Por Neri Arjona De Santiago, profesora
Fotos: cortesía de William de Jesús Carsolio Hernández y de Ricardo Holtkamp Arjona
¿Quién no recuerda los nervios de la noche del 5 de enero, la velada previa a la llegada de los Reyes Magos? Infinidad de preguntas acudían a nuestra mente, ¿me habré portado lo suficientemente bien este año? ¿Me traerán todos los regalos que les he pedido? ¿Llegarán a tiempo?
Esta celebración tiene un origen bíblico. Al inicio del Nuevo Testamento, en el Evangelio de San Mateo puede leerse esto: {Los sabios de oriente} “entraron en la casa, vieron al niño {Jesús} con su madre María y lo adoraron postrados en tierra. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra”.
Con el devenir del tiempo, estos tres personajes se fueron transformando hasta llegar a convertirse en lo que son ahora, los tres Reyes Magos. Sus nombres, el lugar de donde provenían y el transporte que usaban también han ido enriqueciéndose con el paso del tiempo. Así, Gaspar proviene de Oriente Medio y monta en un camello; Melchor es europeo, con barbas blancas y se transporta en un caballo; y Baltasar viene del continente africano, monta en un enorme elefante y su tez es de color obscuro.
Sin duda también los regalos han evolucionado con el tiempo. Los pequeños ahora reciben consolas de videojuegos. Pero la ilusión que esta fiesta ha traído a los niños de distintas generaciones es la misma año tras año.
En la mañana del 6 de enero y durante todo el día, mientras que los niños abren y disfrutan de sus regalos, adultos y pequeños degustan la riquísima Rosca de Reyes. La Rosca de Reyes se comparte con colegas en el trabajo, con amigos y familiares en casa, acompañada de chocolate, café, atole o leche.
La Rosca de Reyes no es un pan común y corriente, pues en su interior alberga sorpresas. Escondidos dentro hay un número variable de muñequitos de plástico. Cada persona corta su propio pedazo de rosca. Si le toca uno ellos, tiene que encargarse de hacer o invitar tamales y atole el 2 de febrero, día en que se festeja a la Virgen de la Candelaria. ¡No es de extrañar que muchos prefieran tragarse el muñeco!
Indudablemente esta es una de las tradiciones más hermosas de inicio de año. Aunque la percepción varía si eres el padre o la madre que tiene que comprar los regalos, o si eres el hijo que los recibe.
Por María Nieto
El Instituto Cervantes se suma al Nieuwjaarsduik el 11 de enero de 2015, la fiesta de la ciudad de Utrecht que celebra el inicio del nuevo año cultural, con un programa variado de actividades para todos los públicos: música, talleres para niños, mini clases de español y un taller de cocina.
En cuanto al taller para niños, tenemos el placer de contar con Bygocha d’Amalia (Bayron Gomez Chavarria) y su taller Homenaje a Miró y a la Torre del Dom. Hablamos con este artista:
¿Como surge la idea del taller?
El Instituto Cervantes de Utrecht me contacta para preguntarme si puedo dar un taller el día 11 de enero del 2015, para empezar la jornadas de cultura los domingos, una actividad con niños entre 4 y 12 años, donde los niños puedan disfrutar haciendo arte. Ahí mismo surge la idea de hacer una torre de cartón entre 2 y 2.50 metros de altura, una torre que será construida con casitas de cartón en homenaje a la torre de la catedral de Utrecht y al gran maestro Joan Miró.
¿Por qué Joan Miró y la torre Dom de la catedral de Utrecht?
Porque la obra de Miró es un universo de sueños infantiles donde todo es posible, por el uso de sus colores primarios que mucho le gusta usar a los niños y por la inagotable fuente de fantasía que tiene los niños y la obra de Miró. Y la torre Dom de Utrecht por ser el centro de la ciudad, por su historia donde tantos adultos como niños les gusta ver y escalar y en la noches de luna llena sin aun conservamos nuestra infancia en el corazón, podemos ver volando alrededor de la torre animales fantásticos como un caballo con cola de delfín o un gato con alas de mariposa etc.
¿Como estimulas a los niños en su creatividad?
En este caso del taller les explicare un poco sobre la obra artística de Joan Miró, haciendo énfasis en sus propias ideas, estimulando sus talentos, que el maestro Miró y tantos otros fueron también niños como ellos, que no importa cometer errores porque en arte es necesario para ser un gran artista y ellos lo son y que lo bonito del arte es que te permite corregir el error con el color mismo. Se les enseña que deben mirar en sus mundo de fantasías y pintarlo, que debes concentrarse y sacar lo mejor de ellos. Competir es necesario pero con ellos mismo, la idea es que cada niño crea su propio arte. En mis clases el objetivo es que cada niño logre su propio lenguaje. Al final cada niño explica su obra, luego los otros niños o adultos presentes pueden preguntar y también hacemos un cuento si es necesario sobre la obra terminada.
Pasos del taller
1 – Breve introducción sobre la obra de Joan Miro.
2 – Formas y colores básicos ( triángulo, rectángulo, cuadrado el circulo, colores primarios y secundarios)
3 – La limpieza en el trabajo.
4 – Concentración.
5 – Cada niño recibe su casita de cartón y la pinta con sus fantasías y sus colores.
6 – Cada niño recibe sus colores y pinceles y ropa especial para pintar, en este caso yo llevo todo ese material así que los padres no debes preocuparse por nada, los niños entran limpios al taller y salen limpios, así que en es sentido no hay preocupación.
7 – Al final entre todos construimos la torre de la catedral de Utrecht y cerramos con la exposición de la torre donde los niños explicarán o harán una historia sobre la torre, la cual quedará expuesta como una escultura en el Instituto Cervantes de Utrecht, firmada por todos los participantes.
La experiencia de trabajo con los niños
Soy un artista de Nicaragua, un país que queda precisamente en el centro de América rodeado de mares, lagos y volcanes. Ahí estudié entre 1990-1995 en la Academia de Bellas Artes y allá daba clases en la Academia a estudiantes adultos y eventualmente a niños. Mi experiencia con niños en Holanda es única. Vine a vivir a Holanda en febrero del 2005 y desde 2006 hasta la actualidad imparto clases de arte a niños de 1 a 4 años en KDV Tomaz y desde el grupo 1 hasta el grupo 8, en las escuelas de primaria de Kanalenieland, en Anne Frank School, Hart van Noord, Panda, Lukas en Zevengaven, Schateiland, Kaleidooskop Marco pololaan, columbuslaan en Da Costa School.
Trabajar con niños en una gran academia para mi, ya que me ha permitido regresar a mi mundo infantil. No basta tener un diploma de una academia de arte, sino el amor de trabajar con niños, pensar y entender a los niños, buscar siempre cosas diferentes para estimularlos, buscar otra metodología y pedagogía, que es totalmente diferente que dar clases a adultos. En mi experiencia es vital escuchar las ideas de los niños, porque puedo tener una idea y los niños otra, en ese momento debo ser capaz de adaptarme a sus ideas y por eso digo que también aprendo de los niños.
En cada clase los niños deben explicar su obra, cual es su visión y los demás niños pueden peguntar. Con sus historias yo aprendo mucho también.
Con mi experiencia he descubierto que cuando se evalúa un obra infantil debemos hacerlo desde la altura del niño, desde el mundo infantil y no desde nuestro mundo de adulto. Para los niños un verde es una montaña, el azul es cielo, el amarillo es un sol, etc., sin embargo para los adultos quizás solo sean colores, por eso digo a los padres que regresemos a nuestra infancia para evaluar la obra de los niños.
Algo hermoso es que los niños están limpios sin contenidos de televisión o de museos etc., sus mentes están limpias de tanta información que a veces a nosotros los adultos nos matan la creatividad y nos impiden soñar. Los niños al estar limpios, su mente se abre y pueden crear cosas maravillosas como una forma de expresar su alegría, su paz, su libertad y su amor.
Los datos prácticos de la actividad pueden consultarse en:
Taller Homenaje a Miró y a la Torre del Dom
Por Neri Arjona De Santiago, profesora
Fotos: cortesía de Melissa Torrecilla Aguirre y Ricardo Holtkamp Arjona
Una fiesta sin piñata, ¡impensable! Sobre todo si se trata de celebraciones infantiles o de las tradicionales posadas en diciembre.
Así como la piñata oculta en su interior tesoros que no pueden ser apreciados a simple vista, su origen también encierra secretos, que constituyen una amalgama de elementos prehispánicos y españoles.
El origen azteca de la piñata parte del culto a Huitzilopochtli, el dios principal de los mexicas. El nacimiento de esta deidad se celebraba en diciembre. Como parte del festejo se incluía un recipiente de cuero tejido con plumas multicolores. El ritual consistía en pegarle a éste con un palo hasta que se rompía y los tesoros en él contenidos caían a los pies del ídolo.
En Occidente, las piñatas llegaron a España a través de Italia, pero no fue ahí donde vieron la luz, sino en China, de donde Marco Polo las llevó a su país. En China, las piñatas se usaban en las celebraciones de año nuevo. De Italia, la tradición se extendió a España.
En el tiempo de la Colonia, la piñata fue utilizada como un instrumento para difundir la religión católica entre los indígenas. Los misioneros españoles usaron la alegoría de la piñata para evangelizar. Así, la piñata simbolizaba al diablo y, los siete picos, los siete pecados capitales. Los colores llamativos y brillantes representaban la tentación. Los dulces y demás cosas que se encontraban en su interior eran una alegoría de las bienaventuranzas y recompensas que se recibirían al golpear al pecado con la fe, una analogía del palo que se usaba.
Las piñatas tradicionales se hacen colocando dentro de ellas una olla de barro que es en la que se depositan los dulces o sorpresas. Después se procede a cubrirla con papel de china de diferentes colores. A esta misma se adhieren siete conos o picos que terminan dándole la forma de una estrella. La piñata se rellena con dulces y frutas de temporada, cacahuates o pequeños regalos. Debido a algunos accidentes como cortaduras o golpes, ahora muchas piñatas se hacen cubriendo con varias capas de papel periódico un globo inflado, el que después se pinchará pero que ya habrá dado su forma a la piñata. Parte esencial de la piñata es el palo que se usa para romperla y que también va profusamente adornado. La piñata se cuelga de una cuerda y una persona es la encargada de moverla. Otra opción es que dos personas sujeten los extremos de la cuerda.
El momento de romper la piñata constituye todo un ritual. Primero, si las personas que van a participar son niños mayores o adultos, se procede a ponerles una venda en los ojos a cada uno al momento de pasar. Se le pone el palo en la mano y se le dan algunas vueltas para que pierda la noción del espacio y no pueda localizar la piñata. Entre tanto, el que está o los que están sujetando y moviendo la piñata “provocan” al que quiere romperla rozándolo con ella.
Cuando cada uno va pasando a romperla se le canta al participante: “¡Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino; ya le diste una ya le diste dos, ya le diste tres y tu tiempo se acabó!” Otra versión es: “¡Dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino; dale, dale, dale, dale y no le dio, quítenle la venda, porque sigo yo!”. Aparte de participar cantando, el resto de las personas se ocupan de confundir al que está en turno diciéndole, a tu izquierda, cuando la piñata en realidad está a la derecha, o arriba, cuando la piñata está abajo. Con estas instrucciones equivocadas se producen situaciones realmente cómicas.
Una vez que la piñata ha sido rota y el contenido cae al suelo, es el momento en que niños y mayores se abalanzan para atrapar la mayor cantidad de los tesoros en ella contenidos.
La piñata tradicional es la de picos, pero actualmente, para las fiestas de cumpleaños infantiles las hay que representan a superhéroes, princesas, o cualquier otro diseño que esté de moda y que coincida con la temática de la fiesta. Las piñatas en forma de cubo y con globos dentro también son muy populares.
Poco a poco, las piñatas se fueron convirtiendo en un elemento importante de la cultura mexicana. Hasta el punto que ahora, en el extranjero, piñata equivale a México. El hacer piñatas es considerado por muchos como un arte y hay piñatas que son unas verdaderas joyas y a las que romperlas constituye una verdadera pena.
Dale, dale, dale, no pierdas el tino,
porque si lo pierdes, pierdes el camino…
Por Ada Pérez, flautista y docente
El pasado 17 de noviembre tuve la ocasión de colaborar con el Instituto Cervantes de Utrecht en un taller musical para niños. Fue un taller muy divertido y enriquecedor, donde tanto mayores como pequeños lo pasaron pipa con un cuento musical del compositor francés Erik Satie y con canciones sobre gatos y ratones.
El Instituto Cervantes realiza una importante labor en el aprendizaje del castellano fuera de España y tengo el placer de colaborar. En este sentido, la música también es un lenguaje. Un lenguaje universal que todos podemos conocer y aprender. ¿Qué mejor manera que complementar el lenguaje castellano con el lenguaje musical?
Mi nombre es Ada y empecé a los siete años a tocar con un teclado que mi padre tenía en casa y con ocho realicé mi primer curso “Yamaha” antes de ingresar en el conservatorio donde comencé a tocar la flauta travesera, instrumento que me encanta y a día de hoy sigo interpretando en conciertos siempre que tengo ocasión. Conciertos de música barroca que es la que más me apasiona y emociona.
Me gusta transmitir mi entusiasmo por la música a los demás y me encuentro como pez en el agua trabajando el lenguaje de los sonidos con niños.
Los niños son creativos por naturaleza y su poder de imaginación es inmenso. A través de estos talleres puedo contribuir con mi música a su aprendizaje y soy feliz si veo una cara sonriente de un niño cantando, tocando un instrumento o descubriendo nuevos lenguajes.
Lo que pretendo con estos talleres es que los niños se diviertan jugando, se ilusionen y aprendan a amar la música. La enseñanza musical no sólo significa leer notas, es un medio de comunicación a través del ritmo, del canto, de la historia, del lenguaje, de la cultura, del juego, del instrumento, del cuerpo…
¿Sabías que la música…
Aumenta la comunicación y las habilidades sociales?
Desarrolla la memoria y la concentración?
Aumenta los conocimientos de la cultura?
Facilita la lateralidad y la integración?
Produce satisfacción personal, placer y bienestar?
En definitiva, la música mejora la calidad humana.
Cualquier niño puede iniciar el camino de la música de forma intuitiva. Yo solo quiero ser una guía que ayuda en este camino.
Mi formación y experiencia me lleva a compartir mi trabajo con todos vosotros.
¡Os espero en el próximo taller musical!
Por los alumnos de español del grupo A2.1 de la profesora Sara Montero
Manzana (Els vd Tillaard)
Manzana
verde amarilla
Adán y Eva
mordida tragada desaparecida
Corazón
Maíz (Ruth Gemin)
¿pienso para las gallinas?
más de esa
alegre
largo y fuerte
amarillo y verde
asar o hervir
uno se compone de muchas
tu es delicioso
como grano por grano
pero si no me dominarse
dar un bocado grande
más de pienso para las gallinas
tú estás especial
muy rico
Maíz
Oda al crepe (Karel van Koppen)
Ay crepe, que el hombre fuera cómo tu
simple
caliente
solo para aprovechar
Donde viajo te encuentro
una vez de maíz
otra vez de arroz
el más de harina
Cómo te como
no te importa
azúcar
sirope
licor
queso
carne
verdura
tu apruebas todo
solo quieres que me gustas
te puedo
enrollar
doblar
cortar
morder
para ti es todo bien
nunca te lamentas
nunca te enfadas
Ay crepe, que el hombre fuera cómo tu
Oda a la fruta (Willy Zilmans)
Una piña y una pera
manzanas, kiwis y mucho mucho mas
Me gusta y también es saludable
Si veo que es fruta toda deja desbordar mi boca
A veces también hay una piel como si un mango y un plátano
Toda la fruta me gusta pero no olvides….
Las frescas son realmente mi favoritas
Oda a la berenjena (Frederika)
Vienes de lejos
Brillante como muebles pulidos
Oscura como una noche sin luna
Su nombre es un color
Un color misterioso
Delgada como un cáliz verde
Me seduces cada vez que nos encontramos