilatar el ritmo de la acción, explicitar las reflexiones sobre el caso del investigador y, en definitiva, contribuir al mantenimiento de la intriga” (Op. cit., p. 220).
Y no olvidemos que Cupido tiene también a su doctor Watson de cabecera, el Alkalino, un personaje que, situándose como el propio Fuentes señala “en burbujas de realidad”, acompaña al detective en su quehaceres investigadores. El Alkalino nos da una pista de quién es este detective bredense (le preguntaremos a Fuentes si nos está permitido el neologismo): “el que sabe, el que pregunta y escucha y reflexiona y sabe”.
La serie del detective Cupido la componen las siguientes novelas: El nacimiento de Cupido (1993). El interior del bosque (1999), La sangre de los Ángeles (2001), Las manos del pianista (2003), Cuerpo a cuerpo (2007). Contrarreloj (2009), Mistralia (2015) y Piedras negras (2019).
Y como adelanto del encuentro con Eugenio Fuentes del próximo 11 de diciembre, la entrevista al autor con la que nos obsequió Óscar López en Página Dos con motivo de la publicación de Mistralia y en la que nos dan pinceladas esenciales de cómo el autor construye sus novelas negras:
Seguro que ya estáis inmersos en la trama. Escribidnos para explicarnos qué os parece la novela, si os está gustando o si encontráis diferencias con las entregas anteriores de nuestro Club.
4L/4C 4Lecturas/4Continentes El Alkalino Eugenio Fuentes La novela negra Página Dos Piedras negras Ricardo Cupido
Hola. Soy una fiel seguidora de Eugenio Fuentes y siento mucho no poder asistir al encuentro con él. Creo haber leído casi todas, sino todas, las novelas de la serie de Ricardo Cupido. No recuerdo bien si la primera fue «La sangre de los ángeles» (un retrato magistral del mundillo docente) o «Las manos del pianista», una gran obra.
Me gusta la novela negra o detectivesca o policíaca, como queramos denominarla, y he leído no pocas. De las novelas de Fuentes me gusta su «normalidad». Breda es un lugar como muchos en España; uno casi tiene la impresión de haber estado allí. Cupido es un tipo normal que no sufre de poderes extrasensoriales ni de visiones ni de un pasado terrible que lo envenena ni de adicciones…si hasta Alkalino-Watson ha dejado de beber…Me he cansado de tipos estrafalarios en este tipo de literatura y de malos remalos con poderes oscuros.
Las tramas están muy bien elaboradas, son envolventes sin caer en estridencias melodramáticas ni en el espectáculo obsceno de la violencia. Esto último lo agradezco mucho.
En algún momento Fuentes puede pecar de didáctico o de excesivamente explicativo, nada grave, al menos en mi opinión.
Lo que realmente no me gusta porque afea esa prosa suya tan cuidada y tan poderosa, con imágenes magníficas, es su insistencia en anteponer el adjetivo «pequeño» con demasiada frecuencia y a menudo en contextos donde es innecesario.
Soy consciente de que tanto el olvido de los sufijos diminutivos como la anteposición de los adjetivos es una tendencia muy extendida actualmente entre los hispanohablantes, pero no puedo evitar que a mí me chirríe en una prosa tan trabajada como la suya.
Espero impaciente «Perros mirando el cielo».
¡Qué pena que no pudieras estar en la sesión con Eugenio! Seguro que nos habrías hecho descubrir nuevas cosas sobre Cupido. Te esperamos en la nueva temporada de 4L4C.
Un gran descubrimiento este autor, me ha enganchado desde el principio, muuuuy adictivo, me terminé el libro «Piedras negras» en dos días, no podía parar… Eugenio Fuentes tiene una forma de narrar que te atrapa, las historias se van entrelazando y sin darte cuenta se van resolviendo los misterios, y poniendo, sutilmente, las piezas sobre el tablero. Voy a leer ahora «Mistralia», que por la entrevista del programa Página 2, pinta muy bien también, y porque por ahora no quiero leer otra cosa que a Eugenio Fuentes 🙂 ¡Totalmente enganchada!
Hola. A mí también me ha gustado mucho «Piedras negras», lo leí cuando se publicó y lo he vuelto a leer para el club de lectura y el encuentro con el escritor. El primero que leí de la serie Cupido fue «Las manos del pianista» que me encantó, tiene un punto de partida muy original. Me he alegrado mucho al saber que en enero saldrá uno nuevo («Perros mirando el cielo»)
Lectores, lectores como Cesca Mateo, anuncian un Club lleno de amor a la novela negra. Gracias por tu sugerencia de Las manos del pianista. El periodista Ricardo Sanabre escribió en su crítica de 2003 para El Cultural que “la faceta de relato de misterio con que se presenta la novela es, como sucede a menudo en algunos autores -Simenon es un ejemplo magno-, algo adjetivo, un simple fondo bosquejado para inscribir en él algunas vidas.”, como sucede también con la de los personajes de la próxima entrega del detective Cupido: ¿es el presente o el pasado que vuelve en Perros mirando al cielo? Enero está a la vuelta de la esquina.»
Muchas gracias Almedina por tu comentario. La prosa de Eugenio Fuentes te va llevando, como tú bien señalas, con la suavidad del viento -probablemente sean los aires de Breda-, hasta que sin apenas darte cuenta ya estás atrapado en la red. Y a partir de ahí todo se vuelve -es verdad- adictivo, y caes en la contradicción de no parar de leer y no querer que se acabe. Por suerte Cupido sigue investigando de la mano de Fuentes. Mistralia no te decepcionará.