Las gemas al borde del cuerno de oro
(duración estimada 7 horas)
Autor: Hilal Secgin Coskun
Finalista de Itinerarios por Estambul 2019
Somos la gente de Estambul, los Estambuleños, y estamos enamoradas de nuestra ciudad. Pero no sólo enamoradas sino también orgullosas. También estamos de acuerdo de que vivir Estambul es caminar todas las calles, paso a paso, disfrutando, viviendo y recordando todas las anécdotas e historias que pasaron por las piedras.
Mi ruta amorosa empieza en Haskoy (el pueblo bonito), en el Cuerno de Oro. Haskoy es el barrio en el que nací, crecí y viví todos los sentimientos que se pueden sentir en una vida. Haskoy no solo ha sido mi hogar, sino también fue un hogar para una parte de los judíos de origen hispánico que habían sido expulsados por los Reyes Católicos en 1492. Haskoy es “una perla olvidada en el Cuerno de Oro”.
Primero, quiero ver el museo de Rahmi Koç que está al borde del Cuerno de Oro. El museo se inauguró en 1994 y es posible ver muchas obras de la industria, historia y tecnología. Lo más interesante es su cafetería que está al borde del mar con vistas al Cuerno de Oro. Paso unas horas allí y tomo un té turco en la cafetería. Si tengo suerte, disfruto del sol y miro a los barcos bailando encima del mar azul.
Entonces continúo mi ruta por la costa y cojo un autobús enfrente del museo para ir a Sishane, porque no quiero continuar mi ruta sin ver la Torre de Gálata (Torre de Cristo). El autobús me lleva hasta Sishane en diez minutos y camino hacia a la torre que tarda casi diez minutos más. Quiero subir todas las escaleras y llegar hasta lo más alto, más a menos en 15 minutos. Me quedo de piedra con la belleza. No quiero que el tiempo pase. No me importa nada en este momento, sólo pensando en cuántos amores se habrán vivido aquí, cuántos poemas se habrán escrito sobre esta maravilla o cuántos pintores habrán creado sus obras maestras.
Me interesa mucho la historia de la torre: se construyó en el 528 como una torre de faro, pero fue reconstruida en 1348 como la expansión de la colonia genovesa de Constantinopla. Es una de las torres más antiguas del mundo y cuando se reconstruyó en 1348 se convirtió en el edificio más grande de la ciudad de su época. Según al libro Seyahatname de viajero otomano Evliya Celebi, Hazerfan Ahmet Celebi trató de volar desde la torre con alas artificiales de madera hasta Uskudar, a la parte asiática. Todavía eso se discute si es una leyenda o es verdad, Pero no me importa nada, me gusta oír las leyendas sobre esta belleza.
Hoy, hay un restaurante en la torre, pero prefiero que se guarde la estructura original sin los toques modernos. De todas formas, quiero pasar todo el tiempo allí, pero ya siento hambre. Quiero probar la comida de la calle y por eso bajo de la torre y camino hacia Eminonu a través de Karakoy y el puente de Gálata.
Mientras camino a Karakoy no puedo parar de entrar en las tiendas pequeñas. Siempre encuentro algo muy interesante. Por eso tardo unos quince minutos en llegar a Karakoy.
Cuando llego al puente de Gálata, miro a los pescadores y pienso que esa bonita afición de la pesca tiene que ser la cosa más pacífica del mundo, tengo que hacerlo un día.
Finalmente llego a Eminonu y encuentro mi camino rodeándome un olor delicioso a comida a la brasa. Cojo un bocadillo con pescado y lo como mirando al barrio antiguo.
Sigo caminando a través de Sirkeci saludando la mezquita de Yeni. Es una de mezquitas que lleva mucha armonía con la silueta de la ciudad. También es uno de los modelos más bonitos de la arquitectura turca durante la época otomana.
Sigo el camino del tranvía y paso el parque de Gulhane pero hoy no me apetece entrar. No me da el mismo sentimiento de mi infancia y por eso sigo caminando hasta mi amor Santa Sofía en la plaza de Sultanahmet. Me quedo extasiada ante ella otra vez: me siendo como si la viera por primera vez en mi vida. Sigo mirándola y pensando cómo ha sido siempre un testigo a pesar de tantas revueltas que han ocurrido en estas tierras.
Santa Sofía, se construyó entre los años 532-537 por el emperador bizantino Justiniano I como una iglesia, pero después de la conquista de Constantinopla por Sultán Mehmet se convirtió en una mezquita. Después de la secularización de Turquía se convirtió en un museo en 1935. Todavía se puede ver la combinación de las religiones diferentes en el edificio, es decir, muchas partes de la arquitectura islámica se han añadido al edificio, pero la peor parte la han sufrido los más bellos mosaicos del arte bizantino ya que fueron tapados con cal. Sea lo que sea, me da mucha tristeza ver cómo se ha dañado esta joya y ver el deseo de muchos por convertirla en una mezquita otra vez. No dejamos que descanse en paz y brille en la ciudad con su gloria, sea como sea, en la plaza de Sultanahmet.
Salgo del museo con mucha emoción y visito la otra joya del barrio: La Mezquita Azul, como los turcos lo saben “La Mezquita de Sultán Ahmed”. Esta mezquita fue la única mezquita con seis alminares en la ciudad hasta 2016, la mezquita de Camlica se inauguró en este año como la mezquita más grande en la historia de la república turca.
La Mezquita Azul literalmente es una joya por sus más de 20.000 azulejos de cerámica hechos a mano y están cubiertos en su interior de la mezquita con más de cincuenta diseños diferentes de tulipanes. La reunión de la luz y los azulejos crean un ambiente pacífico y místico. También la combinación de la inspiración de su vecina Santa Sofía con la arquitectura islámica la envuelve de una gloria impresionante.
Después de pasar tiempo en La Mezquita Azul, me siento un poco cansado y me apetece comer un dulce. Camino hacia al Edebiyat Kiraathanesi. Kiraathane significa un lugar, es un tipo de cafetería en el que se puede tomar una bebida y se pueden leer los periódicos y las revistas. Pero en la cultura turca, se utiliza como lugar donde los hombres van y toman una bebida (sin alcohol), charlan y juegan con barajas o backgammon. Pero hoy, sirve para todo el mundo como una cafería y sirven dulces deliciosos. Después del dulce quiero beber un café turco, aunque no me gusta mucho. Porque lo sé que esta vez será diferente y lo sé que aquí se prepara el mejor café turco del mundo en Corlulu Ali Pasa Medresesi en Beyazit. La madraza es la escuela en la historia del islam. Corlulu Ali Pasa Medresesi se construyó en los 1700. Tiene un ambiente masculino, la mayoría de los hombres fuman las pipas de agua, pero me gustan sólo el ambiente místico y el café turco.
Descanso aquí pensando en mi día estupendo, llevando el orgullo de ser un Estambuleño. Quiero coger un tranvía para ir a Karakoy y continuar con mi paseo hacía Kadikoy pero me siento muy cansado, lo dejo para el día que viene.
Al atardecer sorbo mi café y me despido de la belleza de mi ciudad como se hubiera despedido el cautivo en el Madrigal de Cervantes, en su obra «La gran sultana doña Catalina de Oviedo»:
«¡Adiós, Constantinopla famosísima!
¡Pera y Permas, adiós! ¡Adiós, escala,
Chifutí y aun Guedí! ¡Adiós, hermoso
jardín de Visitax! ¡Adiós, gran templo
que de Santa Sofía sois llamado,
puesto que ya servís de gran mezquita!
¡Tarazanas, adiós, que os lleve el diablo,
porque podéis al agua cada día
echar una galera fabricada
desde la quilla al tope de la gavia,
sin que le falte cosa necesaria
a la navegación».
Una tarde en Fener y Balat
(duración estimada: 3 horas)
Autora: Catherine Dilmener
Cuarto premio Itinerarios por Estambul 2019
Como podemos decir «la ciudad del amor» para París también podemos decir «la ciudad de la tristeza’»para Estambul como la llama Orhan Pamuk (el famoso escritor turco premio nobel de literatura cuyos libros están traducidos a muchos idiomas, incluido al español). «Para mí Estambul es como una una mujer muy hermosa pero que está un poco triste y cansada. Todos quieren conocerla bien pero ella no tiene muchas ganas de conocer a otros». No es fácil, después de todo, Estambul fue el hogar para 3 de los grandes imperios -el romano, el bizantino y el otomano- y ahora un cuarto de la población de Turquía, exactamente 20 millones de personas vive aquí.
Vayamos a nuestro recorrido con las palabras de Orhan pamuk. ‘«Lo que hace que una ciudad sea una ciudad es la vista de sus espacios internos y los interiores de las casas, así como su apariencia exterior, los viajeros extranjeros se ven obligados a olvidar y perderse más en Estambul». Y en mi opinión son obligados a perderse y olvidar sus orígenes especialmente en Fener y Balat.
La forma más sorprendente de experimentar la tristeza en Estambul hoy en día es a través de las calles de Fener-Balat. Estos barrios son ejemplos para disfrutar de la decadencia de los antiguos edificios más extraordinarios de los años de fantasía de Estambul y ver el abandono de la antigua Estambul. Anteriormente en las calles de ese barrio se hablaban 7 idiomas (serbio, griego, búlgaro, albanés, armenio, lengua laz, árabe) pero después de los años cincuenta estas minorías comenzaron a emigrar y fue el fin de la diversidad cultural. Ese barrio entró en la lista de Patrimonio Cultural Mundial y en 1997 el Municipio de Barcelona ganó la licitación de la Unión Europea para la restauración del barrio. Se ha realizado un trabajo de restauración similar al que hubo en Barcelona. El municipio de Barcelona, que se hizo cargo del trabajo, se ha arremangado para restaurar 200 casas en el distrito. Así que estoy segura de que los españoles encontraréis un pedazo propio recorriendo estas calles. Estas obras de restauración, así como las casas que fueron renovadas y coloreadas, cafeterías, talleres y tiendas cambiaron la cara del barrio y este se ha convertido en un destino popular para muchos locales y viajeros extranjeros.
Fener, también conocido como Phanar, es un antiguo barrio griego y Balat es un antiguo barrio judío. Se supone que el nombre de Balat deriva de la palabra «palation» que significa palacio griego. En el siglo XV, con la invitación del 2do Beyazıt, los judíos sefardíes que huyeron de la inquisición y emigraron de España a Estambul, se establecieron en esta región cuando llegaron a Estambul y construyeron las sinagogas de sus congregaciones. Si bien Balat era el asentamiento de Estambul más densamente habitado por judíos de Estambul en el siglo XVII, y los judíos de Balat han vivido en paz durante siglos, al lado de sus vecinos griegos de Fener y los vecinos Musulmanes de Ayvsansaray, abandonaron Balat debido a la emigración a Israel en los años cincuenta.
Comenzamos con el Patriarcado Ortodoxo Griego en Fener.
Así como el Vaticano es el centro religioso de todo el mundo católico, el líder religioso del mundo griego ortodoxo es el centro religioso del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla en Estambul. Esta es quizás la iglesia más importante de toda Turquía. La conversión de esta iglesia al patriarcado se realizó durante el reinado del Patriarca 2. Mattihaios de 1595 a 1602. Había un monasterio de mujeres en el sitio donde solía estar el patriarcado. Fue construido en 1836 con el plan de hoy. Fue renovado en el año 1941 después de un gran incendio.
Mektebi Kebir (Escuela Roja) Fatih Sultan Mehmet fue fundada en 1454 después de la conquista de Estambul llamando a la ciudad a los ortodoxos que abandonaron la ciudad.
Durante el período otomano, muchas personas importantes criaban a sus hijos en esta escuela. Recibe su nombre de los ladrillos rojos que se utilizan en la construcción que vino de Marsella. El edificio se completa en 1883. Este instituto fue construido con las donaciones recolectadas de los griegos ricos dentro del imperio otomano en la quinta colina de «la ciudad de las siete colinas». La escuela tiene una vista impresionante de Estambul y el Cuerno de Oro. Así como la ciudad puede ser observada desde la torre, antiguamente con los telescopios de la torre se exploraba el cielo. En la torre, uno de los lugares más espectaculares de la escuela, se daba educación en astronomía. Uno de los lugares más extravagantes de la escuela, la torre fue centro de formación astronómica. Tras el declive de la población griega en Estambul después de los años del intercambio se quedó con menos de 50 estudiantes. A medida que avanzamos hacia la escuela secundaria griega Fener, presenciamos el lado triste de Balat, que no ha pasado una transformación urbana en el camino. Una vista típica de las calles de Balat es la de los niños que juegan abajo de la ropa secándose en el tendedero que cuelga de una casa a otra. Y aunque hoy en día está lleno de turistas, podemos ver el contraste en la forma de vestir de los extranjeros con sus vistosas ropas junto a los musulmanes nativos de Balat con sus túnicas oscuras.
Mientras bajamos de la Escuela Secundaria Griega de Fener, encontramos antiguas casas de Balat que se han restaurado en la intersección de las calles Usturumca y Kiremit.
Después de Fener nos dirigimos a Sveti Stefan, nuestra primera parada en Balat, conocida como la iglesia búlgara. La única iglesia de hierro del mundo, Sveti Stefan, pesa exactamente 500 toneladas. La iglesia fue prefabricada en Viena. Luego todas las partes fueron traídas a Estambul por barcos, que en el camino, fueron montadas con tornillos. Aquí tenemos esta interesante historia:
Los búlgaros que vivían en el siglo XIX en Estambul querían dejar el patriarcado griego y construir una iglesia independiente para ellos mismos. Sometieron sus deseos al sultán otomano. Pero el sultán Abdülaziz no quería que los búlgaros construyeran una iglesia independiente del Patriarcado de Fener. Para no rechazar directamente las demandas de los búlgaros les dijo: «Dejaré que la iglesia se haga, si sois capaces de construirla en máximo tres meses». El sultán Abdülaziz tuvo que cumplir su palabra cuando la iglesia se terminó en 3 meses.
Después de esta magnífica iglesia, nos dirigimos a una de las calles más fotografiadas de Balat -restauradas, en colores de pastel, casas históricas de madera con ventanales (esa es la típica arquitectura griega)- la calle «Merdivenli Yokuşu». Es un lugar muy interesante para los que tienen interés en la fotografía.
A continuación, tomamos un descanso para tomar un té en las tazas con forma de tulipanes en el Molla Aşkı que es un café con terraza que tiene vistas al Cuerno de Oro.
Hablando de textura histórica, ¡Balat es un paraíso para los amantes de las antigüedades! Qué desfile de puestos de antigüedades y tiendas vintage en el camino. En Mekan Antik se están realizando subastas. Mirando se puede encontrar un joyero antiguo o una pintura al óleo. Si estás pensando en comprar algo alternativo a los regalos especiales y clásicos de alguien, puedes encontrar algo muy nostálgico y único. Las sesiones de subasta se organizan los jueves, viernes, sábados y domingos a partir de las 15.00.
Terminamos nuestro recorrido con una cena en el meyhane Agora. Enfrente de la sinagoga de Yanbol encontrará la puerta ancha de madera de Agora Meyhanesi. Aunque el barrio Balat perdió su lujo, la taberna de 120 años de antigüedad sigue igual. Aquí se puede probar deliciosas tapas típicas (mezes) de Turquía con raki. Tomar y beber en la taberna lentamente tiene un lugar importante en la cultura turca.
El raki (el anís turco): el rey de la mesa. Es una bebida alcohólica típica que toman en Turquía.
Otras bebidas se eligen acorde con la comida. Pero en el caso del raki, él es el que manda y lo que se hace es elegir el plato que acompañe bien con la bebida.
Meze: son los entremeses o entrantes turcos, elaborados con berenjena, quesos, mariscos, cebollas frescas, pimientos o aceitunas negras.
Texto y fotografías: Catherine Dilmener
La Cara Occidental de Estambul: Un Paseo de Emirgan a Ortaköy (duración estimada 9 horas)
Autora: Özge Memişler
Finalista Itinerarios por Estambul 2018
No muchos conocen la cara occidental de Estambul muy bien o por lo menos prefieren descubrir su rostro oriental, ya que generalmente, solo tienen un par de días para descubrir esta magnífica ciudad. Sin embargo, puede disfrutar mucho de lo que hay en esta ciudad gigantesca con un buen plan durante este tiempo limitado. Es muy importante que tenga conocimiento de la imagen total de la ciudad, y una manera de conseguirlo es ver y mezclar su cara oriental con la occidental. Solo entonces comprenderá y sentirá Estambul y podrá apreciar a esta ciudad histórica y moderna. Por esta razón, nuestro itinerario le enseñará el parte occidental de Estambul, pero no tenga duda de que al final de la ruta acabará enamorado de la naturaleza, historia, gastronomía y del arte.
Empezando a caminar del parque Emirgan y terminando nuestro camino en Ortaköy, tendremos un día un poco extenuante, pero muy agradable. Para aprovechar totalmente el camino, tiene que empezarlo temprano en la mañana y, dependiendo de su ritmo, puede terminarlo hacia la tarde.
Si se aloja en el centro de la ciudad, la mejor forma de llegar a Emirgan es coger el tranvía hasta Kabataş y de allí coger una de las líneas de bus 25E, 40T o 22RE, y si se aloja en Taksim, tiene que coger una de las líneas de bus 40, 40T o 42T. De cualquiera de estas vías, llegará al parque Emirgan en una hora como máximo.
Nuestra primera parada es el parque Emirgan situado en una de más bonitas zonas de Estambul, en Sarıyer. Si quiere escaparse un rato del caos de la ciudad y tomar un poco de aire fresco, el parque Emirgan es una de las mejores opciones en la ciudad. Es un parque de gran belleza y naturaleza. Si tiene suerte, puede ver las impresionantes plantaciones de tulipanes de distintos y variados colores y unirse al Festival de Los Tulipanes, que se celebra en abril. Pero, ¿de dónde viene el nombre Emirgan? Cuando Murad IV conquistó el castillo en el siglo XVII durante la expedición de Kanato de Ereván, le perdonó a Emir Mirginoğlu y permitió que le residiera en Emirgan.
Los sitios más destacados del parque son tres mansiones o pabellones que se llaman por sus colores (La Mansión Blanca, La Mansión Amarilla y La Mansión Rosa) y el estanque, que le hace sentir como si estuviese en un cuento de hadas. Las tres mansiones datan del Imperio otomano, aunque el estanque ha sido construido recientemente. Los sultanes del Imperio otomano usaban estas mansiones con dos propósitos diferentes: para sus cortas visitas a la ciudad o para hospedar a visitantes extranjeros. La Mansión Blanca y La Mansión Amarilla están en el mismo bosquecillo. La primera es un ejemplo de arquitectura europea mientras la segunda parece a un nido de pájaro. Además, La Mansión Blanca, que está ubicada sobre el lago, tiene una vista hermosa del Bósforo. En el otro lado del parque, está situada la tercera mansión que es La Mansión Rosa. La construyeron como un buen ejemplo de arquitectura otomana.
Espero que no haya desayunado mucho porque puede empezar el día con un simit (bagel turco) y un té en una de estas tres mansiones del parque. Otra alternativa es prepararse un bocadillo antes de venir aquí y comerlo en el área de pícnic entre los árboles y flores de muchas variedades.
2. Museo Sakıp Sabancı
Después de tomar aire fresco y desayunar, ya estará listo para nuestra próxima parada: el museo Sakıp Sabancı que se encuentra a diez minutos a pie del parque Emirgan. Si es un amante del arte contemporáneo, este museo es uno de los mejores en la ciudad. El edificio es llamado también Atlı Köşk (Horse Mansion), debido a las esculturas de caballos en el jardín. El museo alberga tanto las colecciones que pertenecen a la familia Sabancı como excelentes exposiciones temporales. Este museo abrió sus puertas al público en 2002 y desde entonces han pasado por sus salas exposiciones de artistas internacionales como Joan Miró, Anish Kapoor o Picasso. Además, el museo alberga varias colecciones como una colección de pintura que abarca obras de arte desde 1839 (el período de las reformas llamadas “Tanzimat”) hasta 1923 (el comienzo del período republicano), la colección Las Artes del Libro, una colección de caligrafía que incluye obras desde siglo XIV al siglo XX, y una colección de muebles y artes decorativas, con objetos pertenecientes a la familia Sabancı y que refleja la tendencia decorativa de los siglos XVIII y XIX.
La entrada general tiene un precio de 30 TL, excepto el miércoles en que la entrada es gratuita. El museo está abierto de 10 de la mañana a 6 de la tarde todos los días, excepto los lunes.
3. Borusan Contemporáneo
A dos kilómetros al sur del museo Sakıp Sabancı, está situado otro museo contemporáneo, cuyo nombre es Borusan Contemporáneo. ¿Se sorprendería si le digo que también se llama Mansión Encantada? ¿Pero por qué la llaman así? Su construcción empezó en el inicio de los años 1910, pero cuando el Imperio Otomano entró en la Primera Guerra Mundial en 1914, se reclutaron a los obreros que trabajaban en la construcción del edificio y, como resultado el segundo y tercer piso del edificio quedaron vacíos e incompletos. Por ello, la gente empezó a llamar a este edificio Mansión Encantada. Fue solo 80 años después que el edificio fue completado y restaurado. En 2007, Borusan Holding lo alquiló por más de veinte años, lo que lo hace único porque desde esa fecha es a la vez museo y lugar de trabajo. Su museo también incluye una colección de arte moderno de más de 700 obras de arte y varias exposiciones temporales. Solo está abierto durante el fin de semana de las 10 de la mañana a las 7 de la tarde. La entrada general tiene un precio de 10 TL junto con la visita guiada gratuita.¡
4. Castillo de Rumelia (Rumeli Hisarı)
Si se siente satisfecho con las obras de arte que ha visto, es hora ya de tener un poco de conocimiento de la historia de esta ciudad maravillosa. Seguimos adelante con una de mas importantes fortalezas de Estambul, cuya construcción fue ordenada por Sultán Mehmed el Conquistador en 1452 para controlar el estrecho del Bósforo. Su construcción se terminó en aproximadamente 5 meses, por el trabajo conjunto y continuo de más de 1.200 trabajadores. Con el tiempo, el Castillo de Rumelia se convirtió en refugio para los vecinos y después en teatro a cielo abierto. El castillo estaba lleno de casas de madera durante una buena parte de su historia, pero todas estas casas de madera en el castillo fueron demolidas tras los trabajos de renovación de 1953.
Construido en la parte más estrecha del Bósforo donde las corrientes son más fuertes, el castillo saluda a su castillo hermano que se alza en la otra orilla del Bósforo. En el castillo hay tres torres grandes, una torre pequeña y trece calabozos. Puede visitarlo todos los días excepto los miércoles. Por lo general, este museo al aire libre abre sus puertas a los visitantes a las 9 de la mañana y las cierra a las 5 de la tarde. La entrada general tiene un precio de 10 TL mientras es gratuita para los niños menores de 12 años con nacionalidad extranjera.
Después de pasar una hora visitarlo, podemos seguir con nuestro itinerario. Sería cruel decir que debe caminar desde aquí hasta la siguiente parada. De hecho, sería mucho mejor si coge un autobús para llegar a su próximo destino, Arnavutköy.
5. Arnavutköy
Ya estamos en Arnavutköy o en Mega Revma donde vivían los griegos de Estambul. Es muy probable que su primera vista del barrio sea de un faro y unos pescadores esperando pacientemente con sus cañas bajo un sol abrasador. Si lo desea, puede alquilar de caña de pescar por un precio muy razonable y puede unirse a ellos en Akıntıburnu. Pero ¿qué significa Akıntıburnu? Akıntıburnu (Punta de la corriente) es llamado así por las corrientes constantes del Bósforo, que pueden alcanzar una velocidad de hasta 12 km/h. Si no tiene muchas ganas de pescar, no se preocupe porque puede hacer otras actividades aquí como comer algo.
Debe tener hambre teniendo en cuenta que ha caminado mucho. Primero puede comer un pescado de temporada en uno de los restaurantes de pescado alrededor de la calle principal y después puede premiarse con un helado delicioso. Si quiere omitir el primer paso, le ofreceré una heladería del barrio muy buena. La Heladería Girandola es una de las mejores heladerías de Estambul. Se sirven helados artesanales de diferentes sabores. Pero lo que hace este lugar pequeño único es que solo se sirven helados de frutas naturales de temporada, así que, si va allí en invierno, ¡no espere un helado de fresa! Mi favorito es el helado de yogur, que debería probar también.
Si ya está satisfecho, podemos seguir adelante con nuestro último destino.. Ortaköy está a 3 kilómetros y a unos 40 minutos a pie de aquí. No hay mucho que ver en el camino, y por eso, es mejor coger de nuevo un autobús.
6. Ortaköy
No le gustaría volver a su país sin haber visitado Ortaköy. Ya está muy cerca del primer puente construido de Estambul, el puente del Bósforo. De hecho, el centro de de Ortaköy está casi debajo del puente. En el momento en que llegue al centro del barrio, verá a muchos vendedores ambulantes tratando de convencerle de que coma un kumpir (patatas asadas con otros ingredientes que podrá elegir al gusto) o un waffle (un tipo de dulce que contiene más ingredientes que el gofre belga), y por supuesto no debería perder la oportunidad de probar uno de estos mientras admira la puesta del sol junto a la orilla del Bósforo. Después de disfrutar de la asombrosa vista del Bósforo, ya puede ir de compras. Muy conocido por su ambiente animado, el bazar o mercado de Ortaköy le ofrecerá muchas cosas, tales como libros de segundo mano, recuerdos y bisutería artesanal realizados por artesanos locales.
Además, Ortaköy siempre ha sido un hogar para gente de diferentes religiones, etnias y nacionalidades.
Por esta razón, podrá encontrar una mezquita, una iglesia y una sinagoga en el mismo vecindario. De hecho, el punto religioso más destacado de la zona es la Mezquita de Ortaköy que está en la orilla occidental del Bósforo. Fue construida por dos arquitectos armenios con el orden de Albülmecit I en al año 1853. En el pasado, algunos sultanes del Imperio otomano venían en góndola desde la orilla oriental para rezar en esta mezquita. Incluyendo unas muestras de caligrafía de Abdülmecit I, la mezquita tiene el estilo neobarroco otomano. Merece la pena echarle un vistazo, ¿no?
Ya estamos a punto de terminar nuestro itinerario de hoy. Cerca de la mezquita, hay muchos barcos que embarcan de aquí y cruzan el Bósforo. Si tiene ganas de recorrer el estrecho, puede terminar este itinerario con un crucero agradable por el Bósforo.
Texto y fotografías: Özge Memişler
Descubriendo Estambul: Las curiosidades coloridas de Fener-Balat (duración estimada 3 horas)
Autora: Diana Dams
Finalista Concurso Itinerarios por Estambul 2018
A los ojos de muchos, la mención de Estambul evoca sueños de tiempos pasados. En nuestra imaginación, creemos en un recuerdo distante de una vida más sencilla, el mundo de las cosas buenas de la vida, el arte que está inspirado por pasión, la arquitectura con personalidad, la comida fresca, y vistas maravillosas.
Este recuerdo del pasado, vive con fuerza en los barrios de Fener y Balat. Cerca del centro turístico de Sultanahmet y a junto al Cuerno de Oro, estos barrios son gemas escondidas y están llenas de historias y cultura. Históricamente, estos barrios eran centro cultural de griegos, armenios y judíos. Con el paso del tiempo y el cambio de política, la gente también se movió, pero la arquitectura y los edificios aún conservan la influencia del pasado.
Recomendamos comenzar nuestro viaje en la esquina de Ayvansaray Caddesi y Dr. Sadik Ahmet Caddesi. Alineados con tiendas de antigüedades, jardines y talleres de arte, caminamos hacia el corazón de Balat entre calles sinuosas. Hay un café jardín con sofás y flores, que da la bienvenida a los huéspedes en el barrio. En la tienda de antigüedades, tesoros curiosos os esperan en el interior. (dams_diana_antigua.jpg) Entre y encuentre lámparas antiguas, librerías polvorientas y adornadas, réplicas de monedas ancianas, relojes de péndulo y millones de cosas que no sabía que existían. Historias del pasado que llenan los estantes.
A la izquierda de la calle, hay una hermosa iglesia ortodoxa griega.
Este es el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla. Es el centro más importante de la Iglesia Ortodoxa Griega y alcanzó importancia después de que Constantinopla se convirtiera en la capital del Imperio Romano en 330. Esta iglesia ha mantenido su centro en Estambul (Constantinopla) durante más de diecisiete siglos. La iglesia está abierta y los visitantes puedan ver el impresionante interior. Las hojas adornan el suelo dentro y fuera de la iglesia.
Su próxima parada te llevará por un camino entre las calles vibrantes del barrio. Abundan cafés, restaurantes y tiendas de arte. Son únicos y tienen personajes coloridos que reflejan la pasión de sus creadores. Prepárese para subir una colina empinada. No será fácil, pero párese a descansar a menudo y disfrute de la vista. En un momento, verá una vista del mar encima de los edificios. Está en el barrio «Fener», que significa “faro” en turco. En la historia del barrio, fue una importante ciudad portuaria que vio muchos marineros, vendedores ambulantes, y viajeros, como usted, caminar por sus calles.
Cerca de la cima de la colina, hay un edificio imponente de ladrillo rojo: el Colegio Griego Ortodoxo de Fener. Fue diseñado por un arquitecto otomano griego y construido entre 1881-1883 utilizando una mezcla de diferentes estilos. La cúpula es un observatorio para clases de astronomía y tiene un gran telescopio antiguo. El colegio griego todavía está en uso hoy, y a menudo se lo conoce como el «quinto castillo más grande de Europa» debido a su parecido con un castillo.
A la vuelta de la esquina, Escondido por altos muros, está la Iglesia de Santa María de los Mongoles. Era un convento antiguo de monjas en el siglo VI, y fue reconstruido en 1281 por Maria Paleóloga, hija de un emperador bizantino, que se casó con un khan del Imperio mongol. Antes de 1453, Constantinopla era una ciudad completamente cristiana. Pero 29 de Mayo en 1453, el día de la caída de Constantinopla, la iglesia fue llamada la «Iglesia Sangrienta» debido a las batallas entre las fuerzas bizantinas y turcas que sucedieron cerca. Desde 1453, hubo varios intentos de convertir esta pequeña iglesia en una mezquita, pero su dedicación original se ha mantenido. Es, de hecho, la única iglesia aún en active que proviene directamente de la época bizantina. Cuando llegue, toque la campana en la puerta para entrar y visite la “Última Iglesia Bizantina.” Entre en las paredes y regrese 600 años atrás a la historia viviente.
Siga la curva en la calle y callejee para bajar la colina. Verá mansiones antiguas con paredes pintadas de graffiti y paisajes panorámicos del Cuerno de Oro. Líneas coloridas de ropa decoran los edificios mientras los niños juegan a la pelota en las calles. Las familias y los vecinos disfrutan el día, ellos se sientan afuera, y tiempo pasa lentamente. Un sitio sorprendente en una ciudad de más de 15 millones de personas. La vida parece ralentizarse y tener otro ritmo. (dams_diana_streets_of_balat.jpg)
Estamos a mitad de nuestro viaje y es un momento perfecto para una merienda. Seguimos la ruta y caminamos por las calles de cafés lindos y restaurantes coloridos.
A lo largo de la calle, hay un café pequeño que parece estar en París. ¿Es una tienda de antigüedades o una café? Dirigido por una mujer apasionada y un hijo que estudia arte en Francia, han decidido combinar lo mejor de ambos mundos. Como el barrio mismo. Disfrute de una bebida caliente con un pastel e imagine que está en una sala de estar del siglo XIX. Es justamente el tipo de lugar para sentarse y reflexionar sobre todas las historias, los tiempos y las vidas que se cruzan en estos barrios.
Esta calle es mi parte favorita de esta ruta: la Subasta de Antigüedades del Faro. Sabe que se está acercando cuando escucha al hombre de la subasta gritando los precios, haciendo eco por las calles.
Siga la voz y encontrará un cuarto pequeño lleno de todo tipo de personas y cosas curiosas. De un lado, hay gente interesadas que están esperando encontrar tesoros escondidos que solo ellos reconocen. En otro, hay estantes polvorientos llenos de antigüedades que esperan una vida nueva. Una máscara vieja, una colección de sellos yugoslavos, un plato de plata, algunos binoculares ancianos – nunca sabe que obras del arte encontrará en la subasta de antigüedades del Faro.
Nuestra aventura a través de Fener y Balat nos lleva a un paseo de regreso al centro del barrio, a lo largo de las vistas del Cuerno de Oro.
A la izquierda verá una aguja impresionante de oro en la parte superior de una iglesia blanca de estilo neogótico. Esta es La Iglesia de San Esteban de los Búlgaros. Construida por una comunidad pequeña de cristianos ortodoxos búlgaros en el siglo XIX, comenzó como una casa de madera. Después de arder en uno de muchos incendios del barrio, lo reconstruyeron completamente de hierro. Esta iglesia fue fundida de hierro en Viena y navegó por el Danubio hasta Estambul, donde fue construida. Durante este tiempo, los edificios de hierro eran muy populares, pero incluso París, hogar de la torre Eiffel, no tenía un edificio de hierro fundido tan magnífico como esta iglesia que está frente a usted.
La última parada histórica de nuestro recorriendo es la primera y única biblioteca y centro de información de las mujeres en Turquía. Está ubicado en un histórico edificio bizantino que era una escuela para mujeres en un convento de monjas.
La importancia de la colección de la biblioteca es crear una «memoria de mujeres» en Turquía. A medida que las mujeres luchan por una identidad y tener voz en una historia que las incluya, su intención es construir un puente entre el pasado y el futuro. Los barrios de Fener y Balat mantienen su vitalidad, porque es un espacio orgulloso para las voces e influencias de todas las personas diversas de Estambul.
A través de una pequeña calle y la vuelta de la esquina, llegamos a nuestro último destino para disfrutar de una comida deliciosa y fresca. Es un restaurante se llama «Kontrast». Es un lugar que se alimenta de la armonía de los contrastes. Ubicado en un edificio histórico renovado, su objetivo es reunir la rica historia de Balat junto con una cocina moderna. Los secretos del sabor provienen de la frescura de la comida local. Este restaurante abraza la misión del movimiento Slow Food.
Suba a la escalera de caracol, aprecie las pinturas desvaídas en las paredes originales y tome asiento en la terraza. Disfrute de la vista de la iglesia de San Esteban frente al Cuerno de Oro con el perfil de Galata en la distancia. Y así, mientras disfruta de su comida, ha descubierto que su viaje por los barrios de Fener y Balat estuvo lleno de experiencias memorables.
Texto y fotografías: Diana Dams
Caminata histórica por la Isla de Heybeliada (duración estimada 6 horas)
Autor: Burak Balar
Finalista Itinerarios por Estambul 2018
Este es un recorrido pensado para seis o siete horas, por lo que empezaremos el día con un buen desayuno turco. Prepararemos buen calzado para la caminata, botella de agua y algunos bocadillos y frutas para el camino.
Si estamos en el lado europeo de Estambul nos dirigiremos hacia el puerto de Eminönü, si estamos en el lado asiático será en el puerto de Kadıköy donde abordaremos el barco que va a las islas. En la página web del ayuntamiento encontraremos toda la información sobre salidas y llegadas.
El viaje en barco dura una hora. Si viajas el fin de semana te recomendamos subir antes de las nueve de la mañana ya que acostumbra a ir mucha gente de la ciudad a visitar estas islas; y preferiblemente elige el día domingo por si deseas ver el interior de las iglesias.
El barco sale de Eminönü, pasa por Kadıköy y, aproximadamente, en 30 minutos llegará a la primera isla (Kınalıada), 15 minutos después parará en la segunda isla (Burgazada) y 15 minutos después llegará a Heybeliada.
Heybeliada antiguamente se llamaba Halki, que proviene del griego y significa cobre. Se le dio este nombre por las minas de este metal que existieron allí. Luego, los otomanos le cambiaron el nombre a Heybeliada “isla con alforja”, ya que, según percibieron, la forma de la isla se asemeja a una alforja.
Heybeliada es la segunda isla más grande de las 9 islas del Príncipe. Viven alrededor de 7 mil personas permanentemente, pero en verano la población aumenta hasta 50 mil.
Cuando esta región fue dominada por el Imperio Romano en el año 330 d.C., Heybeliada era utilizada como lugar de exilio para personas indeseables. También los romanos construyeron allí templos y monasterios.
Posteriormente, durante el dominio del Imperio Bizantino, se construyeron monasterios e iglesias sobre los que habían edificado los romanos, y también utilizaron la isla para exiliar a nobles, príncipes y patriarcas.
En el año 1453, cuando el Imperio Otomano se apoderó de la región, mucha gente abandonó la isla. Sin embargo, años después permitieron a los monjes regresar para vivir nuevamente en los monasterios.
Actualmente la isla se mantiene como un atractivo turístico tanto para nacionales como extranjeros. Cuenta con muchos sitios históricos y bellísimos miradores, y, aunque tiene una población importante, la mayor parte de la isla está cubierta de bosque.
¿Listos para empezar? ¡Aquí vamos!
En cuanto llegamos a la isla, una de las primeras cosas que notaremos es que no hay coches. Para trasladarte puedes utilizar el coche de caballos, alquilar una bicicleta o, con un permiso especial, conducir una moto eléctrica.
Al salir de la estación nos dirigimos hacia la derecha por la calle Liman. Observaremos muchos restaurantes, heladerías y tiendas de recuerdos. En la calle İşgüzar giramos a la izquierda y a los pocos metros encontraremos la Iglesia Ortodoxa de San Nicolás.
1. Aya Nikola Rum Ortodoks Kilisesi (Iglesia Ortodoxa San Nicolás)
La Iglesia Ortodoxa es la más antigua de las siete ramas del cristianismo presentes en Estambul. A pesar de que solo quedan alrededor de tres mil fieles, los sacerdotes mantienen abiertos 50 lugares de culto en distintos barrios de Estambul.
Esta iglesia fue edificada en 1857 por los griegos sobre lo que anteriormente había sido un templo construido por los bizantinos en honor a San Nicolás, patrono de los marineros y pescadores. La iglesia conservó el mismo nombre. Todos los domingos se realizan oficios religiosos, así que si la visitas en domingo podrás apreciar en su interior la tradicional ornamentación de las iglesias ortodoxas.
2. Ben Yazgor Sinagogu (Sinagoga Beth Yaakov)
Ahora nos dirigiremos a la Sinagoga. Esta se encuentra muy cerca. Al salir de Aya Nikola tomamos la calle de la derecha, llamada Ergen, luego giramos a la derecha en Uluğbey y después a la izquierda en la calle Orhan; a los pocos metros veremos el edificio con inscripciones en hebreo de la Sinagoga.
En los años 40 muchas familias judías visitaban Heybeliada todos los veranos para pasar una temporada. Por esta razón sintieron la necesidad de tener una sinagoga y así decidieron comprar esta propiedad para construirla. Fue inaugurada en el año 1956.
3. Değirmen Burnu (Punta del Molino)
Ahora regresamos a la calle Uluğbey y tomamos la calle Düzayak, que da al mar, giramos a la izquierda por Ayyıldız y caminaremos aproximadamente 10 minutos hasta la entrada al Parque Nacional (se debe pagar 6 TL para entrar). En este sitio veremos muchos árboles, zonas de picnic, columpios para niños, restaurantes y, después de caminar algunos minutos, al fondo, al lado del mar, veremos un antiguo molino. Podemos aprovechar para tomar un descanso y contemplar la apacible vista.
Este molino y otro que se encuentra en la colina Değirmen Tepesi, eran utilizados antiguamente por los monjes y residentes para moler el trigo que cultivaban.
Ahora seguimos por la calle principal y salimos del Parque para subir al Monasterio. Continuamos calle arriba unos 8 minutos hasta encontrar la calle Ümit Tepesi, donde giraremos a la izquierda.
4. Aya Triada Manastırı y Heybeliada Ruhban Okulu (Monasterio de la Santísima Trinidad y Escuela de Teología)
Mientras subimos hacia el monasterio descubriremos un mirador donde se puede ver la isla Burgaz.
Este monasterio ortodoxo fue fundado en el siglo IX, y reconstruido en 1821 por el patriarca German IV. En 1894 un terremoto destruyó parte del edificio y fue restaurado para mostrarse como es actualmente.
Cuenta con una interesante biblioteca, pero esta solo abre los domingos. Alrededor del monasterio hay hermosos jardines, un pequeño cementerio, una terraza para sentarse a disfrutar las vistas, y más al fondo tiene un corral con animales de granja: cabras, burros, gallinas y pavos reales.
En 1954 el gobierno lo declaró Patrimonio Histórico.
Luego de esta agradable visita nos dirigimos a la casa museo de İnönü. Regresamos por la misma ruta, bajando por la calle Ümit Tepesi y giramos a la derecha en Heybeli Mektebi. A los pocos minutos giramos a la izquierda por Abbaspaşa y caminamos hasta el final. Al frente a la izquierda veremos la casa de tres pisos que alberga este museo.
5. İsmet İnönü Evi (Casa Museo de İsmet İnönü)
İsmet İnönü fue Primer Ministro de Turquía desde1925 hasta 1937, y fue elegido Presidente de la República después de la muerte del gran líder turco Mustafa Kemal Atatürk.
İsmet İnönü siempre mostró un gran respeto hacia Atatürk y trató en gran medida de continuar con el legado de este después de su muerte.
En 1924, tanto por recomendación de los doctores como de Atatürk, İnönü alquiló esta casa para descansar, ya que estaba presentando problemas de salud. En 1937 la compró sin muebles y Atatürk quiso obsequiarle los muebles que hasta el día de hoy se conservan.
En la casa se pueden observar muchas fotografías, noticias y cartas de la época, y diferentes pertenencias de la familia.
Después de esta interesante visita nos dirigimos a otro museo que también fue la casa de un reconocido personaje turco: el escritor Hüseyin Rahmi Gürpınar.
Al salir caminamos hacia a la derecha hasta la esquina, en la calle Hacı Samibey giramos a la derecha y subimos la empinada calle hasta el final (incluyendo las escaleras), giramos a la derecha y a los pocos metros veremos un sendero a la izquierda entre los árboles, subiremos por ahí y en unos pocos metros estaremos frente en la antigua casa del escritor.
6. Hüseyin Rahmi Gürpınar Müzesi (Museo de Hüseyin Rahmi Gürpınar)
Hüseyin Rahmi nació en 1864 en Estambul. En 1893 empezó a escribir artículos para el periódico Tercüman-ı Hakikat. En el año 1901 publicó su primera novela, Alafranga, en el periódico İkdam. Empezó a sobresalir en el ámbito literario con las novelas Mürebbiye, Metres y Tesadüf.
Se trasladó a vivir a Heybeliada en 1912. Nunca se casó ni tuvo hijos. Un día dijo al respecto: “Si hubiera estado casado, no habría escrito ni 3 de los 45 libros que escribí”.
En esta casa escribió muchos libros. También era aficionado al tejido, que aprendió de niño de las mujeres de su familia. Murió en 1944 en esta casa a los ochenta años de edad.
En 1964 convirtieron su casa en museo.
Luego de visitar este punto, nos disponemos a caminar un buen rato hasta Çam Limanı, un pequeño puerto en la bahía más pronunciada de la isla.
Nos dirigimos calle arriba y giramos en la segunda calle que veremos a la izquierda. Seguimos hasta el final y en la calle Hüseyin Rahmibey subimos por las escaleras a la derecha; antes del último tramo giramos a la izquierda por la calle Burak Reis. A los pocos metros encontraremos un impresionante mirador donde podemos admirar la colina donde está el antiguo Monasterio y la Escuela de Teología rodeada de árboles, con el mar y la ciudad de fondo. Es el momento perfecto para hacer un alto y sentarse a disfrutar el escenario, dejar ir los pensamientos con el suave vuelo de las gaviotas, y atesorar esta hermosa postal en el rincón de momentos plácidos de nuestra memoria.
Después de esta relajante parada continuaremos calle abajo. En pocos minutos veremos unas gradas a la derecha, bajamos por ahí, y en la primera calle giramos a la derecha. Por ahí nos dirigimos a la calle principal que nos lleva a la bahía. Siempre dirigiéndonos a la derecha caminaremos alrededor de veinte minutos.
7. Çam limanı (Puerto de Pinos)
Aquí podemos disfrutar de un rato bajo el sol, o bien darnos un refrescante baño en la playa, eso sí, no hay que olvidar llevar calzado de baño porque hay muchas piedras. Hay dos restaurantes sencillos en donde se puede merendar.
Finalmente nos encaminaremos ya a nuestro último destino. Seguimos por la calle principal y emprendemos la subida. Al ir acercándonos a la parte más alta, nuevamente nos deleitaremos con la vista de la bahía y la isla Büyükada.
Continuamos y en pocos minutos veremos a la izquierda la entrada que nos lleva al Monasterio de San Espiridón. De camino, bajo los árboles, sentiremos la fresca brisa que sopla y escucharemos con deleite el crujir de las ramas de pino. Caminaremos despacio y disfrutaremos este regalo a los sentidos.
8. Terki Dünya Manastırı (Monasterio de San Espiridón)
Anterior a este monasterio, un monje llamado Arsenious construyó un pequeño convento en 1868. Después Embariki Mazarakis, patriarca de Cephalonia, ayudó a Arsenious para construir dormitorios para otros monjes. En 1894 un terremoto destruyó el lugar totalmente. Luego se construyó nuevamente. En 1954 el patriarca Athenagoras lo restauró.
Además de disfrutar la vista, podemos visitar la pintoresca capilla dedicada a San Espiridón.
Finalizada esta visita nos disponemos a regresar al centro del pueblo. Salimos a la calle principal y giramos a la izquierda por la calle Alp Görüngen. Mientras caminamos este último trayecto podemos apreciar la bella arquitectura de la isla.
Esperamos que de verdad disfruten mucho de esta caminata por la isla, estamos seguros de que querrán regresar y descubrir nuevos rincones escondidos en este mágico lugar.
Texto y fotografías: Burak Balar
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