Gianni Rodari (Omegna, Piamonte, 1920- Roma, 1980) fue escritor, periodista, maestro y pedagogo. Empezó a escribir para niños en el año 1948 y el conjunto de su obra fue merecedora en 1970 del Premio Hans Christian Andersen, el más importante de la Literatura Infantil y Juvenil.
Decía Gianni Rodari que «hay dos clases de niños que leen: los que lo hacen para la escuela, porque leer es su ejercicio, su deber, su trabajo (agradable o no, eso es igual); y los que leen para ellos mismos, por gusto, para satisfacer una necesidad personal de información (qué son las estrellas, cómo funcionan los grifos) o para poner en acción su imaginación. Para «jugar a»: sentirse un huérfano perdido en el bosque, pirata y aventurero, indio o cowboy, explorador o jefe de una banda. Para jugar con las palabras. Para nadar en el mar de las palabras según su capricho» (1)
Su Gramática de la fantasía: Introducción al arte de contar historias, que acabamos de recibir en nuestra biblioteca (2), se ha convertido en un clásico de la literatura pedagógica y por ello queremos recomendarlo a maestros, padres, bibliotecarios… y a todo aquel que desee jugar a inventar historias y encontrar muchas y curiosas ideas para estimular la creatividad en los niños. Nadie mejor que Rodari para presentarnos su libro (capítulo «Imaginación, creatividad, escuela», págs. 233-234)
«La presente gramática de la fantasía […] no es ni una teoría de la imaginación infantil (faltaría más…), ni una colección de recetas, ni un manual de historias sino, pienso, una propuesta más entre todas las otras que tienden a enriquecer con estímulos el ambiente (casa o escuela, da lo mismo) en que el niño crece.
La mente es una sola. Su creatividad se cultiva en todas las direcciones. Los cuentos (escuchados o inventados) no son «todo» lo que le sirve al niño. El libre uso de todas las posibilidades de la lengua no representa más que una de las direcciones en las que aquel puede expandirse. Pero «tout se tient», como dicen los franceses. La imaginación del niño, estimulada a inventar palabras, aplicará sus instrumentos en todos los aspectos de la experiencia que provoquen su invención creativa. Los cuentos sirven a las matemáticas, así como las matemáticas sirven a los cuentos. Sirven a la poesía, a la música, a la utopía, a la labor política: en definitiva, al hombre entero y no sólo al que crea fantasías.»
(1) Rodari, Gianni: «La imaginación en la literatura infantil», en Perspectiva escolar, nº 43 (reproducido en Imaginaria: Revista quincenal sobre literatura infantil y juvenil, nº 25, marzo 2004).
(2) Rodari, Gianni: Gramática de la fantasía: Introducción al arte de contar historias. Traducción de Mario Merlino. Barcelona: Planeta, 2009
Gran artículo y buen sitio ….
Gracias, Carlos 🙂
Ana Roca