La escritora colombiana es un referente de las letras en español. Además de novelas magníficas encontramos en su amplia trayectoria ensayos y libros infantiles. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y ha recibido los premios Sor Juana Inés de la Cruz, en 1997, el Prix France Culture y el Premio Alfaguara de Novela, entre otros. Ocupó también el cargo de directora del Instituto de Cultura y Turismo de Santafé de Bogotá, pero la experiencia fue breve ya que a los cinco meses renunció al puesto.
Si tuviéramos que quedarnos con alguno de sus libros, sería difícil de decidir. Por si Canción de antiguos amantes os está resultando la puerta de entrada a su literatura, os dejamos en este post la referencia a algunos de sus títulos para que toméis el camino que prefiráis y para que el próximo sábado tengáis una guía para seguir el diálogo.
Historia de perdón y de ira, de amor y de muerte, de pactos y de traiciones. Este libro narra la experiencia del primer proceso de negociación -fallido- entre el gobierno colombiano y el grupo guerrillero M-19, en el cual la autora participó como mediadora.

Las vacas comen espaguetis, 1989 (Carlos Valencia Editores), Laura Restrepo y Carmen Restrepo
Libro infantil y juvenil
¿Qué sucede con los miembros de una sociedad tribal, al margen del Estado y del capitalismo, cuando caen en sus manos cantidades estrafalarias de dólares y de armas sofisticadas? ¿Qué pasa cuando sus integrantes se convierten de la noche a la mañana en amos del violento imperio del narcotráfico? ¿Quién puede parar la cadena de sangre que se desata entre ellos cuando, según sus leyes ancestrales, la enemistad no se rige por la justicia sino por la venganza?

Olor a rosas invisibles, 2002 (Editorial Suramericana)
La novela por la que Laura Restrepo fue galardonada con el Premio Alfaguara de novela 2004. Todos los secretos están guardados en un mismo cajón, el cajón de los secretos, y si desvelas uno, corres el riesgo de que pase lo mismo con los demás. Un hombre regresa a casa después de un corto viaje de negocios y encuentra que su esposa ha enloquecido completamente. No tiene idea de qué le ha podido ocurrir durante los tres días de su ausencia, y con el fin de ayudarla a salir de la crisis empieza a investigar, solo para descubrir lo poco que sabe …
Este libro camina a medias entre una investigación periodística y la creación literaria. Así, la miseria y la violencia que anidan en el corazón de la sociedad colombiana están presentes, pero también lo están en su fascinación por la cultura popular y el juego humorístico.
Dos apasionados amantes que se oponen a la dictadura de Videla.

Una joven logra escapar milagrosamente de una prisión. No sabe que el peor enemigo en realidad la está esperando fuera. María Paz es una joven latina que, como tantas otras, ha llegado a Estados Unidos persiguiendo la utopía. Pero el sueño americano se convierte en pesadilla cuando es acusada del asesinato de su marido, un policía blanco, y condenada a prisión.

La novia oscura, 2015 (Alfaguara)
Entre la investigación periodística y el relato literario, Laura Restrepo reconstruye en esta novela la historia de una niña asombrosa, bella y enigmática que llega a la ciudad colombiana de Tora con una decisión férrea: trabajar como prostituta.

La brillante crónica de una mujer que se interna en el luminoso y a la vez pavoroso territorio de lo sagrado y de la religiosidad popular en el barrio más pobre de Bogotá.

Ésta es la historia estremecedora y verídica de un grupo de náufragos sometidos durante nueve años a las más duras pruebas de supervivencia, entre ellas una extraña guerra a muerte en la cual nunca llegan a ver la cara de sus enemigos.
No os perdáis el documental.
Una emocionante novela sobre los emigrantes. Una historia de amor en medio de una guerra eterna.

En estos cuentos las virtudes y los crímenes son intercambiables entre sí y reversibles: la naturaleza desdoblada del pecado, sus varias caras de poliedro. Como sacados de un cuadro de El Bosco , los protagonistas de este libro son Arcángel, el adolescente asesino; Luis B. Campocé, el ejecutivo adúltero; Emma, la descuartizadora; una pareja incestuosa; un verdugo apodado La Viuda; las Susanas, tres hermanas indiferentes o vanidosas, y el Siríaco, profeta soberbio. La perturbadora y ambigua idea de pecado se encarna en todos ellos.

A partir un crimen verídico, Laura Restrepo ha construido esta ficción. Los personajes que en ella figuran no existen fuera del mundo imaginado. Pero la tragedia de la víctima es brutalmente real. Página tras página se va revelando el oscuro andamiaje que pudo haber detrás, hasta llegar al brillante y ostentoso mundo de los Tutti Frutti, cinco hombres jóvenes de la clase alta bogotana, vinculados entre sí desde la infancia por una hermandad juguetonamente perversa y levemente delictiva.

Y ahora ya solo nos queda prepararnos para recibir el próximo sábado a Laura Restrepo y escuchar el sonido profundo de estas canciones. ¡No faltéis!
El sábado 4 de noviembre celebramos el tercer club de lectura del programa 4 Lecturas 4 Continentes con el libro de humor Gordo de feria, de Esther Garcia Llovet. Más de cuarenta personas nos reunimos esa tarde para comentar con la autora este título y otros suyos, tan interesantes como impredecibles, como ella, que llenaba la pantalla con su energía y naturalidad.

La autora confesaba que muchos de sus novelas habían sido guiones inacabados, y que para ella escribir es la libertad absoluta porque cuando empieza no tiene ni idea hacia adonde va, y eso le parece muy liberador. Tan liberador como hacer y/o ver a quien te da la gana cuando te da la gana, algo que comparte con Castor, el protagonista de Gordo de feria, a quien no le gusta estar rodeado de mucha gente, con dos o tres le sobran, y ahí empieza la trama… Quizás por eso, nos contaba Esther, prefiere la radio a las entrevistas televisivas, ese diálogo a dos, donde consigue abrirse y ser ella misma.
Especializada en Psicología Clínica y con estudios también en Dirección de Cine, dice no tener formación específica en literatura, aunque lo ha hecho todo en el mundo de la escritura: guiones, novelas, teatro… Esta escritora polifacética se siente crecer cada vez que se adentra en una nueva e inexplorada disciplina, que además consigue retroalimentar con otros trabajos previos y futuros. Su pasión por el arte, la fotografía, el cine y la literatura, la llevan continuamente a aventurarse en diferentes proyectos que la enamoran y fascinan, y que consigue así transmitir a los lectores. Confiesa que lo que más le hubiera gustado es ser una buena fotógrafa, pero que con esta disciplina sucede algo que no la pasa con la literatura: los libros sí la salen como quiere, las fotografías no. También se enamora de los espacios, algo muy cinematográfico, y por eso vemos plasmados en sus textos cielos y texturas continuamente. Su ideal es que sus libros se lean como se ve una película de cine, del tirón, en hora y media y sin interrupciones. Muchos lectores confesaron que así lo habían hecho. Porque sus novelas son así, cortas, rápidas, y con mucho tirón.
Algunos críticos literarios han destacado la narrativa de Llovet como novela negra, y es que consigue la intriga en todas sus novelas porque sus personajes siempre están buscando algo, como los de Bolaño, gran referente en su novela. Y además buscan y encuentran, tanto lo que vemos a simple vista en la trama del texto como lo que no se ve tan claramente. Lo cierto es que sus novelas tienen algo de todo eso, de negro por la cruda realidad que retrata, de realismo y mucho surrealismo, porque los personajes de sus novelas son surrealistas, como sus amigos, confesaba la autora. En América Latina también han catalogado sus novelas de realismo mágico, a ella le parece todo bien.
Y es que Bolaño ha sido un gran referente para la escritora, que ha estado presente en todas sus novelas hasta Sánchez, segundo de la Trilogía instantánea de Madrid. Después del primer título de la trilogía, Cómo dejar de escribir, rompe con Bolaño, de hecho el protagonista encubierto de la novela es él, el fallecido escritor Roberto Bolaño, a quien entierra ella misma también en esta novela. Deja a partir de aquí de ser una «boloñita», en sus propias palabras, y encuentra su voz propia, que vemos ya en Sánchez, Gordo de feria, Spanish beauty y dos nuevos títulos que saldrán el próximo año. Sánchez es una novela que dedica a la magia y a los que creen en ella. En ella, como en toda la Trilogía instantánea de Madrid, la ciudad y sus contrastes son un protagonista más, y es que a la escritora le encanta Madrid, no tiene muy claro el por qué, pero la vida en la calle, los infinitos paseos por los barrios o su gente, la acogen y la conmueven.
Los lectores destacaron el desparpajo y naturalidad de la escritora, tanto en sus novelas como en directo, el humor y su interesante forma de mirar la realidad. Esther, apasionada, contestaba a todas las preguntas encantada, nos habló del personaje principal, Castor, asocial, apolítico, tan desagradable, y que sin embargo empieza a estar contento y a cambiar completamente al enamorarse, de la importancia en la vida de la flexibilidad, del amor y del humor, los temas que nos han acompañado este año en el club 4 Lecturas 4 Continentes.
Fue un placer compartir la tarde del sábado con Esther García Llovet, con la que nos reímos y tenemos pendiente ver alguna obra cinematográfica suya, cortometraje, serie de televisión o exposición fotográfica, cualquier manifestación artística puede salir de esta gran mujer y seguro, sorprendernos. Muchas gracias Esther y hasta muy pronto.

Seguimos en la segunda edición del club virtual 4 Lecturas, 4 Continentes, organizado desde las bibliotecas del Instituto Cervantes de Bruselas, Estambul, Tetuán y Chicago. Tras el éxito de la primera edición, dedicada a la novela negra, en esta ocasión el tema del club es la memoria del siglo XX. La novela a leer y comentar en esta ocasión es Derecho natural del escritor Ignacio Martínez de Pisón, en la que se entremezcla la comedia y el drama y nos permite asomarnos a la Barcelona de los años setenta y el Madrid de los ochenta.
Derecho natural recoge en sus páginas los tropiezos de la familia de Ángel, el protagonista, símbolo de una generación y de una España en plena transición que aún no ha terminado de despertar del franquismo. Su padre, actor de películas de serie B e imitador de Demis Roussos, tiene una irrefrenable tendencia a la huida; la madre es una mujer enamorada que, harta de creer en él, toma las riendas de su propia vida. Al tiempo que pasa de la infancia a la edad adulta, en el interior de Ángel late la imperiosa necesidad de dotar de sentido a las cosas, de encontrar un orden alejado de la inestabilidad que supone su familia. En esta reconstrucción de una época de cambios e incertidumbres, comedia y drama conviven en una intimidad inextricable que una y otra vez nos lleva de la emoción a la risa.
Ignacio Martínez de Pisón es uno de los autores más consolidados del panorama literario español contemporáneo. Además de cultivar de forma especial la novela y la narración corta, ha hecho adaptaciones para el teatro, ha escrito artículos de prensa y crítica literaria en los principales diarios españoles, ha escrito guiones cinematográficos, y varias de sus obras de narrativa han sido adaptadas al cine. Sus novelas han sido traducidas a una docena de idiomas y ha obtenido numerosos premios, entre ellos el Premio de la Crítica en 2011 y el Premio Nacional de Narrativa en 2015.
El debate sobre esta excelente novela se llevará a cabo del 28 de mayo al 17 de junio en este mismo blog, esperamos vuestros comentarios y opiniones tal como vayáis avanzando en la lectura. El sábado 18 de junio tendrá lugar el encuentro con Ignacio Martínez de Pisón en la plataforma Zoom, con la moderación de Ángel Hernando. Una oportunidad única para dialogar con el escritor y poder comentar detalles de la novela y de su trayectoria literaria.
El pasado sábado 26 de marzo, la escritora Karina Sainz nos regaló una maravillosa tarde de tertulia literaria, con gran generosidad y mucho entusiasmo por la emoción con la que acoge esta escritora los encuentros con los lectores. Cincuenta asistentes disfrutamos de escuchar y conversar con Karina, tan atentos y absortos que se nos pasaron de largo las dos horas convenidas para hablar de su primera novela, La hija de la española, en el primer club de lectura del programa «4 Lecturas 4 Continentes» de este año dedicado a la memoria. Las novelas de Karina Sainz tienen mucho de periodismo, es desde esta óptica desde la que mira al mundo y, la prensa escrita, las letras que la han acompañado desde la infancia. Después, quedó deslumbrada por la literatura española del s. XX, y fueron estos autores los que la impulsaron a escribir con la fuerza que tienen hoy sus novelas. Para ella no existe el mundo sin la lectura, la arrogancia nace de las personas que no leen, que no conocen, que no quieren acercarse al otro. Para esta escritora, una persona que no lee, ya está muerta. Y así lo demuestra tanto en su primera novela como en la segunda, que nos permitió sacar a colación el artículo de ese mismo sábado por la mañana en la revista Babelia, y que define muy bien lo que nos cuenta: «‘El tercer país’, de Karina Sainz Borgo: Peligro, autor con biblioteca.»
Karina Sainz se afinca en España en 2006, en un viaje que hizo de forma inversa al que realizaron sus abuelos, exiliados republicanos, al emigrar de España a Venezuela mucho años antes. España fue, desde entonces, un tema tabú en casa, como lo fue para ella durante mucho tiempo Venezuela. Se fue de su país muy joven y muy herida, y este libro, que no cuenta su historia personal pero sí emocional, ha visto la luz cuando cree haber curado, de alguna manera, esas heridas que produce la emigración forzada, el destierro y la nostalgia. Una nostalgia definida como movimiento, acción, todo aquello que estamos dispuesto a hacer por recuperar aquello que quisimos tanto.
De la nostalgia pasamos a hablar de la memoria, un tema consciente en el s. XX, por tener muchos más elementos que antes para saber lo que se escribe. Para la autora, la memoria nos previene de incurrir en frivolidades, y de la frivolidad a la violencia hay un paso. Con admiración mencionó a otros autores latinoamericanos como Juan Gabriel Vásquez o Iwasaki, y la relación de estos autores con la memoria, una relación lúcida y civilizada. Ella, Karina, sin embargo, no consigue todavía esa relación, aún se emociona, y es por esta circunstancia que se siente más cercana a la literatura española.
Los lectores destacaron el desarraigo y la ansiedad en la lectura, el dolor y la valentía, y alguno incluso dudaba sobre cuáles eran las partes de realidad y cuáles las de ficción, incapaces de creer las atrocidades, bien conocidas por los que allí estuvieron, que ocurren como hechos reales en la novela. Varias lectoras colombianas se sintieron apeladas, recordando la emigración venezolana de los años relatados en el libro. Una democracia y un país tan fuerte, Venezuela, receptora hasta no hace tanto de emigración, y que no pudo impedir el naufragio, ¿puede volver a pasar en otros países latinoamericanos? Una lectora turca sintió muy cerca también la historia narrada en el libro, y la fragilidad de la democracia, a miles de kilómetros. Karina cree que esa fragilidad puede encontrarse en cualquier país a día de hoy, aunque, con optimismo, espera que contarlo sirva también para paliarlo.
Muy comentado también, como no podía ser de otra manera, fue el final del libro. Desde Tetuán les parecía muy cruel ese final, en Granada habrían escogido otro, y Karina confesaba que, de cualquier manera, el objetivo estaba conseguido: poner nervioso al lector en muchas de las situaciones por las que pasa la protagonista.
Junto a otras decenas de referencias literarias que nos regaló la autora durante la tertulia, Karina Sainz nos desveló una interesante teoría sobre la literatura de mujeres latinoamericanas post boom, que contribuyen a contar y a denunciar la política desde el ámbito doméstico: Isabel Allende, Laura Esquivel, Ángeles Mastretta, Mariana Enríquez, Fernanda Melchor y Elena Poniatowska. Y con estas autoras, con ganas de leerlas a todas, así como de disfrutar del último libro de Karina Sainz, El tercer país, nos quedamos, con una sonrisa tan grande como la que nos regala esta periodista y escritora, compartiendo su tiempo, con una energía y una vibración que llegaron, lo sabemos, a los cuatro continentes.
Este sábado nos reunimos en torno a la novela Black, black, black, Pam, pam, o incluso Bla, bla, bla… todas ellas la misma novela, de la genuina escritora Marta Sanz. Una escritora tan franca como inquietante, valiente, y que maneja la palabra escrita y oral de manera magistral. Este sábado pudimos comprobarlo.
La escritora nos empezó desvelando sus primeros pasos en la literatura gracias al empeño de su padre, que la animó, además de licenciarse en Filología Hispánica, a formarse en enseñanza ELE y en talleres literarios que perfeccionaron su estilo y la lanzaron a la escritura literaria. También es doctora y especialista en la poesía española de posguerra. Desde un punto de vista intelectual, así como desde la construcción de la sensibilidad, ambas formaciones suplementarias fueron fundamentales para encontrar a la gran escritora que descubrimos hoy. De su madre ha escrito mucho (Lección de anatomía), y de su padre publicó durante la pandemia (Parte de mí).
Le preguntamos qué suponían para ella los premios literarios, y admitió que es muy gratificante que te reconozcan la labor, aunque también puede abrumar. Uno de sus libros, Clavícula, narra la ansiedad que le produjeron los premios literarios (Ojo Crítico, Herralde…) en su trayectoria literaria, un mundo distorsionado que la colocó al borde del abismo. Nos adelantó que esta obra será llevada al teatro en formato musical, con la que está muy emocionada. De igual manera, admitió que los galardones son más placenteros que dolorosos, y pudimos comprobar la sonrisa de oreja a oreja que se la pone cuando reconocen su trabajo.
Alguna lectora había leído de ella que era la escritora de lo feo, Marta corrigió, de lo desagradable. Aprendió hace mucho que escribir no era sólo escribir bonito, que también se puede, en efecto, escribir feo, que cada cosa encuentra su camino, y su espacio: «contar las cosas de manera adecuada es añadir un plus«. Se manifiesta como una escritora autobiográfica, que habla de las mujeres, de su forma de relacionarse, entre ellas y con su cuerpo. Para Marta hay dos maneras de entender la literatura, algo que te agranda los ojos y te muestra lo que no siempre quieres ver, o algo que te tranquiliza y adormece. Ella escoge la primera, y desde siempre ha preferido plantear conflictos a través de la palabra literaria, ese es su compromiso. Al escribir pone su cuerpo y su alma. Frente al concepto de literatura anoréxica, perezosa, asequible y altamente comercial, ella opta por el «barroco radical», la literatura llena de grasa, un libro que según ella puede ejemplificar esta tesis es Farándula. Marta necesita ir a la contra para dar otras alternativas a lo que debe ser.
La novela y el cine negro, asegura, forman parte de ella. Se ha sentido desde siempre muy atraída por la reinterpretación que el género hacía del realismo, y toda esa dimensión ética y política, fascinada por la música, la fotografía, el ritmo o los personajes de los grandes clásicos, Chandler, Highsmith… Sin embargo, en el s. XXI, se dio cuenta de que el género negro se había convertido en algo altamente previsible, y que no colocaba en ningún conflicto al espectador. Por eso decidió escribir esta novela negra Black, black, black, aunque con tintes reivindicativos, críticos con el devenir del género. Por aclamación editorial, continuó la segunda (Un detective no se casa jamás) y la tercera novela de la saga del detective Arturo Zarco (Pequeñas mujeres rojas), cerrando un círculo perfecto de percepciones y formas de entender la vida, el romántico y soñador Arturo Zarco, y la realista, deductiva e inteligente Paula Quiñones, la que conecta a Zarco con una realidad que este no quiere ver. En la trilogía pone de manifiesto la violencia entre Paula y Zarco, la violencia en las relaciones sexuales tóxicas, de lucha, de dominio.
Otro punto en común de toda su obra que destacamos en el club fue su humor, un humor negro, irónico, inteligente, que dice formar parte de su ADN, y que lo utiliza desde un punto de vista narrativo como la única manera de meter el dedo hasta el fondo de la llaga y que aparentemente no duela. Y la primera que pasa por ahí es ella misma. Opta por no tomarse las cosas demasiado en serio, hay que reírse.
El público aclamó, en diferentes opiniones el recurso del diario de Luz en la novela, segundo black, que nos invita a reflexiones como hasta qué punto somos responsables de nuestras ficciones, o si las ficciones pueden manipular las acciones cotidianas. Existe un juego continuo en el libro sobre la capacidad que puede tener la literatura para transformar la realidad. La autora nos lo ejemplificaba con los modos de representación de la violencia, hasta qué punto pueden denunciar o normalizar diferentes acciones. Para ella, en este libro está todo, toda la violencia estructural de nuestro día a día: las envidias, la violencia machista, el abuso sexual, el maltrato a los mayores… pero también está implícito la posibilidad de cambiar todo ello, de cuidarnos y de cambiar lo que nos rodea.
Frente a esta escritora atípica y valiente, ella también busca lectores intrépidos y activos. Afirma que la literatura es un contrapeso a esa nueva forma de asimilar la información, pide al lector compromiso con su vida y experiencia para descifrar lo que hay debajo de la red de palabras, y tomarse su tiempo para ello. Hay una crítica política profunda en sus libros respecto al mundo en el que vivimos. Un buen libro no depende del tiempo que te lleve su lectura, sino de cómo la misma puede cambiarte después.
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