Tras los pasos de Tirante el Blanco en Constantinopla (duración estimada 30 minutos*)
Autora: Lara Zabala
Cuarto Premio del Concurso Itinerarios por Estambul 2017
La ruta literaria “Tras los pasos de Tirante el Blanco» sigue la senda en Constantinopla del protagonista de la novela Tirante el Blanco (1490) del valenciano Joanot Martorell complaciendo a los amantes de la literatura caballeresca hispánica. Del poniente al oriente del Mare Nostrum pretende enlazar así Valencia y Estambul.
Miguel de Cervantes homenajea la novela Tirante el Blanco y la salva de la inquisición en uno de los episodios más conocidos de su Quijote calificándola como «el mejor libro del mundo».
Este libro es la excusa para recorrer con los ojos de Tirante el Blanco el actual barrio de Sultanahmet en la época de Constantinopla.
Recorreremos a pie los escenarios imaginados por Martorell pero jamás contemplados por sí mismo pues no hay constancia de que el autor valenciano viajara nunca a la capital del Imperio Bizantino.
Recordemos que nuestro protagonista, tras permanecer un tiempo en Inglaterra donde se adiestra como caballero, regresa a Bretaña. Acompañado del hijo del rey de Francia, contrarresta el asedio que sufre la isla de Rodas de los genoveses y del sultán de El Cairo.
Y por fin en el capítulo XII de la novela asistimos a la entrada triunfal de Tirante el Blanco en Constantinopla:
«Cuando el emperador supo que Tirante había venido, demostró gran alegría y dijo que, a su parecer, su hijo había resucitado. Las once galeras llegaron causando tales manifestaciones de alegría que hacían resonar toda la ciudad».
El emperador da la bienvenida a Tirante el Blanco en el puerto de Bukoleon a orillas del mar de Mármara.
Nosotros iniciamos nuestra ruta en el mismo punto por donde Tirante entra a Constantinopla: el puerto del Palacio de Bukoleon situado en Sultanahmet.
Se cree que fue construido por orden de Justiniano II en el siglo V aunque sufrió innumerables ampliaciones y modificaciones a lo largo de la historia.
Las ruinas del palacio se encuentran integradas en la extensión de las antiguas murallas de la ciudad. En tiempos pasados fue una lujosa residencia adornada con estatuas de animales (algunas de ellas se exhiben en el Museo Arqueológico), pero a finales del siglo XIX con la apertura del ferrocarril que comunicaba el resto de Europa con la estación de tren de Sirkeci sufrió una gran mutilación arquitectónica.
(Siga leyendo esta entrada…)
Comentarios recientes / Son yapılan yorumlar