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Blog del Instituto Cervantes de Estambul

Biblioteca Álvaro Mutis

Encuentro con Laia Perearnau

El 17 de marzo de 2025 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios

El sábado 8 de marzo celebramos el Día de la Mujer por todo lo alto, recordando y homenajeando a grandes mujeres olvidadas de la historia que tuvieron un papel fundamental en la Guerra Civil Española y en II Guerra Mundial, con la primera lectura del club 4 Lecturas 4 Continentes de 2025, con la escritora y periodista Laia Perearnau, y su novela: La pasadora.

Laia Perearnau comienza su incursión en la escritura inspirada en los grandes títulos de Gabriel García Márquez, pero es un curso de escritura creativa el que marca la diferencia en su actividad productiva por el método que le proponen utilizar para organizar el trabajo previo de información, investigación, creación de personajes y de escenas… un orden necesario que la ha permitido sorprender a los lectores con grandes títulos como Francesca de Barcelona o La pasadora, que entremezclan hechos históricos con altas dosis de ficción. En su proceso de creación nos desveló cómo va metiendo los hechos históricos que quiere contar en la novela hasta que caminan ellos solos de la mano de personajes y de otras historias agradables de leer, y todo esto a un ritmo trepidante, propio de su bagaje como guionista de televisión. 

En La pasadora se basó mucho en las historias personales de los judíos que pasaban a España atravesando los Pirineos. Y Sol Mentruit, la protagonista, está inspirada en el caso de una historia real, una pasadora de 18 años que pasó a una familia entera y, muchos años después, el niño de aquella familia vino a agradecérselo. Como en este caso, en esta recuperación de la memoria, Laia se ha encontrado con testimonios de nietos que descubrieron que su abuela era pasadora por los coches con matrícula extranjera que venían a dar las gracias tiempo después.

Algunos lectores coincidieron en que habían leído la novela de manera casi compulsiva, sin poder parar, especialmente la tercera parte, otros confesaron haber leído el libro con un mapa en la pantalla, para poder localizar los lugares mencionados en las rutas de los pasadores, rutas que tanto ha recorrido la escritora para poder inspirarse y escribir la historia de la forma más creíble posible. De hecho, en los años 50 aparecieron varios cadáveres de la época, y recientemente también han aparecido algunos con los cráneos agujereados, confirmando que la leyenda negra de asesinatos en la montaña es real. 

Max, nuestro gran protagonista masculino, creado a partir de una historia real de un pueblo de Austria que votó no a la anexión con Alemania, creó mucho revuelo entre los asistentes, especialmente por comenzar con él el primer capítulo, dando al lector un poder que la protagonista no tiene: conocer su verdadera identidad desde el principio. Junto a esta técnica narrativa, la escritora utiliza también los flashbacks, con lugares y fechas diferentes para mantener al lector atento en todo momento. Max es un personaje que no es fácil, confesaba Laia, al que vas conociendo y entendiendo a lo largo de la historia y, como la protagonista, del que te enamoras rápidamente. Porque algo que destaca en la novela es la intensa historia de amor que esconden sus páginas, una pasión construida a partir de la literatura, del alegato al amor y al paso de tiempo de los poemas de Apollinaire y del libro Adios a las armas de Hemingway, una novela antibelicista que relata una historia de amor muy parecida a la que nos ocupa.

Otros personajes reales que crearon pasiones y gran admiración fueron el químico judío Rosenthal, que consiguió engañar a la embajada española de París, que se dedicaba a hacer firmar poderes a los judíos para después quedarse con sus bienes; el aviador inglés Richard A. Mayhew que, como otros aviadores, tenía que llegar a la Venta Miraflores en Algeciras para poder volver a Inglaterra desde Gibraltar ya que para los ingleses fabricar aviones era factible pero fabricar pilotos a la misma escala no era tan fácil, por eso pagaban mucho dinero por recuperarlos vivos, y fueron muchos los aviadores que utilizaron esta ruta para volver a Inglaterra; Jacques Allier, el héroe que consiguió rescatar la última bombona de agua pesada del mundo para que no cayera en manos alemanas, o el famoso pasador Quim Baldrich, rudo y tierno a partes iguales, y uno de los líderes de la red de evasión andorrana. De los grandes traidores y los personajes oscuros de esta novela, causantes de tanta desgracia y de que existan quizás también estas novelas y estas grandes historias de superación y humanidad, no hablaremos en esta crónica, dejaremos que los lectores los descubran en el libro.

Laia Perearnau confesaba que comienza imaginando sus novelas por los puntos más álgidos de la historia pero, llegado un momento, los personajes avanzan solos y eligen lo que les ocurre, y así fue lo que pasó con el final de este libro, que cuenta además con un final alternativo que gustó y alivió mucho a los lectores. Un libro trepidante que entremezcla una potente historia de amor con importantes hechos históricos y héroes anónimos rescatados de la historia. Una historia para viajar a otras épocas, a otros lugares, a la montaña, a la guerra, y también a la humanidad.

Otros títulos que rescatamos entre los lectores que tenían que ver con esta historia es Maddy y las fronteras, de Edurne Portela, El marqués y la esvástica, de Rosa Sala Rose y Plàcid García-Planas Marcet, Viento salvaje: crónica de una tragedia en los Pirineos, de Jordi Cruz i Serra, o Los rojos de ultramar, de Jordi Soler; el documental Balandrau, infierno helado, y las series Los amos del aire o Transatlantic. Y nos quedamos con ganas de conocer el título de la siguiente novela de esta fantástica escritora, en la que también mezcla historia con ficción, monasterios, copistas… seguiremos atentos para tenerla pronto entre nuestras estanterías.

Encuentro son Selva Almada

El 20 de diciembre de 2024 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios

El sábado 14 de diciembre despedíamos nuestro club de lectura 4 Lecturas 4 Continentes de 2024, dedicado a la literatura y a la naturaleza, con la escritora argentina Selva Almada, y su libro No es un río, último título de la trilogía de los varones, que agrupa los libros El viento que arrasa y Ladrilleros

Atentos lectores, nuevos y antiguos, recibíamos con ganas a esta enigmática escritora que descubrió el placer por la lectura desde bien pequeña y con gran voracidad, por la ventana a otros mundos y las diferentes realidades que estos ofrecen. A esta pasión le suma el periodismo y termina estudiando Comunicación Social, aunque la literatura la practica, de manera casi espontánea, en talleres literarios junto a otros colegas y nombres emergentes de la literatura argentina que estaban en el mismo comienzo y la misma búsqueda, con el maestro Alberto Laiseca. Los talleres, dice, ofrecen la posibilidad de encontrarse y compartir, algo importante cuando después la escritura se practica en solitario. El maestro, Laiseca, alentaba además a que cada uno sacara su propia voz y trazara su propio camino a la hora de escribir, y de esos talleres han salido autores muy diferentes y originales, nuestra autora, es un magnífico ejemplo de ello. De estos talleres, en 2003, sale también la editorial Carne argentina, recién empezado el proceso de edición independiente, con la idea de publicar sus propios libros.

Para escribir cualquiera de sus libros, Selva nos contaba que se documentaba con autores relacionados con el tema o el lugar. Su novela Chicas muertas (Random House Mondadori, 2014), combina precisamente sus dos pasiones, periodismo y literatura, con una larga investigación detrás que incluye entrevistas y trabajo de campo. 

El viento que arrasa, primer título de la trilogía de los varones, nace de un cuento, una idea que iba creciendo y a la que se iban sumando elementos y posibilidades, y en el que, una vez más, su maestro Laiseca la animó a tirar hacia delante: si no lo escribes no sabrás nunca si será una novela o no. En 2009 terminó Ladrilleros, aunque no fue hasta 2012 que se publica, una novela que tiene su origen en una anécdota que le gusta por lo familiar de la misma, recordándole a su tío, de profesión ladrillero. Este segundo título la anima a continuar en su labor como novelista. Y por último, No es un río, título muy influenciado por los poetas del litoral, la zona en la que la autora creció y de la que recuerda con nostalgia su infancia. La lírica y la poesía están muy presentes en las novelas de Selva Almada, la narrativa lírica la sale muy bien, sin embargo, nos confesó la dificultad que encuentra ella en escribir poesía, la dificultad de este género en sí mismo. 

Confesaba aquella tarde la inconsciencia al tener la naturaleza tan metida en sus novelas, el paisaje aparece con fuerza en sus textos, pero de manera casi espontánea, forma parte de su infancia y de su vida. En 2020 terminó No es un río, importante momento de conciencia medioambiental con la pandemia y los grandes incendios, que producen una nueva línea de pensamiento sobre los recursos naturales y las políticas gubernamentales. No se había propuesto escribir literatura sobre naturaleza, pero la naturaleza se impuso a la novela.

Los lectores preguntaron por el lenguaje y por la técnica del diálogo que cambia tanto el ritmo de la narración, unos diálogos que no están acotados porque tienen la fuerza suficiente para no tener que estarlo. De igual manera, los personajes hablan poco, tienen vidas interiores pero les cuesta comunicarse con otros, vidas duras inmersas en la naturaleza. Ella lo imagina como una obra de teatro con un relator que va invitando a los personajes, lo imagina con una lectura en voz alta. Para los lectores el ritmo de la novela es frenético, sin capítulos, sin divisiones, como una corriente de agua, un fluir constante que no se detiene, en el que las relaciones interpersonales como la amistad o las relaciones familiares están muy presentes. Y los personajes están llenos de matices y de contradicciones, por los que no sientes empatía, pero que te hacen dudar en algunos momentos. Un desafío y una diatriba constante entre locales y forasteros. Para los personajes que vienen de fuera, el litoral y la naturaleza se presentan como un desafío, sin embargo, para los autóctonos, el río y el monte tienen una relación familiar con ellos. 

A partir de los personajes descubrimos en la novela leyendas locales, el realismo mágico que vemos desde Europa, que en Argentina, en palabras de la autora, es sólo realismo: curanderos, leyendas, ambigüedad entre vivos y muertos… temas que nos recordaron a los comentados en la sesión anterior con Samanta Schweblin. A través del personaje de Siomara, que aparece en la última parte de la narración, Selva nos confesaba cómo somos los vivos los que retenemos a nuestros muertos, por eso las chicas de la novela no acaban de morir, porque su madre no las deja ir, una idea que proviene de su libro Chicas muertas. Para Selva, quizás tenga que ver mucho con esa magia vista desde occidente, las raíces indígenas del continente, pero para América es, sobre todo, una realidad.

No es un río, de Selva Almada

El 21 de noviembre de 2024 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios

Os invitamos a participar en el último club de lectura 4 Lecturas, 4 Continentes de este año, dedicado a la unión entre literatura y naturaleza, con la escritora Selva Almada (Argentina, 1973), considerada como una de las escritoras contemporáneas más destacadas de Argentina y de América Latina.

No es un río (Random House, 2020) es su tercera novela, con la que la finaliza la denominada trilogía de varones junto a El viento que arrasa y Ladrilleros. Al igual que en las novelas anteriores, Almada vuelve a tratar los vínculos emocionales y la violencia entre hombres, así como la naturaleza, o más específicamente el río en la novela, casi como un personaje más. La trama sigue a Enero Rey y al Negro, quienes deciden llevar al hijo de su amigo muerto, Tilo, a pescar al mismo río en el que el padre de este se ahogó quince años atrás.

En palabras de la autora, el disparador de la novela fue una anécdota de unos amigos que contaban la pesca reciente de una raya gigante en el río Paraná. A partir de esa escena de pesca, la autora, empezó a indagar acerca de quienes eran y qué unía a esos futuros personajes, los pescadores, hasta que fueron apareciendo todos los protagonistas del libro bien definidos: los isleños, que no tenían tanto protagonismo al principio pero que después fueron armándose, mostrando unas relaciones varoniles basadas en la violencia, unos pactos de masculinidad entre isleros que desafiaban al forastero, y que sin embargo muestran una entrega y nobleza impresionantes hacia los otros personajes de la novela: el monte y el río.

Durante tres semanas iremos proponiendo y comentando en este blog diferentes aspectos de esta novela y de su contexto y de la trayectoria literaria de la escritora a quien encontraremos en línea el sábado 14 de diciembre.

Encuentro con Samanta Schweblin

El 8 de octubre de 2024 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios

El sábado 5 de octubre tuvo lugar el tercer encuentro del club de lectura «4 lecturas 4 Continentes» dedicado este año a la temática de literatura y naturaleza. De la mano de Samanta Schweblin, además de pasar una tarde fantástica donde no faltó la risa, la verdad y la espontaneidad, descubrimos un mundo de ingenio y originalidad con uno de sus libros más enigmáticos: Distancia de rescate.

Samanta comenzó contándonos dónde empieza su pasión por la lectura, relacionada con todo lo que sus padres le leían de pequeña antes de irse a dormir, o con la poesía que le recitaba su abuelo. Quizás por esto, su apego por la lectura tiene que ver mucho con la figura del lector y la implicación de este en la lectura. La pregunta que se hacía al principio de su trayectoria era: ¿Cómo se escribe una historia? Y la respuesta la llevó a estudiar Dirección de Cine y no la carrera de letras, mucho más teórica. Empezó a escribir sus primeros cuentos a los 12 años, y a tomarse en serio la carrera de escritora cuando pudo comenzar a vivir de ello, es decir, a tener tiempo para escribir: El tiempo es una cosa carísima, nos decía en la reunión del sábado. 

Samanta Schweblin en el encuentro del club de lectura

A lo largo del club, la escritora puso sobre la mesa sus artes como profesora de talleres de escritura, un mundo que le fascina, donde las reflexiones de los alumnos le sirven para reflexionar acerca de la importancia de la originalidad de los escritos, los lugares comunes y del encuentro con uno mismo y con su propio camino. El relato corto, además de ser tradición argentina, permite ver cómo se mueve la maquinaria narrativa, por eso, además de estar presente en sus inicios y escogerlo para su expresión literaria, es también lo que propone a sus alumnos en los talleres. Asegura que, como escritora, muchas veces ni siquiera decide por su cuenta si la obra será larga o corta, sino que el relato lo decide por ella, y si no es el relato son las emociones las que le guían en la escritura. 

Acerca de la temática de sus novelas, confesaba que le gusta sacar de lo cotidiano su lado sorprendente, monstruoso, inquietante… la fina línea que separa lo extraño de lo normal o lo posible de lo imposible, le gusta asomarse a ese lugar sin pasarse a la literatura fantástica o a la ciencia ficción, el capricho de la arbitrariedad, lo que puede pasar y lo que normalmente no pasa pero podría pasar, seguramente por eso sus novelas son tan inquietantes… Esa inquietud en la escritura de Samanta Schweblin, ese estado de alarma, la detectaron los lectores desde que aparecen los gusanos en la primera página, una escritura precisa que busca producir sensaciones y emociones en el lector, en palabras de la autora: uno escribe sobre el papel, pero también sobre la cabeza del lector – somos nuestro propio lugar común- escribir es bailar con el otro. Otras preguntas estuvieron relacionadas con las dos voces narrativas presentes en la novela, que la escritora estimaba necesarias para narrar lo que no era urgente, porque los límites y las condiciones de la historia determinan para ella el cómo se cuenta el relato: con mecanismos que abren caminos, refracciones hacia todos lados, haciendo de la lectura una experiencia más completa e interesante. 

Discutimos acerca del título del libro, Distancia de rescate, un término que aparece hacia la mitad de la novela y que supone además un concepto que empieza a utilizarse: la distancia que permite rescatar a los hijos de una amenaza. Una lectora destacó que si bien aparecen las madres conscientes tanto de este término como de otros relativos a los cuidados, los padres no están tan presentes en este relato, a lo que Samanta acertó a decir que en efecto, ellos, en esta historia, se quedan fuera. También preguntaron los lectores por el mundo mágico presente en la novela a través de la curandera, un tema que tiene mucho protagonismo en la novela, y que la escritora defiende, por la presencia de este mundo mágico de brujas y curanderos en América Latina o África, y porque la ignorancia acerca de lo que sucede en la muerte, permite indagar sobre estas situaciones en la literatura. Así, David, un personaje incierto al principio, también nos habla después desde ese otro lado, o cercano al mismo, la muerte.

Otro tema presente en la novela, hilo conductor de la misma, es el glifosato y la aberración medio ambiental que significa su utilización. Esta novela es la primera ficción que habla de este compuesto altamente contaminante. Samanta nos contaba que el problema comenzaba a principios de la década de los años 70 en Argentina, y en el momento en que estaba escribiendo Distancia de rescate era tremendo lo que estaban haciendo las compañías, se documentó mucho en el proceso, y descubrió cómo algunas compañías utilizaban avionetas que regaban los campos de semillas transgénicas que requerían después el glifosato para su cultivo, o los búnker de salvaguarda de semillas tradicionales en un lugar recóndito del globo terráqueo para su preservación frente a las transgénicas. Nos dice que los temas muchas veces llegan a ella, y nos ponía el ejemplo de Kentukis, una novela que parece que habla de tecnología pero que la única palabra relativa a este campo es WI-FI, y que de lo que realmente habla es de la relación con el otro. 

Algunos lectores habían visto también la película de la novela de título homónimo, de la directora Claudia Llosa, 2021, donde Samanta Schweblin, en esta ocasión, sí participó. Asegura que en la mayoría de adaptaciones que se han hecho de sus cuentos y novelas cortas no ha participado, el cine le parece otro lenguaje y cree que ella hace lo que debe hacer exclusivamente en la fase de la escritura, sin embargo, con Distancia de rescate le pasó algo diferente, no podía soltar la historia. Esto, junto con la conexión con la directora Claudia Llosa, la llevó a escribir el guion a cuatro manos, como si fuera prácticamente otro libro, localizando lugares y situaciones que exige el lenguaje cinematográfico, donde el mayor reto era lograr llevar a la gran pantalla las mismas emociones contenidas en la novela. Y quizás lo consiguió, porque los lectores que vieron la película aseguraron que era exactamente como se lo habían imaginado.

Nos quedamos con ganas de seguir charlando con la escritora y de descubrir esta película y otras adaptaciones cinematográficas, porque todo lo que tenga que ver con Samanta Schweblin resulta ciertamente sorprendente y enigmático, lecturas que no dejan indiferentes, y que permiten charlar y charlar durante horas y horas. ¡Gracias a la escritora y a los ávidos lectores que hicieron de esta lectura una fantástica experiencia!

Distancia de rescate, de Samanta Schweblin

El 16 de septiembre de 2024 en 4 Lecturas 4 Continentes por | Sin comentarios

El campo ha cambiado frente a nuestros ojos sin que nadie se diera cuenta. Y quizá no se trate solo de sequías y herbicidas, quizá se trate del hilo vital y filoso que nos ata a nuestros hijos, y del veneno que echamos sobre ellos. Nada es un cliché cuando finalmente sucede. Distancia de rescate sigue esta vertiginosa fatalidad haciéndose siempre las mismas preguntas: ¿Hay acaso algún apocalipsis que no sea personal? ¿Cuál es el punto exacto en el que, sin saberlo, se da el paso en falso que finalmente nos condena? Samanta Schweblin ha escrito un relato extraordinario e hipnótico, urgente y perdurable, que logra mantenernos inevitablemente atrapados y sumergirnos en un universo ficcional estremecedor. 

Novela ganadora del Premio literario Tigre Juan 2015. En 2017, la versión inglesa de Distancia de rescate (Fever dream) es seleccionada para la shortlist del Man Booker International Pride. Al año siguiente, esta misma novela en versión original obtuvo el Premio Tournament of books por ser «el mejor libro del año publicado en los Estados Unidos». En 2022, la traducción al inglés de su colección de relatos Siete casas vacías recibió el National Book Award, uno de los premios literarios más prestigiosos que se conceden en Estados Unidos. 

Samanta Schweblin (Buenos Aires, 1978-). Escritora argentina, es descrita como una de las mejores cuentistas argentinas de las últimas décadas. Esta es la tercera lectura en 2024 del club de lectura virtual 4 Lecturas 4 Continentes, organizado desde las bibliotecas de los Institutos Cervantes de Chicago, Tetuán, Bruselas y Estambul. El programa de este año agrupa cuatro obras que tratan sobre literatura y naturaleza. Cuenta con un moderador especializado, un blog donde comentar sobre la novela y el autor, y un encuentro virtual con la escritora el próximo 5 de octubre.

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