Aprovechemos este sugerente gancho con el que el escritor Lorenzo Silva animaba a leer la novela para mostrar una de las características más originales del relato construido por Ribas, Hofmann: la paradójica influencia de lengua y literatura en la construcción de la trama.
El proceso creativo fue plenamente consciente, querían subrayar que la filología era su campo formativo: habían expresado en alguna entrevista el deseo de hacer “una novela en la que la lengua tuviera importancia”, (sin caer, eso sí, en una especie de CSI lingüístico). Y vaya si la tiene: la novela está repleta de citas literarias, de referencias a Quevedo, al Quijote, al Libro de buen amor, al Lazarillo o a las Metamorfosis de Ovidio, por dar sólo algunos ejemplos; sin olvidarnos del contexto literario de la época con la aparición de Nada, de Carmen Laforet o La noria, de Luis Romero. El género negro tiene también su lugar: Raymond Chandler aparece ya desde los primeros capítulos como el “maestro criminólogo” de Ana. También hay subtextos que se vislumbran y de los que seguro que Rosa Ribas nos hablará.
Sin embargo, la novela no es una casa de citas sino que lo literario y lo lingüístico se articulan para desvelar la investigación, para resolver el crimen, al modo que otra maestra del género, la francesa Fred Vargas, lo teje con su profundo conocimiento de la Historia (os dejamos aquí una entrevista para que la conozcáis un poco más).
Recordemos que los primeros pasos de la investigación se encauzan gracias al descubrimiento filológico de la pareja Ana Martí-Beatriz Noguer en unas cartas de Mariona Sobrerroca, la fallecida (el género epistolar y la profesión del amanuense escritor de cartas, en su mezcla de alta y baja cultura). Habrá otras cartas: la de denuncia que recibe Pablo, la carta de la Universidad de Oxford que espera Beatriz, las cartas de Ana cerca de la Boquería, …, Valmont y Mujer actual jugando en el mismo terreno.
Así, Ana y Beatriz honran con su discurrir a Hermes, el mensajero de los dioses, aquel que funda de manera mítica el arte de la hermenéutica: “arte de la interpretación como transformación”, estrategia desde lo filológico y lo filosófico para resolver lo mundano, rasgos que Ribas y Hofmann utilizan huyendo completamente de la pedantería y del cultismo. Todo está construido con naturalidad, sin que chirríe, ciñéndose al canon.
Alexis Ravelo en su blog Ceremonias lo expresa con precisión: “El amor por la palabra, el respeto por el lenguaje, […]en esta novela negra se habla mucho de literatura, de lenguaje, de variantes léxicas y de idiolecto, hasta el punto de que algún personaje llega a justificar uno de sus descubrimientos diciendo que ha sido filológicamente demostrado”.
¿Os parece atractivo este vínculo entre literatura y trama policial? Seguro que ya habéis descubierto muchos de ellos. Si os apetece, podéis compartirlos y enriquecer la lectura del grupo.
¿Qué pensáis de la relación entre Ana Martí y Beatriz Noguer? ¿Creéis que están bien definidas, bien diferenciadas? ¿Tienen voces propias?
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Don de lenguas, de Rosa RIVAS y Sabine HOFMANN.
Cuando la madre de Ana rezaba para pedir perdón por el hijo rojo, junto a su altar. En aquella época de la segunda guerra mundial, muchas familias han perdido sus hijos, y dejaron de ver sus nietos. ¿podría usted hacer una reflexión histórica sobre el régimen político y sus mandatarios en aquella época, luego su consecuencias sobre la sociedad española?
Don de lenguas, de Rosa RIVAS y Sabine HOFMANN, que estoy leyendo,¿ me puede decir usted como se le ocurrió elegir el nombre de la mujer asesinada Mariona Sobrerroca?
Gracias Samia por tus comentarios, mañana podrás plantearle en directo a Rosa Ribas las cuestiones que mencionas.
Nos vemos mañana en el encuentro.
Fascinante esa relación entre lengua e investigación, la importancia del filólogo, todo lo que los textos pueden decir de nosotros mismos, me parece muy original e interesante toda la trama, y muy conseguido ese aspecto de thriller filológico de la novela, uno de sus grandes atractivos. Y como dices, utilizando el lenguaje y todo lo que nos desvela como clave de la trama, sin pedantería ni cultismos. Es genial.
Y de las protagonistas, especialmente de Beatriz, me gustan mucho sus reflexiones, contradictorias a veces, irónicas, divertidas… y que demuestran cómo están un poco por encima de todos, especialmente por encima de la sociedad arcaica, sometida y reaccionaria de la época. La historia es genial y los personajes son muy naturales, con carácter propio. Una maravilla de lectura.
Sin duda, Almudena, una maravilla de lectura. De qué forma tan sutil lo literario va ocupándose de las vicisitudes de los protagonistas y mostrándonos su alma y su realidad.
Recuerda ese capítulo 22 en el que confirmamos la situación económica de Beatriz y el medio de subsistencia al que se ve abocada por el propio proceso de depuración franquista. Es un pasaje del Lazarillo en el que se muestra que la actitud de Beatriz vendiendo sus libros no es fingida como la del hidalgo muerto de hambre: “[…] que se echaba migas sobre la pechera para fingir que había comido. Algún día, cuando el invierno en que vivía sumido el país terminara, escribiría sobre este libro para dejar bien claro cuánto abominaba de la glorificación de Lázaro de Tormes como representante de la idiosincrasia nacional.”. Los españoles no son pícaros, sino supervivientes.
Sí, Beatriz es un personaje con el que caminamos por encima de las miserias y adversidades que tuvieron que sufrir los españoles de la época. En ella el mundo gris del franquismo se tiñe de color y de buen humor -aunque a veces sea negro y profundamente crítico- y disfrutamos de su vida a pesar de las penurias y dificultades con las que tiene que convivir, porque aunque los sofás de cuero de la cafetería del Ateneo eran los mismos de antes de la guerra, el café aguado, no, y, sin embargo, ella siempre era capaz de echarle una cucharadita de azúcar.
En ese maravilloso capítulo 23, es capaz de jugar con la ironía del nuevo vocabulario del Régimen: tolerancia, humanidad, modernidad para mostrar que, en definitiva, lo único que ha cambiado es que Caperucita Roja ahora es Encarnada.
“El mensaje estaba bien claro: <>”.