Por Elisenda Durany, profesora ELE y formadora de profesores
En la primera parte de este taller, vamos a analizar el uso que podemos dar a los dictados en la clase de lengua extranjera e intentaremos desterrar la concepción tradicional que tenemos de ellos. Vamos a experimentar la variedad de posibilidades que pueden ofrecer a las clases con un enfoque comunicativo. Todo es cuestión de plantearnos algunas preguntas: ¿quién dicta a quién? ¿quién controla el ritmo del dictado? ¿quién crea y elige los textos? ¿quién corrige?
En la segunda parte, veremos la potencialidad y rentabilidad del uso de los cómics hispanoamericanos en la clase ELE. El cómic forma parte de nuestras vidas y, por ello, se puede usar con estudiantes de cualquier edad. Además nos ofrece una amplia gama de posibilidades dadas sus características visuales, cómico- humorísticas y culturales que facilitan el desarrollo de la competencia comunicativa y la interacción en el aula. Daremos propuestas de explotación de este material en cualquier momento de la clase y como ejercicio creativo y de cooperación entre estudiantes.
In het eerste deel van deze workshop, zullen we het gebruik van het dictee in het vreemde taalonderwijs analyseren en proberen we het traditionele concept hiervan los te laten. We zullen de tal van mogelijkheden zien die een dictee kan bieden in een les met een communicatieve doelstelling. Het is namelijk een kwestie van onszelf een aantal vragen te stellen: Wie dicteert wie? Wie controleert het ritme van het dictee? Wie schrijft en kiest de teksten? Wie corrigeert?
In het tweede deel gaan we in op het vruchtbare gebruik van Latijnsamerikaanse stripverhalen in de Spaanse les. Stripverhalen vormen een deel van ons leven en kunnen daardoor prima gebruikt worden voor cursisten van verschillende leeftijden. Door hun visuele, komische en culturele kenmerken bieden stripverhalen ons een breed scala van mogelijkheden om meer communicatie en interactie in het klaslokaal te creëren. We zullen voorbeelden geven van hoe het materiaal in te zetten opdat de cursisten op een creatieve manier kunnen samenwerken.
Horario: 14:00 a 18:00 el día 31 de enero de 2014
Al terminar la sesión se hará entrega de un certificado de asistencia
El curso está dirigido a profesores ELE (o en formación). A los profesores no nativos se les exige un nivel mínimo C1. También puede hacer el taller todo aquel interesado en la actualidad sociocultural hispanohablante, en los aspectos de la lengua española o en la metodología del español como lengua extranjera.
La inscripción se realiza en cen1utr@cervantes.es
Mas información sobre los talleres para profesores en el Instituto Cervantes de Utrecht: http://utrecht.cervantes.es/es/cursos_espanol/profesores_espanol/jornadas_talleres.htm
Por Neri Arjona De Santiago, profesora
Guacamole, tequila, mariachi y tacos son algunas de las palabras que mundialmente se asocian en el acto con México. Sin embargo, hay otro grupo de vocablos como pavo, flor de Nochebuena, chocolates, cacahuates y parafina, que al oírlos o ver su representación, los extranjeros y muchas veces, los propios nacionales, no los relacionan inmediatamente con mi país.
Sobre estos últimos quiero tratar en esta columna. Para ello me he tomado la libertad de transcribir un fragmento de uno de los capítulos del libro México, «acreedor de la civilización mundial», escrito por Fortino Ibarra de Anda. En él, este escritor mexicano cuenta, de una forma amena, sencilla y haciendo gala de un gran amor patrio, “Lo que debe a México la Navidad”.
“La Navidad, fiesta la más vieja del mundo cristiano y que cada vez va tomando más arraigo en los hogares y mayor auge y esplendor en todos los países, al grado de que casi es una fiesta universal, aun en los pueblos no cristianos, debe a México más de un motivo de regocijo, más de un motivo de lucimiento, universalmente aceptados dondequiera que se celebre el advenimiento de Cristo a este mundo.
¿Se puede concebir la celebración de la Nochebuena sin el pavo tradicional? Las hogareñas fiestas que empiezan en Navidad siguen hasta el Año Nuevo, y el pavo sigue figurando también lo mismo en las comidas del hogar, que en las que ofrecen los restaurantes en todos esos días. Primero, el pavo de rigor, y después todo lo demás. Lo mismo en Berlín que en París; en Londres que en Moscú; en Washington o en Madrid y hasta en Tokio y Pekín, que han comenzado a introducir la Navidad, obligados por las colonias extranjeras, el pavo al horno, el pavo trufado, el pavo al pastor, es obligatorio en la cena de la última semana del año cristiano.
El pavo, cócono, guajolote o “meleagris mexicano” como se llama científicamente, se debe a México; antes de Cortés, el mundo ignoraba la existencia de ese bípedo cuya carne proporciona un exquisito manjar; los vasallos de Moctezuma lo descubrieron un día, en estado salvaje, en las selvas vírgenes de Anáhuac y ofrendaron el descubrimiento al magnífico monarca, como cosa digna de dioses, y, de las tierras de Moctezuma el Magnífico, se propagó a todo el orbe la exquisita vianda como única digna de celebrar la fiesta de Dios. Sin el “hueyxólotl” de los aztecas, la Navidad cristiana parecería a muchos desabrida, insípida. El Día de Gracias, fiesta religiosa de los yanquis se celebra exclusivamente con el imprescindible pavo. ¡Qué lejos están los magnates, los millonarios, los potentados, de Estados Unidos y de Europa, de imaginarse que la vianda en torno a la cual gira toda la celebración de Navidad se debe a los aztecas!
La flor de Navidad. Mas no solamente el pavo se debe a México; también la flor de Nochebuena, esa flor que se ha extendido por todo el mundo como símbolo de Navidad, figurando en todas las alegorías, en todos los adornos, en todos los obsequios, en todas las tarjetas. ¿Se imagina alguien una cena de Nochebuena sin que la mesa esté adornada con la simbólica y extraña flor. Ésta, originaria de México, y que solamente se produce en invierno, rara por su forma y peculiaridades, pues siendo de tierra caliente, brota en tiempo de fríos; parece providencialmente destinada a simbolizar la Navidad. Los aztecas la conocieron como una de tantas plantas de ornato; los mexicanos de la Colonia notaron que solamente florecía en diciembre, y el espíritu religioso de los mestizos comenzó a engalanar los “nacimientos” con aquella flor.
Poco después, ya en la época independiente, vino a México Mr. Joel Poinsset en calidad de plenipotenciario norteamericano. Era hombre observador y aficionado a la Botánica y fue él quien clasificó la flor, la trasplantó a los Estados Unidos y la dio a conocer en el mundo entero como flor de Navidad por producirse en diciembre, y en los textos de Botánica de las escuelas norteamericanas, la indígena flor de Nochebuena, se conoce con el nombre de “poinsseta”, en honor del yanqui que la clasificara.
De todas maneras, la flor de Navidad se debe a México.
Los chocolates. Casi tan indispensables como el pavo son los bombones, turrones, confites, pasteles, postres, budines, etc., en que entra como principal elemento el chocolate. Las famosas cestas de Nochebuena no salen de ningún almacén, de ninguna casa de comercio o particular, sin los imprescindibles bombones entre los cuales la mayor parte son de chocolate dulce, amargo, con leche o sin ella, con pasas, con almendras, etc. ¿Y dónde se inventó el chocolate si no en México? ¿Y de dónde lo llevaron los españoles a Europa si no del Anáhuac?
Los cacahuates. Puede haber noches de Navidad, las de los pobres sin pavo, sin flor de Nochebuena, sin bombones de chocolate, sin turrones ni pasteles, ¿pero sin cacahuates? ¡Imposible! ¡Sabroso y nutritivo fruto que se ha adueñado de todo el globo terrestre! Los cultivan y los comen los blancos, los morenos, los amarillos, los negros, los aristócratas y los plebeyos; los soberanos y los esclavos; y en Navidad anda en las manos y en las bocas de todos. ¡Y esto también se debe a México!
En los Estados Unidos, en Cuba, en Centro América, en Europa, hay hasta canciones compuestas en honor del “maní” o cacahuate, indicio de la gran popularidad de que goza tan apetitosa golosina; se venden crudos, tostados, quemados; en confites, en turrón, en cajeta, con cáscara o sin cáscara, con sal, con chile, con miel, en bolsas, en la mano y constituyen uno de los principales negocios de Navidad. Por las vitaminas y calorías que contienen, son alimento ideal para el invierno.
Y si del aspecto universal que ofrece la predilección de que goza el cacahuate en Navidad, pasamos al punto de vista económico, aquí sí que podemos decir que una Navidad sin cacahuates, no sería Navidad sencillamente. ¿Cómo salir del compromiso de las “posadas”? ¿Con qué llenar las piñatas? ¿Cómo condimentar la ensalada de Nochebuena? ¿Cómo concurrir a la Misa del Gallo sin los bolsillos repletos de cacahuates?
La parafina. No tan popular como los cacahuates, aunque sí más necesaria para las fiestas de Navidad, es la parafina. En torno de las estampas, exornando las tarjetas de Navidad y en las alegorías alusivas, aparecen casi siempre flores de Nochebuena alternando con velas de parafina. Estas velas, simbólicas de la Nochebuena, fueron en tiempos antiguos de estearina, principio graso que se extraía especialmente de las ballenas. La estearina, por esta razón era cara y la usaban solamente los ricos para sus banquetes nocturnos; daba luz blanca, de escaso humo y de olor menos mareante que la cera. Era un lujo de ricos. Por mucho tiempo las rituales velitas de nuestras “posadas” fueron de sebo; la estearina ni siquiera se conocía por el pueblo, pues hasta el nombre le parecía exótico y decía “esterina”; y lo mismo que ocurría en México ha de haber sucedido en los demás países. Pero brotaron los pozos de petróleo, figurando México entre los países petroleros del mundo; se descubrió que, a pesar de su negrura, el chapopote tiene parafina, y ahora cualquier proletario puede darse el lujo por unos cuantos centavos, de iluminar su mesa con velas de parafina, tan luminosas, tan blancas, tan decentes como las de estearina, y gracias a la parafina extraída del petróleo mexicano, podemos en México realizar nuestras “posadas” con centenares de velitas que dan alegría y color a la fiesta familiar. Así, pues, también las simbólicas velas de Navidad, cuando menos su popularización, se debe en buena parte a México”.
La información la he copiado textualmente de las páginas 75-78 del libro El galano arte de leer.
Antología Didáctica. Volumen 1.
Manuel Michaus y Jesús Domínguez R.
Undécima edición, novena reimpresión, mayo 1983.
Editorial Trillas, S.A. México.
Espero que recuerden con cariño a mi hermoso país esta Navidad al comer el pavo, degustar unos ricos chocolates y cacahuates, al mirar una bella flor de Nochebuena o al encender una velita para adornar la casa o para honrar a algún ser querido que ya no está con ustedes.
Mi humilde aportación mexicana para estas fiestas es compartir con ustedes una receta muy típica de mi país, las hojuelas. Cuando pienso en ellas, acuden a mi mente las tardes de cada diciembre, durante años y años en que mi mamá, mi hermano y yo pasábamos largas horas amasando y extendiendo la harina para prepararlas, friéndolas y pasándolas por azúcar y canela. También me recuerda que era la forma muy personal de mi mamá de enseñarnos la esencia de este tiempo, el compartir. Siempre hacíamos una cantidad excesiva porque había que regalarlas a los vecinos y amigos.
Yo, como mujer práctica, les ofrezco la versión rápida, bastante parecida a la original.
Ingredientes:
– 1 paquete de tortillas de harina, formato pequeño. Pueden comprarse prácticamente en cualquier supermercado.
– 1 botella de aceite de semilla de girasol.
– Azúcar y canela en polvo al gusto.
Preparación:
En un plato se mezclan el azúcar y la canela en polvo. Después de freír cada tortilla en suficiente aceite en una sartén hasta que adquieran un color dorado, se revuelcan en el azúcar y la canela. Si las tortillas se esponjan al estarlas friendo, pinchar las burbujas para que el aceite alcance el interior y no queden crudas por dentro.
Son muy ricas acompañándolas con café, leche o chocolate.
¡Buen provecho!
Por este año me despido de ustedes deseándoles a todos unas hermosas fiestas navideñas llenas de salud, amor, paz y esperanza y lo mejor para el 2014.
Neri Arjona de Santiago
Por Alberto Colorado, abogado, gestor cultural, profesor
Nos embarcamos en un periplo por la España de la Edad Media. Analizaremos los hechos históricos que dieron como resultado la coexistencia de las tres culturas -judía, musulmana y cristiana- en la península ibérica.
Recorreremos una etapa histórica de conflictos pero también de tolerancia y progreso. Musulmanes, judíos y cristianos dejaron en la península ibérica un rico legado que ha resultado ser una contribución fundamental al patrimonio cultural occidental y universal.
El curso abordará, entre otros, el tema de la difícil convivencia entre las tres culturas y religiones: las conversiones religiosas, las comunidades de las minorías culturales, las persecuciones, la permisividad, etc. Para ello y para otros muchos temas acudiremos a diversas disciplinas como la historia, la literatura, el arte o la lengua.
Horario: 18:30 a 21:30, desde el 11 de enero al 9 de abril
El curso está dirigido a holandeses, o cualquier otra nacionalidad, con un nivel de español C1/C2.
Número de plazas: mínimo 6, máximo 12
La inscripción se realiza en https://clicutrecht.cervantes.es/es/cursos/4092
¡Pero qué bonito es estudiar español en el Instituto Cervantes! por lo menos en los Países Bajos. Nos entregamos al 100% a nuestros alumnos de español. Y lo mejor es que nuestros alumnos … se nos entregan a nosotros también en cuerpo y alma. Porque nosotros lo valemos 🙂 Una maravilla contar con estos estudiantes de español. ¡Y con estos profesores de español!
Espero que disfrutéis de este cortometraje hecho en el Instituto Cervantes de Utrecht, por los alumnos de español del grupo famoso B2.1 y su profesora, Sara. Los actores, casi con el Goya ya… son Sara, Linda, Claudia, Tiddo, Henny, Cor, Greg y Ronald.
Hay un asesino en el Instituto! ¿Quién es?
http://www.youtube.com/watch?v=EDoi64sQW7M&feature=c4-overview&list=UUxK1DFEpRDLJDy73T-p5rxg
Por Kristina Goikoetxea Langarika, escritora
Traducción: Trees Haverkort en Jose Keijzer
El próximo enero de 2014 comenzaré a impartir en el Instituto Cervantes un Taller de Escritura Creativa. En seis clases los sábados alternos durante tres meses compartiré mi experiencia como escritora en un idioma adoptado y les ayudaré a contar su historia. Todos tenemos una historia que desea ser contada, no importa el idioma en el que se haga. Por ello, animo tanto a los estudiantes de español como a los hispanohablantes a que se unan a nuestro taller para escribir y aprender los unos de los otros.
“Lo que más importa es la historia que quieres contar, no el idioma en el que la escribes. Del mismo modo que en la música, lo que más importa es la melodía que inventas y no el instrumento en el que la tocas,” así me respondió el escritor iraní Kader Abdolah en las clases de escritura creativa en Utrecht cuando le comenté que a veces me sentía insegura al escribir en un idioma que no dominaba como mi lengua materna: el neerlandés. “El idioma siempre te lo puede corregir alguien, pero la historia sólo la puedes inventar tú”. A partir de ese día prometí nunca más utilizar el idioma como excusa para no contar mi historia. Una vez abandoné los miedos y las inseguridades, pude dejar que la historia fluyera en este nuevo idioma adoptado por mí. Para mi asombro, escribir en neerlandés me dio un tipo de libertad que hasta el momento desconocía. En el 2007 se publicó mi primera novela escrita directamente en neerlandés con la Editorial De Geus. Desde entonces, no he dejado de escribir en esta lengua. Y lo más importante, he perdido el miedo a escribir en mi propio idioma: el castellano, aunque tengo que confesar que mi voz en mi lengua materna suena algo diferente.
Durante el taller exploraremos el proceso creativo del escritor, su profesión y las herramientas con las que cuenta, pero sobre todo nos dedicaremos a escribir y a escribir para descubrir así que nosotros también llevamos nuestro escritor dentro.
Horario: 10:30 a 13:30 los días 11 y 25 de enero; 8 de febrero y 1, 15 y 29 de marzo
El bureau WBTV concede 18 PE
El curso está dirigido a hispanohablantes y a holandeses con un nivel C1/C2.
Número de plazas: mínimo 6, máximo 12
La inscripción se realiza en https://clicutrecht.cervantes.es/es/cursos/4091
Door Kristina Goikoetxea Langarika, schrijver
Vertaling: Trees Haverkort en Jose Keijzer
Januari 2014 begin ik als docent bij Instituto Cervantes met de workshop Creatief Schrijven. Op zes zaterdagen verspreid over drie maanden zal ik met jullie mijn ervaringen delen als schrijver in een vreemde taal en helpen bij het vertellen van jullie verhaal. Wij hebben allemaal een verhaal dat we graag zouden willen vertellen, ongeacht de taal die we gebruiken. Daarom nodig ik zowel cursisten Spaans als Spaanstaligen van harte uit onze workshop schrijven te volgen en om van elkaar te leren.
Het is niet de taal die het allerbelangrijkste is als je een verhaal wilt vertellen. Net als bij muziek, is de melodie die je bedenkt het allerbelangrijkste en niet het instrument waarop je speelt”, dat antwoordde de Iraanse schrijver Kader Abdolah tijdens de lessen creatief schrijven in Utrecht toen ik het er met hem over had dat ik me soms onzeker voelde om in het Nederlands te schrijven, een taal die ik niet beheers zoals mijn moedertaal. “De taal kun je altijd door iemand laten corrigeren, maar het verhaal kan alleen jij creëren”. Vanaf die dag nam ik me voor de taal nooit meer als excuus te gebruiken om mijn verhaal niet te vertellen. Toen ik eenmaal los was van angsten en onzekerheden, kon ik het verhaal laten stromen in deze voor mij nieuwe, vreemde taal. Tot mijn verbazing, gaf het schrijven in het Nederlands mij een soort vrijheid die ik tot dat moment niet gekend had. In 2007 publiceerde ik bij uitgeverij De Geus mijn eerste, direct in het Nederlands geschreven roman. Vanaf toen ben ik in deze taal blijven schrijven. En het belangrijkste is dat ik ook de angst ben kwijtgeraakt om in mijn eigen taal, het Castiliaans, te schrijven. Ook al moet ik toegeven dat mijn stem in mijn moedertaal wel iets anders klinkt.
Tijdens de workshop onderzoeken wij het creatieve proces van de schrijver, zijn beroep en de instrumenten die hij gebruikt om te vertellen. Maar wij concentreren ons vooral op het schrijven zelf en we schrijven om te ontdekken dat in ons een schrijver schuilt.
Tijdstip: 10.30 a 13.30 uur. Data: 11 en 25 januari, 8 februari en 1, 15 en 29 maart
Het bureau WBTV kent 18 PE toe aan deze cursus
De cursus is bedoeld voor Spaanstaligen én Nederlanders met niveau Spaans C1/C2.
Aantal plaatsen: minimaal 6, maximaal 12
Inschrijven kan via https://clicutrecht.cervantes.es/es/cursos/4091