Se trata de una de las sinagogas más conocidas del antiguo Estambul, fundada originalmente en el siglo XIV por desplazados judíos romaniotes del lago Ohrid (en la actual Macedonia del Norte). Cuando los sefardíes se asentaron en el barrio acabaron haciendo suyo aquel espacio religioso, dando por ello al pulpito que representa el Arca de Noé el aspecto de una de las carabelas con las que abandonar la península ibérica.
El incendio de 1660 causó grandes daños en su estructura, sin embargo y dado que se trataba de un espacio religioso anterior a la conquista musulmana, el sultán Ahmed II autorizó su reconstrucción en 1694. Esta se llevaría a cabo siguiendo estilo barroco propio de la denominada «Era de los Tulipanes».
Más adelante la sinagoga pasaría por reformas que ocultarían la estructura diseñada a comienzos del siglo XVIII, hasta que una nueva y extensa restauración en los años 1990-1991 recuperaría aquel diseño barroco contra el parecer de muchos de sus feligreses.
Dirección: Calle Kürkçü Çeşmesi No.7, Fatih
Horario: Consultar con la oficina del Gran Rabino
Ubicada a pocos metros de la sinagoga Ahrida y fundada también por otra congregación de judíos romaniotes procedentes de lo que hoy es Macedonia del Norte. Como otras edificaciones de la zona, sufrió las consecuencias de los devastadores incendios de 1660 que afectaron las partes bizantinas del patio y el techo con pinturas al óleo de la naturaleza; asimismo, pocos años después la comunidad se vería dividida políticamente por la aparición del pseudo-profeta judío Zevi.
Dada su antigüedad, el sultán Ahmed II autorizaría la reconstrucción de la sinagoga en 1694, completándose una primera fase en 1709; produciéndose nuevas obras de reparación en los años 1865 y 1895. Actualmente y a pesar de contar con una comunidad esencialmente sefardí, las pinturas de la cúpula recrean el pueblo de donde eran oriundos los fundadores de la sinagoga.
Dirección: Calle Lavanta No.3, Fatih
Horario: Consultar con la oficina del Gran Rabino
En Haskoy no han sobrevivido muchas sinagogas al paso del tiempo, paradójicamente una de las que ha cobrado vida recientemente había sido fundada en 1754, en un periodo de declive de la comunidad sefardí. Tras la traumática experiencia del pseudo-profeta Zevi y el anatema de 1670 contra sus seguidores, la comunidad se había encerrado en sí misma, ajena a los grandes asuntos políticos y económicos del imperio.
A pesar de los gravosos impuestos de 1730 y 1757 que empujaron a buena parte de los sefardíes a unirse al ejército, pudieron completar la construcción de la sinagoga; cuyo nombre significaría literalmente «la sinagoga de mi barrio».
Una pequeña cúpula con adornos florales domina la estructura y una carabela, similar a la que usaron los sefardíes para venir a Estambul desde la península ibérica, ocupa una posición ceremonial en el salón principal. A mediados del siglo XX quedó en desuso, sin embargo, en 1991 fue sometida a un proceso de restauración que recuperó buena parte de la decoración mural.
Dirección: Calle Harap Çeşme No.30 con Mezar Üstü, Hasköy
Horario: Consultar con la oficina del Gran Rabino
Aunque hoy en día la Sinagoga Mayor (también llamada Sinagoga de Mallorca) se encuentre cerrada y que no hayan quedado en pie todas sus partes, merece la pena echarle un vistazo por sus resonancias con la historia de la Península Ibérica y como ejemplo del declive de la comunidad.
En el siglo XIV eran una de las comunidades más prosperas de la isla de Mallorca, sin embargo, en 1391 una revuelta anti-semita terminó con la mayoría de ellos convertidos oficialmente al cristianismo; dado que estos seguían practicando el judaísmo, fueron perseguidos nuevamente en 1435 y para cuando se instauró la Inquisición en el territorio, huyeron hacia el Imperio Otomano y retornaron a su religión.
Como tantos otros, el edificio de la congregación pudo haber sido ya utilizado por los romaniotes locales antes que los sefardíes se convirtieran en sus feligreses mayoritarios, superando en número a otros colectivos de Haskoy. Para 1950 y en consonancia con las migraciones a otros barrios de Estambul y del extranjero, la sinagoga dejó de utilizarse.
Localización: Calle Aziz, No.5, Haskoy
Horario: Cerrada.
Con el termino Sefarad solemos denominar a las tierras de la península ibérica tras la expulsión de su población judía, sin embargo, este habría sido utilizado en la Antigüedad para indicar la ciudad de Sardes (en el oeste de la península anatolia). Se explica que durante el reinado de Antioco III (222-187 a.C.) muchos israelitas habrían sido deportados a Sardes y otros puntos de la península, como Van y Harran; mientras el otro gran colectivo judío, los Askenazíes, habrían arribado a las tierras de Polonia y Alemania desde el Cáucaso.
Ya desde la expansión imperial romana encontraríamos núcleos de población judía diseminados por toda la península ibérica, adaptándose sucesivamente a todos los gobiernos posteriores. En Al-Andalús vivieron una Edad de Oro con visires como Ibn Hasdai (1050-1093) y pensadores como Maimonides (1138-1204); mientras en los reyes cristianos alcanzaron un pico de relevancia en reinados como el de Jaime de Aragón (1213-1276). La familia Barbut de Estambul descendería del platero real Salomón, mientras un tocayo rabino seria el ancestro de la familia Ben Aderet.
Los graves altercados de 1391 contra las comunidades judías supusieron un duro golpe a su existencia que, gradualmente y con la complicidad de los soberanos, se vieron constreñidas a unos espacios delimitados (juderías) y a portar emblemas identificativos. Conquistado el Reino de Granada en 1492, los Reyes Católicos se decidieron a homogenizar religiosamente su territorio y por ello ordenaron la expulsión de todos aquellos que judíos que no accedieran a convertirse al cristianismo.
Paralelamente, los sultanes otomanos debían lidiar con un territorio de mayoría griega ortodoxa, por lo que estaban interesados en atraer poblaciones de allende: en 1454 el jefe rabino de la comunidad judía romaniota invitaba a los askenazíes del Centro de Europa y en 1492, el sultán encargó al almirante Piri Reis apoyar logísticamente a los refugiados de Sefarad, a quienes se concedería el rango privilegiado de kendi gelen (del turco «voluntarios»).
Sin duda era una buena noticia para aquellos ibéricos que habían decidido persistir en su fe judía pues, habiendo tenido que malvender sus propiedades y estando prohibido salir de los reinos con oro, armas o incluso caballos, se habían visto forzados (aquellos que pudieron hacerlo) a obtener letras de cambio con intereses abusivos.
Una primera oleada de refugiados desembarcó en las costas de Italia y el Norte de África, y los que permanecieron en los reinos independientes de Navarra y Portugal hubieron de escapar también en los años 1497 y 1536 tras la implantación de organismos inquisitoriales semejantes al castellano. En menos de un siglo desde el decreto de expulsión (1492) que la comunidad sefardí ya era una de las más importantes de Estambul.
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