Mono de feria es la persona que se usa en las ferias para que se rían de ella. Y esa, al fin y al cabo, es la profesión de Castor, la de provocar a la gente con su humor para que se ría con lo que hace y con lo que cuenta. Solo que él ha decidido que ya está bien de ser humorista y ha buscado a Julio, su doble, para que lo sustituya y sea su gordo de feria.
La novela de Esther García Llovet juega con las palabras, con los sentidos y con las referencias. Narrada en tercera persona, Gordo de feria muestra un estilo mordaz, crítico, decadente, en la que no falta la reflexión y en la que sobre un trasfondo de búsqueda de identidad (“¿Quién eres?”, le grita Castor a Julio en un momento de disputa intensa), prevalece el elemento clave del relato, el humor y una reflexión sobre sus límites: algo así como quedarse atrapado en un torniquete del metro (p. 109).
Para mostrar algunos elementos del uso del humor en esta novela, hemos tomado como referencia el análisis de Antonio Luis Marín Benedicto para la revista Contrapunto dentro del ciclo “Narrativa del siglo XXI”:
Palabras que crean un ambiente desenfadado:
Uso de coloquialismos:
Uso de adjetivos perfectamente elegidos:
Del hombre que se acerca a Castor en la barra del bar y que desencadena la acción de la novela se dice que “era morenito, menudo, chato”. Marín Benedicto recuerda que Josep Pla decía que el acierto en el uso de los adjetivos es una de las claves del humor.
Exageraciones:
Deben ir en aumento para producir el efecto deseado. Así lo consigue García Llovet cuando habla de la casa de Martínez Campos:
Otra exageración: al chaval que mira las zanjas al lado de Castor al inicio de la novela “no le ha dado el sol en los últimos cincuenta y cinco años” (p. 10).
Uso de refranes y frases hechas
La autora los coloca de forma sorprendente o con algún tipo de transformación:
Lo absurdo y lo inesperado:
Hay muchos elementos que van haciendo de la novela un edificio lleno de humor, sin embargo nos gustaría destacar con Marín Benedicto otro aspecto que se intuye por toda la novela y que Llovet va administrando con pericia para dejar en el lector un sabor agridulce al final de la historia. Este elemento es la tristeza: “la tristeza es el fantasma que no ves” (p. 103).
La anécdota de Louis C.K. anticipa esta tristeza refiriéndose a los humoristas : “la gran tragedia que es que casi nadie sepa nunca cuándo estás hablando en broma y cuándo estás hablando en serio”. (p. 36). Algo parecido reflexionaría el genial Eugenio, un humorista muy serio y al que el escritor y director de cine David Trueba acaba de rendir homenaje en esta película:
Saben aquel (que diu)…
4L/4C 4Lecturas/4Continentes Ana Morgade Antonio Luis Marín Benedicto David Trueba Esther García Llovet Eugenio Forges Gordo de feria Josep Pla Luis Pescetti Saben aquell
Comentarios recientes / Son yapılan yorumlar